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Debates en torno de la ley de matrimonio igualitaria griega: ¿Es Grecia el paraíso homosexual que pensamos que es?

Por Konstantinos Argyriou

Vengo de un país que, por más que se suela idealizar por ser el origen de la filosofía, la democracia y la homosexualidad, sorprende por su actual mentalidad retrógrada en muchos temas sociales. Y esto tiene todo el sentido del mundo: ¿cómo sostener una historia que pese tanto?

Grecia ha votado este jueves 16 de febrero el matrimonio igualitario. Solo unos diecinueve años después de que lo hiciera el Estado español; solo unos veintitrés después de los Países Bajos. Para sorpresa de mucha gente, fue el partido de centro-derecha que está en el gobierno desde 2019, Nueva Democracia, el que creó esta propuesta de ley.

Y desde noviembre del año pasado, no se ha parado de hablar del tema en los medios de comunicación, en redes sociales, y también en la calle: muchas encuestas que han circulado señalan una gran división social, así como una percepción más positiva de la aprobación del matrimonio que de la adopción –la nueva ley no estipula temas de reproducción asistida.

A nivel de debate público, aparte de la típica polarización que hemos evidenciado también en otros países occidentales a la hora de aprobar leyes equivalentes, existe el agravante de una cultura LGTBIfóbica particularmente “griega” que está muy extendida. “La sociedad griega no está preparada”, “los niños necesitan influencias parentales tanto masculinas como femeninas”, o “estas cosas que vienen de fuera no pueden aplicarse aquí” son frases que se han esparcido masivamente en estos últimos meses.

En 2018, la sociedad griega evidenció el asesinato, en plena luz de día, del activista y drag queen Zak Kostopoulos/Zackie Oh!, por dos empresarios. Las personas que evidenciaron la escena, que no fueron pocas, no intervinieron para salvar a Zak de las palizas mortales, sino que incluso cuestionaron los sucesos, que si no se hubieran quedado grabados, habrían conducido a la impunidad directa de los agresores (el juicio sigue aún).

Igualmente, existen muchas parejas y familias diversas que en los últimos años han recibido tanto más visibilidad, como más sentimientos de repugnancia en la esfera pública por su mera existencia. La labor de organizaciones como Políjromo Sjolío (Escuela de Colores) o Iperífani Gonís (Orgullo Parental) ha sido fundamental, puesto que han trabajado codo con codo con las legisladoras responsables, y han personificado las luchas por un tratamiento equitativo por parte de la ley y la transformación de las actitudes sociales al respecto.

Mucha gente ve en esta ley una apuesta personal del Primer Ministro, Kyriakos Mitsotakis. En su afán e intento deliberado de mover el partido gobernante más hacia el centro y el progreso social, Mitsotakis ha plantado cara, según esas voces, a la iglesia ortodoxa. Los clérigos representan gran parte del voto de Nueva Democracia, pero en este movimiento hacia un partido más laico (y por ende, más secular), se sienten apartados. Recuerdo que Grecia no es todavía un Estado propiamente secular, como la grandísima mayoría de los países europeos. Con la nueva ley, se convierte en el decimosexto país de la Unión Europea (antes que Italia) y el primer país cristiano ortodoxo en conseguir dicho avance legislativo.

Hay curas que incluso han señalizado a aquellos miembros del partido que votarían a favor, para tacharlos de traidores y dejar de darles apoyo político. Incluso se han redirigido a los tres partidos minoritarios de extrema derecha como respuesta. Esos tres partidos, Elinikí Lysi, Niki y Spartiates, con gran influencia en las periferias de Macedonia y Tracia, se han aprovechado de la situación para reforzar la inseguridad de cierta ciudadanía heteronormativa al odio y la intolerancia y ganar más votos.

El Partido Comunista, KKE, decidió seguir por la misma línea, puesto que le pareció que la igualdad en el matrimonio daría paso a la explotación de cuerpos femeninos al servicio de la reproducción asistida –aunque se ha explicitado en varias ocasiones que éste no es el caso. Recibió, por ello, el repudio de aquellos grupos LGTBIQ que lo habían apoyado en el pasado.

