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Liderazgos femeninos en el activismo LGTBI+ andaluz

Pablo Morterero (@pabloMorterero)

 

En ocasiones, la invisibilidad de ciertos sectores proviene de la misma crítica que la denuncia.

Uno de esos lugares comunes del activismo LGTBI+ en nuestro país (imagino que también en el resto de sociedades, al menos las occidentales, pero no me considero lo suficientemente informado para asegurarlo) es, entre otros muchos, la falta de espacio para las mujeres en general, y de la mujer cisexual lesbiana en particular.

Según la definición de la web Significados, un lugar común es aquella frase, expresión o idea que, debido a su frecuente uso, se vuelve trivial o se desgasta, perdiendo significación. En el caso que planteo, la denuncia de falta de espacio para las mujeres en el activismo LGTBI+ no significa que no encierre una porción de verdad, sino que su uso (o abuso) termina trivializándola hasta convertirla en ruido de fondo, al que apenas se le presta atención.

El activismo LGTBI+ debe aspirar a visibilizar la complejidad que esconde el acrónimo de las cinco letras y el signo más. Y ello pasa por visibilizar a las personas reales que las engloba. Una aspiración que, en ocasiones, se convierte en una misión endiablada por las propias dinámicas sociales de nuestra cultura, que también empapa a las personas intersex, trans, homosexuales (gais y lesbianas), bisexuales y asexuales.

Porque la necesidad de compartir y ceder la palabra y liderazgos a personas que viven, sienten y padecen detrás de cada una de esas cinco letras y signo, no debe ser incompatible con la existencia de voces corales dentro del activismo. Es decir, no podemos imponer una especie de disciplina férrea que impida que cualquier persona dentro del activismo LGTBI+ hable en nombre de cualquiera de ellas.

Muchas son las hipótesis que buscan explicar la falta de liderazgos femeninos (fundamentalmente de mujeres cisexuales que tienen sexo con mujeres) al frente del movimiento LGTBI+. Pero bastará en el contexto de este artículo dejar constancia que reducirlo a una supuesta imposición de los hombres cisexuales que tienen sexo con hombres, no solo es erróneo sino además injusto.

Nuestros comportamientos como mujeres, hombres y personas no binarias no deja de ser el resultado de paradigmas culturales (formales e informales, explícitos e implícitos, confusos y difusos) en los que hemos sido educados. Por eso, el heteropatriarcado en el que hemos crecido forma parte esencial del andamiaje emocional y cultural sobre el que hemos construido nuestras convicciones y nuestras opiniones. Y resulta inocente (incluso peligroso) confiar a la mera intuición y a la buena voluntad para superarlo. Por eso no debe sorprendernos que las personas LGTBI+ reproduzcamos algunos (o muchos) de los roles del heteropatriarcado que denunciamos.

Históricamente, en Andalucía no nos constan que hayan existido organizaciones integradas exclusivamente por mujeres que tenían sexo con mujeres, ya fuesen lesbianas o bisexuales. Sí nos consta de algunos grupos informales de mujeres lesbianas y bisexuales que organizaron algunas actividades reivindicativas, como la fiesta lésbica que, con ocasión del 28 de junio de 1981, se organizó en Pino Montano (Sevilla). Aunque posiblemente nuevas investigaciones, e incluso re-lecturas de la historia del feminismo en Andalucía, aporten nuevos datos.

Los movimientos homosexuales conocidos de los años 70 y 80 estaban exclusivamente integrados por hombres que tenían sexo con hombres. Si bien es cierto que aunque contaron con el apoyo de organizaciones feministas, como fue el caso de la Asociación Democrática de la Mujer y la Unión Democrática de Homosexuales (UDH) en Málaga, o el Colectivo Prímula y el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR), en el caso de Sevilla, lo cierto es que dicho apoyo provenía fundamentalmente de feministas que tenían sexo con hombres (las famosas mariliendres feministas), cosa que contrastaba con la frialdad que eran tratados por parte de las numerosas mujeres que tenían sexo con mujeres (lesbianas y bisexuales) que por entonces eran bastante numerosas dentro del feminismo.

Y es que el activismo feminista de las mujeres que tenían sexo con mujeres no pudo (o no quiso) que el feminismo (ya fuera el de la diferencia o el de la igualdad) asumiera con naturalidad las reivindicaciones lésbicas y bisexuales, por lo que nunca fueron referentes para el activismo gai andaluz.

Habría que esperar hasta los años 90 cuando surjan los primeros grupos mixtos, donde mujeres que tenían sexo con mujeres empezaron a tomar un protagonismo importante.

