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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘dehesa’

Comprobado científicamente: las encinas necesitan ratones, águilas y zorros para prosperar

Encina en una dehesa ibérica. Foto: Pixabay

Una investigación liderada por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) ha demostrado que las dehesas más diversas, donde hay presencia de competidores y depredadores de los ratones (rapaces y zorros principalmente), funcionan mejor que las más simples.

¿La razón? La presión depredadora fuerza a los roedores a desarrollar una dispersión de semillas más eficaz, actuando en beneficio de la encina, el organismo que define la dehesa. Lee el resto de la entrada »

Lanzan una campaña para crear una reserva de biodiversidad en la dehesa andaluza

Buitre negro en vuelo. Foto: Wikimedia Commons

“Nuestro objetivo es conseguir un terreno para la recuperación, conservación y estudio de especies ya extintas en nuestro entorno, haciendo partícipes a expertos y grupos de investigación que entreguen información fiable sobre la biodiversidad”. Es el llamamiento que se hace en la plataforma GoFundMe para financiar un proyecto que tiene como objetivo salvar la mayor reserva de biodiversidad de Europa. Lee el resto de la entrada »

Arrancan encinas centenarias para abrir una mina de uranio en Salamanca

La gigantesca mina de uranio que la multinacional australiana Berkeley Energía pretende explotar en Retortillo (Salamanca), diseñada como la más grande de Europa, muere matando antes incluso de haber nacido.

A pesar de carecer de todos los permisos necesarios para continuar un proyecto con tan poco futuro como es el de la energía nuclear, ha comenzado a destruir la zona en la que tiene previsto ubicar la mina a cielo abierto. Un encinar adehesado de extraordinario valor ambiental donde se están arrancando de cuajo decenas de encinas centenarias localizadas en un espacio protegido declarado por Europa Red Natura 2000, las “Riberas de los Ríos Huebras, Yeltes, Uces y afluentes”.

La plataforma Stop Uranio, ONG como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y partidos como IU o Equo han calificado este arranque de atentado medioambiental. Son las primeras encinas que caen. WWF calcula que serán taladas más de 30.000 árboles, cifra que la empresa rebaja a 8.996, prometiendo la futura plantación de 30.000 encinas jóvenes como parte de su plan de restauración ambiental.

La Fiscalía de Salamanca ha admitido a trámite la denuncia presentada por la plataforma Stop Uranio ante el comienzo de las obras de la mina sin tener todos los permisos necesarios. Lee el resto de la entrada »

La tauromaquia ¿es ecología o es tortura?

Toro

Los taurinos empiezan a movilizarse ante el creciente desinterés (y sobre todo rechazo) que la antaño denominada fiesta nacional provoca en el respetable. Lo hacen apostando por el arte, a través de una exposición que hasta el próximo 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, podrá verse en la plaza de toros de Las Ventas.

Titulada “La Tauromaquia es ecología”, está organizada por la empresa Taurodelta y la Fundación Toro de Lidia y cuenta con fotografías de Gorka Azpilicueta y Arsenio Ramírez.

En ellas se presentan seis argumentos protaurinos sobre la influencia que esta actividad ganadera tiene en el medio ambiente. A ellos yo enfrento seis argumentos de los antitaurinos que rechazan frontalmente tal supuesto beneficio. Lee el resto de la entrada »

El cambio climático amenaza a los jamones ibéricos

Dehesa

Nos quedamos sin jamones. Sin los buenos, los auténticos patanegra de cerdo ibérico criados en las dehesas españolas a base de bellotas. Porque por culpa del cambio climático y el avance de una compleja enfermedad llamada «la seca» nos estamos quedando sin robles y encinas. Y sin estos árboles no hay comida verdadera ni monte auténtico para alimentar a las piaras de cochinos autóctonos; no hay jamón, lomos ni chorizos ibéricos de bellota. Lee el resto de la entrada »

Mucho cuidado con los zopencos con motosierra

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Zopenco, mostrenco, bruto, ignorante, mentecato, zote, tonto, memo, tarugo, pedazo bestia (esto último no, que los animales tienen su corazoncito), abrutado, bodoque y no sé cuántos adjetivos descalificativos más de nuestro rico idioma podría usar para señalar al espécimen que responde a las iniciales G.M. y vive a 12 kilómetros de la ciudad de Burgos, en las proximidades de un pueblecito por nombre Hurones. Quiera o no quiera, su historia está ya vergonzantemente ligada a la de un pobre roblón centenario al que está empeñado en matar y, casi por los pelos, también a la mía, la de un periodista curioso que a punto estuvo de contar su última historia cuando se dio de bruces con este salvaje a la sombra del sufrido árbol.