Aparte de los alrededor de 106 miembros parlamentarios de Nueva Democracia (de los 158 que tiene actualmente), los partidos que han apoyado la iniciativa han sido Syriza, un grupo parlamentario separado de él llamado Nueva Izquierda, el Partido Socialista (PASOK, aunque fue también el más dividido, con un 33% de los miembros absteniéndose), y Plefsi Eleftherías.

Fuera de la discusión parlamentaria, sorprende la necesidad de la Asociación Helénica de Psiquiatría, entre otros grupos profesionales de salud, de sacar una comunicación, hace unas semanas, declarando que la homosexualidad ya no figura como enfermedad mental. Y sorprende, porque por un lado, la Asociación Americana de Psiquiatría sacó la homosexualidad del DSM en 1973; y por otro, porque la propuesta de ley no estaba relacionada con la autodeterminación de la orientación sexual, sino con el derecho a casarse.

Mucha gente en Twitter subió imágenes exóticas de Santorini y representaciones de ánforas, con comentarios como “el país del Mamma mía por fin es abierto”, o “Grecia vuelve a ser consistente con su historia”. Esta caricaturización de lo votado es interesante, como lo ha sido un comentario que recibí en mi Instagram de un contacto, que fue así: “¡Qué bien, ahora ya podrás volver a tu país y casarte!”. Que lo progresista no te quite lo xenófobo.

Y ahí reside el problema: que sostenga aquí que Grecia es un país profundamente homófobo, por no ofrecer justicia para la muerte de Zak, no ignora el asesinato de Samuel a gritos de maricón en 2021, ni lo intenta competir en brutalidad (¿quién da las mejores palizas mortales en medio de la calle, un griego homófobo o un español?). Que pensemos que un partido conservador nos haya hecho el favor de ir en contra de sus principios para abrirse hacia el colectivo, no quita que el matrimonio sea una institución conservadora. Igualmente, que nos hagan el favor de recordarnos que la homosexualidad no es una enfermedad mental no borra del mapa que se sigan promoviendo políticas y actitudes profesionales impertinentes.

Queda por ver cuánto va a tardar la reacción violenta de aquellos sectores de la sociedad que no solo se han sentido incómodos con esta nueva medida legal, sino que querrán manifestar su odio de forma abierta.

by User kokkinoi antireporters (κόκκινοι αντι-ρεπόρτερ) of Athens Indymedia. (creative commons)

 

El banquete de bodas

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Ang Lee dirigió esta película taiwanesa en 1993. El guión lo firman el propio Lee junto a James Schamus y Nelll Feng. Simon y Wai-Tung son un pareja gay que vive en Manhattan. Ante la inminente llegada de los padres de Wai-Tung, organizan una boda de conveniencia entre Wai-Tung y Wei-Wei, una joven inmigrante que necesita la carta verde de inmigración para poder permanecer en los Estados Unidos. Todo se complica cuando los padres de Wai-Tung llegan a Nueva York y pretenden organizar el banquete.

Lee es un punto medio entre Woody Allen y Eric Rohmer. El cineasta consigue tener una objetividad sobre los personajes que hace que en sus películas no haya ni buenos ni malos. Esa objetividad no es indiferencia, sino una suerte de simpatía hacia los personajes que recuerda a Renoir. Destaca en el realizador su capacidad para rodar desde la distancia justa, la habilidad para colocar la cámara en el lugar adecuado, la cotidianeidad que imprime a sus escenas y la utilización de elementos cómicos que , a veces, resultan totalmente disparatados pero siempre dentro de un enorme realismo y espontaneidad. Estos toques de comedia el director los mezcla hábilmente con un cierto melodrama para tratar cuestiones de familia y de convenciones sociales. que es común denominador en todas sus películas. Por otro lado señalar el toque oriental de la cinta, que recuerda a El Viaje a Tokio de Ozu . Sobre los puntos en común de ambas películas, señalar que utiliza el mismo material: las relaciones dentro de una familia que está en estado de dispersión .’En este caso la dispersión es cultural y geográfica. En la película, Ang Lee trata a los personajes con objetividad pero siempre con una actitud positiva. Esto hace que la cinta tenga una gran frescura.

