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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Un maestro valenciano se rebela contra las excursiones escolares a delfinarios

Delfines mulares haciendo cabriolas en un delfinario. Foto: Pixabay

¿Qué tiene de educativo un zoológico? ¿Qué puede aprender un niño o niña en un delfinario donde pobres cetáceos encarcelados hacen cabriolas en una piscina a cambio de un pescado? ¿Qué pedagogía tiene hacer creer al alumnado que los delfines ríen, los leones marinos aplauden y todos esos pobres animales dan besitos enamorados a sus cuidadores?

Menos mal que algunos educadores están empezando a negarse. Como el maestro valenciano Jaime Mora. Movido por sus deseos de luchar contra esta costumbre tan injustificable, ha lanzado un vídeo con el que pretende poner fin a las excursiones escolares a delfinarios. En su campaña cuenta el apoyo de las ONGs World Animal ProtectionOcéanos de Vida Libre y FAADA y de la activista Jenny Rodríguez.

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¿Te imaginas unas vacaciones recogiendo plásticos en el mar?

Hace mucho que el turismo dejó de ser eso de pasarse unos días tirado a la bartola en una hamaca o una toalla playera. Cada vez hay más gente que viaja para aprender, para ayudar, e incluso para ambas cosas. Por ejemplo, los que se apuntan al Proyecto FarFalle. Una iniciativa que ofrece en Tenerife viajes en alta mar para sensibilizar y mostrar a los viajeros la importancia de la conservación del mundo marino.

Turismo de investigación y ocio donde los participantes recogen muestras de microplásticos de la superficie y del fondo marino y las analizan en el laboratorio. También se realiza un seguimiento de los mamíferos marinos de la zona, estudiando su comportamiento, patrones de actividad y estructura de grupo, además de registrar su actividad acústica con un hidrófono a bordo. Igualmente se toman muestras para observar con lupa el plancton, los pequeños animales y vegetales que habitan en el medio marino. Lee el resto de la entrada »

Quiere limpiar el mar haciendo gafas de sol con redes de pesca recicladas

Gafas sol

François van den Abeele es un soñador. Y un emprendedor. Amante del mar, de la navegación y el buceo por el Mediterráneo, su sueño es acabar con el plástico que envenena los océanos. Especialmente con esas redes a la deriva responsables de lo que se conoce como redes fantasma: trampas mortales de nylon enredando inútilmente miles de animales durante el más del medio siglo que tardan en descomponerse. Por eso ha ideado Sea2See, una moderna línea de gafas de sol cuyas monturas están hechas exclusivamente con viejas redes de pesca abandonadas. Que quiere hacer realidad gracias a un proyecto de crowdfunding.

Conocí a François el mes pasado en el Sustainable Sunday de Barcelona, una feria de promoción de la sostenibilidad empresarial. Fue allí donde me contó su proyecto, nacido en colaboración con la Agència de Residus de Catalunya (ARC), el proyecto MarViva y la cofradía de pescadores de Palamós. En esa localidad gerundense, en apenas un mes, recogieron una tonelada de redes viejas que son las que le abastecen de materia prima para sus gafas. Redes que previamente deben clasificarse y transformarse en pequeñas partículas de nylon listas para fundir. Y que, no por casualidad, ofrece un material flexible, duradero y muy resistente a los golpes, al agua y al sol. Perfecto para los amantes de los deportes náuticos.

«Lo más difícil fue encontrar al fabricante y que no pensara que estoy chalado», confiesa. Lo encontró en Milán, en una feria internacional de gafas. Le convenció con su entusiasmo, además de con una interminable lista estadística del horror de estos fantasmagóricos plásticos incorruptibles vagando durante cientos de años por el mar: un millón de aves marinas muertas al año, 136.000 focas y cetáceos, redes cubriendo seis veces la superficie terrestre de España. «A este paso, en el 2050 habrá en los océanos más plásticos que peces«, explica sobrecogido.

Por eso sus gafas son, como François señala, «más una declaración ecologista que un producto». Y es que pocas cosas hay más visibles y vistosas que unas gafas de sol. Que pretende vender a precios económicos. «Para que las pueda comprar todo el mundo y sea rentable seguir eliminando las redes fantasma».

Ahora tiene el prototipo, pero aspira a comercializarlo si logra el apoyo de los consumidores concienciados. Por ahora no va demasiado bien. Necesita reunir 39.500 euros antes del próximo 8 de julio y lleva 16.000 euros. Por el bien de nuestros mares, que es el nuestro, ojalá lo logre.

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Piden paralizar las obras de construcción de un delfinario en Lanzarote

Delfines

En Lanzarote, Reserva de la Biosfera y supuesto modelo de turismo sostenible que apuesta por sus valores y recursos naturales, están ampliando un zoológico para alojar un mayor número de delfines cautivos que hagan el payaso frente a turistas insensibles de risa fácil. Otro más de los 11 delfinarios existentes en España. Un sinsentido para una isla maravillosa donde con sólo salir al mar es posible ver delfines y ballenas salvajes sin necesidad de ofrecerles sardinas descongeladas. Lee el resto de la entrada »

Vuelve la sangrienta masacre de delfines en Japón

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Ajenos a la repulsa internacional, los pescadores de Taiji (Japón) acaban de iniciar la temporada 2015-2016 de caza de delfines como quien comienza la vendimia.