Fue el caso de COLEGAS en los 90, que contó con importantes activistas lesbianas y bisexuales como Rosa Ortega, en COLEGA Sevilla, Carmen Zurita, en COLEGADES, y, sobre todo, Charo A. Santos al frente de la Federación COLEGAS Andalucía como presidenta, sin duda una de las figuras más destacadas dentro del activismo LGTBI+ andaluz de aquellos años.

También la asociación sevillana SOMOS contó con un activo grupo de mujeres cisexuales que tenían sexo con mujeres, las cuales llegaron a tener una representación específica en la Junta Directiva de la entidad.

Actualmente, el liderazgo femenino en el movimiento LGTBI+ es importante, no solo dentro de aquellas entidades exclusivamente de mujeres, como Carmen Rosario Martín Ruiz, presidenta de la entidad Mujeres por la Diversidad, o de entidades integradas exclusivamente por personas trans, con Mar Cambrollé como presidenta de ATA-Sylvia Rivera, o Cristina Alías, presidenta de TransHuellas, sino también en el seno de las entidades mixtas en materia de corporalidad, identidad y orientación.

Es importante destacar que las organizaciones LGTBI+ más antiguas de la Comunidad Autónoma como OJALÁ Málaga, Jerelesgay y DeFrente están dirigidas por mujeres (Charo Alises Castillo, Susana Domínguez e Inma García de la Fuente, respectivamente). Paradigmático es el caso de la asociación DeFrente LGTBI, la cual, desde sus inicios, ha sido liderada siempre por mujeres, primero por Virtudes Sánchez Sánchez, y posteriormente por Rosa Mena Bravo, Maribel Povedano Barroso, Josefa Suárez, e Inma García en la actualidad.

También es reseñable que Charo Alises, además de abogada especializada en delitos de odio con un trabajo espléndido a sus espalda dentro del Colegio Oficial de la Abogacía de Málaga, es vicepresidencia segunda del Consejo Andaluz LGTBI en representación de las entidades LGTBI+.

O que Inma García sea presidenta de la Federación Plataforma Orgullo LGTBI Andalucía, espacio interasociativo que agrupa a más de 20 entidades andaluzas y que organiza la manifestación del Orgulllo LGTBI+ que se celebra en Sevilla.

Tampoco podemos olvidar que tanto Maribel Povedano como Charo Alises y Josefa Suárez han ostentado responsabilidades en la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).

Pero no son las únicas. Conchi Sanromán es presidenta de Juntxs Todxs por la Igualdad; Raquel García Coletto, es presidenta de La Janda-Conil LGTBI; Toñi Pichardo es presidenta de AlmensIRIS (Almensilla); Luz María García es presidenta de Almería con Orgullo; Mar Sánchez es presidenta de Ágape-Écija; Zaira Cuesta El Atir es presidenta de Lo Sé y Me Importa; Charo Racero Soldado es presidenta del Observatorio contra la LGTBIfobia del Campo de Gibratar; y Janet Alcaide Sánchez es representante de Gaylespol en Granada.

En el campo intersex no podemos olvidar a Maricarmen Díaz, coordinadora de Krisol Pro Derechos Humanos Intersex de Adriano Antinoo, asociada en la actualidad y cofundadora en su día de Grapsia así como socia de y asistente al I Encuentro Estatal en torno a las intersexualidades organizado por Kaleidos.

En definitiva, y a pesar de esos lugares comunes de los que hablaba al principio, las mujeres lesbianas, bisexuales y trans no han tenido techos de cristal infranqueables, y han podido ocupar espacios de liderazgos en las organizaciones mixtas de Andalucía.

Pero ello está lejos de ser satisfactorio.

Las propias activistas LGTBI+ andaluzas denuncian la dificultad para que nuevas mujeres asuman responsabilidades y liderazgos, y es injusto culpabilizar de ello en exclusiva a los hombres activistas que tienen sexo con hombres, y menos aún a los hombres trans o a las personas no binarias.

Los roles de género que impone el heteropatriarcado también condiciona las propias expectativas de hombres, mujeres y personas no binarias. El movimiento LGTBI+ andaluz ha demostrado estar preparado para ser liderados por mujeres cisexuales que tienen sexo con mujeres y mujeres trans. Ahora falta que más mujeres (ya sean lesbianas o bisexuales, o bien trans o intersex) quieran aceptar el reto.

