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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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El increíble viaje de un vencejo pekinés supera a Marco Polo

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Durante siglos hemos estado fascinados por los vencejos, esas gritonas aves de nunca parar, capaces de comer, copular y hasta dormir en el cielo. Sin duda el ave más común y desconocida de nuestra fauna.

Gracias a las nuevas tecnologías, esa fascinación se está tornando en absoluto asombro científico. Como ya os conté en otro post,  Goyeneche, un joven vencejo común nacido en 2012 en Madrid, viajó hasta Uganda y Tanzania, cerca del lago Victoria, para meses después seguir hasta Kenia, cerca de la isla de Zanzíbar, a 6.000 kilómetros de su nido. La vuelta la hizo pasando por la República Democrática del Congo, la costa de Camerún e incluso una zona de alta mar cerca de la costa de Liberia. En menos de diez meses realizó un viaje de más de 20.000 kilómetros antes de regresar a Madrid… y todo ello sin detenerse a descansar o dormir.

Pero hasta en esto nos gana China. Un estudio ha revelado que los vencejos de Pekín (Apus apus pekinensis) que crían en su turístico Palacio de Verano viajan más de 13. 000 kilómetros, solo de ida, para pasar el invierno en el sur de África antes de retornar al país asiático la primavera siguiente, lo que sumaría alrededor de 26.000 kilómetros en su periplo migratorio anual. Visto así, Marco Polo queda como un aprendiz de viajero.

Según explica SEO/BirdLife a través de un comunicado, esto significa que, en su tiempo de vida, de media esta subespecie oriental del vencejo común  cubrirá una distancia migratoria mayor de 180.000 kilómetros, cerca de la mitad de distancia desde la Tierra a la Luna. La información ha sido publicada por el portal británico Rare Bird Alert, especializado en la divulgación de rarezas y otros aspectos fascinantes de las aves. Lee el resto de la entrada »

600 millas buscando chapapote entre delfines y pardelas

La Crónica Verde

Acabo de pasar cuatro días seguidos navegando por la costa de Gran Canaria en una patrullera de la Guardia Civil. Ha sido una experiencia dura pero extraordinaria. Al final hemos recorrido más de 600 millas por un mar increíble trufado de pardelas, delfines, ballenas y tortugas. Un extraordinario paraíso en peligro.

Como os conté la semana pasada, formo parte del equipo de especialistas de SEO/BirdLife que evalúa el impacto ambiental del vertido provocado tras el hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov a 24 kilómetros al sur de Maspalomas. Desde el 14 de abril en que se fue a pique está liberando las más de 1.400 toneladas de tóxico fuel de sus depósitos.

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Un bloguero sobre la mancha de fuel del Oleg Naydenov

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Para cuando este post se publique ya estaré navegando por la costa de Gran Canaria en una patrullera de la Guardia Civil. Formo parte del equipo de cien voluntarios de SEO/BirdLife que vamos a evaluar el impacto ambiental del vertido provocado tras el hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov a 24 kilómetros al sur de Maspalomas.

Desde el 14 de abril, cuando se fue a pique, está liberando al Atlántico las más de 1.400 toneladas de tóxico fuel de sus depósitos a un ritmo de 10 litros a la hora. Los primeros resultados confirman una gran extensión de la mancha, así como la presencia de importantes concentraciones de pardelas, tortugas y cetáceos en la zona. Algunas aves ya han aparecido muertas o petroleadas. Son la punta de un iceberg que poco a poco, a lo largo de muchos meses, emponzoñará uno de los espacios naturales más valiosos de la Unión Europea.

No hemos aprendido nada del Prestige. 13 años después no hay designados puertos de refugio para barcos en apuros que eviten estos desastres. La consigna sigue siendo la misma: “Cuanto más lejos mejor”. Y la realidad, tan contraria como incuestionable: “Cuanto más lejos peor”.

Decía el otro día en Fuerteventura el escritor Manuel Rivas, uno de los intelectuales que más se significaron durante la tragedia del petrolero en Galicia, que hemos convertido los mares en un sinlugar, en el cubo de basura de nuestros desechos.

