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Históricas LTB – Sylvia Rivera #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresTrans

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Nacida el 2 de julio de 1951 en Nueva York, la llamaron Ray al nacer. Sylvia fue una  destacada activista trans que luchó por los derechos humanos de las personas LGTBI. Su padre, José Rivera, la abandonó cuando era  muy pequeña y su madre se suicidó cuando ella tenía tres años. Sylvia  y su hermana Sonia quedaron bajo la tutela  de su abuela, que apenas podía mantener el hogar familiar con cincuenta dólares a la semana. Viejita, como llamaban a la abuela cariñosamente, nunca aceptó la forma de comportarse de Sylvia; no soportaba que se maquillase, para ella eran cosas de “maricas”.

Cansada de las palizas de su abuela y de las burlas del vecindario, Sylvia se marchó de casa con 11 años y empezó a ejercer la prostitución en la calle para sobrevivir. Por aquella época, se unió a una comunidad de Drag Queens, término con el que se denominaba en la época de los 60 y 70 a las personas trans.

Rivera empezó su activismo con la Guerra de Vietnam y  los movimientos por los derechos civiles y feminista. Luchó también, por los derechos de los jóvenes puertorriqueños y afroamericanos. Como hispana se identificaba con las revolucionarias Panteras Negras y su homólogo puertorriqueño, Young Lords.

Con diecinueve años, preocupada por las menores trans que vagaban por las calles prostituyéndose, Sylvia, que había estado en esa misma situación desde los once años, creó, junto a su amiga Marsha P. Johnson, el grupo Travestis Callejeras Revolucionarias de Verdad (Street Transvestites Actual Revolutionaries- STAR), cambiando luego a Verdad por Acción. Su primer hogar fue un trailer, aparentemente abandonado, en un aparcamiento al aire libre del Greenwich Village. Una noche,   les robaron el tráiler así que  consiguieron acondicionar un edificio  casi en ruinas y convertirlo en un refugio para jóvenes chicas trans. De allí las terminaron desalojando por impago de alquiler.

Fue una de las protagonistas de la revuelta que tuvo lugar en el bar Stonewall de Nueva York la madrugada del 28 de junio de 1969, resistiéndose ante la redada de la policía aquella noche. Por esa época, las redadas policiales en el Stonewall eran frecuentes, injustificadas y constituían una vejación a la dignidad de las personas LGTBI que frecuentaban aquel  local. La rebelión de Stonewall fue el detonante de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB en Estados Unidos y en el resto del mundo.

Durante los últimos  cinco años de su vida, Sylvia reinició su actividad política, dando  discursos sobre los disturbios de Stonewall y la necesidad de unión entre personas transgénero para luchar por su legado histórico como personas en la vanguardia del movimiento LGTB. A principios de 2001, restableció la organización STAR y continuó con su activismo hasta su muerte.

En mayo de 1995 intentó suicidarse lanzándose al rio Hudson. Murió el 18 de febrero de 2002 debido a complicaciones de un cáncer de hígado. De ella se ha dicho que fue la Rosa Park del movimiento transgénero.

 

«Sylvia Rivera» is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Ay mamá! Sobre tetas, transfobia y cisexismo

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

 

Me gustaría reflexionar sobre la polémica desatada en twitter por la letra de la canción “Ay mamá”. Esta canción hace referencia a realidades corporales de las mujeres cis, como las tetas que siguen siendo censuradas en los medios. Algunas personas han criticado esta canción por ser tránsfoba, creo que errando el tiro. Pero la respuesta dada por quienes no creen que sea tránsfoba también se ha pasado un poco de frenada. Y en mi opinión, la clave está en entender la diferencia entre transfobia y cisexismo.

