Siempre he sentido fascinación por los grandes árboles, seres inabarcables capaces de cumplir 100, 500, 1.000 años y seguir creciendo y fructificando como si fueran jovencitos brinzales. Seguramente es envidia por esa victoria sobre el tiempo. Quizá también sea admiración ante tan fieles testigos mudos de miles de nuestras grandes y pequeñas historias.
Pudo tener la culpa el ciprés de Silos, ese «enhiesto surtidor de sombra y sueño» que conocí de niño y sigue siendo mi confidente, como lo fue de Gerardo Diego o de Unamuno. O quizá la tuvo el drago milenario de Icod de los Vinos, viejo amigo de los billetes de 500 pesetas a quien tuve la oportunidad de tratar tan de cerca que me dejó entrar en el hueco de su tronco. El caso es que siempre los he visto como grandes monumentos naturales, admirados, fabulosos, pero muy frágiles. En el último siglo ha desaparecido el 80% de ellos.
Muchos, muchísimos de mis favoritos, han muerto ya, la mayoría no de viejos, sino por culpa de obras y podas innecesarias. Por eso, si me preguntan qué es para mí un árbol singular, lo tengo muy claro: ese ejemplar que cuando desaparece lo echamos de menos. Cada ciudad, cada pueblo, cada barrio tiene los suyos. Pero muchas veces sólo nos fijamos en ellos al descubrir su vacío.
¿Se acuerdan de la vieja tronca, ese árbol añoso del que tanto hablaba Félix Rodríguez de la Fuente? Pues la Fundación que lleva su nombre ha decidido proteger a miles de ellas al estilo del naturalista: divulgando su importancia. Que no es tan sólo sentimental. Los grandes árboles y bosques maduros son reductos de biodiversidad, testigos del cambio climático, generadores de paisaje, dinamizadores sostenibles de las economías rurales y herramientas de educación medioambiental. Y me cabe el orgullo de haber sido elegido director de tan emocionante proyecto: Grandes árboles para la vida.
Gracias al apoyo económico del programa Life+ de la Unión Europea y de la Diputación de Valencia, durante tres años desarrollaremos un amplio programa de comunicación por toda España que logre reconocerles como lo que son: nuestros queridos abuelos vegetales.
Acerquen el oído a ellos. Tienen muchas cosas que contarles.
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Muy bien hecho.
01 febrero 2013 | 09:18
En Andalucía ya tenéis trabajo adelantado con el Inventario de Árboles y Arboledas Singulares de Andalucía.
01 febrero 2013 | 09:51
Ya era hora.
01 febrero 2013 | 10:06
Esta noticia, como todo en la vida tiene forma y fondo, la forma: catalogar los árboles singulares es necesario por todo lo que explicas mas arriba, y me parece bien. En el fondo, por mi experiencia, se crea una guía para domingueros que la usan para destrozar (me llevo una ramita de recuerdo, súbete al árbol que te hago una foto) a estos árboles.
Yo ya he visto alguno de esos catálogos y actualizarlos para protegerlos y para divulgar y concienciar hace falta ,pero mas falta hace vigilar y hacer sentir como parte de su legado a propios y ajenos a estos regalos que todavía nos hace la naturaleza y mientras no sea así, sin miedo a parecer egoísta, no pienso contar donde se encuentran los regalos que nos dieron a unos pocos “senderistas sin prisas “, no me atrevo a colaborar y ver como a un Acebo mas que centenario, año tras año, navidad tras navidad lo destrozan, ver como a un Fresno que no lo abarcan cinco personas cogiéndose de las manos, lo usan para hacer una hoguera en su interior, para ver quien se sube mas alto de una Encina para hacerse la foto, de ver si llegan al nido de la copa de un Pino Silvestre, de llevarse las hojas de una Haya en otoño.
01 febrero 2013 | 10:07
Cesar dale una leche al troll cazador del quad de una vez!!!!!!!!!