Tiene razón. Entonces todos gritamos “Nunca máis”. Aquí en Canarias decimos “Más nunca” y llamamos al chapapote piche, pero el grito es el mismo. Estamos hartos de tanta incompetencia, de tanta irresponsabilidad.

No nos damos cuenta de que si matamos los mares nos matamos a nosotros mismos. O quizá sí lo sabemos, pero nos importa una mierda. La que ahora tratamos de recoger en las playas para ocultar nuestras miserias.

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Ya han llegado las golondrinas, los cucos y los ruiseñores

Golondrina ventana_Mario Cea

Las aves migratorias están de vuelta a casa. A la nuestra, pues para ellas tan casa es la zona de invernada como la de cría. Volver a disfrutar con el vuelo familiar de las primeras golondrinas en los pueblos, escuchar en el soto el primer ruiseñor, la bella oropénola, el aprovechado del cuco o el incansable abejaruco; también las meseteñas collalbas. Lo habrás notado estas vacaciones a poco que hayas salido al campo, donde el milano negro vuelve a ser habitual. La primavera es ahora mismo una evidencia pajaril, aunque cada vez estas especies llegan con el calendario más trastocado.

Las golondrinas, por ejemplo, vuelven cada vez más pronto a España. El estudio y seguimiento de las poblaciones que lleva a cabo SEO/BirdLife de manera continua está permitiendo constatar un cambio en sus pautas migratorias. En medio siglo, la llegada de estas aves desde África al comienzo de la primavera se ha adelantado dos semanas. Si en la década de los 60 del siglo XX la fecha media de llegada a la península Ibéricaestaba en torno al 30 de marzo, ahora está en el 16 de marzo.

Los primeros ejemplares de golondrina común (Hirundo rustica) llegan en el mes de febrero y los últimos en partir lo hacen en el mes de noviembre.  Además, la península Ibérica es una zona de paso de parte de la población europea. Millones de golondrinas atraviesan en primavera nuestro territorio cuando se dirigen hacia las zonas de cría en el norte del continente y vuelven a pasar hacia el sur en otoño en su ruta hacia las áreas africanas donde invernan.

Gracias al registro de los primeros avistamientos por parte de observadores aficionados a las aves es posible anotar cada año la fecha de llegada y de paso migratorio de esta especie por el mayor número posible de lugares (Programa Aves y Clima de SEO/BirdLife). El registro de estos datos desde mediados del siglo XX ha permitido constatar el adelanto de la llegada de las golondrinas a España.

“Esta pauta podría tener que ver con el cambio global”, explica Blas Molina, técnico del área de Seguimiento de Avifauna de SEO/BirdLife, a través de una nota de prensa. “Unas temperaturas más benignas conllevan que la disponibilidad de insectos sea mayor y haya recursos disponibles para un ave insectívora a finales de invierno, pero parece que esto por sí solo no explica estos cambios en los patrones de migración”, matiza el ornitólogo de SEO/BirdLife.golondrina3© José Manuel Arcos

Otros factores como los cambios en el uso del suelo en el norte de África parecen tener un peso mayor en el acortamiento de las distancias migratorias, comenta Blas Molina. De hecho, esto ha dado lugar a un aumento de los individuos que deciden no cruzar al otro lado del Sahara para pasar el invierno y se quedan en zonas del norte de África. Esto implica acortar el camino de ida y vuelta y que puedan llegar mucho más pronto a las zonas de cría en Europa.

Paralelamente al adelanto de la llegada de la golondrina en primavera a España, se ha registrado un aumento de los individuos presentes en pleno invierno (diciembre-enero) principalmente en el suroeste peninsular, en las zonas más térmicas, explica Blas Molina.

Sobre los viajes de las golondrinas

En sus rutas migratorias, las golondrinas tienen que atravesar zonas marinas y aunque cruzan por el Estrecho de Gibraltar, no desdeñan hacerlo también por pleno mar hasta alcanzar la costa. El cruce África-Europa puede verse frenado por los vientos fuertes de Levante que soplan con frecuencia en la zona del Estrecho. Las condiciones meteorológicas en un año concreto pueden influir por tanto en un atraso o adelanto del cruce desde África a Europa en esa temporada. Sin embargo, la larga serie histórica de observaciones permite constatar que hay una marcada y continua tendencia a adelantar su llegada a Europa, al margen de las variaciones que puedan darse entre años consecutivos.

