Archivo de junio, 2020

¿Y si nos revisamos la transfobia y el privilegio?

Por Pal Gallego (@palgb_)

Acción del 8 de marzo de 2020 del Bloque Bollero. Madrid

Me disponía a escribir un texto teórico, con un montón de argumentos para rebatir todo lo que se ha dicho sobre el temazo de las últimas semanas en redes sociales pero me parece que la solución es mucho más fácil y cercana que esa. Así que ahí va:

LOS DERECHOS TRANS* NO SE CUESTIONAN NI SE DISCUTEN.

Y aquí debería terminar. Pero no.

Aviso de contenido: transfobia, transmisoginia, enebefobia (odio o rechazo a las personas no binarias).

Los derechos de las personas trans* son una cuestión de derechos humanos y deberían recoger a todo el colectivo, también a las personas no binarias. No es ético ver cómo haciendo referencia a lo biológico se borra la identidad de una persona, y más cuando esa persona está en una situación de desventaja en cuanto a su privilegio.

Las personas, independientemente de ser trans* o no, se pueden sentir más cómodas (o no) dentro del binarismo, pero precisamente porque hay algunas que, no solo se sienten cómodas, sino que forma parte de su identidad y se nombran desde ahí, no creo que deba relegarse a otro lugar. Al igual que habrá personas, da igual del colectivo que sean, que se sientan más en sintonía con lo que propone la teoría queer o lo que representa la categoría queer y que no implique ningún borrado para “la mujer”. Por esta razón y porque me hastían las críticas que se hacen, muchas veces sin saber, a ambos términos, quiero arrojar un poco luz que nos sirva a todes para entenderlos mínimamente.

La palabra queer tiene muchos significados pero casi todos confluyen en una misma cuestión, el cuerpo y lo que nos atraviesa y cómo lo hace. Queer, en su origen etimológico significa rare, desviade, que primero se utilizó como cajón desastre para agrupar sujetes fuera de la normatividad (razializadas, putas, tullidas, bis, bolleras, travestis, maricas, precarias, etc); y más tarde se empieza a utilizar como insulto hacia las personas LGTB (y digo LGTB tal cual, sin más siglas) cuando empezaban a visibilizarse las luchas por los derechos de este colectivo, alrededor de los años 70. Es un concepto anglosajón del que nos hemos reapropiado, y ya voy a referirme al Estado español por ser el territorio del que tengo más conocimiento y del que puedo hablar en primera persona, para resignificarlo y dejar atrás el insulto, para que pueda ser una palabra desde la que nombrarnos como disidencias, desde los márgenes. Lee el resto de la entrada »

La madre de segunda – Crónica del Orgullo 2

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Kat Grigg

Ha arrancado el mes de junio y hoy cumples dos años. Dos vueltas alrededor del sol, dos primaveras, dos veranos, dos otoños, dos inviernos… y en esos 730 días la misma pregunta que sigue martilleando en mis oídos: ¿Quién es la madre de las dos?

Mucho tiempo atrás tu mami y yo decidimos que necesitábamos algo más en nuestra vivencia como pareja. Pensamos en ti y lo hicimos en colores. Iniciamos ambas un tratamiento de fertilidad y quiso el destino que ella te gestara y que yo la cuidara hasta tu nacimiento. Mientras estabas en su interior, protegida en la oscuridad de su vientre,  parecía que el mundo entero se alegraba de que fuéramos a ser madres, en plural, sin distinciones entre una y otra. Fue un tiempo feliz.

Con tu nacimiento todo se complicó. Y no tuvo la culpa un parto de más de 48 horas, ni los estragos que el parto causo en el cuerpo de mi mujer, ni la depresión que se adueño de ella durante los primeros meses y que me hicieron multiplicarme en cuidados y en amor. Ya éramos tres y nada más importaba a nosotras, pero parece que al resto del mundo sí. Lee el resto de la entrada »

Alohomora, J.K. Rowling

Por Paco Tomás (@Srpacotomas ).  Director  y guionista de Wisteria Lane (RNE). Creador y guionista de Nosotrx Somos. Escritor: Los lugares pequeños y Algunas Razones.

