Archivo de la categoría ‘Marcos Ventura’

Ay mamá! Sobre tetas, transfobia y cisexismo

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

 

Me gustaría reflexionar sobre la polémica desatada en twitter por la letra de la canción “Ay mamá”. Esta canción hace referencia a realidades corporales de las mujeres cis, como las tetas que siguen siendo censuradas en los medios. Algunas personas han criticado esta canción por ser tránsfoba, creo que errando el tiro. Pero la respuesta dada por quienes no creen que sea tránsfoba también se ha pasado un poco de frenada. Y en mi opinión, la clave está en entender la diferencia entre transfobia y cisexismo.

Si la transfobia es el odio, rechazo y violencia contra las personas trans, el cisexismo es más sibilino y complejo de ver. Lo definiré como el marco conceptual por el cual una determinada corporalidad se corresponde con una determinada identidad. Este marco nos lleva a que las corporalidades que no desarrollen la identidad predefinida se consideren anomalías. El cisexismo, con su presunción de cisexualidad, nos sitúa a las personas trans como la otredad, y no permite conceptualizar la diversidad sexual humana desde una posición de igualdad. Mantener, en el plano simbólico, la vinculación del pene con el hombre y la vagina o los pechos con la mujer no es un acto de violencia tránsfoba directa, pero no va en la dirección de la lucha por la igualdad real de las personas trans.

Y esto lo podemos ver con más facilidad en ejemplos de heterosexismo y su diferencia con la homofobia. Un beso en el cine entre un hombre y una mujer no es un acto homófobo. Pero que todos los besos en el cine sean entre hombres y mujeres, por el contrario, cimienta la idea de que las personas homosexuales son una desviación de lo natural, un error a eliminar de los filmes. Preguntarle a una chica si tiene novio no es un acto lesbofóbico, pero todes les que tenemos un poco de compromiso con el activismo LGTBi+ sabemos que responder a esa pregunta impugnando el marco heterosexista que presupone que a las mujeres les gustan los hombres, es un acto de lucha por la igualdad real (que, además, suele enfadar a nuestros interlocutores).

El hecho de que el cisexismo sea más difícil de detectar y señalar que la transfobia es lo que, en mi opinión, hace que el discurso terf sea difícil de frenar. Porque no hace falta violentar a nadie, y señalarte a ti misma en el proceso, para dificultar la vida de las personas trans. Por ejemplo, acusar a la expresión “personas con capacidad de gestar” de borrar a las mujeres. En un mundo en el que las mujeres siguen luchando por su visibilidad, es relativamente fácil hacer pasar por misógina una expresión que solo busca desvincular funciones corporales de identidades. Pareciera que, para este discurso, intentar que el lenguaje refleje que corporalidad e identidad no van necesariamente unidas, es un ataque contra las mujeres cis. Y es que revisarse el cisexismo es mucho más difícil, y requiere mucho más esfuerzo y compromiso, que revisarse la transfobia.

Cuando Leticia Dolera dijo que un acto con excesivo protagonismo masculino era “un campo de nabos”, no estaba siendo tránsfoba. Pero estaba usando una frase que apela a un imaginario en el que una determinada corporalidad va unida a una determinada identidad. Un imaginario cis en el que las personas trans no cabemos, no porque se nos excluya expresamente, sino porque simplemente no se contempla la posibilidad de nuestra existencia. Y esto es problemático. Eso no significa que sea automática y necesariamente malo en todos los casos. Pero sí significa que puede ser interesante darle una pensada, problematizarlo, desnaturalizarlo, pensar por qué a tanta gente le escuece que se problematice el imaginario al que hace referencia esa frase.

El cisexismo y la transfobia no son lo mismo, pero están fuertemente interrelacionadas. Sin cisexismo, no podría existir la transfobia. Y aunque pueda haber expresiones de cisexismo que no deriven en transfobia, son el campo abonado para que ésta acabe germinando. La impugnación del cisexismo es una impugnación radical, a la raíz ideológica y conceptual que da sustento a la violencia que sufrimos. Es, por lo tanto, una cuestión relevante, aunque pueda parecer menor a aquellas personas cis que no se ven interpeladas. Al fin y al cabo, es relativamente fácil (aunque en esta época de extrema derecha y discursos terfs cada vez menos) señalar los actos directamente violentos, pero es más difícil señalar los discursos en los que no cabemos, cuando son aquellos que todes hemos interiorizado desde peques, y en los que se basa toda nuestra concepción del mundo. Pero no solo nos pasa a quienes denunciamos discursos cisexistas, intenten criticar un posicionamiento heterosexista o patriarcal no directamente violento, y verán la sobrerreacción de sus interlocutores.