Durante sus viajes, las golondrinas utilizan los ríos y las líneas de costa que marcan la dirección de avance. Y usan las masas de vegetación en los humedales para pasar la noche. En esas ocasiones se pueden concentrar cientos y hasta varios miles de ellas, sobre todo una vez terminada la reproducción. 

Golondrina, Ave del Año 2014

La golondrina común fue declarada Ave del Año 2014 por SEO/BirdLife, ya que se ha constatado un fuerte declive de su población, que ha descendido un 30% en la última década. En 2004 se estimó una población de 30 millones de golondrinas comunes en España. Lamentablemente, las estimaciones actuales indican una reducción en torno a 10 millones de ejemplares.

Fenología golondrina

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Perdemos turismo… alado

Petirrojo_ilustración ©Juan VarelaEspaña recibió en 2014 más turistas extranjeros que nunca. De los de dos piernas y tarjeta de crédito, porque de los otros turistas, los alados, cada vez llegan menos por culpa del cambio climático.

Así se acaba de comprobar gracias a un interesante estudio científico realizado con los petirrojos del norte de Europa (Erithacus rubecula) que pasan el invierno en la Península Ibérica huyendo de las bajas temperaturas y la escasez de comida. Un 80% menos de estos pájaros durante las últimas cinco décadas, según indica un estudio realizado por José Luis Tellería, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de la Complutense de Madrid, y que publica el último número de Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife .

En declaraciones a Europa Press, Tellería subraya que la conducta del petirrojo «es una tendencia general que afecta a casi todos los paseriformes analizados como el bisbita pratense, la lavandera blanca, el zorzal alirrojo, el zorzal común, la curruca capirotada y el mosquitero común, con descensos que oscilan entre el 30% y el 100% aproximadamente».

El trabajo refleja que el número total de anillas recuperadas de petirrojo europeo se ha incrementado como consecuencia del aumento de la actividad del anillamiento (143 recuperaciones antes de 1970, 171 entre 1971-1999 y 3.286 entre 1991-2010). En cambio, y a pesar de este incremento, el número de ejemplares marcados fuera de la Península y recuperados en España decrecía desde la década de 1970 en adelante (106 en 1979, 100 entre 1971-1990 y 26 entre 1991-2010), mientras que las recuperaciones a corta distancia (ejemplares ibéricos) aumentaban exponencialmente. Así se desprende que «estos resultados corroboran la reducción del número de petirrojos invernantes en España procedentes del centro y norte del Europa». Se quedan cada vez más al norte, y nosotros cada vez más sin ellos.

«Este decrecimiento no se puede explicar por cambios en la actividad anilladora en dichas décadas ya que, por el contrario, los esfuerzos de anillamiento se han incrementado. Ni tampoco se debe al declive de las poblaciones de esta especie pues hay evidencias de que el número de petirrojos está aumentando en Europa según el European Bird Census Council (EBCC)«, añade el autor.

Por tanto, para SEO/BirdLife el estudio ha revelado que el petirrojo es un indicador del cambio climático, como consecuencia de los inviernos cada vez menos crudos en Centroeuropa. «El calentamiento global influye en la fenología y la conducta de las aves, corroborando que estas son un indicador de los cambios en nuestro entorno», ha destacado la organización.

Aunque yo destacaría otro aspecto más anímico que científico, pero no por ello menos importante. Pasear en invierno por parques, jardines, alcornocales, encinares y robledales españoles, y no encontrarte con la familiar silueta del curioso petirrojo, de la golosa curruca capirotada, del asustadizo zorzal, del nervioso mosquitero o de la alegre lavandera no va a ser lo mismo. Aunque sólo fuera para oír su reclamo y, como expresó magistralmente el gran Octavio Paz, sentir al escucharlo

«que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos».

Artículo citado: TELLERÍA (2014) Has the number of European robins Erithacus rubecula wintering in Spain decreased? Ardeola, vol. 61.2, pp. 389-391.

