Entradas etiquetadas como ‘Confinamiento’

LGTBifobia en tiempos de la Covid19: de la escuela a las redes sociales

Por José Luis Ferrándiz, coordinador del Grupo de Educación de FELGTB; y Sergio Siverio, co-coordinador del Grupo Joven de FELGTB.

Foto: Andrés Nieto Porras

En estas largas semanas de confinamiento, en las que se ha paralizado la actividad académica presencial como consecuencia del coronavirus, el acoso escolar por LGTBIfobia no ha descansado. Han sustituido el patio por las redes sociales para seguir atemorizando a las personas adolescentes y jóvenes LGTBI, con actitudes de odio y rechazo hacia su orientación sexual o identidad de género.

Las nuevas tecnologías desempeñan un papel fundamental en la comunicación, más aún en la situación de confinamiento que nos obliga a estar todo el día en casa. Las redes sociales son un instrumento esencial en el desarrollo y socialización de la comunidad joven LGTBI que necesita romper su aislamiento y buscar personas que les entiendan, les acompañen y en quien puedan confiar. Pero también se está constatando que las redes son utilizadas para ejercer ciberacoso hacia las personas lesbianas, gais, trans, bisexuales y, en general, hacia cualquiera que no cumpla con los roles de género establecidos. Lee el resto de la entrada »

Puñetera normalidad . Día contra la LGTBfobia

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Homoparentalidad y familia

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Caitlin Childs

Hoy se conmemora el Día Internacional de las Familias en un escenario nuevo y enclaustrado en el que nada es como antes, aunque todo siga siendo exactamente igual. La realidad se ha visto alterada por un virus, que, como peste medieval, ha recorrido los 5 continentes y ha asolado vidas y encasillado a las personas en el punto de salida.

Desde hace más de dos meses las familias permanecemos confinadas en nuestras casas y aquí estamos madres y padres multiplicando funciones y tiempo para asumir la crianza, el trabajo, la docencia, las amistades y los tiempos de ocio. Y junto con nosotros nuestras hijas, hijos e hijes nos siguen del salón a la cocina entre risas y rabietas asumiendo su universo entre cuatro paredes, ajenos con su ansia de vivir a la muerte que nos acecha con el contacto humano.

Sin embargo, pese a las crisis, las neuras, el insomnio y la claustrofobia, nosotras, las familias homoparentales estamos viviendo ahora en un mundo seguro. Dentro de nuestra casa nadie nos pone en duda, nadie nos limita el afecto, nadie nos impide ser y querernos, tocarnos, besarnos, amarnos. Cuando descansamos la cabeza en la almohada no tenemos que re-idear estrategias para que abuelas y abuelos acepten a sus nietos o la orientación sexual de sus nueras y yernos (los hijos e hijas permanecemos libres de todo mal en la mayoría de las ocasiones por gracia divina), urdir mecanismos para que por fin el colegio aborde la diversidad familiar, ensayar sonrisas de compresión cuando delante de nuestras criaturas nos preguntan si no tienen madre o padre… Lee el resto de la entrada »

Nos da igual. Nos encanta como eres

Por Marta Márquez (@marta_lakme) escritora y presidenta de Galehi, asociación de familias LGTBI

Foto: Casa Fora do Eixo Minas

Mucho se ha hablado y se habla sobre el confinamiento y sus consecuencias, pero seamos claras, hay personas que lo están pasando peor que otras. Hoy quiero poner el foco de atención en las y los menores LGTBI.

Que las personas estemos encerradas es una cosa –importante, obvio– pero que dentro del confinamiento ni siquiera podamos ser nosotras mismas ya roza la locura. Familias homófobas o tránsfobas que hacen insoportables nuestras vidas habituales, pero que en una situación como la que nos ha tocado vivir pueden hacer que se conviertan en un infierno.

Sin embargo, en este caso, no quiero ser yo quien haga la reflexión al respecto sino que he preferido que lo haga otra persona; alguien que por cercanía pueda entender qué están viviendo muchas adolescentes lesbianas, bisexuales, gais o trans en sus casas, junto a las familias que les han tocado. Lee el resto de la entrada »

V de Visibles

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Visibilidad de balcón

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Disidentes – De cuerpos enfermos y el estigma de la depressión

Por Andrea Cay, (@AndCay_)

Foto de Andrea Cay

Cuando eres consciente de cómo funcionan las cosas en tu interior aparecen los sentimientos más dolorosos que puedes imaginar. A su vez, en el escenario también se presenta la pereza. Todos esos momentos que deberían apasionar a una chica de 27 años no se han terminado esfumando del todo, pero están completamente reprogramados.