 

Históricas LTB: Marielle Franco #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresBisexuales

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Política, negra, pobre, bisexual, feminista y activista por los derechos humanos. Marielle Franco nació  en una favela de Río de Janeiro el 27 de julio de 1979.  De familia humilde, con once años se puso a trabajar para ayudar en su casa. Se definía como “mujer feminista, negra e hija de favela”. Nunca quiso olvidar sus orígenes y puso la pobreza y la desigualdad en el centro de su lucha política. Esto le costaría la vida.

Se graduó en Ciencias Sociales por la PUC-Río y tenía un máster en Administración Pública por la Universidad Federal Fluminense (UFF). Comenzó su militancia en la defensa de los derechos humanos y contra acciones violentas en la favela tras  la muerte de una amiga, víctima de una bala perdida, durante un tiroteo que involucró a policías y traficantes de drogas en el Complejo de la Marea, barrio donde Marielle nació y vivió

Marielle dio a luz a su primera y única hija en 1998 cuando tenía 19 años. Crió a su hija sin la ayuda del padre y trabajó como maestra de preescolar con un salario mínimo. Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB: Audre Lorde #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresLesbianas

 

No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias (Audre Lorde)

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Guerrera, mujer, negra, madre, lesbiana, poeta, así era como se identificaba Audre Geraldine Lorde, nacida en Harlem, Nueva York el 18 de febrero de 1934. Lorde dedicó sus poemas y sus obras en prosa a los derechos civiles, el feminismo y la identidad femenina. Utilizó su dominio técnico y su capacidad de expresar emociones para volcar  su ira e indignación por las injusticias civiles y sociales que presenció y vivió. Su obra más conocida es La hermana, la extranjera, ​ un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes de las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heterosexual como son No hay jerarquías en la opresión y Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo.

Después de superar un cáncer de mama y tras reflexionar sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres, que se superponen a las de raza y de orientación sexual y que se suman a la enfermedad, publicó en 1981 Los diarios del cáncer un texto dirigido tanto a quienes han vivido o viven la experiencia, como para quienes acompañan a otras en el proceso. Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB: Marsha P. Johnson #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara#MujeresTrans

 

Si no apoyas a la gente negra, a las mujeres trans, a las trabajadoras sexuales y a las personas que viven con VIH, no está celebrando el Orgullo.

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Mujer negra, trans, pobre, prostituta, VIH positiva, modelo, drag y activista LGTBI. Nació como  Malcom Michaels Jr., en Nueva Jersey, Estados Unidos el 24 de agosto de 1945. Fue una de las activistas más destacadas por los derechos de las personas LGTB

A los cinco años Marsha empezó a usar vestidos pero tuvo que dejar de hacerlo por las agresiones de algunos niños. Con  trece años fue violada por otro menor. En esa época ella no sabía nada sobre las personas LGTB.

Con 18 años, una maleta de ropa y quince dólares en el bolsillo, se marcha a Nueva York.

No eran tiempos  propicios para la disidencia sexual. Aunque el Estado de Nueva York había cambiado la sodomía de un delito a una falta, la homosexualidad seguía siendo criminalizada, Las personas homosexuales no podían bailar juntas y estaba prohibido servirles alcohol en los bares. Vestir ropa del sexo opuesto podía suponer una acusación de desviación sexual.

Reina Callejera muy conocida en la ciudad de Nueva York,​ Johnson fue una de las  activistas más destacadas en los enfrentamientos con la policía durante los disturbios de Stonewall, ocurridos durante la madrugada del 28 de junio de 1969 . Esta revuelta   sentó las bases de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB en Estados Unidos y en el resto del mundo. En 1970 Marsha fue una de las caras visibles de la primera marcha del Orgullo.

Johnson y su amiga Sylvia Rivera, preocupadas por las jóvenes trans sin hogar,  cofundaron a principios de los setenta, la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de los derechos de las personas LGTB y participaban en otras  acciones políticas radicales en defensa  de diferentes causas sociales.

Junto con Rivera, Johnson era madre de la Casa STAR, recogiendo ropa y comida para ayudar  a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos sin hogar que vivían en los muelles de la calle Christopher.

En la década de 1980,  continuó su activismo en la calle como organizadora  de ACT UP, acrónimo de AID Coalition to Unleash Power, un grupo de acción directa creado en 1987 para llamar la atención sobre la pandemia del sida y las personas  que lo padecían con objeto de conseguir legislaciones favorables , promover la investigación científica y la asistencia a quienes lo  sufrían  hasta conseguir todas las políticas necesarias para alcanzar el fin de la enfermedad.