Empezando por el principio debo hablaros del robledal de Las Mijaradas. Se trata de un pequeño bosquete de roble albar (Quercus petraea) de incierto origen al que desde niño profesé una especial devoción. La granja de tan peculiar nombre también tiene una increíble historia, pues según algunos especialistas haría referencia a la presencia allí de un miliario romano, un mojón pétreo que marcaba la distancia recorrida en la calzada romana que pasa justo a su lado, el ramal hispano de la famosa Vía Aquitania. En el siglo X, en pleno proceso de avance cristiano por el Duero, y a pesar de las continuas luchas contra los musulmanes, ya estaba poblado el lugar, entonces conocido como Milieratas. En 1150 el rey Alfonso VII dona Las Mijaradas al convento agustino de San Cristóbal de Ibeas, momento en el que se hace referencia a la existencia de una dehesa próxima, seguramente mi querido robledal, que a mediados del siglo XVI será repoblada de nuevo con bellotas de roble y encina. Luego llegará la Desamortización del siglo XIX, aunque el bosque seguirá (y sigue) en manos de la Iglesia, del arzobispado de Burgos en concreto.

Fueron muchos los pateos juveniles para llegar a tan interesante bosque «de los curas» en busca de aves y plantas poco frecuentes. Constreñido por un derrumbado muro de piedra, entrar en esa espesura se me antojaba adentrarme en una recoleta fraga gallega o una carbayeda astur; imaginación nunca me faltó. Pero también descubrí viejos árboles centenarios que me maravillaban. Y uno de ellos, precisamente, es el que se ha medio cargado la acémila con dos patas de cuyas coces me salvé gracias a que iba acompañado por mis sobrinos. Porque llegó en zapatillas y con ganas de partirme la cara, caliente con un artículo publicado en el Diario de Burgos donde se denunciaba la atrocidad cometida contra el vetusto árbol.

No fui yo quien lo escribió, pero a él le daba igual. Apaciguador, buscando algo de luces en una persona sin ellas y que por cierto no era muy mayor, unos 40 años, le pregunté:

– ¿Por qué lo ha hecho?

– Porque el árbol es mío, está en mi terreno y hago con él lo que me da la pXXa gana. Además siempre se marcaron.

– ¿Con una motosierra y pintados luego con pintura verde?

-Primero lo hice con el hacha. Pero llegó uno, que ya sé quien es y que como lo pille lo mato, y lo borró y pintó de negro. Ahora que intente borrarlo de nuevo, a ver si tiene coXXXes.

Fin del diálogo. Juiciosamente, volvimos otra vez a la protectora espesura del bosque, lejos de su mirada asesina, antes de salir por patas.

Pobre árbol. Como para hablarle a su indigno dueño de Félix Rodríguez de la Fuente, de la Vieja Tronca, de educación ambiental y de mi proyecto LIFE+ para la protección del arbolado singular. Con un propietario así ese pobre roblón tiene los días contados.

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Doña Bellota se convierte en la maestra del bosque

Bellota

© FIRE

El cuento infantil escrito por una científica salmantina descubre a los niños el ciclo vital de una bellota de encina. Un fantástico viaje lleno de peligros y de esperanzas inspirado en el trabajo de investigación sobre el bosque mediterráneo que su autora, la bióloga Victoria González realizó en el Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro, en plena Sierra Morena cordobesa.

Gracias a esta publicación, el público infantil al que va dirigido el cuento podrá conocer de una manera didáctica y divertida, a través de las peripecias de la protagonista (una bellota de encina), las fases del ciclo vital de las plantas en los encinares, alcornocales y robledales que conforman las masas boscosas más características de la España mediterránea.Foto 2

En el relato se suceden descripciones y diálogos que muestran la ecología de estos valiosos ecosistemas y la importancia que tienen los procesos de regeneración natural para que se conserven en el futuro. Los dibujos incluidos en la obra han sido cedidos por el ilustrador Carlos Barbieri. La edición del cuento ha corrido a cargo de la Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE).