No puedo evitar unir esta idea a los conceptos hegemónicos que rodean a los cánones de belleza. No entro en ellos, ni voy a entrar nunca y el motivo no se reduce a mi apariencia física, sino al hecho de que sé, a ciencia cierta, que mi cuerpo está catalogado como enfermo.

Realmente, digo esto con orgullo. Ese orgullo que tanto nos gusta mencionar y aplaudir en la comunidad disidente que se visibiliza bajo las siglas LGBTQ+, no debería ser únicamente encerrado bajo este paradigma. Lee el resto de la entrada »

Vosotros decís Apocalipsis, nosotras decimos Revolución

Artículo escrito por la Plataforma de Encuentros Bolleros (@encuentrosbollo)

 

La imagen corresponde a la fachada de un edificio de Santiago de Chile

 

Son ya varias las semanas en confinamiento. A lo largo de este tiempo, el discurso de la seguridad, la economía de guerra, la crisis y el aislamiento se ha ido recrudeciendo día tras día. La población está tratando de augurar lo que vendrá después y, en cierta forma, a nosotras este discurso del aislamiento, este vocabulario de la crisis y la guerra nos suena muy conocido. Las bolleras y las disidencias sexuales llevamos toda la vida habitando ese lugar de confinamiento, de aislamiento y de crisis al que la sociedad heteronormativa, que no permite fugas, nos ha relegado. Esa era ya nuestra normalidad y no queremos volver a ella. 

Para nosotras la única seguridad ha sido siempre nuestras redes de cuidados, redes que actúan, sostienen y acompañan cuando las violencias cisheteropatriarcales se ejercen sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Esas redes, que recién acaban de descubrir el resto de la sociedad, son la forma en la que las bolleras y disidencias sexuales venimos sobreviviendo durante décadas de opresión y las que ahora mismo están sosteniendo la vida.

La economía de guerra y la crisis las conocemos bien, porque las bolleras vivimos vidas precarizadas y armarizadas. Accedemos a trabajos feminizados en los que la flexibilidad laboral nos recorta la vida año tras año, y eso las que podemos acceder siquiera a algún empleo, porque las migrantes, las racializadas, las compañeras trans sufren una doble y triple discriminación y son arrojadas a la marginalidad económica y social. La visibilidad bollera en el ámbito laboral está castigada con acoso, marginación, burlas, outing y agresiones sexuales, entre muchas otras formas de discriminación. Esa ha sido hasta ahora la normalidad de un mercado laboral racista, misógino, trans-lesbófobo. La normalidad es la crisis económica que siempre pagamos las mismas. No queremos volver a ellaLee el resto de la entrada »

Confinadas también leeemos

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

No quisiera ser recalcitrante y contarles de mi confinamiento porque es el tema de rabiosa actualidad en todos los medios digitales y redes sociales. Tampoco pretendo aburrir. Tan sólo compartir que desde el comienzo de esta crisis estoy inmersa en una burbuja entre la realidad y la ficción, porque aún me cuesta asimilar que no soy un personaje de un relato de terror, intriga o ciencia ficción. La típica trama de película de exacerbado dramatismo holywoodiense parece haberse hecho realidad.

Aquí estamos, más allá de lo que podríamos imaginar ni en el peor de nuestros sueños. Me pregunto si esto es lo que se siente en un arresto domiciliario. Pero es mucho imaginar, aunque debe parecerse porque a veces me agobio e incluso más cuando veo a la policía montada a caballo atravesando marcialmente mi calle prácticamente vacía de gente, salvo un vecino con perro y otra persona echando el vidrio al contenedor y rompiendo el silencio con ese sonido estridente de vidrios rotos, que me hacen sentir aún más presa en esta sorprendente quietud.

Y en lo que digiero todo lo que pasa, me siento una privilegiada porque tengo una casa llena de vitalidad en la que mis hijas dibujan, graban vídeos, hacen fotos, se relacionan por video llamadas, estudian y duermen como marmotas. Convivimos, hablamos más que nunca, discutimos e incluso nos reímos. Lee el resto de la entrada »

Virusfakes

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)