Si la transfobia es el odio, rechazo y violencia contra las personas trans, el cisexismo es más sibilino y complejo de ver. Lo definiré como el marco conceptual por el cual una determinada corporalidad se corresponde con una determinada identidad. Este marco nos lleva a que las corporalidades que no desarrollen la identidad predefinida se consideren anomalías. El cisexismo, con su presunción de cisexualidad, nos sitúa a las personas trans como la otredad, y no permite conceptualizar la diversidad sexual humana desde una posición de igualdad. Mantener, en el plano simbólico, la vinculación del pene con el hombre y la vagina o los pechos con la mujer no es un acto de violencia tránsfoba directa, pero no va en la dirección de la lucha por la igualdad real de las personas trans.

Y esto lo podemos ver con más facilidad en ejemplos de heterosexismo y su diferencia con la homofobia. Un beso en el cine entre un hombre y una mujer no es un acto homófobo. Pero que todos los besos en el cine sean entre hombres y mujeres, por el contrario, cimienta la idea de que las personas homosexuales son una desviación de lo natural, un error a eliminar de los filmes. Preguntarle a una chica si tiene novio no es un acto lesbofóbico, pero todes les que tenemos un poco de compromiso con el activismo LGTBi+ sabemos que responder a esa pregunta impugnando el marco heterosexista que presupone que a las mujeres les gustan los hombres, es un acto de lucha por la igualdad real (que, además, suele enfadar a nuestros interlocutores).

El hecho de que el cisexismo sea más difícil de detectar y señalar que la transfobia es lo que, en mi opinión, hace que el discurso terf sea difícil de frenar. Porque no hace falta violentar a nadie, y señalarte a ti misma en el proceso, para dificultar la vida de las personas trans. Por ejemplo, acusar a la expresión “personas con capacidad de gestar” de borrar a las mujeres. En un mundo en el que las mujeres siguen luchando por su visibilidad, es relativamente fácil hacer pasar por misógina una expresión que solo busca desvincular funciones corporales de identidades. Pareciera que, para este discurso, intentar que el lenguaje refleje que corporalidad e identidad no van necesariamente unidas, es un ataque contra las mujeres cis. Y es que revisarse el cisexismo es mucho más difícil, y requiere mucho más esfuerzo y compromiso, que revisarse la transfobia.

Cuando Leticia Dolera dijo que un acto con excesivo protagonismo masculino era “un campo de nabos”, no estaba siendo tránsfoba. Pero estaba usando una frase que apela a un imaginario en el que una determinada corporalidad va unida a una determinada identidad. Un imaginario cis en el que las personas trans no cabemos, no porque se nos excluya expresamente, sino porque simplemente no se contempla la posibilidad de nuestra existencia. Y esto es problemático. Eso no significa que sea automática y necesariamente malo en todos los casos. Pero sí significa que puede ser interesante darle una pensada, problematizarlo, desnaturalizarlo, pensar por qué a tanta gente le escuece que se problematice el imaginario al que hace referencia esa frase.

El cisexismo y la transfobia no son lo mismo, pero están fuertemente interrelacionadas. Sin cisexismo, no podría existir la transfobia. Y aunque pueda haber expresiones de cisexismo que no deriven en transfobia, son el campo abonado para que ésta acabe germinando. La impugnación del cisexismo es una impugnación radical, a la raíz ideológica y conceptual que da sustento a la violencia que sufrimos. Es, por lo tanto, una cuestión relevante, aunque pueda parecer menor a aquellas personas cis que no se ven interpeladas. Al fin y al cabo, es relativamente fácil (aunque en esta época de extrema derecha y discursos terfs cada vez menos) señalar los actos directamente violentos, pero es más difícil señalar los discursos en los que no cabemos, cuando son aquellos que todes hemos interiorizado desde peques, y en los que se basa toda nuestra concepción del mundo. Pero no solo nos pasa a quienes denunciamos discursos cisexistas, intenten criticar un posicionamiento heterosexista o patriarcal no directamente violento, y verán la sobrerreacción de sus interlocutores.