Cuando un  juez preguntó a Marsha, ¿Qué significa la ‘P’ del nombre?; Johnson contestó: Pay it No Mind (No le hagas caso). ​Esta frase se convertiría en su distintivo.

En 1974  Andy Warhol la fotografió como parte de una serie de polaroids titulada señoras y caballeros, que se centraba en drag queens.​ Johnson también era miembro de la troupe de drag queens de Warhol, Hot Peaches, que ha sido comparada con otra similar de San Francisco, The Cockettes.​

En julio 1992,  encontraron el cuerpo de Marsha  flotando en el río Hudson, no lejos del muelle del West Village, poco después de la Marcha del Orgullo.​ La policía consideró la muerte un suicidio.​ Los amigos y seguidores de Johnson dijeron que no tenía tendencias suicidas​ y una campaña de pósteres más tarde afirmaba que Johnson había sido acosada el día de su muerte cerca de donde se encontró su cuerpo. Los esfuerzos para conseguir que la policía investigase la causa de la muerte fueron infructuosos. ​ Después de una fuerte campaña dirigida por la activista Mariah López, en noviembre 2012 el departamento de policía de la Nueva York reabrió el caso como un posible homicidio.​

Las amistades cercanas de Johnson la consideraban una persona profundamente espiritual, que atendía a todas las iglesias y templos y regalaba lo poco que tenía para ayudar a las personas  que malvivían en las calles.

Sólo dos días antes de su muerte, Johnson fue entrevistada extensamente sobre su vida. La entrevista forma el núcleo del documental de 2012, Pay it No Mind: The Life and Times of Marsha P. Johnson, dirigido por Michael Kasino y Richard Morrison.

En el lugar del río Hudson donde se recogió su cadáver se ha instalado una fuente en su memoria.

 

«Marsha P Johnson» by Glaurung_Quena is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Una ley Trans para todas. El momento es ahora

Samir Bargachi, director de @KifKif

 

En torno a las 14 horas de este lunes 27 de junio, el Consejo de Ministros tiene previsto dar luz verde a la esperada “Ley Trans”, la cual iniciará el proceso de trámite parlamentario para su definitiva aprobación.

Muy largo ha sido el camino que ha recorrido esta ley, primero como anteproyecto de Ley Trans y finalmente como “Ley para la Igualdad real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos de las Personas LGTBI”.

Desde las organizaciones y colectivos LGTBI siempre hemos subrayado que las personas trans necesitaban de una ley propia que reconociera su idiosincrasia, elementos exclusivos que afectan de forma particular a las personas trans, su identidad y cuestiones vinculadas a su sexo-género, a su salud, a su precariedad laboral, a su estigmatización y a lo que significa tener vidas dignas.

Lo que tenemos delante es una ley que, si bien da marco legal a nivel nacional a estas cuestiones previas, pasa de puntillas e incluso no reconoce derechos imprescindibles para el colectivo.
Por ejemplo, el tratamiento descafeinado que se hace de la infancia trans, excluyendo a menores de 12 años, y entre 12 y 14 años mediante procedimiento judicial largo y tedioso. Además, se incluyen procesos de reflexión de tres meses y de reversibilidad de seis. Ya sabemos cómo funcionan los periodos de reflexión; lo hemos visto con leyes como la del aborto: un coladero propagandístico para entidades antiabortistas que no hacen sino que la persona afectada aumente su ansiedad y su sensación de señalamiento y estigmatización. Proteger a la infancia trans es acompañarla desde el ámbito institucional, social y educativo en su proceso y en su decisión, evitando paternalismos innecesarios.

¿Y qué no incluye esta “Ley Trans”? Según el anteproyecto que conocemos, las personas no binarias -ni se mencionan- y las personas trans migrantes, refugiadas y solicitantes de protección internacional estarían fuera del marco.

En relación a las personas trans migrantes, el articulado ordena a las Administraciones Públicas que habiliten procedimientos a través de los cuales, las personas extranjeras sin residencia legal en España que acrediten la imposibilidad legal o de hecho de llevar a efecto la rectificación registral relativa al sexo y nombre en su país de origen, puedan interesar dicha rectificación. En otras palabras, hablamos del hecho de exigir a las personas trans migrantes documentos relacionados con su identidad de género desde el país de origen.

Esto significa que las personas trans migrantes deben demostrar que han iniciado un trámite relativo al cambio de su identidad de género en sus países de origen, una realidad que no se produce en la mayoría de casos por la legislación existente, la cual persigue o no reconoce a este colectivo. Y esto, ¿qué quiere decir? Que en la práctica, el 99 % de las personas trans migrantes en nuestro país no podrán tener reconocida su identidad de género en los documentos oficiales españoles.