«Después de mucho tiempo estudiando sobre el terreno cómo funciona y cómo se regenera el bosque mediterráneo, sentía la necesidad de transmitir algo tan fascinante y vital a quienes tendrán la responsabilidad de conservar y restaurar este tesoro en el futuro: los niños», explica la autora a través de una nota de prensa.

La Fundación Internacional para la Restauración de Ecosistemas (FIRE), con sede en Madrid, fue creada en 2006. Su fin es la restauración y conservación de los ecosistemas, transfiriendo el conocimiento académico a proyectos operativos con el máximo rendimiento social posible. Se compone de una red de más de treinta profesores, investigadores, estudiantes y profesionales de distintas instituciones académicas, ONG y empresas de varios países europeos y latinoamericanos.

«Desde nuestra fundación nos importa mucho transferir bien el conocimiento que generamos los investigadores a la sociedad, incluido el público infantil, por eso no hemos dudado en apoyar un cuento como éste», afirma José María Rey Benayas, presidente de FIRE.

El bosque mediterráneo es el ecosistema forestal más característico de la Península Ibérica. Ningún otro ocupa una superficie tan extensa en nuestro país, en una diversidad de ambientes que abarca desde montes cerrados a pastizales adehesados. Tradicionalmente ha sido objeto de una intensa actividad humana para aprovechar los muchos recursos naturales que ofrece, entre ellos la bellota.

FICHA DE LA OBRA

  • Título: “Las aventuras de Doña Bellota”
  • Autora: Victoria González
  • ISBN: 978-84-617-2602-8
  • Nº de páginas: 24
  • Edad: a partir de 8 años
  • PVP: 6 euros + gastos de envío
  • Contacto: info@fundacionfire.org

¿Qué prefieres, árboles o mina de uranio?

Río Yeltes

Río Yeltes a su paso por el balneario de Retortillo (Foto: Plataforma contra la mina de uranio de Salamanca)

Es lo que tiene ser un país empobrecido. Que los mercados nos tratan como a colonias tercermundistas.

Imagínate un espacio natural único, idílico, cubierto de bosques y habitado por toda clase de especies en peligro de extinción, protegido por la Red Natura 2000. La joya de Europa. Pero eso no da dinero. Lo que importa es lo que hay debajo, su petróleo, diamantes, oro o uranio.

Esto último es lo que busca Berkeley Minera España S.A., filial de la compañía australiana Berkeley Resources Ltd., en la provincia de Salamanca. Combustible para las centrales nucleares, una energía del siglo pasado sin más futuro que ventajosos réditos para las compañías eléctricas. A cambio, destrozarán una vasta extensión de más de 4.500 hectáreas de dehesa protegida para su extracción y procesado en los términos municipales de Retortillo, Villavieja de Yeltes y Alameda de Gardón, en las que serían las únicas minas de uranio permitidas en Europa a través de los proyectos “Retortillo-Santidad” y “Alameda”.

Como en las selvas africanas o sudamericanas. Una vez vendida todo nuestro litoral marino al ladrillo, ahora vendemos los recursos naturales.

Este proyecto minero es uno de los muchos que han proliferado en la España de la crisis económica y sería la única mina de uranio de Europa. Para llevarlo a cabo habría que arrancar 25.000 árboles de especies autóctonas como robles, alcornoques y encinas.

La minería de uranio conlleva grandes impactos ambientales y de salud pública. Además, también hay un riesgo adicional: el enterramiento en la propia dehesa de los residuos, que están catalogados como radioactivos de primera categoría.

A cambio, Berkeley Minera España S.A. promete 200 empleos y se anuncia como la gran solución a los problemas económicos de la comarca. Nada dice de cuántos miles de puestos de trabajo pueden ponerse en peligro en otros sectores productivos.

No podemos permitirlo, y por eso la Plataforma Ciudadana contra la Mina de Uranio en Salamanca ha iniciado una recogida de firmas en Change.org que en ocho meses ha recogido ya más de 100.000 firmas. Porque bien como dicen sus promotores,

«tenemos que parar este proyecto minero y enviar un mensaje claro a nuestros gobernantes: no queremos un modelo económico basado en industrias altamente contaminantes y perjudiciales para nuestro entorno».