Foto vía 20 Minutos y GTRES

Apreciada J.K. Rowling:

No soy fan de Harry Potter. Su lanzamiento me pilló interesado en otros parajes. Con lo cual, no he sufrido ninguna decepción al leer tus tuits porque no esperaba nada de ti ni he sufrido esa orfandad emocional que nos asola cuando la creación que admiramos tiene detrás a una persona de valores humanos discutibles. Pero lo que he hecho es documentarme sobre el maravilloso universo que imaginaste para asociarlo con la enorme incapacidad que te impide entender la diversidad humana.

Y me he fijado que existe un personaje en tu imaginario llamado Albus Dumbledore, un mago poderoso, algo paternalista, pero con una admirable moral, que puede echarme una mano en esta columna para intentar aportar, a ti que fuiste capaz de imaginar la Plataforma 9 ¾ pero que no logras entender que existan identidades trans, un poco de luz a tus tinieblas. Como un hechizo para abrir puertas, ya sabes.

Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia, capaces de inflingir daño y de remediarlo (Albus Dumbledore)

Es evidente que las palabras, escritas en un tuit o en un argumentario político, pueden inflingir daño y en nuestra mano está el poder remediarlo. Percibo que te sientes injuriada cuando se te recuerda que tu pensamiento teórico es transexcluyente. O sea, TERF. Y te rebelas contra el acrónimo como si fuese un insulto. Vamos, como si las personas LGTB nos ofendiésemos cada vez que nos definen como LGTB. TERF no es un insulto, es un acrónimo anglosajón que significa Trans-Exclusionary Radical Feminist. O sea, Feminista Radical Trans Excluyente. Lee el resto de la entrada »

La bisexualidad desde un posicionamiento feminista crítico

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) activista de Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

Foto: WeHoCity

Desde un posicionamiento feminista crítico, considero clave tener siempre presente que el enemigo es el orden cisheteropatriarcal, no las personas que eventualmente lo encarnan, quienes, como bien dijo Rita Segato, a veces serán mujeres. Si tenemos esto presente, nos será más sencillo escapar a la dialéctica maniqueísta de la guerra de sexos entre las buenas y los malos. De esa forma, conseguiremos otras perspectivas al mirar la realidad con enfoque de género. Si bien solemos esforzarnos en ver cómo afecta el patriarcado a las mujeres, y los efectos negativos que tiene en ellas, pocas veces solemos girar la cabeza y observar otros aspectos de la realidad con las gafas violetas. Más allá de la realidad de las personas no binarias, que necesitarían probablemente otro artículo que analizara las consecuencias del cisheteropatriarcado en ellas, lo cierto es que el orden patriarcal también tiene efectos dañinos en los varones.

De todas es conocido cómo los varones tienen una problemática muy grande para poder vivir de forma sana sus emociones. Pero también sabemos que son la mayoría de consumidores de drogas y alcohol. Que son la mayoría de la población carcelaria. Que los hombres son cerca de ¾ partes de todas las muertes por suicidio. Y que son la mayoría de las víctimas de delitos violentos, también la mayoría de víctimas mortales. Si siguiéramos la dialéctica de la guerra de sexos, podríamos preguntar: ah, pero ¿quién los mató? Y eso nos llevaría a otra cuestión importante, que los hombres son la mayoría de los criminales violentos. Esa es una realidad que tiene una importante disimilitud al desagregarse por género y es, por tanto, una realidad determinada por el orden cisheteropatriarcal. Un cambio en la mentalidad machista no solo eliminaría una situación de desigualdad injusta y de opresión de las mujeres, sino que traería beneficios para todas las partes. Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB: Eleanor Roosevelt

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresBisexuales 

En la imagen Lorena Hickok y Eleanor Roosevelt

Escritora, feminista, activista y política bisexual, la llamaron La Primera Dama del Mundo por sus avances en derechos humanos. Anna Eleanor Roosevelt nació el 11 de octubre de 1884, en la ciudad de Nueva York. Sobrina del presidente Theodore Roosevelt, Eleanor era una niña tímida que sufrió la pérdida de su madre con nueve años y la de su padre con diez. En su adolescencia, la enviaron a un internado para que superara su introversión.

Se casó en 1905 con su primo lejano, Franklin D. Roosevelt, que se convertiría en presidente de los Estados Unidos. Tuvieron seis hijos: Anna, James, Franklin (que murió cuando era bebé), Elliott, Franklin Jr. y John.  Eleanor trabajó activamente en el servicio público durante la Primera Guerra Mundial, colaborando con la Cruz Roja Americana. Lee el resto de la entrada »

Soy amor y no estoy muerto – Crónica del Orgullo 1

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Camdiluv ♥

Todo el mundo tiene derecho a amar y a ser amado, menos yo. Pasé los mejores años de mi infancia descubriéndome y negándome a partes iguales, intentando engañarme y mintiendo a los demás por el temor a ser lo que era.