El Nueva York de Ang Lee es muy personal y así se refleja en las escenas de esta película con las calles y los restaurantes que filma. Hay una escena, cuando están comiendo, en la que se ve el río y podemos sentir la humedad a través un plano inusual de la gran manzana. Y todo ello sin una impronta orientalista de las localizaciones. Por otro lado, la escena en la que los dos protagonistas hablan por teléfono está cargada de emotividad y afecto. A ello contribuye la planificación que nos muestra una relación pura y consistente llena de amor. El director va subiendo la escena de tono poco a poco hasta que termina en un abrazo. La economía de medios se nota en los planos largos que rueda el director. La forma en la que los actores se mueven por los espacios imprime a las escenas de esa cotidianeidad que, como se ha mencionado anteriormente, caracteriza a Lee. Con esa misma impronta de lo cotidiano , el realizador describe la relación de amor entre los dos hombres de la misma manera que hubiese contado una relación heterosexual.

Las situaciones que se `producen con la organización de la boda están rodadas con gran frescura. La fiesta es una locura que tiene planos de comedia disparatada. Sin embargo también se filma con normalidad lo que permite que cualquier persona que vea la película, independientemente de su nacionalidad o su cultura, se pueda identificar con esos momentos. Hay un momento en la preparación de la boda, cuando están peinando a la novia, en el que esta parece tener la ilusión de que al final se quedará con Simón, lo que nos hace pensar en su soledad. Esta circunstancia también se plasma en la escena de la bienvenida en el aeropuerto. Wei Wei quisiera que esa fuera su familia también.

Un tema que trata la película es la problemática de las personas que están en situación administrativa irregular en Estados Unidos y la frustración que muchas veces les provoca esa circunstancia vital. Es esta circunstancia, la que lleva a Wei Wei a aceptar el matrimonio de conveniencia. Sin embargo hay un instante en la que la chica dice: Quizás no haya merecido la pena tanto esfuerzo para esconderse en Estados Unidos. La cuestión es que hay millones de personas que buscan un lugar estable que difícilmente les llega porque nunca serán como las personas nativas que tienen unas posibilidades de prosperar que les vienen dadas por el nacimiento.

La cinta trata con habilidad la relación entre Taiwan y la China continental. Con destreza nos describe la necesidad que tienen todos los personajes de entenderse a pesar de pertenecer a culturas distintas. La escena de la presentación en el aeropuerto recuerda a Ozú. También destaca la escena del hospital en la que Wai Tung , de espaldas, le cuenta la verdad a la madre y va sintiendo una liberación a medida que habla. Cuando el joven termina, la madre le espeta: Tu padre no debe saberlo, eso le matará. Esta frase describe a la perfección el trauma que, a veces, supone para algunos padres el hecho de que sus hijos tengan una orientación sexual o una identidad de género no normativa.

El guión sabe alternar la comedia de equivoco con el drama. Planea siempre el miedo de que el padre , que está enfermo del corazón, se entere de la relación entre su hijo y Simon. Los secretos familiares que provocan el drama se mezclan con los momentos de comedia de enredo.

Dentro de los personajes principales solo hay un occidental, Simon que aparece habitualmente en un segundo plano sin embargo siempre eso no disminuye su peso en la historia. Es un personaje muy bien tratado. El joven americano tiene un gran encanto, se enfada en un par de ocasiones, pero con motivo. En la despedida, el padre le dice a Simon que cuide de Wai-Tung, mostrando así su aceptación a la relación entre el joven americano y su hijo.

El director dedica la película a una pareja de amigos suyos que cuando vienen los padres tienen que cambiar la decoración de su casa para que no se diesen cuenta de la relación que ambos tienen.

¿Estará dispuesto Casado a derogar el matrimonio igualitario para ser presidente con el apoyo de Vox?

Pablo Morterero (@pabloMorterero)

 

En España, centenares de miles de personas LGTBI estamos expectantes a la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ante la anunciada presentación de una propuesta de Ley en la Asamblea de Madrid, por parte de Vox, para derogar las leyes autonómicas LGTBI y trans.