En la temporada pasada estos matarifes insensibles capturaron 937 delfines.

¿Te parecen muchísimos? Pues agárrate: la Agencia de Pesca nipona ha autorizado este año una cuota de hasta 1.873 ejemplares. Casi 2.000 de estos bellísimos cetáceos serán masacrados durante los próximos meses para acabar como sushi en la mesa de insensibles consumidores. El número elegido me recuerda al de los cupos de lobos. Al ojo de buen cubero. Lee el resto de la entrada »

Un bloguero sobre la mancha de fuel del Oleg Naydenov

TecnicoSEOcensando_SEOBirdLife

Para cuando este post se publique ya estaré navegando por la costa de Gran Canaria en una patrullera de la Guardia Civil. Formo parte del equipo de cien voluntarios de SEO/BirdLife que vamos a evaluar el impacto ambiental del vertido provocado tras el hundimiento del pesquero ruso Oleg Naydenov a 24 kilómetros al sur de Maspalomas.

Desde el 14 de abril, cuando se fue a pique, está liberando al Atlántico las más de 1.400 toneladas de tóxico fuel de sus depósitos a un ritmo de 10 litros a la hora. Los primeros resultados confirman una gran extensión de la mancha, así como la presencia de importantes concentraciones de pardelas, tortugas y cetáceos en la zona. Algunas aves ya han aparecido muertas o petroleadas. Son la punta de un iceberg que poco a poco, a lo largo de muchos meses, emponzoñará uno de los espacios naturales más valiosos de la Unión Europea.

No hemos aprendido nada del Prestige. 13 años después no hay designados puertos de refugio para barcos en apuros que eviten estos desastres. La consigna sigue siendo la misma: “Cuanto más lejos mejor”. Y la realidad, tan contraria como incuestionable: “Cuanto más lejos peor”.

Decía el otro día en Fuerteventura el escritor Manuel Rivas, uno de los intelectuales que más se significaron durante la tragedia del petrolero en Galicia, que hemos convertido los mares en un sinlugar, en el cubo de basura de nuestros desechos.

Tiene razón. Entonces todos gritamos “Nunca máis”. Aquí en Canarias decimos “Más nunca” y llamamos al chapapote piche, pero el grito es el mismo. Estamos hartos de tanta incompetencia, de tanta irresponsabilidad.

No nos damos cuenta de que si matamos los mares nos matamos a nosotros mismos. O quizá sí lo sabemos, pero nos importa una mierda. La que ahora tratamos de recoger en las playas para ocultar nuestras miserias.

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Una ballena asesina salta al cine para denunciar su cruel cautiverio

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El 31 de octubre se estrena en España el documental Blackfish (pez negro), donde se narra la terrible historia de Tilikum, un macho de orca o ballena asesina  (Orcinus orca) famoso por haber hecho honor a su horrible nombre matando a tres personas. Pero sobre todo la película obliga a reflexionar al espectador sobre las consecuencias de mantener animales tan grandes e inteligentes en cautiverio con el único fin de convertirlos en tristes estrellas de circo.

El documental hace honor al gran cetáceo blanquinegro pues no deja a nadie indiferente. Aquí no hay grises, sólo blancos y negros de una industria indigna, la de los animales marinos en cautiverio. Como explican en SOS Delfines, con Blackfish empieza un impulso imparable hacia un cambio. Hacia un rechazo generalizado a la cautividad y la exhibición de orcas, hacia la búsqueda de un entretenimiento más ético y respetuoso con los animales.

En 1983, a la edad de dos años, Tilikum fue capturado cerca de Islandia para ser trasladado ocho años después a SeaWorld, en Florida, donde comienza a ser uno de los protagonistas del show de animales marinos del parque zoológico. Antes de llegar a allí ya había provocado la muerte de una entrenadora en el parque canadiense de Sealand, donde la orca creció hasta hacerse adulta. En 1999, la aparición de un cadáver en la piscina de la orca asesina vuelve a aterrorizar a los entrenadores y llama la atención de la prensa. Y aunque no se encontraron signos de violencia ni manchas de sangre en esta segunda víctima, no se descarta que fuera otro ataque del cetáceo.

Un último incidente en 2010 termina con la muerte de Dawn Brancheau, una entrenadora con 16 años de experiencia en SeaWorld que falleció al ser ahogada por Tilikum en pleno show bajo la aterrorizada mirada de docenas de turistas. Tilikum fue retirado durante un año, pero en 2011 volvió a la gran piscina del parque bajo la impotencia de los defensores de los derechos de los animales.

