La naturaleza no deja de sorprendernos. Es mi frase favorita cada vez que un descubrimiento científico del mundo natural me deja boquiabierto. Por ejemplo, ¿cómo te quedas si te demuestran que los ratones cantan, a su manera, y lo hacen por la misma razón que las aves, para buscar sexo?
Investigadores de la Universidad de Duke, han publicado en la revista Frontiers of Behavioral Neuroscience un estudio donde demuestran que los ratones machos cantan canciones sorprendentemente complejas para seducir a las hembras, al estilo de los pájaros cantores. Son baladas de amor, pero ultrasónicas.
Alucinante ¿verdad? La pega principal es que nosotros no las podemos escuchar.
El escarabajo de nariz sangrante o ensangrentada (Timarcha tenebricosa) es un coleóptero curioso. Como explican en el canal Asturnatura, cuando es molestado o se asusta excreta un líquido rojizo por la boca y algunas articulaciones parecido a la sangre, pero cuyo olor, un tanto repulsivo, hace que sus predadores, especialmente las aves, den marcha atrás y no se los coman.
Puede darnos un poco asquito, pero les funciona y durante cientos de millones de años les ha garantizado un sitio evolutivo en la naturaleza. Pero no es la única curiosidad de este pequeño escarabajo, como he descubierto paseando por el campo.
Tejo de la Senda, uno de los seres vivos más viejos de la Sierra de Madrid
Caminar por caminar es hermoso, pero lo es aún más cuando la meta consiste en ir al encuentro de un ser formidable, único, tan viejo que pudo haber nacido hace cientos e incluso miles de años.
Caminar por las montañas de Madrid, por espacios naturales tan asombrosos como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, es la mejor vacuna contra el estrés y la tristeza, pero lo es aún más cuando la meta consiste en encontrarte con uno de sus seres vivos más sorprendentes de la naturaleza ibérica: el tejo(Taxus baccata).
Este invierno visité uno de ellos, el conocido como Tejo de la Senda, en el Puerto de Canencia. Te lo cuento en este vídeo [¿ya te has suscrito a mi canal de YouTube?], fascinado por la espectacularidad del espacio nevado y la fortaleza del singular abuelo vegetal.
Mucho cuidado con el abuelo
Como veis en el vídeo, no os voy a contar cómo llegar a este árbol. Porque a sus 500 años más que cumplidos, el mayor peligro para este tejo centenario y otros como él somos nosotros. El exceso de personas acercándose a él pueden matarlo. Así como lo oyes, no sería el primero.
Quizá tú te comportarás cívicamente ante él, con respeto, sin subirte a sus ramas ni pisotear sus raíces. Pero el turismo masificado no tiene tantos miramientos. Siempre habrá algún que otro salvaje entre tantas miles de personas dispuesto a destrozar esta maravilla, a dejar basuras, a tratar de escribir su estúpido nombre en la dura corteza. Por eso es preferible que sólo lo visiten aquellas personas sensibles y con ganas de invertir tiempo en su localización.
El árbol que cambió de sexo
Ya os lo he contado antes aquí. El tejo de Fortingall, en las Tierras Altas de Escocia, cambió de sexo de repente. El gran tejo escocés era macho, muy macho. Así lo había sido durante miles de años y lo era al menos desde 1769, cuando los primeros y asombrados naturalistas se acercaron a estudiarlo.
Pero de repente cambió de sexo. Una de sus ramas es ahora hembra mientras el resto de ellas se mantienen de momento masculinas. Un sorprendente caso de transexualismo.
En Italia hay bosquetes enteros de tejos modificando su identidad, quizá influenciados por el cambio climático. Uno de esos extraordinarios misterios de la naturaleza.
¿De dónde viene eso de tirar los tejos?
Según la definición del DRAE, «tirar los tejos» significa insinuarle a alguien el interés que se tiene puesto en él. Que nos gusta.
Como bien explica mi compañero en la blogosfera de 20 Minutos Alfred López «Ya está el listo que todo lo sabe«, el tejo es un juego tradicional callejero que consiste en lanzar trozos de teja para tratar de derribar un palo, que el novio potencial solía tirar cerca de la chica elegida para insinuarse frente a ella.
Pero algunos defienden que ese juego nació en el norte de España a la sombra de los viejos tejos que suele haber plantados a las puertas de las iglesias. Y consistía en tirar ramas del árbol del tejo lanzando sus propias frutos como muestra de amor.
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El pelícano Silvio trata de ligar con las garcillas boyeras con escaso éxito. Foto: Sergio Simbula
Su nombre es Silvio, un ejemplar de pelícano común (Pelecanus onocratalus) que en un lejano 2008, durante una migración de África a Europa del Este, se despistó y acabó en el sur de Cerdeña, donde nunca antes se había visto a uno de su especie. El problema es que no conoce el camino de vuelta. Así que aquí se ha quedado, cual exótica mascota salvaje del Parque Natural de Molentargius, entre Cagliari y Quartu Sant’Elena.
El pobre es también un despistado sexual, pues a la hora de buscar novia no tiene muy claro a qué especie pertenece. Así que lleva 13 años sin comerse un rosco.
