Las islas Canarias no solo han cambiado con las erupciones de los volcanes, sino que también lo han hecho a golpe de erosión, gigantescos desprendimientos y grandes tsunamis asociados a estos derrumbes de proporciones colosales. Altísimas montañas se han venido abajo, «megadeslizamientos» que en el último millón de años formaron en Tenerife los valles de Güímar y de La Orotava, modificando el paisaje pero también cambiando el destino evolutivo de infinidad de especies tanto animales como vegetales a las que aislaron e incluso extinguieron.
Una reciente investigación española ha demostrado hasta que punto estos gigantescos derrumbamientos y sus tsunamis han cambiado la vida evolutiva de unos humildes insectos, los diminutos gorgojos. Víctimas de esos grandes derrumbamientos, algunas poblaciones quedaron definitivamente separadas por altos cantiles y nunca más volvieron a juntarse. Cientos de miles de años después, la evolución ha hecho su magia y por culpa de ese aislamiento catastrófico ahora son casi casi especies diferentes.
Separados para volver a unirse
Según explican en un artículo los científicos Víctor Noguerales y Brent Emerson, empleando como modelo de estudio un complejo de especies de gorgojos del género Laparocerus (imagen 3), investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) han desvelado como esos megadeslizamientos de La Orotava y Güímar provocó el aislamiento geográfico y contacto posterior de aquellas poblaciones que no se vieron afectadas por estos eventos.
Los hallazgos de este estudio, recientemente publicado en la revista Molecular Ecology, han sido posibles gracias al empleo de datos genómicos procedentes de secuenciación de ADN de alto rendimiento y su integración con herramientas de modelado demográfico. Estas herramientas permiten simular la trayectoria demográfica de las poblaciones bajo diferentes escenarios hipotéticos para después seleccionar estadísticamente el escenario cuyas simulaciones explican mejor los datos observados.
Mediante este estudio, los autores descubrieron que las poblaciones de gorgojos capturadas en las zonas geológicamente más estables (Teno, Anaga o sur de Tenerife) comenzaron a diferenciarse genéticamente de un ancestro común en un periodo de tiempo que coincidía con las edades estimadas de los megadeslizamientos de La Orotava y Güímar. También observaron que los individuos capturados en dichas áreas constituían grupos genéticos con un bajo grado de afinidad genética (coancestría), y que a su vez tenían menor diversidad genética. Por el contrario, los individuos capturados dentro de los límites geográficos de los megadeslizamientos de La Orotava y Güímar presentaban mayor diversidad genética y sus genomas eran el resultado de la mezcla genética entre las poblaciones aledañas asentadas en áreas más estables.
Los anteriores resultados señalan a las oscilaciones climáticas del Cuaternario como factor determinante de estos patrones de mezcla genética en una compleja topografía modelada por antiguos megadeslizamientos. Estos hallazgos proporcionan un marco conceptual para entender las consecuencias demográficas de las dinámicas geológicas en islas oceánicas y su papel en el origen de nueva variación genética a pequeñas escalas espaciales, a través de procesos de aislamiento de poblaciones y posterior mezcla genética entre las mismas.
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Artículo citado:
Noguerales, Víctor & Arjona, Yurena & Olivares, Víctor & Machado, Antonio & López, Heriberto & Patiño, Jairo & Emerson, Brent. (2024). Genetic legacies of mega-landslides: Cycles of isolation and contact across flank collapses in an oceanic island. Molecular Ecology. 33. https://doi.org/10.1111/mec.17341
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¿Creéis que este tipo de catástrofes naturales puede afectar al Turismo?
Mi opinión es que si, los turistas principalmente buscan tranquilidad y están prefiriendo otras costas de España como la Costa del Sol, Marbella o Mallorca.
Aunque por otro lado este tipo de naturaleza atrae a muchas personas interesadas en visitarlo
Buen Artículo
Saludos
29 mayo 2024 | 10:06