Acusar a alguien que usa la expresión “campo de nabos” de transfobia es excesivo. Y la reacción defensiva contra esa acusación (que si bien puede ser inapropiada, tiene un motivo) es también exagerada. Pero si en el primer caso, el exceso corresponde a la sensibilidad a flor de piel de una comunidad muy dañada, en el segundo puede parecer que responde a falta de ganas para revisar ideas que son muy cómodas, aunque construyan un mundo en el que no todes podemos vivir.

Mi conclusión es que las mujeres cis tienen todo el derecho del mundo a reivindicar su propia experiencia, sus sangrados y sus tetas, y las personas trans tenemos derecho a recordar que esa no es la única experiencia válida para las mujeres. Y tan exagerado me parece acusar de transfobia a las primeras, como sobrerreaccionar a las segundas. Desde aquí reivindico con claridad la necesidad de los matices, y del diálogo respetuoso para entender todas las posturas. Porque no me cabe duda de que todas las personas que buscamos un mundo más justo podemos trabajar unidas, si tenemos la voluntad de limar asperezas y plantearnos cómo podemos minimizar los roces.

 

Foto: Dean Hochman

Elsa, por supuesto que estamos contigo

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Elsa Ruiz ha destapado la caja de los truenos. Es mujer, joven, trans, y no tiene cátedra ni madrina, solo la respaldan la razón de sus argumentos. ¿Cómo se atreve alguien así a contradecir al Feminismo™? No se podía tolerar, así que había que organizar una campaña de acoso y derribo contra ella. Porque, como todas sabemos, no hay nada más feminista que organizar una campaña de acoso en redes contra una mujer, por no ser lo suficientemente buena mujer (cáptese la ironía). Después dirán que Elsa no puede entrar en los espacios feministas por la violencia inherente a su socialización masculina… Y entre tanto sinsentido, ya no sabremos si reír o llorar. A Elsa Ruiz la han atacado por denunciar en un video reciente lo violento que se había vuelto el acoso organizado por parte de las terfs en redes sociales, pero ¿por qué este nivel de violencia? Porque se saben acorraladas y en minoría.

Varias personas han dejado al descubierto la mentira de que el Feminismo™ haya sido siempre trans-excluyente. Ya no solo por la famosa Simone de Beauvoir, que es seguro se escandalizaría de la posición de esencialismo biológico que adoptan las terfs (no es casualidad que Lidia Falcón haya decidido relegarla a referente de segunda) sino que todas las grandes referentes de la segunda ola apoyaron a las mujeres trans. Lo hicieron de forma no tan directa Sulamith Firestone (quien dijo que había que abolir el sexo) y Kate Millet (que se hizo eco de los descubrimientos de la medicina de los 60 sobre las identidades trans) pero de forma totalmente explícita se pronunciaron Andrea Dworkin (que dedicó todo un capítulo de uno de sus libros a apoyar a las mujeres trans) o Catherine McKinnon, quien dijo expresamente

“Siempre he pensado que no me importa la manera en la que una persona llega a ser mujer u hombre; no me importa, de verdad. Quienquiera que se identifique como mujer, quiera ser una mujer y se presente como mujer, hasta donde llega mi entendimiento, es una mujer.”

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La bisexualidad desde un posicionamiento feminista crítico

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: WeHoCity

Desde un posicionamiento feminista crítico, considero clave tener siempre presente que el enemigo es el orden cisheteropatriarcal, no las personas que eventualmente lo encarnan, quienes, como bien dijo Rita Segato, a veces serán mujeres. Si tenemos esto presente, nos será más sencillo escapar a la dialéctica maniqueísta de la guerra de sexos entre las buenas y los malos. De esa forma, conseguiremos otras perspectivas al mirar la realidad con enfoque de género. Si bien solemos esforzarnos en ver cómo afecta el patriarcado a las mujeres, y los efectos negativos que tiene en ellas, pocas veces solemos girar la cabeza y observar otros aspectos de la realidad con las gafas violetas. Más allá de la realidad de las personas no binarias, que necesitarían probablemente otro artículo que analizara las consecuencias del cisheteropatriarcado en ellas, lo cierto es que el orden patriarcal también tiene efectos dañinos en los varones.