¿Cómo van a acreditar que quieren cambiar su género con documentos de sus países si huyeron de allí por ese mismo motivo? Así pues, este requisito no sólo es inaceptable, sino que es una barrera más para estas personas que ya tienen suficientes dificultades en su proceso migratorio o de protección internacional. Debemos asegurarnos que en los trámites y documentos se reconozca su identidad de género en las mismas condiciones que a los nacionales españoles.

Si se aprueba esta ley sin las personas trans migrantes se consolidará lo que se viene gestando desde hace tiempo: el nacimiento de dos comunidades LGTBI desligadas; una de primera clase, con derechos, y otra, la de los márgenes.

 

Pulsa en la imagen para acceder al vídeo

 

Es por ello por lo que no cabe felicitarse por esta Ley Trans, ni siquiera hacer un ejercicio de autocomplacencia, cuando esta ley deja vidas fuera: las de las personas no binarias y las de las personas trans migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

Las excusas de “es una ley de mínimos”, “se podrá mejorar más adelante”, no tienen cabida cuando se deja fuera a las personas que siempre están en el último escalafón del sistema. Estas personas no pueden esperar más, ahora es su momento. Toca a las administraciones ejercer políticas valientes que nos pongan en el centro con una Ley Trans de la que enorgullecernos y hagan izar la bandera común de la justicia social; en definitiva, una ley trans para todas.

Consulta más sobre este tema en los siguientes enlaces:

Kif Kif

@KifKif_iguales

Históricas LBT: Stormé DeLarverie #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresLesbianas

 

Stonewall fue una rebelión, un levantamiento, una desobediencia a los derechos civiles, no fue un maldito motín.

Stormé DeLarverie

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

El Stonewall era un bar regentado por la mafia, situado en el barrio neoyorkino de Greenwich Village. En este local,  se daban cita personas LGTB rechazadas por una sociedad y un sistema legal que criminalizaba la disidencia sexual. El bar sufría constantes redadas policiales y los abusos de autoridad con la clientela eran habituales.  En la madrugada del 28 de junio de 1969, en una de esas redadas, se produjo una revuelta que sería el origen de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTBI en Estados Unidos y en el resto del mundo. Una de las protagonistas de esa rebelión fue Stormé DeLarverie. Durante unos minutos peleó con varios policías que intentaban detenerla, jurando y gritando. Según algún testigo era «una típica butch de la ciudad de Nueva York» y «una dyke-stone butch». La golpearon con fuerza en la cabeza por denunciar que le apretaban mucho las esposas. Dicen quienes presenciaron aquello, que Stormé sangraba por una herida en la cabeza mientras peleaba. «¿Por qué no hacéis algo?», gritó a la gente que miraba impasible la situación. Cuando fue detenida y encerrada en un furgón, la multitud estalló.

Stormé nació en Nueva Orleans el 24 de diciembre de 1920. El padre de DeLarverie era blanco y su madre  una mujer afroamericana, trabajaba como sirvienta para su familia. No tenía certeza sobre su fecha de nacimiento,  así que celebraba su cumpleaños el 24 de diciembre.​ Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB – Sylvia Rivera #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresTrans

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Nacida el 2 de julio de 1951 en Nueva York, la llamaron Ray al nacer. Sylvia fue una  destacada activista trans que luchó por los derechos humanos de las personas LGTBI. Su padre, José Rivera, la abandonó cuando era  muy pequeña y su madre se suicidó cuando ella tenía tres años. Sylvia  y su hermana Sonia quedaron bajo la tutela  de su abuela, que apenas podía mantener el hogar familiar con cincuenta dólares a la semana. Viejita, como llamaban a la abuela cariñosamente, nunca aceptó la forma de comportarse de Sylvia; no soportaba que se maquillase, para ella eran cosas de “maricas”.

Cansada de las palizas de su abuela y de las burlas del vecindario, Sylvia se marchó de casa con 11 años y empezó a ejercer la prostitución en la calle para sobrevivir. Por aquella época, se unió a una comunidad de Drag Queens, término con el que se denominaba en la época de los 60 y 70 a las personas trans.

Rivera empezó su activismo con la Guerra de Vietnam y  los movimientos por los derechos civiles y feminista. Luchó también, por los derechos de los jóvenes puertorriqueños y afroamericanos. Como hispana se identificaba con las revolucionarias Panteras Negras y su homólogo puertorriqueño, Young Lords.

