Por Marta Márquez (@marta_lakme) escritora y presidenta de Galehi, asociación de familias LGTBI
Te reflejaste en aquel espejo y pretendías devolverme mi imagen, pero tú sabías que aquella jovencita no era yo. Quizá lo fui alguna vez, o lo fuimos, pero hace tanto de eso que ni siquiera tú te acuerdas. Tardaste al menos una eternidad en convencerme de que aquella niña dulce, inocente, absolutamente crédula y con un deseo enorme de amar, en algún momento, habíamos sido nosotras. ¿Por qué habías decidido aparecer ahora? ¿Tenías algo que enseñarme o eras tú la que debía aprender de la madurez alcanzada?
Sea como fuera, recordar puede ser el ejercicio más cruel que existe pues aún recordando los buenos momentos sabemos que nunca volverán y que tú no volverás a ser aquella niña por más que yo haya hecho un gran trabajo. Tú ese día venías con intención de hacer que los recuerdos saliesen del cajón del olvido. Te empeñaste en contarme esa historia que tenía olvidada, que tú misma quisiste olvidar y que nunca debió de suceder. Con la de cosas bonitas que te han sucedido y tenías que hablarme de eso. Lee el resto de la entrada »