Acusar a alguien que usa la expresión “campo de nabos” de transfobia es excesivo. Y la reacción defensiva contra esa acusación (que si bien puede ser inapropiada, tiene un motivo) es también exagerada. Pero si en el primer caso, el exceso corresponde a la sensibilidad a flor de piel de una comunidad muy dañada, en el segundo puede parecer que responde a falta de ganas para revisar ideas que son muy cómodas, aunque construyan un mundo en el que no todes podemos vivir.

Mi conclusión es que las mujeres cis tienen todo el derecho del mundo a reivindicar su propia experiencia, sus sangrados y sus tetas, y las personas trans tenemos derecho a recordar que esa no es la única experiencia válida para las mujeres. Y tan exagerado me parece acusar de transfobia a las primeras, como sobrerreaccionar a las segundas. Desde aquí reivindico con claridad la necesidad de los matices, y del diálogo respetuoso para entender todas las posturas. Porque no me cabe duda de que todas las personas que buscamos un mundo más justo podemos trabajar unidas, si tenemos la voluntad de limar asperezas y plantearnos cómo podemos minimizar los roces.

 

Foto: Dean Hochman


Esas mujeres poco mujeres…

Mar Tornero.
Vicepresidenta del Colectivo GALACTYCO, Cartagena. 

 

No estoy muy segura de escribir este artículo, pero lo voy a intentar.
Una vez escuché a Miquel Missé decir que las mujeres lesbianas masculinizadas teníamos mucho que decir al respecto de la realidad trans. Y sí, es cierto.

Nosotras, esas mujeres “poco mujeres” que crecimos en entornos en donde el género estaba marcado a fuego, tuvimos que lidiar con la violencia establecida que dirimía y juzgaba sin pudor cuándo estabas dentro de los cánones establecidos y cuándo te salías de la norma en cuanto a ser mujer se refiere: chicazos, marimachos, envidiosas del pene y otras lindezas fueron expresiones que tuvimos que soportar demasiadas veces mientras construíamos nuestra personalidad. Y no ya porque desearas ser amante de otra mujer, no. Era porque tu modo de estar en el mundo no cumplía con unas normas sociales inventadas para ser mujer o ser hombre. “Vistes como hombre, montas en bici como hombre, conduces como hombre, trabajas como hombre, llevas el pelo como hombre, y hasta deseas como hombre….”, ¿pero esto qué mierda es? Entonces no les bastaba mi genitalidad…

Si pudiera decir en un artículo “estoy hasta el coño”, lo diría, pero no lo voy a decir. Aunque hablando de coños, diré que estoy muy orgullosa del mío, que jamás envidié un pene, y que si sigo siendo una mujer es porque aprendí a librarme de cuantos estereotipos de género me marcasteis, sociedad en general. Aprendí a ser como soy amando el cuerpo que tengo y mi manera de hacer vida con él, a pesar de todos esos mensajes que pretendían hacerme creer que había algo erróneo en mí.

Ahora, esa sociedad en general, siempre tan empática, se pone a opinar sobre si es apropiada la autodeterminación del género para todas aquellas personas a las que habéis tratado de domesticar sin éxito con vuestros estereotipos artificiales, esos que hunden sus raíces en creencias fantasiosas e irracionales. Y cuestionan su legitimidad, su dignidad, sus derechos y hasta su sufrimiento. Y de todo esto lo peor es el desprecio que cotidianamente me llega de mujeres supuestamente feministas, e inteligentes, que enarbolan la bandera de la disolución del género, como si esto fuera la panacea para acabar con la violencia contra las mujeres. Y para ello han puesto en la diana especialmente a las mujeres trans.

¿Por qué no vais a por todos aquellos que nos han hecho sentir y creer que tener un coño o un pene llevaba implícito una caterva de disparates que nada tienen que ver con nuestra biología? Todos aquellos que consiguieron que el “sexo varón” disfrutara de privilegios frente al “sexo mujer”, y que nos construyó con infinitas características que tanto muchas mujeres como muchos hombres hemos desmontado, TRANSgrediendo los mandatos de quienes los dictaban y de quienes los asumían.