Vox nunca ha ocultado que una parte fundamental de su proyecto radical es acabar con algunos derechos humanos que hemos conseguido en los últimos años, no solo en el campo de la orientación y la identidad sino también en el campo del género. Por eso, no ha sido una sorpresa el anuncio de la formación radical de ultraderecha, pero sí ha generado preocupación el momento y el lugar anunciado para presentar la propuesta de Ley.

La presidenta de la Comunidad de Madrid nunca ha ocultado sentirse cómoda con muchos de los postulados de la formación radical, y ha hecho continuos guiños a su electorado para conseguir una mayoría suficiente para gobernar. Escorarse tanto a la ultraderecha, ha hecho que la única opción parlamentaria del gobierno de Díaz Ayuso para sacar adelante las leyes en la Asamblea de Madrid sea el concurso de la formación radical de ultraderecha. Hace unos días se formalizó el pacto para los Presupuestos de la Comunidad para 2022, y justamente después, Vox anunció la presentación de la propuesta de Ley.

La deriva de la gran formación política de centro-derecha española hacia una posición radical de ultraderechas es preocupante. Porque cada vez más, se verá condicionada por la formación radical ultraconservadora, que además necesita diferenciar su discurso político respecto a un PP escorado hacia la ultraderecha, radicalizándolo.

Si la señora Diaz Ayuso acepta el envite, y acepta derogar o modificar las leyes trans y LGTBI, no solo salen perjudicadas las personas LGTBI madrileñas y sus familias, sino las de todo el país. Porque fortalecidos por el éxito, el siguiente objetivo serán las leyes del resto de Comunidades Autónomas, y el premio “gordo”: el matrimonio igualitario.

No podemos olvidar que el PP no solo se opuso al matrimonio igualitario en las Cortes Generales si no que también presentó un recurso de inconstitucionalidad, finalmente rechazado por el Alto Tribunal. Y es que la derecha española nunca se ha sentido cómoda con extender la institución matrimonial a las parejas de dos personas del mismo sexo. Porque enfrenta el espíritu liberal existente en la formación de centro derecha, con el neoconservador que ido ganando posiciones en las últimas décadas.

Cada pacto que firma el PP con Vox, es un eslabón más de la cadena que ata a la formación de centro-derecha al programa radical ultraconservador. Tras gobernar comunidades autónomas como Andalucía, Castilla-León, Madrid o Murcia, y decenas de ayuntamiento, en las próximas elecciones generales, donde presumiblemente el candidato “popular” sería Pablo Casado, cualquier posibilidad para gobernar en minoría pasará inevitablemente por un pacto con el partido de Santiago Abascal.

Y ya sabemos cual será una de las “piezas” que querrá cobrarse el lobby político ultraconservador radical: el matrimonio igualitario. ¿Será capaz Casado de renunciar a gobernar y facilitar un gobierno de centro-izquierda, por no “sacrificar” el matrimonio igualitario?

Por eso es tan importante el éxito de la movilización del próximo 15 de diciembre en diferentes partes de España contra la anunciada petición de derogación de las leyes madrileñas trans y LGTBI. Solo si el PP asume que ceder y sacrificar derechos de las personas LGTBI y sus familias en el altar de la gobernabilidad con Vox supone la pérdida de una parte importante de su electorado más liberal, podemos asegurar que una posible mayoría de centro-derecha en las próximas Cortes Generales no suponga el fin del matrimonio igualitario.

Porque si no, lo que nos queda es rezar. Para aquellos que tengan fe, naturalmente.

 

Reivindicar a las familias

Juan Andrés Teno (@jateno_)

Hoy es 15 de mayo y en muchos espacios se multiplica desde hace unos años la conmemoración del Día Internacional de las Familias. En torno al concepto de familia se ha divagado mucho desde el inicio de la humanidad y en su nombre se han cometido algunas de las bellaquerías más indignas de la Historia. Debería haber quedado ya atrás la época en la que familia era utilizada como arma ideológica, y ser asumida como un bien común.

La sociedad española ha protagonizado importantes cambios sociales en las últimas décadas, pero sin duda unos de los más destacados son los que han tenido a la familia como actriz principal. Han cambiado los miembros que la integran, los roles que desempeñan, las dinámicas de las relaciones, pero sobre todo, ha variado su estructura.