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Matar cigüeñas sale muy barato

©Tatavasco Images

© Tatavasco Images; SEO/BirdLife

¿Te acuerdas del cura de Alcolea de Cinca (Huesca)? ¿Ése que desahució a las cigüeñas de su parroquia? Ocurrió la pasada primavera. Como os conté en su momento, el tal párroco desalojó por las bravas a las 39 parejas de cigüeña blanca en el momento más crítico de su nidificación, cuando ya estaban con huevos y pollos. No contento con tirar estos 39 nidos, electrificó la torre y tejados para garantizar que no regresaran las patilargas. Lo hizo tan a lo salvaje que una de ellas murió de un calambrazo.

«A ver si se hace justicia y crujen a esos sádicos», comentó un lector.

Pues sí, al final ha habido sentencia gracias a la denuncia que interpuso SEO/BirdLife, pero no se ha hecho justicia.

Como ha informado la veterana entidad conservacionista, la resolución no reconoce la gravedad de los hechos, al sancionar al párroco (José María Huerva Mateo), responsable confeso del estropicio, con una raquítica multa de 500 euros cuando el daño estaba valorado en 13.480 eurosEn realidad mucho más, pues ¿puede valorarse una vida en euros?

La sección de Régimen Jurídico del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Huesca solicitó a los técnicos una valoración económica de la infracción, quienes establecieron que del total de la colonia, unos 13 pollos habían muerto a causa de las molestias causadas por las obras. ¡13 pollos muertos de inanición!

No menos grave resulta el hecho de que, además de realizar las obras en el tejado de la iglesia durante un periodo no autorizado, el propio párroco decidió instalar un dispositivo de descargas eléctricas para ahuyentar a las cigüeñas desalojadas y evitar que volvieran. De resultas del invento, una de las cigüeñas sufrió una fuerte descarga y quedó ensartada en la cruz-veleta de hierro de la iglesia.

En el informe veterinario oficial del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Alfranca, al que fue llevado el animal agonizante tras pasar varios días ensartado en el tejado y ser rescatado por los bomberos de la comarca del Cinca Medio, se establece que:

Muy probablemente el accidente se ha visto favorecido por la presencia de un pastor eléctrico recientemente instalado en el tejado de la iglesia” y continúa afirmando que dicho dispositivo “representa un serio peligro para estas aves. El cable del pastor eléctrico está levantado sobre pivotes metálicos, constituyendo una trampa mortal”.

SEO/BirdLife (y cualquiera con dos dedos de frente) considera que la sanción ha sido insuficiente dada la gravedad de los hechos y la valoración oficial realizada. Igualmente tilda de «alarmante y del todo injustificable» que la Dirección Provincial contara con informes emitidos por técnicos de la propia Administración y resolviera el expediente sin tener en cuenta su contenido.

Beneficiosas para los agricultores 

Las cigüeñas han resultado ser unas auténticas devoradoras de cangrejos americanos (según la necropsia del veterinario, el ejemplar que murió tenia el buche lleno de estos invertebrados), topillos y ratones entre otras presas, por lo que son un buen aliado de los agricultores y muy beneficiosas para que las explotaciones sean más rentables.

Prohibido tirar sus nidos

La legislación ambiental prohíbe la retirada de nidos, la destrucción de los mismos o cualquier molestia o afección que repercuta negativamente en la fase reproductora de las aves, por lo que algunas prácticas habituales como la rotura o retirada de nidos de cigüeñas, golondrinas o aviones comunes, o el tapado de mechinales donde se reproducen vencejos, es una infracción administrativa.

Para estos casos se cuenta con medidas alternativas, y en cualquier caso, si se demostrara tras un preceptivo informe técnico que se están produciendo daños al patrimonio monumental o existe riesgo real para las personas, el órgano ambiental competente de la comunidad autónoma correspondiente podría emitir una autorización para realizar los trabajos necesarios, siempre en la época más adecuada (cuando no afecte a la reproducción de las especies protegidas). También podría aautorizar la posible retirada de nidos si no existiese otra solución satisfactoria, pero siempre con permiso.

El vallado eléctrico sigue matando

No hay multa, pero tampoco obligación de retirar ese sanguinario sistema anti cigüeñas. De hecho ahí sigue.

SEO/BirdLife ha solicitado al párroco la retirada del dispositivo eléctrico y su estructura metálica antes de que se produzcan más muertes, y que tras finalizar las obras de rehabilitación estructural de la cubierta, se vuelvan a instalar nidales para las cigüeñas, compensando o minimizando, en la medida de lo posible, los daños causados a una especie protegida.