También se explica en el documental la historia de Keto, una orca macho de 5.000 kilos que el 24 de diciembre de 2009 mató a Alexis Martínez, de 29 años, durante un entrenamiento rutinario en el zoológico Loro Parque de Puerto de la Cruz (Tenerife). La tragedia no impidió que el espectáculo previsto se celebrara una hora después en la misma piscina. Loro Parque posee 6 de las 48 orcas que existen en el mundo en cautividad.

Blackfish ha sido dirigido por Gabriela Cowperthwaite y fue estrenado con gran éxito en el Festival de Cine de Sundance el 19 de enero de 2013. En España cuenta con el apoyo de SOS Delfines y ANDA.

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La pobre ballena esclavizada que cantaba borracha bajo la ducha

Un equipo de investigadores ha demostrado, mediante análisis acústicos, que las ballenas pueden imitar las voces de los seres humanos. En realidad el mérito exclusivo es de un animal en concreto y no de los científicos, quienes se limitaron a colocar un micrófono en el agua de la piscina donde vivía recluido el cetáceo parlanchín. Se llamaba NOC y era un viejo ejemplar de beluga (Delphinapterus leucas), una blanca especie considerada “el canario del mar” por su afición a cantar. Había sido capturada por esquimales en 1977 y vivió 30 años en un centro de investigación marina de California hasta su muerte en 2007.

Acostumbrada a la algarabía de nuestra especie, se hizo tan gritona como nosotros. Y nos hablaba. ¿Qué nos quería decir la ballena blanca? ¿Cuál era su mensaje? Qué decepción. NOC canta como un borracho bajo la ducha a ritmo de tururú, tururú.

Oírla me ha sumido en la tristeza. La que siento por esos cientos de delfines, orcas y leones marinos esclavizados en acuarios, modernos circos con animales donde cada pirueta se paga con sardinas descongeladas. Me acuerdo de José Saramago, quien pedía el cierre de todos los zoológicos del mundo por deprimentes. Y me acuerdo especialmente de Wenceslao Fernández Flórez, quien en su maravilloso libro El bosque animado asegura que los hombres hacemos algo peor que matar a los animales. Los envilecemos al convertirlos en payasos de feria. Como la pobre NOC. Olvidó sus orígenes árticos, se creyó persona y modificó su mecánica vocal para emitir sonidos humanos. O como Keiko, la famosa orca de Liberad a Willy, que finalmente liberada tras 22 años de terrible cautiverio nunca aprendió a comunicarse con los de su especie.

Tanto sufrimiento es innecesario. ¿Te gustan los cetáceos? Pues déjalos vivir en paz, en el mar. No aceptes su encarcelamiento.

Escucha en este vídeo los sorprendentes cánticos de NOC. Provocan una sonrisa amarga. Evidentemente, el pobre animal no estaba bien de la cabeza.

Actualización: ¿Es una ballena la beluga? En sentido estricto no lo es pues se trata de un cetáceo odontoceto, con dientes en lugar de barbas. Pero popularmente se conoce como «ballena blanca» en la mayoría de los idiomas del mundo y personalmente es un nombre que me gusta. Como llamar árboles a las palmeras o águilas a las águilas pescadoras.

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Extraña muerte de raros delfines en Canarias

La muerte en apenas cinco días de siete delfines de dientes rugosos (Steno bredanensis) en el sur de Gran Canaria ha dejado atónitos a los especialistas. Único sitio de Europa donde puede verse este extraño mamífero marino, amigo de las aguas profundas, su presencia es siempre algo infrecuente. También su muerte, pues en los últimos nueve años tan sólo habían varado seis ejemplares en toda Canarias.

¿De qué han muerto estos delfines? Pues a falta de concluirse las necropsias, todo apunta a una muerte natural, «seguramente atacados por algún tipo de microalga tóxica no identificada», me cuenta Manolo Carrillo, presidente de la asociación Canarias Conservación. Aunque sigue extrañando que siempre este tipo de muertes se registren en la misma época.

De todas formas, los estudios confirman una vez más que, al menos para los cetáceos europeos, nuestra especie es todavía menos peligrosa que la propia vida. Por eso mueren más ejemplares por enfermedades que por accidente.

Un ejemplo de ello son las últimas estadísticas canarias, una de las regiones del globo donde más cetáceos viven y mas fácil resulta observarlos. El año pasado vararon en sus costas 35 cadáveres. Sumados a los 87 aparecidos entre 2006 y 2007, en un 87 por cierto las muertes se produjeron por causas naturales. Aunque tampoco se nos oculta que algunas de ellas pudieron ser debidas a enfermedades causadas indirectamente por el hombre, al ingerir plásticos o hidrocarburos.

Sólo el 17 por ciento de las muertes se debió a enganches con redes de pescadores y a colisiones con embarcaciones. Pero como también me matizó Pascual Calabuig, veterinario jefe del Centro de Recuperación de Fauna del Cabildo de Gran Canaria y uno de los mejores especialistas del mundo en la curación de estos impresionantes animales,

«los barcos cada vez van más rápidos y atropellan a más de estos cetáceos que todos tratamos de proteger, en una más de nuestras muchas paradojas».

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Fotografía de Borja Suárez para Canarias7.