Y a ello han ayudado los cambios legislativos que se han sucedido desde la década de los 80 del siglo pasado con las leyes de divorcio, reproducción asistida o adopción y que, por ahora, tienen su último capítulo en la reforma del Código Civil en materia de matrimonio, que posibilitó la unión entre personas del mismo sexo.

En junio del año 2015 altos cargos del Partido Popular y obispos encabezaron en Madrid una multitudinaria manifestación en contra del matrimonio igualitario con tres pancartas en las que se afirmaba “La familia sí importa”, “Por el derecho a una madre y un padre” y “Por la libertad”.

Allí teníamos a la derecha de este país y a la jerarquía de la Iglesia reivindicando como válida su parcial y lastimera visión de lo que es una familia. Con los años hemos conseguido arrebatarles la autoridad moral y hacerles comprender (al Partido Popular, la jerarquía católica mantiene impoluta su visión LGTBIfóbica de la sociedad) que la familia no era un bien privativo y que hay tantos modelos de familia como formas de amar y maneras de incorporar a los menores de edad en ellas.

Aún hoy persiste en este país un 20% de personas que no comulgan con el matrimonio igualitario, porcentaje se incrementa casi hasta un 40% si se trata de validar el hecho de pueda haber hijas, hijos o hijes. Y no  solamente siguen estando ahí, si no que han ocupado un importante espacio en la representación parlamentaria y han llegado a influir en los gobiernos autonómicos a través de la marca política de Vox.

Con la intransigencia de la extrema derecha ya contábamos, aunque la batalla social de la diversidad familiar hace años que la hemos ganado. Pero, aunque parezca paradójico, tampoco ha sido fácil hacer un activismo a favor del hecho familiar dentro del colectivo LGTBI. 

Muchas y muchos activistas se creyeron el discurso discapacitante ultraconservador y negaron (y siguen haciéndolo) el concepto de familia en  las personas LGTBI. Por un lado están aquellos activistas que consideran que las familias homoparentales hemos reproducido los “males” que siempre han arrastrado las familias, acusándonos de perpetuar comportamientos tradicionales o neoliberales. Siguen sin comprender que la familia no tiene ideología, que, en todo caso, la podrán tener madres o padres (y están en todo su derecho) pero que no la tienen hijas, hijos e hijes. Nos siguen pidiendo un cambio de paradigma y no se dan cuenta que ya lo hemos resuelto. Al demostrar año tras año, día tras día, que el ejercicio de crianza en nuestras casas ha supuesto un avance social imparable, que estamos desmontando la LGTBIfobia que aún anida en las calles. Estudios como los dirigidos por Mar González demuestran científicamente que nuestras hijas e hijos han conseguido romper los estereotipos de género y que se han convertido, ellos, la infancia, en motor de cambio social. Entendedlo: motor de cambio social, que desde que llegan a nuestras familias se convierten en células activas que naturalizan el hecho LGTBI allí por donde pasan, y lo hacen de manera permanente.

 

 

Luego están, dentro del activismo, quienes dejan su vida y su alma por conseguir una sociedad menos machista y LGTBIfóbica y no se percatan de que están perpetuando el tercer gran colmillo que nos desangra socialmente: la adultocracia. Son quienes siguen considerando a las personas menores de edad como incapaces y olvidan que la infancia y al adolescencia también son parte de la ciudadanía, que tienen derechos y que el principal de ellos es el de ser escuchados.

Por último, están los que confunden familia de origen, castrante y reductora de derechos ante la realidades LGTBI en algunos casos, y la capacidad que tenemos todas, todos y todes de crear familias y espacios heterogéneos donde la diversidad marque la convivencia. Que para ser familia no hace falta compartir genes, ni parentesco, ni obligaciones legales; para ser familia solo hay que querer, pero no como hecho volitivo, sino como ejercicio de amor.

Y con este panorama, con hostilidades externas e internas, las personas LGTBI tenemos que seguir celebrando y reivindicando a las familias. Pero para ello es necesario que seamos capaces de comprender la importancia del lenguaje, de nombrar a cada realidad con la palabra más adecuada. 