Yo ya he firmado. ¿Firmas también tú contra esta barbaridad?

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¿Quiénes son más listas, las palomas o las escopetas?

Torcaces

El sistema tradicional de caza de palomas en el Pirineo navarro es tan curioso como antiguo. Desde atalayas o trepas el palomero es capaz de dirigir hacia redes ocultas grandes bandos de torcaces lanzándoles con pericia unas palas que las aves confunden con rapaces. También hay torres para hacer tiro al vuelo contra ellas. Las víctimas son poblaciones norteñas que, como las grullas, eligen las dehesas ibéricas para pasar el invierno. El momento de esta espectacular migración es justo ahora, cuando cruzan por millones los collados pirenaicos más occidentales en busca de comida y buen tiempo.

Así ha sido siempre. Los primeros datos sobre palomeras en valles famosos como Etxalar aparecen en una fecha tan lejana como 1378. Desde entonces, seguramente desde mucho antes, las palomas se cazaban allí por miles. Por un único valle llegaron a cruzar hace pocos años un millón de ellas, una tercera parte de todas las que arribaban a España.

Pero de repente todo ha cambiado. En las palomeras navarras cada vez hay menos capturas. Y en este caso la culpa no la tiene el descenso poblacional, todo lo contrario. Cada vez hay más torcaces. Sólo en nuestro país, y de acuerdo con SEO/BirdLife, entre 1998 y 2011 esta paloma ha aumentado un 63,8%. Entonces ¿por qué ya no pasan por Navarra?

Pues porque son muy listas. Según demuestra el profesor Pancho Purroy, una de nuestras eminencias en el estudio de las aves, prácticamente la mitad de las torcaces deciden hoy viajar por la ruta costera. Se libran así de recibir disparos en pasos tradicionales donde llegaban a abatirse hasta 10.000 en una mañana. También cruzan más rápido, en menos días, más alto de lo habitual y en números más grandes. Todo con tal de ponérselo más difícil a los cazadores. Eso se llama, o podría llamarse, “inteligencia evolutiva”. ¿No te parece?

En este vídeo te explican el método de caza. Personalmente, me alegro de que las palomas hayan encontrado rutas alternativas para escapar de esta tradicional encerrona.

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Los toros no son biodiversidad

La decisión de prohibir las corridas de toros en Cataluña ha provocado la furibunda reacción de los taurinos acerca del atropello a la libertad que tal acuerdo parlamentario supone. ¿Y la libertad de los animales a que su muerte no sea un doloroso espectáculo sangriento?

También dicen que es un atropello a una añeja manifestación artística, algo que como historiador del Arte no logro descubrir, a no ser que los pasos del torero se consideren la versión armada del baile flamenco. Sin embargo, podemos hablar de ello. Sensibilidad, arte y libertad son conceptos llenos de matices, abiertos a la opinión del respetable.

Pero hay un bulo científico que no acepto por falaz, el de asegurar que si desaparecen los toros desaparecerá la dehesa mediterránea, ese prodigio de bosque domesticado donde cultura y naturaleza se unen en feliz maridaje.

En España hay unos 6,3 millones de hectáreas de dehesa, de las que sólo 300.000 se dedican a la cría de ganadería brava, apenas el 5 por ciento del total. Pocas son explotaciones puras, pues la mayoría se destinan igualmente a la cría de vacas, cerdos ibéricos y caballos, mucho más rentables para el medio ambiente. Evidentemente, acabar con los toros no supone acabar con la dehesa.

Tampoco es el toro de lidia el último superviviente del uro o toro salvaje paleolítico (Bos taurus primigenius). No es una especie amenazada. De hecho, ni siquiera se le considera una raza autóctona, apenas un grupo mestizo nacido en el siglo XVIII cuya única seña de identidad (endeble) es la bravura.

Las 27 razas bovinas verdaderas de España, esas sí que están en peligro de extinción, nueve de ellas con menos de 1.000 ejemplares y al menos cuatro ya extinguidas. También lo están las dehesas, arruinadas por el abandono del campo, el urbanismo destructor, la sobreexplotación y las malas prácticas en el arbolado. Eso es biodiversidad en peligro, y no unos tristes toros criados para su linchamiento público.

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