
Carbonero garrapinos, una especie ligada a desarrollos urbanos integradores. Foto: Mario Díaz
Si una ciudad es buena para las aves, porque tiene variados ecosistemas naturales, lo será mucho mejor para las personas que vivan en ellas. Así lo ha confirmado un potente estudio científico realizado por un equipo internacional en el que participan investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Universidad de Granada, después de analizar la distribución de 115 especies de aves en primavera y 72 que pasan el invierno en nueve ciudades europeas.
La conclusión a la que han llegado es que la configuración de los espacios urbanos favorece la presencia de especies con diferentes características, con lo que ello supone para la mejora de los ecosistemas y la salud de la ciudadanía. El artículo, publicado en la revista Science of the Total Environment, propone líneas de actuación para favorecer la creación de urbes más habitables, tanto para las aves como para los ciudadanos. Naturalizar las ciudades, llevar más naturaleza a las urbes, menos hormigón y asfalto.