Mi primer beso me lo regalé a los 20 años y me sentí culpable durante varios meses de un pecado que no existía. Su cara se me ha desdibujado en la memoria pero sigo sintiendo el calor de sus labios y la humedad de su lengua.

Hasta los 30 años no tuve relaciones sexuales. Furtivas, encarceladas, oscuras como la noche y sucias como los espacios en los que tuvieron lugar. Nunca hubo un te quiero, una caricia de complicidad, una mirada de ternura.

Gracias a estos encuentros con el deseo di con mis huesos en una celda. Vencido y humillado. Fui vejado como nunca imagine que un ser humano pudiera soportar. Tras la libertad vino el señalamiento familiar y social. De aquellos años solo recuerdo las lágrimas de mi madre al despedirme y el odio de mi padre al desterrarme. Lee el resto de la entrada »

Cuerpo situado y espacios liminales

Por Pal Gallego (@palgb_)

El amor y la rabia son energías renovables«El amor y la rabia son energías renovables» by Emilio__ is licensed under CC BY-SA 2.0

Este impulso no es más que el fruto de muchos otros entramados mentales, vaivenes identitarios y ganas de reventarlo todo. Quizá solo así podamos empezar por algo.

Lo más importante es que hablemos de verdad (no sobre la verdad, sino de verdad, de tú a tú). Y sí, en la teoría encontramos mucho de verdad, o de mentira según se mire, porque entre tú y yo, sabemos que la realidad mucho de objetivo no tiene y, por lo tanto, de verdad absoluta tampoco. Lo que quiero decir es que la teoría está muy bien, está fenomenal para poner nombre, para visibilizar, que chica, con lo mucho que nos cuesta como para ahora no quererla; para ser crítiques con lo que nos imponen. Pero a mí me gustaría que me hablasen más desde el cuerpo y menos desde la teoría. Yo sé que a estas alturas ya estarás pensando: “otre jipi más hablando que si el cuerpo, los cuidados y mimimi”. Y puede ser, ni confirmo ni desmiento. Pero mira, es que eso no lo inventé yo, ya lo inventaron otres que tenían mucha razón.

Continúo.

Yo sigo empeñada con esto. Hace unos días me encontraba reflexionando sobre el concepto de embodiment para un trabajo de clase, que viene a ser algo así como el conocimiento encarnado, lo vivencial, vaya. Sí, lo que decía antes de poner el cuerpo en el centro. Nunca había reparado en el significado de la palabra “encarnado” como concepto individual y relacionándolo con la experiencia personal, y lo mucho que tiene de teórico y vivencial a la vez. Para que me entendáis: no es lo mismo leer que tu cuerpo no está mal y “ámate a ti misme”, en cualquiera de los sentidos que os imaginéis; que leer que no eres la única persona que ha pasado por ese momento en el que te miras al espejo y odias tu cuerpo porque no se parecen en nada al de cualquier ideal normativo que os imaginéis. Menos mal que el activismo gordo estuvo ahí para acogerme en ese momento, darme una bofetada y hacer que a mis 24 años, por primera vez en la vida, decidiese dejar de hacer dieta. ¿Vosotres os podéis imaginar lo que es 24 años queriendo dejar de tener el cuerpo que tenéis? Obviamente no son 24 años, y menos mal, pero 14 sí, y seguro que quienes me estén leyendo y se sientan identificades, saben de lo que hablo.

Pues a eso me refiero. Y no sabéis el soplo de aire freso que da poder compartir tu experiencia con tus amigues o con gente a la que no te unía nada y ahora te une parte de tu experiencia vital. Y en ese sentido no os podéis imaginar (o a lo mejor sí) lo poderoso que es poder establecer alianzas en base a una vivencia y a un empoderamiento corporal. Se llama visibilizarse, visibilizarnos.