Se ha generalizado el uso de familias LGTBI para designar a aquellas que tienen progenitores LGTBI o en las que hay criaturas LGTBI, olvidándose que no es del todo correcto designar al todo por una parte. En nuestras familias hay también personas heterosexuales, nunca lo olvidemos. Como sigue siendo muy necesario visibilizar las distintas realidades, sería necesario delimitar términos:

  • Familias homoparentales: aquellas en las que los progenitores son lesbianas, gays o bisexuales, independientemente de su género. Parental procede etimológicamente del término latín parens (pariente) y este, a su vez, del verbo pariré (parir). Es de las pocas palabras en castellano que no tiene un sesgo de género. Por tanto, es incorrecto lingüística y socialmente hablar de familias homparentales y homomarentales, distinguiendo en la segunda de ellas a las conformadas por una o dos madres. “Marental” no significa nada, sencillamente no existe. Aun así, si queremos distinguir, ya que en muchas ocasiones es necesario, si hay madres o padres en estas familias deberían utilizarse los términos homomaternal y homopaternal.
  • Familias diversas. Existe la creencia errónea de denominar como familias diversas a las homoparentales o monoparentales y a todas a aquellas que no sean la familia tradicional. No es cierto, todas las familias son diversas. Familia lleva implícito el adjetivo diversa.
  • Familias con progenitores LGTBI: aquellas en las que los progenitores son personas LGTBI.
  • Familias con menores LGTBI: aquellas en las que las hijas, hijos o hijes son personas LGTBI.
  • Familias con progenitores trans.
  • Familias con menores tras.

Estas dos últimas definiciones son necesarias actualmente debido al clima de transfobia que está atravesando la sociedad española, tanto por parte de posiciones ultraconservadoras, como por otras supuestamente feministas y que niegan las realidades trans y su derecho de autodeterminación.

Por todo ello, conmemoremos, celebremos y reivindiquemos el Día Internacional de las Familias y hagámoslo desde los criterios de la diversidad familiar. Para poder hacerlo debemos partir de una definición de familia que huya de todo sesgo ideológico y que de cabida a los múltiples modelos de convivencia que existen en este país. Asumamos definitivamente que una familia es un hogar y que todo hogar es una familia.

JUAN ANDRÉS TENO

Periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Blog: https://familiasdecolores.wordpress.com/

 

 

Bollywood Summer VI: Madrid celebra la boda que en India no quieren

¿Sabías que hasta 2018 tener relaciones homosexuales en India podía ser ilegal? ¿Que miles de personas sufren discriminación solo por el hecho de decidir cómo son? Bollywood Summer VI vuelve a Madrid para reivindicar que, en India y en cualquier lugar, amar no es delito.

El festival tendrá lugar el domingo 9 de junio a las 19 h en la Sala Caracol (C/ Bernardino Obregón, 18, Madrid). La recaudación íntegra irá destinada a Humsafar Trust, ONG de Mumbai que trabaja para reducir la violencia, la discriminación y el estigma contra las personas LGBTI en el país asiático.

El festival nos hará viajar hasta India sin salir de Madrid. Allí las parejas LGBTI todavía no pueden casarse. Pero esta gran boda india reivindicará este derecho… ¡por todo lo alto! A través de la música y la danza india, el odio se transformará en amor. Y el enfado, en alegría y celebración. Bollywood se tiñe por primera vez de los colores de la bandera LGBTI para traernos la fiesta más divertida y solidaria del verano. Lee el resto de la entrada »

Estimada canciller Merkel, el matrimonio no basta

Por Enrique Anarte (@enriqueanarte)

Angela Merkel

El 1 de octubre de 2017, Bodo y Karl dejaron de ser una pareja de segunda clase. Los dos hombres fueron la primera pareja del mismo sexo en contraer matrimonio en Alemania, gracias a la entrada en vigor ese domingo, hace hoy un año, de la ley aprobada unos meses antes en un giro de los acontecimientos que sorprendió hasta a quienes llevaban años luchando por acabar con esta discriminación anacrónica. La foto del histórico activista LGTBIQ+ y diputado verde Volker Beck celebrando desde la bancada el final feliz de una batalla personal y política en su último día en el Bundestag está colgada en una de las paredes del Schwules Museum (Museo Gay) de Berlín, como una pieza más de la memoria democrática del país.

