Por Joan Carrión Soriano (@joancarrions), graduado de Publicidad y Relaciones Públicas
Aunque nos pueda sorprender, Australia no reconoce el matrimonio igualitario. Es curioso que un país a priori desarrollado aún se encuentre en esta situación, pero parece que la gente de la gran isla del sud está dando pasos para ponerse a la altura de países como España o Estados Unidos.
El actual Primer Ministro australiano, Matthew Turnbull, prometió en su carrera para la silla presidencial en 2016 que pondría a debate el matrimonio homosexual. Aunque pequeño, este paso significa mucho, ya que los antecedentes legales (el más reciente llamado Marriage Amendment Act 2004) aprobados en el gobierno de las Antípodas, no consideraban el matrimonio entre dos personas del mismo sexo un matrimonio, ni tan siquiera si así se consideraba en el país de origen de la pareja.
Cómo parece que allá, al sud del Hemisferio Sur, las promesas electorales se cumplen, los australianos votan mediante voto por correo la siguiente pregunta: “¿Apoya un cambio en la ley para permitir que las parejas del mismo sexo se casen?”.
Desde el 12 de septiembre están recibiendo las papeletas para votar SI o NO, y hasta el 7 de noviembre podrán enviarlas para conocer si la sociedad civil está de acuerdo o no, a pesar de que hasta el 15 de noviembre no se sabrá oficialmente.
Por si las cosas se tuercen en Australia, siempre podemos hacer como Dale Parker Anderson: cojamos un barco, viajemos a una isla deshabitada y proclamemos bajo la Bandera Arcoiris el Reino Gay y Lésbico de las Islas del Mar de Coral, mientras en nuestros smartphones suena I am what I am.