Como ya he mencionado un par de veces a lo largo del texto, la visibilidad es muy importante, es vital, no sólo a la hora de sentirnos validades y legitimades, con todo el doble filo que tiene esta afirmación y el coraje que da que alguien de fuera tenga que validarte; porque, amigas, LOS que nos validan sabéis perfectamente quiénes son. Pero como iba diciendo, la visibilidad es una baza que necesitamos, no ya sólo de cara a fuera, sino también para nosotres mismes. Es decir, la visibilidad va muy ligada a la legitimidad que nos damos y sentir que no la tenemos viene por una negación al acceso a un espacio. ¿Os suena el síndrome de le impostore? Yo últimamente tengo mucho así que si queréis un poquito ya sabéis. Para mí este estado mental, ese autoboicot, hace que me diga que no soy lo suficientemente X para X. Y si esto lo hablamos en términos identitarios, entonces… entramos en mental breakdance.

Pero precisamente creo que es necesario explorar la potencialidad de habitar un espacio que parte de la negación, un no-lugar. La liminalidad se define como un estado de paso, como una transición de un sitio a otro, como algo que está en el umbral; como aquello que ha sido esto pero está camino de ser otra cosa; algunes dirían que como el estado intermedio de una fase. Últimamente no puedo dejar de situarme ahí, en un estado/espacio liminal; y no dejo de pensar que hacer esos lugares habitables es muy importante y deberían ser un sitio desde el que poder re-construir. Empezando individualmente para terminar haciéndolo de manera colectiva.

En definitiva, parece que nos pasamos la vida construyendo categorías en las que poder encajar, en las que poder “cumplir” todos los estereotipos que nos imponen, para luego darnos cuenta de que no encajábamos tanto y de que esas categorías muchas veces constriñen, hasta el punto de que no llegamos a ser lo suficiente para habitarlas. Ojo, con esto no quiero decir que no sean importantes. Pero creo que la clave es  no construirlas desde la matriz normativa sobre la que nos han enseñado que se construyen. Que nada es absolutamente esencial a nosotres mismes, que somos de-construcción y re-construcción al mismo tiempo y 24/7. Solo desde ahí nos daremos cuenta de que no tenemos que ser ni las mejores invertidas, ni las perfectas disidentes; que nuestra vivencia es lo único que construye nuestra identidad y que es desde ahí desde donde tenemos que enunciar, y que esa enunciación ni mucho menos tiene que responder al canon que ha construido el imaginario colectivo. En esa re-construcción me parece importantísimo señalar la rebeldía con la que utilizamos no solo una matriz diferente sino unas herramientas diferentes y unas tecnologías también diferentes, que perfectamente podrían ser las que nos estaban constriñendo, pero esta vez desde otro lugar.

Al principio me he metido un poco con la teoría, y tampoco me parece justo, porque no creo que sea un espacio donde no se pueda construir. De hecho creo que sí, hablar desde las vivencias y el cuerpo es imprescindible, pero hablar desde lo teórico y académico creo que nos da las herramientas para poder reivindicar un espacio que también es nuestro y hacer frente a discursos desde un lugar al que les tenemos poco acostumbrados. Y que al final, si algo nos enseñó los (trans)feminismos es que desde lo personal es desde donde se construye lo teórico y lo visible.

Sea desde donde sea.

Si llegamos aquí fue para dinamitarlo todo.

Bienvenides a mi espacio liminal.

Históricas LTB: Marsha P. Johnson

Por Charo Alises (@viborillapicara#MujeresTrans #BlackLivesMatter  

 

Si no apoyas a la gente negra, a las mujeres trans, a las trabajadoras sexuales y a las personas que viven con VIH, no está celebrando el Orgullo.

 

Mujer negra, trans, pobre, prostituta, VIH positiva, modelo, drag y activista LGTBI. Nació como  Malcom Michaels Jr., en Nueva Jersey, Estados Unidos el 24 de agosto de 1945. Fue una de las activistas más destacadas por los derechos de las personas LGTB

A los cinco años Marsha empezó a usar vestidos pero tuvo que dejar de hacerlo por las agresiones de algunos niños. Con  trece años fue violada por otro menor. En esa época ella no sabía nada sobre las personas LGTB.

Con 18 años, una maleta de ropa y quince dólares en el bolsillo, se marcha a Nueva York.

No eran tiempos  propicios para la disidencia sexual. Aunque el Estado de Nueva York había cambiado la sodomía de un delito a una falta, la homosexualidad seguía siendo criminalizada, Las personas homosexuales no podían bailar juntas y estaba prohibido servirles alcohol en los bares. Vestir ropa del sexo opuesto podía suponer una acusación de desviación sexual. Lee el resto de la entrada »