¿Les hará caso? Lo dudo. Tanto lío por 500 euros. Ningún problema. Se mete mano en el cepillo y asunto resuelto. Y a las cigüeñas, que les den… calambrazos.

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Las escopetas llevan a codornices y tórtolas hacia la extinción

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Codorniz. © Raniero Massoli Novelli / Wikimedia Commons

Como marca la tradición cinegética, el pasado 15 de agosto, día festivo en toda España, se abrió la media veda de caza en Castilla y León y otras regiones. Hay que darse prisa para matar el mayor número posible de codornices y tórtolas antes de que éstas inicien su migración hacia África.

El que cada vez haya menos codornices y tórtolas europeas (la común, no confundir con la abundante turca) no es problema. De hecho, desde hace años los grupos de investigación y conservacionistas claman por prohibir durante unos años esta carnicería de los últimos mohicanos, en la esperanza de que sus maltrechas poblaciones puedan recuperarse algo. Caso omiso. Se siguen manteniendo unos cupos imposibles, 30 codornices y 8 tórtolas por cazador y día.

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Goya. Caza de la codorniz

¿Alguien logró estos días tales perchas? Quizá alguno en Burgos, la tierra más codornicera de España, pero la mayoría de los cazadores se volvió a casa con los cartuchos en los bolsillos. En la comarca de Sahagún, donde he pasado unos días, todos con los que hablé estaban enfadadísimos; se volvían a casa de bolo. También como marca la tradición, algún joven de aguilucho y de milano negro recibió el plomo de los indignados escopeteros. Yo vi dos.

Pero vamos a ver. ¿No habíamos quedado que los cazadores son gestores medioambientales? ¿Desinteresados amigos de la naturaleza empeñados en mantener sano el ecosistema eliminando las poblaciones excedentarias y cuidando a las menguadas?

Pues con la codorniz y la tórtola no lo parecen. Más se diría que sólo les interesa disparar a estos animales al grito ibérico de «el que vega detrás que arreé«.

De hecho, y según SEO/BirdLife, en la media veda se pueden llegar a abatir cada temporada más individuos de los que las poblaciones naturales son capaces de producir en sus nidadas.

Especialmente grave es la situación de la tórtola europea, cuya época reproductora comienza en el mes de abril y se prolonga hasta finales del mes de agosto, justo cuando los cazadores aún pueden encontrarse nidos ocupados.

¿Quieres más precisión? De acuerdo con los datos obtenidos por el programa Sacre 2012 de SEO/BirdLife, en el caso de la codorniz (gráfico 2), durante el periodo de 1998-2013 sus poblaciones nacionales han sufrido un grave declive de más del 53%. Para el mismo periodo, la tórtola (gráfico 3) sufrió un declive de más del 30% de su población.

Es verdad que la culpa de esta extinción no la tienen tan sólo los cazadores. El mayor culpable es el terrible cambio agrícola registrado en el campo español en las últimas décadas, con nefastas consecuencias para la fauna salvaje.

Por ejemplo, no es de recibo que a mediados de agosto la mayor parte de los campos castellano-leoneses estén ya arados o quemados sus rastrojos. Y aún más grave, la superficie dedicada a los cereales de secano es cada vez menor, sustituidos por cultivos leñosos en regadío como el maíz (transgénico, por supuesto).

Pero tampoco es de recibo que ante el delicado estado demográfico de las poblaciones silvestres de estas aves, las Administraciones autonómicas sigan autorizando año tras año unos cupos mucho mayores que los que capturan los propios cazadores.

Eso, estimados técnicos y/o políticos, no se puede llamar gestión del recurso. Ni el silencio de los cazadores, que deberían exigir una moratoria urgente, se puede llamar amor a la naturaleza. Eso, sencillamente, es ser un salvaje irresponsable.

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Tendencia poblacional de la codorniz común en España 1998-2013 (Fuente: SEO/BirdLife. Datos del Programa Sacre).

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Tendencia poblacional de la tórtola europea en España 1998-2013 (Fuente: SEO/BirdLife. Datos del Programa Sacre).