Desde entonces, al menos 7.000 de estas parejas (Beck y su ya marido entre ellos) se han dado el “sí, quiero”según una reciente encuesta. Una victoria de los derechos humanos de las personas lesbianas, gais y bisexuales que llegaba tarde, muy tarde. No se entendía que un país como Alemania, que tan fervientemente defendía la no discriminación en otros ámbitos, se hubiese quedado rezagada, no en el contexto de una Unión Europea en la que países como España habían hecho historia.  Pero acabó  llegando y volvió a demostrar, en un país más, de qué se trata: de amor, de libertad y de igualdad. Aunque sorprendentemente (o no, deberíamos decir), haya quien siga empeñándose en otro tipo de interpretaciones conspiranoicas de la realidad y de la dignidad humana. Lee el resto de la entrada »

Decisión en Australia: matrimonio igualitario, ¿sí o no?

Por Joan Carrión Soriano (@joancarrions), graduado de Publicidad  y Relaciones Públicas

Foto de Jenny Scott del Pride de Adelaide

Aunque nos pueda sorprender, Australia no reconoce el matrimonio igualitario. Es curioso que un país a priori desarrollado aún se encuentre en esta situación, pero parece que la gente de la gran isla del sud está dando pasos para ponerse a la altura de países como España o Estados Unidos.

El actual Primer Ministro australiano, Matthew Turnbull, prometió en su carrera para la silla presidencial en 2016 que pondría a debate el matrimonio homosexual. Aunque pequeño, este paso significa mucho, ya que los antecedentes legales (el más reciente llamado Marriage Amendment Act 2004) aprobados en el gobierno de las Antípodas, no consideraban el matrimonio entre dos personas del mismo sexo un matrimonio, ni tan siquiera si así se consideraba en el país de origen de la pareja. Lee el resto de la entrada »

Mpho, la hija de Desmond Tutu, se casa con su novia

Foto obtenida a través de Twitter

Foto de Desmond & Leah Tutu Legacy Foundation

Si nos dejáramos llevar por los clichés de las revistas del corazón, este es uno de esos casos en los que se nos romperían los esquemas. Ni Canon Mpho Tutu (hija del arzobispo anglicano Desmond Tutu) ni Marceline Furth son dos crías, ni tampoco se dieron el ‘sí quiero’ en un lujoso complejo turístico del continente africano, y mucho menos han vendido la exclusiva a revista alguna. Se han casado y están felices, afirman. Esperamos que lo estuvieran antes del enlace porque sino se trataría más de un milagro que de una boda. Lee el resto de la entrada »

Menos del 25% de eslovenos derogan por referéndum el matrimonio igualitario

Por Andrea Puggelli (@aikkomad) activista italiano LGBTQI que colabora habitualmente en el blog

De Fibonacci Blue

Foto: Fibonacci Blue

Un par de comentarios en caliente sobre el referéndum en Eslovenia que derogó el matrimonio para las parejas del mismo sexo. Partimos de los datos numéricos. Es cierto que dos tercios de los electores han optado por el ‘No’, pero también es cierto que a votar fueron solo un tercio de los electores con derecho al voto. No entiendo los que ven en este resultado una victoria democrática plena porque sabemos que la baja participación a las elecciones ha premiado a los peores instintos de un país.

Más allá de las cuestiones técnicas, existen cuestiones políticas y culturales. Todos y todas celebramos el voto irlandés sobre le matrimonio lgtb. En aquel momento fueron a votar dos de cada tres ciudadanos. A pesar de esta alta participación, en aquella ocasión ya estuve en contra de usar la vía del referéndum para decidir sobre cuestiones importantes que están vinculadas a la posibilidad de que las personas disfruten de los derechos humanos. Este tipo de asuntos no se pueden votar por referendum. Y ahora me hago una pregunta: ¿estamos seguros de que la ciudadanía de Eslovenia, debidamente incitados por los agentes homofóbos de siempre (la Iglesia Católica, principalmente) pudieron (de forma tranquila) abordar y debatir sobre este tema? Lee el resto de la entrada »