Siempre tuve problemas para “hacer de mujer” cuando las convenciones sociales así lo exigían. Y eso sí que fue violencia contra mi persona: nadie me dijo que era una mujer perfecta tal y como era, nadie me aportó un ápice de empatía y comprensión sobre la clase de mujer que yo he sido. Y muy al contrario, fueron cientos los mensajes que cuestionaban mi ser como mujer. Su mirada sobre mis características biológicas pretendía obligarme a ser una mujer que yo nunca supe cómo ser. Y disfrazarme, como ahora le gusta decir a alguna académica del feminismo, era ir a la sección de mujeres de El Corte Inglés para vestirme con ropa extraña para mí, teniendo como alternativa la sección de hombres, tan extraña como la anterior. ¿Y ahora vais y arremetéis contra quienes piden la autodeterminación del género?

No os entiendo. Ahí tenéis a toda una cultura que nos ha oprimido, arremeted contra ella, y dejad a las personas trans que vivan en paz, reconocedles su derecho a ser con la misma naturalidad que habéis asumido vuestras “feminidades absolutas”, y vuestras “masculinidades perfectas”. Y si de lo que se trata es de disolver los mandatos de género, mirad hacia otro lado, ahí donde se construyen y alimentan: en cada escuela, en cada partido político, en cada comercio, en cada libro de texto, en cada universidad, en cada parlamento, en cada entorno laboral, en cada vecindad, en cada familia, en cada pandilla de adolescentes, en cada expresión cultural. Tirad del hilo de la Historia y del montaje social establecido en ella hasta llegar a nuestro presente, y ahí es donde podéis empezar a lanzar improperios a diestro y siniestro dejando a las personas trans en paz. Aunque sea por honestidad, aunque sea por respeto. Un mínimo de empatía, por favor.

Dos recomendaciones para parar y reparar este precipitado mes de mazo

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

Ya estamos en el mes de marzo y casi no me doy cuenta por la cantidad de cosas de las que estoy pendiente. Tercera ola Covid 19, vacunas e intentos de especulación de las grandes empresas farmaceúticas, pendiente de la campaña de Amnistía Internacional para la defensa de la Atención Primaria de Salud, no podía estar más de acuerdo, gracias me devolvéis la fe en la humanidad y admiro a les, las y los activistas.

Ertes, despidos, elecciones sindicales, aprovecho y saludo a mis compañeras de sección de CCOO. Teletrabajo y redacto documentos sin fin. Tengo una preciosa familia con gata como el gato de Mili Hernandez que va de casa en casa y convive con familias muy diversas, como mi gran familia extensa.

En términos generales esta es nuestra vida, muchas personas pueden identificarse y tiene mucho sentido por dos motivos: internet nos abre puertas al trabajo, activismo, colaboraciones y actividades para todo el día. Llegó el 8 de marzo y dosifiqué fuerzas para disfrutar como otro año más, para que se pintasen las calles de morado. Además, ahora, las redes sociales se nos abrieron más posibilidades de expansión de esta tonalidad tan preciosa y feminista que nos viste a todas en estos días.

Y cuando hablo de todas, incluyo a las mujeres transfeministas, que las hay y desde hace mucho tiempo, a las transgénero y transexuales, por que el feminismo es la lucha por la igualdad, se gestó por este motivo y cabe en todos aquellos lugares donde hay personas discriminadas. Sino es así carece de sentido para mí que el feminismo me ha ayudado tanto a entender a verme y ver de forma sorora a otras mujeres. No puedo creerme la polémica actual en relación al feminismo, más recalcitrante me temo, y en contra de los colectivos de mujeres trans, sobre todo porque no he visto públicamente nada en contra de los hombres trans en ninguna declaración o debate. Lee el resto de la entrada »

Alohomora, J.K. Rowling

Por Paco Tomás (@Srpacotomas ).  Director  y guionista de Wisteria Lane (RNE). Creador y guionista de Nosotrx Somos. Escritor: Los lugares pequeños y Algunas Razones.