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Viajeros imposibles: de Madrid a Kenia sin parar a dormir

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© Wikimedia Commons

Casi de repente, los cielos españoles han enmudecido. ¿Te has dado cuenta? Apenas quedan vencejos. Esas aves locas y gritonas que pasan raudas por los edificios en cerradas formaciones. Las mismas que nos estropean tantas fotos de paisajes al cruzar veloces por delante del objetivo de la cámara. Esas que mucha gente confunde con las golondrinas pero nada tienen que ver con ellas. Los vencejos se han ido.

Vencejo con geolocalizador © Javier de la Puente SEO BirdLife

Vencejo con geolocalizador © Javier de la Puente / SEO BirdLife

Llegaron muy tarde de África, al final de la primavera, y se van muy pronto, a mitad del verano. La mayoría de sus efectivos europeos ya ha abandonado el continente europeo. El pasado sábado, voluntarios de la Fundación Migres censaron más de 30.000 vencejos en uno solo de los observatorios instalados en el Estrecho de Gibraltar. Lo cierto es que cientos de miles de ellos están cruzando por todo el sur español. Un flujo constante que se mantendrá activo hasta la próxima semana.

¿A dónde van?  En realidad son más de allí que de aquí. En realidad son de ninguna parte. Hijos del viento, tras siglos de incógnitas, los movimientos de esta pequeña ave (apenas 40 gramos de peso) empiezan a conocerse ahora gracias al uso de minúsculos geolocalizadores instalados sobre sus espaldas a modo de diminutas mochilas.

No son GPS. Registradores de la cantidad de luz recibida, mediante complicadas fórmulas astronómicas a partir de la hora del amanecer y del anochecer y del número de horas diarias de luz, son capaces de especificar dónde se encuentra el ave en cada momento.

En verano de 2012 SEO/BirdLife marcó ocho vencejos comunes con geolocalizadores y, un año después, los técnicos del Programa Migra consiguieron recapturar uno para descargar la información almacenada en su aparato. Se trataba de Goyeneche, un joven vencejo nacido ese mismo año en Madrid.

Los resultados obtenidos nos han dejado a todos boquiabiertosDesde el municipio madrileño de Nuevo Baztán, viajó hasta Uganda y Tanzania, cerca del lago Victoria, para meses después seguir hasta Kenia, cerca de la isla de Zanzíbar, a 6.000 kilómetros de su nido. Muy diferentes esas extensas áreas de selvas y sabanas de su meseta castellana de nacimiento.

La vuelta la hizo pasando por la República Democrática del Congo, la costa de Camerún e incluso una zona de alta mar cerca de la costa de Liberia. En menos de diez meses realizó un viaje de más de 20.000 kilómetros antes de regresar a Madrid… y todo ello sin detenerse a descansar o dormir.

No pueden parar. Como su nombre científico indica [Apus significa en griego «sin patas»], tienen tan atrofiadas las extremidades inferiores que es como si no existieran. Apenas pequeñas garras para colgarse unos segundos de riscos y paredes.

Comen, beben, copulan y hasta duermen en el aire. Sólo reposan para incubar y alimentar a los pollos. El resto del año, 24 horas al día, vuelan y duermen a gran altura. Si cayesen al suelo no podrían levantarse. Por eso yo las llamo cariñosamente «las aves de nunca parar». 

Este verano se han marcado más vencejos con geolocalizadores gracias al patrocinio de la Fundación Iberdrola. Un total de 32, en tres provincias españolas: 22 en Madrid, 6 en Ciudad Real y 4 en León, todos equipados con esos dispositivos en su espalda que nos permitirán espiar sus secretos viajes imposibles.

Se acaban de ir y ya los hecho de menos. 

El viaje del vencejo ‘Goyeneche’ ©SEO-BirdLife

El increíble viaje del vencejo ‘Goyeneche’. ©SEO-BirdLife

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El turismo loco amenaza el paraíso canario de los pájaros

Faro Alegranza

Faro de la isla de Alegranza. ©WWF

Alegranza es un islote deshabitado de 10 kilómetros cuadrados situado al norte de Lanzarote. Está considerado uno de los espacios naturales más importantes de la Unión Europea. Pero es propiedad privada.

