Casi un millón de toneladas de ropa salen de nuestros armarios todos los años con destino incierto. El 88% va al cubo de la basura y acaba en vertederos, según el informe Análisis de la recogida de la ropa usada en España. El otro 12% lo llevamos a esos contenedores de ropa usada gestionadas por ONG solidarias donde se supone que las mejores tendrán una segunda vida y el resto irá a modernas plantas que seleccionarán las prendas para ser recicladas. Pero no es así.
La mayor parte de la ropa usada no llega a tener una segunda vida, según una investigación realizada por Greenpeace durante meses con geolocalizadores en 29 prendas depositadas en contenedores municipales y tiendas de Zara y Mango.
El estudio concluye que solo una de esas 29 prendas de ropa usada fue adquirida en una tienda de segunda mano en Rumanía.
Tras cuatro meses de seguimiento, muchas prendas siguieron moviéndose y habían llegado a su último destino, aunque recorrieron miles de kilómetros a lugares tan lejanos y diversos como Chile, Pakistán, India o Togo, o se encuentran en almacenes en polígonos industriales de España.