Foto vía 20 Minutos y GTRES

Apreciada J.K. Rowling:

No soy fan de Harry Potter. Su lanzamiento me pilló interesado en otros parajes. Con lo cual, no he sufrido ninguna decepción al leer tus tuits porque no esperaba nada de ti ni he sufrido esa orfandad emocional que nos asola cuando la creación que admiramos tiene detrás a una persona de valores humanos discutibles. Pero lo que he hecho es documentarme sobre el maravilloso universo que imaginaste para asociarlo con la enorme incapacidad que te impide entender la diversidad humana.

Y me he fijado que existe un personaje en tu imaginario llamado Albus Dumbledore, un mago poderoso, algo paternalista, pero con una admirable moral, que puede echarme una mano en esta columna para intentar aportar, a ti que fuiste capaz de imaginar la Plataforma 9 ¾ pero que no logras entender que existan identidades trans, un poco de luz a tus tinieblas. Como un hechizo para abrir puertas, ya sabes.

Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de inflingir daño y de remediarlo (Albus Dumbledore)

Es evidente que las palabras, escritas en un tuit o en un argumentario político, pueden inflingir daño y en nuestra mano está el poder remediarlo. Percibo que te sientes injuriada cuando se te recuerda que tu pensamiento teórico es transexcluyente. O sea, TERF. Y te rebelas contra el acrónimo como si fuese un insulto. Vamos, como si las personas LGTB nos ofendiésemos cada vez que nos definen como LGTB. TERF no es un insulto, es un acrónimo anglosajón que significa Trans-Exclusionary Radical Feminist. O sea, Feminista Radical Trans Excluyente. Lee el resto de la entrada »

Hablemos de lo trans* (bien): sobre el poder despatologizador de las palabras

Por Miguel Sánchez Ibáñez (@parasynthetic)

 

Metáfora Olive Oil

«Metáfora Olive Oil» by This is Pacifica is licensed under CC BY-NC-ND 4.0

Con frecuencia, tendemos a simplificar lo que nos es ajeno, extraño o novedoso para poder asimilarlo y encontrarle acomodo en nuestros diminutos universos personales. Un proceso que a priori puede ayudarnos a asimilar nuevas realidades, pero que a la larga termina por emborronarlas.

La manera en que nos aproximamos a las realidades trans* desde una perspectiva cis tiene mucho que ver con esa estrategia de generalización y brocha gorda: a menudo  metemos a todas las identidades trans* en el mismo saco, y asumimos el perfil de las que quieren modificar su cuerpo para que encaje en el heterobinarismo como el predominante: esta simplificación invisibiliza a las personas transgénero a les travestis o a las personas no binarias, y simplifica de manera muy perjudicial el entramado de identidades trans* que existen en la sociedad.

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Legalidad transgénero en la India: identidad, negación, derechos

Por Carolina Laferre (@TSM_es), de Trans·socialmedia – Identidades 3.0

Sumario: El parlamento de la India aprobó una Ley, este pasado mes de diciembre, para proteger los derechos de las personas transgénero. Pero esta nueva ley, es inadecuada en diversos frentes. Activistas trans y grupos de derechos humanos aliados, han criticado varios de los Proyectos de Ley sobre derechos trans desde la publicación del primer documento, en el año 2016.

La comunidad transgénero ha configurado una parte importante de la sociedad india desde tiempos inmemoriales. Las raíces de las personas transgénero en la India se remontan a trece y catorce siglos atrás. Tienen una fuerte presencia histórica en la mitología hindú, además de otros textos religiosos. En la épica Ramayana, en un texto del siglo III a.C. que forma parte de los textos sagrados Smriti (textos no revelados directamente por Dios sino transmitidos por la tradición autóctona) también pueden encontrarse referencias transgénero. Se dice que, cuando Lord Rama se adentraba en el bosque tras ser desterrado del reino durante 14 años, se dio la vuelta, miró a sus seguidores y pidió a todos “sus hombres y mujeres” que regresaran a la ciudad. La comunidad hijra no se sintió obligada a esa petición, por no conformarse dentro de ese patrón “masculino o femenino” y decidió acompañarle y quedarse a su lado durante su confinamiento. Impresionado por la fidelidad que le mostraban, Rama les otorgó autoridad y el poder de conferir bendiciones en ocasiones especiales como el parto y el matrimonio. Lee el resto de la entrada »