01 febrero 2013 | 13:40
Una evocadora foto, nadie ha tenido niñez si no a sentido el abrazo de un arbol
Para mejorar tu autoestima debe primero saber qué es.
01 febrero 2013 | 13:46
Me parece estupendo, pero deberíamos de utilizar a la gente no tiene trabajo y cobra del gobierno para plantar árboles por toda España, ya que eso es muy beneficioso para todos. Así de paso se genera trabajo y aportan algo a sus comunidades a cambio del dinero que reciben.
01 febrero 2013 | 13:54
Para Elisa…
El trabajo de los que están en paro es buscar trabajo,si cobran alguna prestación es porque ya la han pagado ellos mismos descontandoselo de su propio sueldo cuando tenían la suerte de tener un empleo. Los arboles los plantan empresas que se dedican a ello haciendo un estudio de que ,como,cuando y donde plantar cada especie y no como se hizo anteriormente con el ICONA, en tiempos de anteriores, que menudas liaron y ahora se ven los resultados , aunque si no fuera por esas repoblaciones,siendo justos, media España seria un desierto.
Lo dicho, las repoblaciones las deben hacer profesionales cualificados y remunerados( también así se crea empleo),y la limpieza y mejora de las repoblaciones que se realizan también ,quien no ha visto una repoblación recién echa con toda su parafernalia :consejero de medio ambiente de turno,corporación municipal de turno,directivos de la empresa del amiguete de turno,medios de comunicación ….,y pasados 5 años,ni dios se acuerda de esa repoblación que tendrá sobredensidad,, plagas,marras, embases de la repoblación por ahí tirados y tutores que no se desintegran.
01 febrero 2013 | 14:21
En Madrid, la Operación Campamento pretende construir 2,1 millones de metros cuadrados, la antigua zona de cuarteles. Debido al uso militar que tuvo durante décadas, la zona está llena de espacios abiertos y arbolado, probablemente miles de árboles, de gran tamaño. Sin la menor duda, están condenados por el plan. Pero yo creo que el plan no debería llevarse a cabo, ya que hay un enorme stock de viviendas sin ocupar en España. Sería mejor convertirlo en un enorme parque, que respetase todos los árboles grandes que ya hay.
01 febrero 2013 | 15:28
Hay un periodista experto en la red, que está haciendo un seguimiento de los usos y usuarios en la red, y en un apartado está estudiando el papel de los trolls en foros y blogs.
Y sé a ciencia cierta que sigue a Julio el ecolojeta del quad entre otros.
Pretende y está preparando un trabajo sobre estas cuestiones.
Espero que podamos leerlo en un espacio de un año según me ha comentado.
01 febrero 2013 | 20:55
Muy bien. Ya es hora de tenerlo en cuenta para proteger nuestra naturaleza.
Saludos!
04 febrero 2013 | 12:46
Por esta clase de proyectos vale la pena pagar impuestos. Cada vez respetamos menos la naturaleza y a este pobre planeta.
05 febrero 2013 | 23:40
no me jodais ahora con los pescados
06 febrero 2013 | 21:19
A mi juicio, hasta cierto punto, Prado tiene razón. Pero claro: «lo que no se conoce no se valora», y puede ser que un día algo peor que un dominguero se abalance sobre el árbol (carretera, urbanización,…), si no se sabe donde está, al menos por las Administraciones responsables, no se les puede proteger. En cualquier caso, este proyecto también pretende educar a las personas para que éstas sepan visitar un árbol sin dejar huella, como hay que visitar cualquier elemento de la Naturaleza. De hecho, es muy disuasorio si informas mediante un simple panel de madera cerca del árbol de lo que no se debe hacer con éste. En cualquier caso, para empezar a educar con los grandes árboles, siempre se puede comenzar poniendo en valor los que se encuentran en lugares urbanos o muy humanizados. Dicho lo cual, no quita para que algún cafre haga el burro, pero eso nunca se podrá evitar 100%.
¡¡¡Enhorabuena por el proyecto!!!
18 febrero 2013 | 20:08