La provincia de Burgos atesora mil y un lugares increíbles. Pero pocos son tan secretos y hermosos como el desfiladero de Los Castros, entre Quintanalara y Revilla del Campo. Está escondido en medio de un casi impenetrable bosque de encinas. Así que no lo ves hasta que no estás ya prácticamente dentro.
Pero qué maravilla. Sus altas paredes están horadadas por cuevas de lo que fue un pequeño pueblo troglodita altomedieval. Porque, aunque ahora nos parezca mentira, hace más de 1.000 años la gente vivía en sitios así, totalmente enriscados. Ahora los que viven en este desfiladero, muy cómodos, por cierto, son los buitres leonados.
A continuación te invito a conocerlo. Y a catarlo con los cinco sentidos.
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