Les muxes son portada de Vogue

Por Carolina Laferre (@TSM_es), de Trans·socialmedia – Identidades 3.0

La icónica revista de moda que publica más de 20 ediciones en diferentes países del mundo, destaca a las mujeres transgénero indígenas de México en primera plana, este mes de diciembre. Son “MUXES” , que mezclan identidades masculinas, femeninas y homosexuales.  De forma habitual, la mayoría se autopercibe como «tercer género» sin que ello signifique un problema.

Asumen su identidad, lideran el camino y encienden las portadas y pasarelas internacionales más importantes. Los maniquíes transgénero están sacudiendo el mundo de la moda y crecen en número, año tras año, liberando mentes. Cada vez más visibles en revistas y en campañas publicitarias, las nuevas modelos del papel couché están cambiando los códigos sociales a marchas forzadas, de forma vertiginosa y con absoluta legitimidad. 

Tanto en la edición mexicana como en la edición británica, en esta ocasión, conoceremos a Estrella Vázquez, zapoteca de 37 años, de profesión tejedora/bordadora y diseñadora, como casi todas en la ciudad de Oaxaca. VOGUE la retrató conjuntamente con otras 12 indígenas más el pasado mes de agosto. La red social de Instagram ha sido la primera en anunciarlo y sus usuari@s están emocionad@s por esta portada a la espera de la publicación en papel en los próximos días. Un fenómeno extraordinario, un hito histórico para todas las transgénero indígenas de Oaxaca, pero también, para todo el colectivo transexual internacional.

MUXE (pronunciado “mushe”) Lee el resto de la entrada »

Ciruela de agua dulce: cine asiático como herramienta de revolución LGTB

Por Carolina Laferre (@TSM_es), de Trans·socialmedia – Identidades 3.0

El cine de los últimos años nos está dando importantes referentes para que, probablemente, nos demos cuenta de que hay demasiada gente que pasa o ha pasado por una historia similar a la nuestra. El organismo industrial de China cuenta, desde hace tiempo, con un conjunto de directrices que prohíben la representación de contenido vulgar y “poco patriótico”, para la imagen del país.

Entre otras reglas, las pautas prohíben explícitamente la descripción de la homosexualidad o transexualidad, incluyéndolas en la categoría de «comportamiento sexual anormal» junto con el incesto y la violencia sexual. Otros contenidos prohibidos incluyen escenas de besos prolongadas o las explícitamente provocativas. También la difamación de héroes nacionales. El contenido inaceptable debe cortarse/editarse antes de que se proyecten, emitan o divulguen en cualquier espacio soporte, según estas pautas. Lee el resto de la entrada »

Ser transgénero en China explicado en 8 memes de gatos

Atención a esta Campaña de Amnistía Internacional

Las personas transgénero en China tienen que superar muchas dificultades para lograr la libertad de ser ellas mismas. Los obstáculos legales y el estigma social que afrontan pueden afectar a todos los detalles de su vida diaria.

Cuando estábamos entrevistando a gente para nuestro último informe, conocimos a algunas personas transgénero… y resultó que todas ellas eran amantes de los gatos. Estaban más que encantadas con la idea de expresar sus sentimientos a través de fotos de sus amistades gatunas. Muchas nos dijeron que sus gatos las apoyaban en el arduo viaje de vivir de forma auténtica.

Así que pensamos que era una forma perfecta de explicar cómo es ser una persona transgénero en China. Lee el resto de la entrada »