De todas es conocido cómo los varones tienen una problemática muy grande para poder vivir de forma sana sus emociones. Pero también sabemos que son la mayoría de consumidores de drogas y alcohol. Que son la mayoría de la población carcelaria. Que los hombres son cerca de ¾ partes de todas las muertes por suicidio. Y que son la mayoría de las víctimas de delitos violentos, también la mayoría de víctimas mortales. Si siguiéramos la dialéctica de la guerra de sexos, podríamos preguntar: ah, pero ¿quién los mató? Y eso nos llevaría a otra cuestión importante, que los hombres son la mayoría de los criminales violentos. Esa es una realidad que tiene una importante disimilitud al desagregarse por género y es, por tanto, una realidad determinada por el orden cisheteropatriarcal. Un cambio en la mentalidad machista no solo eliminaría una situación de desigualdad injusta y de opresión de las mujeres, sino que traería beneficios para todas las partes. Lee el resto de la entrada »

Miedo a no ser suficiente

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

 

El fin de semana del 31 de octubre al 3 de noviembre se celebraron, un año más, las Jornadas Jóvenes sin Armarios de la FELGTB, el espacio más seguro que conozco para aprender, compartir y gestar la revolución entre iguales que se cuidan unes a otres y se empoderan para lograr el objetivo de la igualdad real.

Como siempre que estoy en un espacio activista que considero seguro, me visibilicé con todas mis realidades interseccionales: como persona trans no binaria que tiene nombre y expresión masculina y no tiene pensado transitar pero usa pronombres femeninos, como bisexual, autista, persona con problemas de salud mental, gorda, pero también blanca, con estudios superiores, de clase media -alta (actualmente trabajadora precaria pero con apoyo económico familiar) y lectura como hombre (en su doble intersección, en mi caso particular, como privilegio y opresión simultánea) Lee el resto de la entrada »

Todos, todas y ¿todes?

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

El cantante Sam Smith reveló este año 2019 que no se siente ni hombre ni mujer

Estos días ha sido noticia que el prestigioso diccionario Merriam-Webster ha reconocido el uso de they como pronombre singular de género neutro en la lengua inglesa. Este cambio ha coincidido con unas declaraciones públicas de Sam Smith, artista visiblemente no binarie, en las que exponía ante el mundo que había decidido que sus pronombres serían they/them.

Estas declaraciones tienen que ver con uno de los aspectos esenciales de las realidades no binarias: la visibilidad. Todes necesitamos que nuestra identidad sea reconocida socialmente. Y en nuestras sociedades occidentales hay dos elementos claves para identificar a una persona que son su aspecto y su lenguaje. La forma en la que nos mostramos ante el mundo y en la que nos comunicamos con el mundo le dice a los demás quienes somos.

El castellano es un idioma con género gramatical muy marcado. Es difícil encontrar una palabra que no tenga un género claramente definido, pero también las hay. Por ejemplo, si yo digo de alguien que es guapo, ¿quién es guapo? La respuesta que pensará todo el mundo es que él es guapo, que es un hombre. Pero, ¿y si digo que alguien es inteligente? Inteligente puede ser tanto él como ella. Si digo de alguien que la vi ayer, sabes que me refiero a ella, pero ¿si digo que le conté lo que me pediste? Le conté puede ser tanto a él como a ella. En castellano, las pocas palabras que no tienen un genero gramatical marcado tienden a acabar en -e. Lee el resto de la entrada »

¿Hablamos de neurodivergencias y salud mental?

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: Magdalena Roeseler

Hola. Me llamo Marcos, soy una persona trans no binaria bisexual, y además soy una persona autista y llevo casi una década luchando contra un trastorno ansioso-depresivo en una guerra que, a día de hoy, no sé si algún día tendrá fin. Creo que en un blog sobre diversidad sexual y de género, como este, no puede faltar nunca la perspectiva interseccional, y ese análisis pretendo hacer con este artículo.

