Por Laura Ramírez
Desde hace mucho tiempo me hago autorretratos en los espejos de los baños.
Me gustan los baños. Quizá por el agua.
Por la sonoridad.
Por el silencio.
¡Por las bañeras con velas! (esto es un brindis)
Por lo íntimo.
Por cierto, leí en algún lugar que cuando estás a gusto con alguien en un baño, es que entre las dos, o los dos, hay algo realmente importante. Se me quedó grabado en su momento y ahí sigue.
También me gustan los espejos.
Y pienso yo que a lo mejor es que quiero investigar y alimentar el vínculo que existe entre mi reflejo y yo, en un baño.
Hecha esta aclaración vamos a lo que me trae aquí, la mirada y su reinado: la visibilidad.
¿No nos miran? ¿No nos miramos?
No hay muchas historias de lesbianas, ¿no? Quizá hemos normalizado tanto ciertos comportamientos y reacciones que nos hemos desenfocado para el resto, más bien hemos permitido la confusión. Estamos, pero entre la niebla.
En muchos de mis autorretratos no se me ve bien, son borrosos, oscuros, imprecisos… Y esto puede ser una cuestión formal o no tanto. Hay razones fotográficas, soluciones fotográficas para la visibilidad que pueden aportar algo de luz al tema.
Empecemos por mirarnos a fondo. Empiezo por mirarme a fondo. Salgo del baño. Quiero enfocarme en condiciones, salir nítida en la foto. Y que las condiciones sean no tan íntimas.
Diré que me siento extraña al tratar algo que para mí es lo más natural en estos términos, no me gustan las etiquetas, nunca encontré una que pudiera colgarme y me quedara bien (sabe la diosa que hubiera sido más fácil) ¿De dónde me la colgaría? ¿Del agujero siempre vacío de mi oreja?
Pero ahora quiero definirme, no para cerrarme ni acotarme ni diferenciarme, más bien al contrario, para abrirme. La definición de hoy, ni que decir tiene, puede matizarse cualquier otro día. Déjame que investigue un poco más sobre la teoría queer y ya te diré. De momento:
Hola, mi nombre es Laura y soy lesbiana.
Me alegra decirles que nunca he tenido ningún problema en aceptarlo, que soy reincidente desde que lo sé y que no pienso quitarme.
Y ya está, esto no es una reunión de ‘LLAA’ (‘Lesbianas Anónimas’)
Estaría bien que saludarais, si os quedáis un momento me sirve.
¿Que a qué viene esto? Por si alguien no se había dado cuenta. Por las lesbianas anónimas, precisamente. Aunque aún se considere en círculos bien-pensantes del como-dios-manda que esto que me pasa es más bien una desgracia, yo quiero que se vea de lejos. Y de cerca.
Además de bollera soy fotógrafa, me muevo entre miradas y, como se me ve el plumero por todas partes y además me da igual, empiezo hablando de mí a ver si con ello hablo de más gente.
Quiero enfocarme y no solo en la foto.
Quiero enfocarme del todo.
(También me pasa que tengo los ojos castaños, pero no hay un blog para las que tenemos ojos castaños, no sé por qué)

Autorretrato de Laura Ramírez Martín.