Macho de hubara canaria cantando. Foto: Inmaculada Abril-Colón
La creíamos muda, incapaz de cantar. Algunos habían registrado su reclamo con mucha paciencia y sofisticados sistemas de grabación, pero prácticamente nadie la había escuchado en el campo, como se puede oír a la madrugadora alondra, el vocinglero alcaudón o la machacona abubilla. Y sin embargo, la rara y muy amenazada hubara canaria, Chlamydotis undulata fuertaventurae, canta. Pero lo hace sobre todo en noches de Luna llena, cuando el silencio permite llevar muy lejos sus quejidos amorosos. Lee el resto de la entrada »
Eudald Carbonell muestra el gran hueso peneano descubierto. A su lado, José María Bermúdez de Castro.
Después de 37 años consecutivos de excavaciones arqueológicas en Atapuerca, la sierra burgalesa sigue dando increíbles sorpresas a la ciencia. El balance de la campaña de 2019, presentado ayer al pie de los yacimientos, ha vuelto a ser espectacular.
Si el año pasado la estrella fue Sarita, una homínida adolescente que murió probablemente de hambre hace 430.000 años, este año hay dos estrellas: un pene gigante de oso de hace un millón de años y una pequeña costilla de cérvido con restos del cuchillo de piedra con el que nuestros primos neandertales merendaron su carne. Lee el resto de la entrada »
De abril a julio se produce el celo de los osos pardos en la Cordillera Cantábrica, unos 300 ejemplares. Es el momento en que los machos tratan de aparearse con el mayor número posible de hembras (lo de hacer parejas estables no va con ellos), pero en ocasiones éstas aún se encuentran acompañadas de sus crías. Y los rechazan con determinación, valentía e incluso fuerza. A manotazos si hace falta.
Un increíble vídeo, realizado por técnicos de la Fundación Oso Pardo (FOP) en la subpoblación de osos del occidente cantábrico, muestra el momento en que un gran macho se acerca a un grupo familiar, compuesto por la osa y sus dos oseznos de segundo año. La hembra repele el acercamiento, enfrentándose al macho e interponiéndose entre éste y sus crías, que miran expectantes desde el borde del cortado rocoso.
Dos ejemplares de vanesa de los cardos libando en flores la semana pasada en Fuerteventura.
Cientos de miles de mariposas, seguramente millones, han caído estos días como una hermosa lluvia otoñal sobre las islas de Lanzarote y Fuerteventura. Se trata de la vanesa de los cardos (Vanessa cardui), uno de los insectos más viajeros y sorprendentes del mundo.
Este pequeño insecto es capaz de hacer migraciones de hasta 14.000 kilómetros atravesando dos veces el desierto del Sáhara y llegando a las frías tierras escandinavas. Pero el suyo no es mérito personal. Es un extraordinario viaje de familia que implica a varias generaciones, pues lo concluyen las biznietas de quienes lo comenzaron.
Después de las generosas lluvias que el pasado jueves 24 de octubre cayeron en Canarias (30 litros en mi casa de Fuerteventura, un tercio de las precipitaciones de todo el año), campos, ciudades, hoteles y jardines se llenaron, como por arte de magia, de estas mariposas de color naranja. La densidad es especialmente increíble en las islas canarias orientales, pero también se han visto en gran número en Gran Canaria y Tenerife. Lee el resto de la entrada »
Entre el cambio climático y el derroche de nuestros vertederos a donde tiramos la mitad de la comida, las cigüeñas hace muchos años que no llegan desde África el 3 de febrero. Con una población de cigüeña blanca no migratoria cada vez más numerosa, el famoso refrán de «Por san Blas, la cigüeña verás» ha perdido definitivamente vigencia.
Sin embargo, al permanecer durante todo el año entre nosotros, pero empezar en estos días a preparar sus nidos para una nueva temporada de cría, podríamos perfectamente adaptarlo a «Por san Blas, las cigüeñas protegerás«. Lee el resto de la entrada »
La avutarda (Otis tarda) es un pájaro sorprendente. Tan voluminoso y pesado (hasta 18 kilos), que parece mentira que pueda volar. De ahí le viene lo de “ave tarda”. Prefiere caminar a emprender su casi imposible vuelo.
Con pinta de grandes pavos salvajes, desde niño los buscaba en las parameras castellanas, admirado de sus espectaculares paradas nupciales o “ruedas”, esas curiosas reuniones de sexo en grupo donde los machos elaboran una peculiar danza circular para atraerse el mayor número posible de hembras, en plan fiesta adolescente.
Resulta que los barbones ingieren veneno a propósito en un extraño comportamiento entre automedicación y droga sexual. Cuando llega la primavera se hartan a comer dos especies de insectos muy tóxicos, la aceitera (Berberomeloe majalis y Physomeloe corallifer), cuyos componentes químicos tienen capacidad para matar a un ser humano. Pero no a ellos. Sólo los más fuertes logran consumirlos en gran número sin daño aparente y con una doble finalidad: eliminar sus parásitos intestinales y aparentar mayor fuerza y salud frente a las hembras. Animales polígamos, cuanto más puedan atiborrarse con estos indigestos coleópteros, más y mejor ligarán.
Por eso las Julietas de avutarda lo primero que miran a los Romeos es su culo, que los mozos exhiben frente a ellas con orgullo de machos alfa. Uno por uno analizan el blanco plumaje que rodea a la cloaca para garantizar que la zona por la que entrarán en contacto durante la cópula esté libre de parásitos o de síntomas de su presencia como la suciedad producida por una diarrea.
Por eso el macho asume el riesgo de ingerir un producto muy venenoso. Para mostrar a las hembras que es resistente a su toxicidad y que dicha resistencia puede transmitirla a su descendencia. Culitos limpios, cópula feliz.