Sin embargo, este no es un simple artículo de análisis. Es, probablemente, el artículo más íntimo que he publicado hasta la fecha, y en el que muestro mi máxima vulnerabilidad. Pero, entre todas esas cosas que definen mi identidad en este momento de mi vida, ser activista es una de las más relevantes. Y los activistas sabemos que lo personal es político, que la visibilidad es la única forma de luchar contra el estigma, y que si queremos un futuro mejor para quien venga después de nosotres, no queda otra que enseñar la herida abierta y sangrante y asumir el riesgo que implica. Lee el resto de la entrada »

Demandas del colectivo LGTBI para las próximas elecciones

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: Rafa Alcaide / EFE

Este 26 de mayo se celebran elecciones locales en toda España, autonómicas en la mayor parte del país, y en Canarias, además, insulares. Ante este panorama electoral, el Colectivo Gamá ha elaborado de forma participativa entre sus grupos de trabajo y sus personas asociadas y usuarias un documento programático con 20 demandas que tenemos como colectivo LGTBI, para que sea tenido en cuenta por los partidos políticos que se presentan a las elecciones. Como activista de Gamá y miembro de la comisión de trabajo encargada de la elaboración del documento y su presentación a los partidos, quiero resumir los puntos que considero más importantes. Lee el resto de la entrada »

Cómo explicarle a tu abuelo qué es la ideología de género con un capítulo de Friends

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: Sgt. Pepper57

Friends es sin duda una serie icónica. Una de las comedias más exitosas de la televisión, que fidelizó a un público enorme alrededor del mundo. Siempre creí que su éxito se debía, en gran parte, a que reflejaba muy bien el espíritu de la década de los 90. Y también creo que precisamente por eso ha envejecido tan rápido. El espectador millenial que hoy descubre o redescubre Friends nota con facilidad que hay demasiados elementos, sobre todo vinculados a la comunidad LGTB y a la concepción social de la mujer, que ya no reflejan el tiempo presente.

Hoy quiero hablarles de la ideología de género en Friends. Y claro, si voy a meterme con un tema tan espinoso, debería empezar definiendo de forma clara qué es la ideología de género. La RAE, institución machista, patriarcal y conservadora donde las haya, no es santo de mi devoción, pero en ocasiones puede resultar útil. Según esta institución tan aclamada por la derecha, la ideología es el “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.”. Es decir, la ideología no es ni más ni menos que el conjunto de las ideas de una persona. De forma que podemos decir que la ideología es como el apéndice: todas tenemos una, aunque muchas solo nos enteremos de que está ahí cuando nos duele. Lee el resto de la entrada »

El Obispo queer

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: Iglesia de Valladolid

Hace unos días saltaba la noticia, con su consiguiente escándalo: el portavoz de la Conferencia Episcopal, el Obispo Argüelles, consideraba que los hombres homosexuales no eran completamente varones. La Conferencia Episcopal, por boca de su portavoz, reivindicaba el derecho a seleccionar a candidatos al sacerdocio “enteramente varones y por tanto, heterosexuales”.

Como ante cualquier noticia, seguro que ante esta hubo varias reacciones diferentes. Mucha gente pensaría que es otra muestra más de la homofobia que destila habitualmente la Iglesia Católica. Algunos con un trasfondo más apegado a esta emergente cuarta ola feminista quizás se preguntarían qué más daba ser “enteramente varón” y si eso era algo que debiera preocuparles. Mi primera reacción sin embargo (yo soy más de buscarle los tres pies al gato) fue preguntarme qué relevancia tienen tus preferencias sexuales cuando juras permanecer célibe para siempre.

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¿Cuál es el siguiente paso tras lo LGTB?

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

En estas líneas quiero exponer una reflexión que, para algunas, puede ser un tema menor, pero para otras es de vital importancia, y para todas las que trabajamos en el activismo LGTB supone una inversión de tiempo en debates que quizás podrían solucionarse con prestarles algo de atención. Hoy me ocupa si LGTB es la denominación correcta para nuestro movimiento.

Comenzaré por cómo hemos llegado aquí. Lo que se autodenominó en origen movimiento de liberación gay (aunque en realidad las personas trans siempre estuvieron presentes) se convirtió en movimiento gay y lésbico al asumir que la discriminación de las mujeres lesbianas era diferente por el machismo, fuera y dentro del movimiento. Y después, en algún momento, acabaron por incluirse y visibilizarse tanto las personas trans, las primeras en tirar las piedras y las que siempre se ofrecían para ir en la cabecera de las manifestaciones, aunque eso significaba poner el cuerpo para recibir los palos, como las personas bisexuales, probablemente más con la boca chica que con auténtica convicción. Y así en España se organizó la lucha como movimiento LGTB. Lee el resto de la entrada »