Sí, lo has leído bien. Una isla canaria pertenece integramente a una familia. Razón de peso para explicar que a este volcán solitario en medio del Atlántico también le haya llegado la amenaza del pelotazo turístico. Un descabellado proyecto para convertir en hotel de lujo el faro de Alegranza, la única construcción del espacio natural más protegido (sobre el papel) de toda Canarias.

Alegranza es el espacio natural protegido marítimo-terrestre más importante de las islas Canarias. Sus aguas albergan la mayor biodiversidad marina. Su vegetación se encuentra entre las primeras de Europa en cuanto a la presencia de especies endémicas. Además, es el refugio de la mayor diversidad de rapaces y el mayor número de especies amenazadas de aves de las islas Canarias.

Sólo allí se calcula que crían unas 8.000 pardelas cenicientas (Calonectris diomedea), varios cientos de petreles de Bulwer (Bulweria bulwerii), decenas de pardelas de macaronesia (Puffinus baroli), cientos de paíños europeos (Hydrobates pelagicus) y cerca de un centenar de paíños de Madeira (Oceanodroma castro). Por no hablar del guirre (Neophron percnopterus majorensis), el halcón de Eleonor, el halcón tagarote o el águila pescadora.

Instalar en Alegranza un hotelito de lujo y abrir el islote al turismo supondría un desastre para este paraíso. El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, al que pertenece Alegranza, lo prohíbe, al controlar y restringir su uso público; también recoge la necesidad de que las instalaciones del faro alberguen una estación biológica que sirva de apoyo a las actuaciones de conservación del espacio (gestión, vigilancia, investigación, educación y sensibilización ambiental). Nada que ver con lo que ahora se pretende.

Como yo y tantos otros, SEO/BirdLife, WWF España, la Fundación César Manrique e investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) quieren evitar el uso turístico del Faro de Alegranza. Para lograrlo, han mandado un escrito a la Autoridad Portuaria de Las Palmas solicitando que se cumpla la ley y se garantice el uso público de esta instalación pública. ¿Nos harán caso? Oscuros intereses económicos pueden ser mucho más fuertes que la cordura y el sentido común.

Por desgracia éste no es un caso aislado. SEO/BirdLife ha denunciado también la existencia de un proyecto muy similar en el faro de la isla de Sa Conillera, en Baleares. El proyecto de construcción del hotel podría afectar allí al entorno de la mejor colonia de pardela balear (Puffinus mauretanicus) del territorio español, una especia tan escasa que es considerada el ave más amenazada de Europa, de acuerdo con los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Cuando hablaban de salida de la crisis, ¿a qué se referían? ¿A volver al ladrillazo? ¿A destrozar los únicos rincones naturales que nos quedan sin urbanizar en España?

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Renfe fleta un tren turístico para ir a ver pájaros a Doñana

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El turismo ornitológico ya no es asunto extravagante de unos pocos extranjeros con prismáticos. Viajar para ver aves y volver a casa sin macutos llenos de cadáveres sangrantes y sí con la maravillosa experiencia de eso, de haber visto bellos pájaros en su ambiente natural, está cada día más de moda.

Tanto que incluso este año la afición cuenta con un «tren-hotel de la naturaleza«, el primero fletado por RENFE en colaboración con SEO/BirdLife para acudir del 30 de abril al 4 de mayo a la Feria Internacional de las Aves y de Naturaleza ‘Doñana BirdFair’.

El curioso Train & Breakfast pajarero nos ofrece además la oportunidad de recuperar un estilo de viaje tranquilo, seguro, sostenible y cómodo. Sale de Barcelona, tiene paradas en Sant Vicenç de Calders (Tarragona), Lleida, Zaragoza, Madrid y Sevilla y te llevará al corazón de las marismas de Doñana, el paraíso europeo de las aves. Justo en el momento más espectacular de la primavera marismeña. Un gran encuentro de ornitólogos aficionados y profesionales para celebrar por todo lo alto el 60 aniversario de SEO/BirdLife, nuestra veterana ONG medioambiental.

Te dejo el vídeo de promoción de la Feria, por si te animas a pasar este puente por Doñana. Un completo y variado programa de actividades, rutas guiadas, concursos de fotografía, espectáculos y eventos te están esperando.

Foto: Renfe

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