Con diecinueve años, preocupada por las menores trans que vagaban por las calles prostituyéndose, Sylvia, que había estado en esa misma situación desde los once años, creó, junto a su amiga Marsha P. Johnson, el grupo Travestis Callejeras Revolucionarias de Verdad (Street Transvestites Actual Revolutionaries- STAR), cambiando luego a Verdad por Acción. Su primer hogar fue un trailer, aparentemente abandonado, en un aparcamiento al aire libre del Greenwich Village. Una noche,   les robaron el tráiler así que  consiguieron acondicionar un edificio  casi en ruinas y convertirlo en un refugio para jóvenes chicas trans. De allí las terminaron desalojando por impago de alquiler.

Fue una de las protagonistas de la revuelta que tuvo lugar en el bar Stonewall de Nueva York la madrugada del 28 de junio de 1969, resistiéndose ante la redada de la policía aquella noche. Por esa época, las redadas policiales en el Stonewall eran frecuentes, injustificadas y constituían una vejación a la dignidad de las personas LGTBI que frecuentaban aquel  local. La rebelión de Stonewall fue el detonante de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB en Estados Unidos y en el resto del mundo.

Durante los últimos  cinco años de su vida, Sylvia reinició su actividad política, dando  discursos sobre los disturbios de Stonewall y la necesidad de unión entre personas transgénero para luchar por su legado histórico como personas en la vanguardia del movimiento LGTB. A principios de 2001, restableció la organización STAR y continuó con su activismo hasta su muerte.

En mayo de 1995 intentó suicidarse lanzándose al rio Hudson. Murió el 18 de febrero de 2002 debido a complicaciones de un cáncer de hígado. De ella se ha dicho que fue la Rosa Park del movimiento transgénero.

 

«Sylvia Rivera» is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Mi nombre es Harvey Milk

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#cinelgtb

 

Película estadounidense estrenada el 28 de octubre de 2008, dirigida por Gus Van Sant y protagonizada por Sean Penn, James Franco, Diego Luna, Josh Brolin y Emil Hirch. La cinta está basada en la vida del político Harvey Milk, primera persona abiertamente homosexual elegida para un cargo público en los Estados Unidos (concejal de distrito de San Francisco). Además, Milk fue un férreo defensor y activista de los derechos civiles de las personas LGTBI.

Para ser fieles a la época en la que se desarrolla la historia, desde el diseño de producción y el diseño de vestuario se realizó una investigación sobre la comunidad LGTBI de la ciudad en los archivos del GLBT Historical Society en San Francisco. Estuvieron allí durante semanas examinando fotografías, películas y videos, periódicos, material textil histórico, así como artículos perteneciente a Harvey Milk, donados a la institución por el estado de Scott Smith. Dustin Lance, autor del guión, se entrevistó con personas que conocieron a Milk para documentarse sobre la personalidad del político y el entorno en el que vivió.

También visitaron el lugar donde estuvo la tienda de cámaras de Milk (convertida en la actualidad en tienda de regalos) en la calle Castro y la decoraron tal y como estaba en los años setenta, época en la que tiene lugar la historia . Los productores compraron la que fue tienda de cámaras de Milk para integrarla en la cinta. El rodaje en la calle Castro revitalizó el Teatro Castro. Pintaron la fachada y restauraron las marquesinas de neón. El Ayuntamiento de San Francisco, fue otro de los lugares de rodaje. La oficina de White, donde Milk fue asesinado, se recreó en otro lugar ya que las oficinas del ayuntamiento eran demasiado modernas.

El film arranca con la noticia del asesinato de Milk y de George Moscone, alcalde de San Francisco, para mostrar en flash-back los años de activismo político del primero, contados por él en una grabación magnetofónica.

El director de Todo por un sueño y Elephant, opta por rodar una película de formas clásicas, formalmente en la línea de El indomable Will Hunting y Descubriendo a Forrester, alejándose así de los minoritarios títulos de temática gay Mala noche y Mi Idaho privado. Van Sant se decanta por un tratamiento estético y narrativo capaz de atraer al público. Pretende una aproximación didáctica, para explicar la lucha por los derechos civiles de las personas LGTBI. En este sentido el film recuerda a Philadelphia, aunque ciertos puntos de vista se defienden con menos tapujos. Van Sant se centra en las discriminaciones laborales por orientación sexual e identidad de género, y en mostrar a los distintos personajes como tipos humanos, con los que se puede empatizar, algo a lo que ayuda el magnífico reparto de la película.

