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¿Hablamos de neurodivergencias y salud mental?

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: Magdalena Roeseler

Hola. Me llamo Marcos, soy una persona trans no binaria bisexual, y además soy una persona autista y llevo casi una década luchando contra un trastorno ansioso-depresivo en una guerra que, a día de hoy, no sé si algún día tendrá fin. Creo que en un blog sobre diversidad sexual y de género, como este, no puede faltar nunca la perspectiva interseccional, y ese análisis pretendo hacer con este artículo.

Sin embargo, este no es un simple artículo de análisis. Es, probablemente, el artículo más íntimo que he publicado hasta la fecha, y en el que muestro mi máxima vulnerabilidad. Pero, entre todas esas cosas que definen mi identidad en este momento de mi vida, ser activista es una de las más relevantes. Y los activistas sabemos que lo personal es político, que la visibilidad es la única forma de luchar contra el estigma, y que si queremos un futuro mejor para quien venga después de nosotres, no queda otra que enseñar la herida abierta y sangrante y asumir el riesgo que implica. Lee el resto de la entrada »

Mujeres bisexuales: invisibles, armarizadas y con peor salud mental

Por Elena González Rojo

Hace más o menos un año tuve la suerte de cruzarme con Lisa College, una gran investigadora y persona.

Lisa es periodista y dejó la seguridad laboral para cursar el máster en el que nos conocimos. Sigue en Londres, ahora con el doctorado. Me alegra mucho la repercusión que está teniendo su último artículo (se ha publicado en el Journal of Public Health), y trata temas que me interesan, por lo que quiero compartir sus resultados:

El estudio que ha llevado a cabo Lisa, y que ha coordinado nuestro profesor, Ford Hickson, concluye que las personas bisexuales tienen un riesgo muy particular de invisibilización y marginalización desde ambas comunidades, la de gais y la de la lesbianas. Aunque las mujeres bisexuales en el estudio señalaron haber experimentado menos discriminación basada en la orientación sexual, este hecho no las benefició en los indicadores de salud mental”.

Foto de  RenaudPhoto
Foto de RenaudPhoto

 

Lisa y Ford señalan que los servicios de salud mental deben ser conscientes de las diferencias y similitudes en las necesidades de salud mental de las mujeres bisexuales y lesbianas, y que los servicios que se ofrezcan han de ir en consonancia con estas diferencias.

Pero los recursos públicos que existen para abordar la salud mental son escasos y los pocos que hay suelen estar dirigidos a casos severos (o invertirse exclusivamente en medicamentos). Hacer frente a esta situación no es sencillo, pero que existan evidencias como las de este estudio favorece que podamos luchar por ello.

Este estudio también ha encontrado que las mujeres mayores bisexuales tuvieron más pensamientos suicidas que las mujeres bisexuales más jóvenes.  Una de las explicaciones que los autores señalan es la falta de apoyo de una comunidad como la que ha existido o existe entre personas homosexuales.

Las mujeres bisexuales acuden a espacios de socialización de mujeres lesbianas o bisexuales mucho menos que las lesbianas. Y además, en comparación con las mujeres lesbianas, muchas menos bisexuales han salido del armario con amigo/as, familia o en el trabajo.

Estos resultados son bastantes representativos para el Reino Unido. Lisa ha analizado una muestra de 937 mujeres bisexuales y 4769 lesbianas. La encuesta base es de la ONG Stonewall, conocida por su activismo en pro de los derechos LGTB. Son datos de 2007 y constituye el estudio con mayor muestra que se ha realizado hasta el momento, al menos en Europa.

Como grupo en general, las mujeres bisexuales de la muestra fueron más jóvenes , más pobres y en más ocasiones consumidoras de marihuana. También fue mayor el número de mujeres transexuales bisexuales que lesbianas.

Otros datos fundamentales: las mujeres bisexuales fueron más tendentes a tener problemas de alimentación, a sentirse deprimidas y a auto-lesionarse.

En palabras de Lisa: “Aunque las mujeres no-heterosexuales como grupo tienen bastante peor salud mental que las mujeres heterosexuales, el hecho es que las mujeres bisexuales presentan un stress mental aún peor que el de las mujeres lesbianas. Todas las mujeres se merecen las mismas oportunidades de bienestar y felicidad, independientemente de su orientación sexual. Si la homofobia está mayoritariamente condenada, el estigma específico en torno a las mujeres bisexuales debe reprobarse de forma similar”.

Es lógico intuir que los datos en España pueden ser similares. Pero no lo sabemos. Porque no se ha preguntado. Recoger la variable “orientación sexual”, por ejemplo, en la Encuesta Nacional de Salud, debe ser una de nuestras reivindicaciones. A día de hoy,  en nuestro país no se conoce la diferencia en indicadores de salud entre mujeres heterosexuales, lesbianas y bisexuales.