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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

El satélite no engaña: comemos fresas y arándanos ilegales

Invernaderos en el espacio forestal de Doñana. Foto: Santi Donaire/WWF

¿Pueden ser unas fresas o un puñado de arándanos ilegales? Ellos no, pero sí el agua de esos cultivos industriales de los que se alimentan. Frutos vendidos impunemente, que compramos y comemos pensando que proceden de esas muchas explotaciones legales que sí que existen, pero que en realidad proceden del robo del acuífero de Doñana, un espacio natural valiosísimo formado tras millones de años y que un puñado de listillos sin escrúpulos están destruyendo a mayor gloria de sus pelotazos económicos.

Una nueva investigación de WWF calcula que hasta 1360,2 hectáreas de cultivos se están regando ilegalmente en estos momentos en Doñana fuera de la zona agrícola regable delimitada por el Plan de la Fresa. De ellas, el 80 % son cultivos de frutos rojos ilegales. Esta grave situación se produce mientras el acuífero de Doñana se encuentra en un momento crítico y su biodiversidad en caída libre. Además, los recientes planes anunciados por la Junta de Andalucía para modificar el Plan de la Fresa amenazan con agravar aún más esta situación.

Ante ello, WWF pide de manera urgente el cierre de todos los pozos y fincas ilegales y la aplicación del Plan de la Fresa en su redacción actual, tal y cómo está acordado para el cumplimiento de la sentencia de la Comisión Europea y recomendado por la Unesco.

Ilegalidades a vista de satélite

El nuevo estudio de WWF detecta las ilegalidades que los empresarios agrícolas están cometiendo en Doñana usando ilegalmente el suelo y el agua justo en el momento en que están sucediendo, gracias al uso de imágenes satelitales, ortofotografías aéreas, y  comprobaciones sobre el terreno.

Por ello, WWF ha denunciado ante la Junta de Andalucía, el Ministerio para la Transición Ecológica y el SEPRONA todas estas fincas ilegales y exige medidas urgentes para que se retiren los cultivos de regadío ilegal y se clausuren de forma inmediata todas las captaciones no autorizadas. Asimismo, preparará la documentación correspondiente para denunciar ante la Fiscalía de Medio Ambiente los posibles delitos ambientales.

De las más de 1300 hectáreas de cultivos ilegales detectadas por WWF, el 80% (1089,1 hectáreas) son cultivos de fresas y frutos rojos, por lo que WWF remitirá la información oportuna a los supermercados europeos. Del total, 882,1 hectáreas de superficie regada de manera ilegal se encuentran en la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir, y 481,7 hectáreas en la Demarcación Hidrográfica del Tinto, Odiel y Piedras (cuya competencia en materia de agua- a diferencia de la del Guadalquivir- corresponde a la Junta de Andalucía).

En verde y rojo, superficies regadas ilegalmente. Foto: WWF

Diez años destrozando Doñana

El estudio demuestra, además, que desde que se aprobó hace ya 10 años el Plan de la Corona Forestal de Doñana (Plan de la Fresa), la cifra de hectáreas de regadío ilegal de frutos rojos en el ámbito de este Plan nunca ha descendido de las 1000 hectáreas.

La investigación identifica que del total de la superficie ilegal, 294,8 hectáreas corresponden a fincas regadas ilegalmente en zona forestal de alto valor ambiental (zona A del POTAD), es decir, en un área donde los agricultores arrancaron deliberadamente las masas de árboles para instalar sus cultivos ilegales.

El informe de WWF también hace una estimación de cuánta agua se ha extraído de manera ilegal para regar estos cultivos. El consumo de agua por parte de la agricultura ilegal podría llegar hasta 9hm3, lo que supone una amenaza para la recuperación del acuífero, que se encuentra en el máximo nivel de alarma.

“Es intolerable que una campaña más, millones de kilos de fresas y otros frutos rojos regados con agua robada del acuífero de Doñana acaben en muchos supermercados nacionales y extranjeros, con total impunidad y ante los ojos de todas las administraciones responsables, mientras Doñana está al borde del colapso ecológico”, ha declarado Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.  Y añade: “el robo del agua está provocando un impacto ambiental enorme, pero también económico al dañar la imagen del sector y provocar una competencia desleal con los productores legales”.

“No se puede seguir invirtiendo más de 350 millones de euros de dinero público en el Acuerdo por Doñana, mientras se siguen cultivando más de 1300 hectáreas de secano y forestal transformadas ilegalmente en regadíos que se están enriqueciendo con absoluta impunidad”, concluye.

Más contundencia

Según WWF, para rescatar a Doñana del colapso inminente se necesitan medidas más contundentes e inmediatas que garanticen la recuperación de la funcionalidad hidrológica de Doñana y que detengan la sobreexplotación del acuífero.

Por ello, los ecologistas exigen a la Junta de Andalucía «que no modifique el Plan de la Fresa y cierre todas las hectáreas ilegales que son de su competencia». Asimismo, la organización reclama al MITECO que multiplique sus esfuerzos para la clausura de todos los pozos ilegales y la implementación de un plan de extracciones para todo el acuífero de Doñana.

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6 comentarios

  1. Dice ser me rio de janeiro

    A ver si lo entiendo que yo soy muy cortito;

    El acuífero de Doñana se esta secando solo y exclusivamente por las 1360.2 hectáreas ilegales de cultivos de frutos rojos, no?

    Las otras 7000 hectáreas de regadío legales y la masificación turística de la zona no tienen impacto ninguno puesto que no necesitan agua ninguna.

    ¿Me he enterado bien, Cesar?

    Pues eeaaa!!!

    18 marzo 2024 | 16:15

  2. Dice ser Blas Garcia

    Esto arroja luz sobre un tema oscurecido a menudo por la complacencia: el coste ambiental y ético de nuestras preferencias alimentarias.

    Esto nos recuerda la importancia de ser consumidores conscientes. La verdad, vista desde arriba, nos urge a mirar más allá del brillo de las fresas y arándanos en nuestros platos y cuestionar el origen de lo que consumimos. Una llamada a la acción no solo para los reguladores, sino para cada uno de nosotros en nuestras decisiones diarias.:-(

    19 marzo 2024 | 08:04

  3. Dice ser Nestrategia

    Como consumidores, debemos cuestionarnos de dónde provienen nuestros alimentos y bajo qué condiciones se han cultivado. Esto podría incentivar una demanda mayor por productos que no solo sean de calidad, sino también éticamente sostenibles.

    20 marzo 2024 | 16:44

  4. Dice ser Pablo

    La situación en Doñana no solo requiere una respuesta inmediata y eficaz de las autoridades, sino también un cambio en la forma en que los consumidores y las empresas ven y valoran los recursos naturales y el medio ambiente.

    20 marzo 2024 | 17:28

  5. Dice ser Feyma

    Una preocupación la situación en Doñana.

    21 marzo 2024 | 09:17

  6. Dice ser Cómodos

    “¡Vaya! Esto es súper preocupante. Nunca pensé que comer fresas y arándanos podría tener un impacto tan negativo en el medio ambiente. Es una locura pensar que algo tan dulce y delicioso podría estar contribuyendo a la destrucción de un espacio natural tan importante. Definitivamente necesitamos hacer algo al respecto. ¡Salvemos Doñana

    25 marzo 2024 | 22:35

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