La idea de la cinta es dar a conocer la realidad de las personas LGTBI en el momento en el que se desarrolla la historia. El protagonista se describe con honestidad: en su convivencia con dos compañeros sentimentales no se obvian conflictos, actitudes egoístas y tendencias suicidas. Para reafirmar el punto de vista del film, hay ideas originales: que en un cine se proyecte La aventura del Poseidón, la historia de un barco que da un vuelco y queda boca abajo, parece una metáfora de una sociedad cuyos puntos de vista deben ser vueltos del revés. Quizás la película buscaba utilizar las luchas de entonces para acometer las de ahora.

Sean Penn obtendría el Oscar al mejor actor por esta película y Dustín Lance Black se llevaría una estatuilla por su guión.

«He venido a reclutaros.» Con esta frase empezaba sus discursos Harvey Milk. El político luchó con todas sus fuerzas para impedir que la ultraderecha ganara una votación que pretendía aprobar una ley que permitiera denunciar a los profesores de primaria ‘sospechosos’ de ser homosexuales para posteriormente despedirles. Consciente de la amenaza que significaba la extrema derecha, Harvey advirtió hasta la saciedad que aquello no era tan sólo una amenaza para el colectivo LGTBI, sino que era una afrenta contra los derechos humanos y especialmente los de las minorías sociales. Porque una injusticia contra una minoría hoy, lo es para el resto mañana. A pesar de que era una votación que afectaba tan sólo a California, Harvey apeló a toda la nación: «Hago un llamamiento a todas las minorías y especialmente a los millones de lesbianas y gays a que despierten de sus sueños, se reúnan en Washington y le digan a Jimmy Carter y a su nación: «Despierta. Despierta, Estados Unidos. Basta de racismo, basta de machismo, basta de gerontofobia, basta de odio. ¡Basta!»
 

Hablando de visibilidad y representatividad TRANS

Apoyo Positivo

 

Cada 31 de marzo, desde 2009, se conmemora a nivel internacional el Día de la Visibilidad Trans, jornada que surge de manos de Rachel Crandall con el objetivo de visibilizar y sensibilizar sobre la situación de las personas trans en la sociedad y la negación continuada de derechos a la que están sometidas.

En Apoyo Positivo trabajamos a diario para mejorar las condiciones de vida de las personas trans y sus entornos cercanos, amigues y familias, su acceso en salud y la protección necesaria dentro de los entornos educativos, y aprendemos también a diario a dejar el espacio necesario para que sean ellas las que tracen el camino a la plena inclusión y representatividad. Porque hasta el momento, no sólo existe una vulneración de derechos fundamentales hacia el colectivo trans, sino que además socialmente cuesta todavía comprender las diferentes realidades que forman parte de nuestro paraguas trans, y la invisibilidad de algunas de ellas se muestra aún mayor, debido a los marcos y referentes patriarcales que han reflejado a las personas trans históricamente.

En nuestras acciones alrededor de este día en 2022, hemos querido dar voz a distintas visiones trans de personas creativas que participan en nuestros proyectos de innovación comunitaria, hablando de su transición, de esa visibilidad y de su realidad diaria.

Por un lado, os traemos una entrevista con Afioco y Ondina, directore y actore de NO BINARIO, primer capítulo de LOCURA, la 4ª Temporada de nuestra serie INDETECTABLES (que ya podéis ver en abierto en nuestra web!), para explorar con elles las identidades no binarias y trans masculinas y la visibilidad social, laboral y cultural que tienen en España.

Hablamos mucho de mujeres trans, pero ¿qué ocurre con otras identidades? ¿Hombres trans, personas no binarias,…?

 

Y, ¡como regalo sorpresa!, os traemos un adelanto de la quinta temporada de INDETECTABLES.

VIEJES aborda como temporada los problemas de la diversidad en la etapa adulta, cuando en muchas ocasiones vuelven los armarios, y se acentúa un componente cada vez más común en nuestra sociedad como es la soledad, que se agrava aún más en las personas diversas, LGTBIQ, VIH, etc.

Una entrevista a Laura Frenchkiss y Koko, dos artistas y personas trans de diferentes generaciones que muestran las diferentes caras de la diversidad en una visión intergeneracional.

Queremos dedicar esta pieza a la memoria de Laura Frenchkiss que llenó nuestras vidas, actividades y nuestra CASA Torremolinos de su alegría y energía.
Que el viaje te sea leve.

 

Inmensas gracias Afioco, Ondina, Laura y Koko.

