El salmón de piscifactoría se ha convertido en el ingrediente de moda de los platos más de moda como el poke, el sushi o el tartar. Pero hay dos cantantes famosas que rechazan su fama, Björk y Rosalía.
Las dos artistas internacionales acaban de unirse para protestar como mejor saben hacer, cantando, contra la cría artificial de este pescado nórdico. En concreto, contra una nueva granja que se pretende abrir en la localidad de Seyðisfjörður, al este de Islandia, en cuyo fiordo se quiere criar salmón transgénico proveniente de Noruega.
La cantante islandesa ha señalado en sus redes sociales que todos los beneficios económicos obtenidos con la canción “Oral”, cantada a dúo con la española, irán destinados a la organización AEGIS que ella misma ha creado junto a otros activistas locales en su lucha contra la salmonicultura en Islandia.
Buscando un aire dancehall, invitó a Rosalía. “Le dije: ¿cantarías en este track para mí? Es por el medioambiente. Y ella inmediatamente me dijo que sí, sin siquiera escucharlo”, ha contado a la revista Rolling Stone.
Björk ha recatado para la ocasión una vieja canción inédita suya, Oral, que tenía arrinconada como maqueta desde finales de los años 90. Es una canción de amor, sin relación con los salmones ni con el activismo o la protección de la naturaleza. Adaptada a los nuevos ritmos y al registro de Rosalía el resultado es impresionante.
Y mucho más el videoclip, magnífico trabajo de la realizadora barcelonesa Carlota Guerrero, en parte generado por Inteligencia Artificial.