Si como persona trans necesitas asesoramiento o ayuda, siempre puedes contactarnos: diversidad@apoyopositivo.org

 

Los largos tentáculos de la represión de las disidencias sexuales

Pablo Morterero (@pabloMorterero)

 

Candela García fue detenida y encarcelada en Barcelona en los años sesenta por realizar “ademanes de homosexualidad”. Cuando presentó su solicitud para acogerse a los beneficios previstos para las víctimas de la Ley de Vagos y Maleantes y de Peligrosidad y Rehabilitación Social, aprobados durante el gobierno de Rodríguez Zapatero, vio como se la rechazaban, ya que a ella no se le aplicó la Ley de Vagos, vigente en ese momento, sino el artículo de escándalo público previsto en el Código Penal. A pesar de ser detenida y torturada por homosexualidad, a ojos de la legislación actual, no fue víctima del franquismo.

Uno de los errores que hemos cometido desde el activismo LGTBI ha sido no comprender que la represión de las disidencias sexuales (en el pasado y en el presente) tiene un componente sistémico, más allá de tal o cual circunstancia. Y esto viene ocurriendo tanto en las investigaciones históricas sobre la represión durante el franquismo como en las estrategias destinadas a superar muchos de los obstáculos a los que nos enfrentamos.

Cuando estudiamos la represión franquista de las personas homosexuales (gais y lesbianas), bisexuales, trans e intersex, solemos fijarnos en determinadas leyes, como la de Vagos y Maleantes y su sucesora, la de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Esta mirada reduccionista nos ha llevado a no observar otras vías por la que el régimen de la Dictadura perseguía la homosexualidad y la transexualidad, como determinados artículos del Código Penal (como el de escándalo público o la diferencia de edad de consentimiento para relaciones homosexuales y heterosexuales) e incluso las actuaciones de los Tribunales de Honor. Pero aun teniendo en cuenta estas normas, seguiremos sin comprender la dimensión real de la persecución.

Y es que debemos partir del hecho (no privativo de la dictadura franquista) del carácter cisendoheteronormativo del sistema que automáticamente expulsaba a las márgenes todas aquellas realidades y comportamientos que no se ajustan a la norma.

Es decir, que la represión franquista no se puede explicar exclusivamente a través de las leyes sino del complejo proceso legal y social (médico, educativo, laboral, deportivo, etc.) que hacía que las personas homosexuales, bisexuales, trans e intersex sufrieran la exclusión, la persecución y, por último, la represión, ya fuese física (terapias y mutilaciones), social (sistema educativo, sanitario, laboral, religioso, etc.) o penal (encarcelamiento, destierros, etc.)

Y esta mirada sistémica debemos extenderla al presente. Cuando en los 70 se luchó por la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, nadie parecía darse cuenta que en los 80 sería el artículo de escándalo público el que nos persiguiera. Cuando se luchó, y consiguió, modificar el Código Civil para permitir el matrimonio igualitario de forma que se evitara cualquier aplicación discriminatoria, no nos imaginábamos que, a la hora de registrar conjuntamente a un bebé por parte de las parejas de hecho de mujeres, se les exigiese estar casadas, requisito no exigible a las parejas de hecho integradas por un hombre y una mujer. O que cuando una mujer o una pareja de un hombre y una mujer van al registro civil consular para registrar a un bebé, nadie pregunta si han sido progenitores por gestación por subrogación, cosa que sí se exige a un hombre solo o a una pareja de hombres.

Debemos aceptar que, tanto ayer como hoy, cualquier interpretación de las normas legales y sociales se hará desde una perspectiva cisendoheteronormativa, que nuestra orientación, nuestra identidad o nuestra corporalidad será analizada y valorada dentro de lo correcto/incorrecto, lo deseable/indeseable, y lo beneficioso/perjudicial. Es decir, no se nos enjuiciará por lo que hacemos, sino por lo que somos.

Por eso no deja de sorprender la convicción de aquellas personas LGTBI que sostienen que ellas no han sufrido ninguna discriminación por su orientación, su identidad o su corporalidad.

Pero nada más lejos de mi intención el promover desde el activismo cualquier tipo de victimismo. Como pedía Séneca a Helvia, no deseemos para nosotros el más despreciable de los méritos, el parecer los más desgraciados.

Pero sí asumir el carácter sistémico de la represión y la discriminación, saber que cuando investigamos el pasado, o luchamos contra una norma, ya sea social o legal, nos enfrentamos solo a uno de los muchos tentáculos de la cisendoheteronormatividad, cuya denuncia y superación debe ser el objetivo final de nuestra lucha.