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Las parejas del mismo sexo podrán tener hijos biológicos, ¿¿fiesta??

Por Nayra Marrero, @nayramar

Mi padre me dijo mil veces que si venía un señor diciendo que se habían equivocado de niña en el hospital le daba igual, yo era su hija y lo sería siempre. Y con ese amor asegurado, independiente a la sangre y a la biología, crecí sabiendo que lo importante en una familia era el sentimiento de familia.

Mi madre y yo pasando frío
Mi madre y yo pasando frío

Reconocerme en su sonrisa, en cómo disfruta de un helado o en cómo se enfrenta  a un problema, así me gustaría verme en mis hijos, como me reconozco en mi madre en el gusto por comer el aguacate con sal a cucharadas, el gesto con el que muestro desaprobación, o el placer de hacer sentir bien a quienes tengo a mi alrededor.

Físicamente me parezco a ella, sobre todo en fotos de joven: altas, delgadas, con la  forma de la cara similar… Lo de dentro es de mi padre: la boca, la naricilla, el color de piel…  Seguramente nadie negaría que soy hija de quien soy.

Sin embargo las similitudes y diferencias físicas también se construyen. Mis padres, tras treinta años juntos se parecen. Mi madre y su madrasta se parecen, y cada vez más. Los gestos nos construyen, como lo hacen nuestras actitudes o nuestra forma de vivir, y esto es todo aprendido.

Por eso me sorprende que haya parejas de mujeres que gastan dinero, esfuerzo y salud en someterse al método ROPA  si la razón es que ambas quieren estar implicadas en el embarazo (una gesta el óvulo fecundado de la otra).  También me sorprende que haya abuelos que quieran más a sus nietos si estos los ha parido su hija que si los parió su nuera. Y no entiendo que haya gente que hable de “verdaderos padres” para diferenciarlos de los adoptantes.

Tampoco entiendo bien el revuelo que se ha montado por la noticia de una investigación científica abre la puerta a que las parejas del mismo sexo  tengan hijos biológicos propios de las dos partes (ellas embarazándose, ellos, si no tienen útero, contratando los servicios de una mujer gestante en el extranjero).

Cuando digo que la diversidad es una riqueza lo digo por lo que cuestiona, por lo que ayuda a revolucionar conceptos, a que mejoremos como sociedad. Pero a veces me parece que el esfuerzo que hace la sociedad por encajar la diversidad y asimilarla, amilanarla, con la ayuda inestimable de esos y esas que son distintos pero quieren ser cuanto más normales mejor, es un contrasentido.

La diversidad es riqueza porque nos ayuda a ver más allá, a romper con nuestros clichés, con nuestros prejuicios, y plantearnos las cosas con capacidad para ver horizontes mucho más lejanos.

Un avance científico es siempre una buena noticia, pero reflexionemos sobre el para qué. En España el método ROPA fue noticia cuando una pareja lo pidió por los problemas que tenían los óvulos de la que habían acordado que se encargara del embarazo; o usaban los óvulos de la pareja o tenían que comprarlo de una donante anónima, lo que resultaba innecesario.

Si pronto se puede convertir la piel en células de las que conseguir espermatozoides que fecunden un óvulo, las parejas de mujeres no necesitarán comprar semen ajeno pero si el proceso es largo, costoso o doloroso de alguna manera, perdonen pero no creo que merezca la pena. No es una cuestión de falta de ética, ni me parece inmoral ni pecaminoso, simplemente me pregunto ¿qué cambaría que el bebé pueda tener los ojos de una y los rizos de la otra? Y si cambiase algo, ¿es como para hacer una fiesta?

 

Cuando Metro señala a homosexuales, músicos y mendigos, sólo un tonto no mira al dedo

Por Nayra Marrero (@nayramar)

Línea Circular
Fotografía de Oliver Miranda

 

– ¡¡Cuidado con ese!! Lleva calcetines de colores y menea mucho la mano al hablar… Tiene pinta de peligroso porque rompe la armonía gris de los vagones del metro.

– Hablando de armonía ¡¡Cuidado con ese!! Parece portar un instrumento de destrucción de la monotonía, tapando el ruido común con notas musicales.

– ¿Y qué me dices de ese? ¡¡Cuidado!! Tiene pinta de haber dormido en la calle. Tiene el cansancio pintado en la cara, huella inequívoca de su fondo malvado y ruin. ¿Y ese que dice que no tiene dinero para comer? ¡¡El hambre les lleva a la desesperación así que cuidado!! Yo solo quiero ver gente que no perjudique la estética general de mis andenes.

No sé si conocéis Momo, pero es una lectura ideal para el metro. Un libro juvenil en el que la protagonista se enfrenta a los hombres grises que quieren anular cualquier elemento disonante, cualquier señal de vida no anodina, cualquier color. Así imagino yo al señor de Metro de Madrid, apartado cautelarmente, que envió una circular en la que instaba a quienes vigilan el subterráneo a tener especial cuidado con homosexuales, músicos, mendigos, pedigüeños y vendedores.

Así que los revisores han de comprobar el billete en función de las pintas, porque según les indica la circular ‘parecer’ es ‘ser’, y viceversa.

Pero esa circular se equivoca. Y nos escandalizamos porque se señala a colectivos que ya fueron señalados una vez, criminalizados por la Ley de Vagos y Maleantes, encarcelados por peligrosos sociales, por romper la paz social del deber ser (y parecer) del Franquismo. Y en el siglo XXI, cuando algunos creen que los gais son ricos, glamurosos, otros creen que son propensos a colarse en el transporte público.

Y aunque una imagen parezca mejor que la otra, ambas son tristes, estigmatizantes, mentirosas, porque ni todos son iguales ni falta que les hace.

Y para mí es tan doloroso que se señale a una comunidad como a otra, que se persiga el ser, el parecer, y no el hecho de hacer algo prohibido. Porque no está mal que se meta en el mismo saco a homosexuales, músicos y mendigos, lo que está mal es que se meta a las personas en sacos.

Los controles en función de las pintas son ilegales, discriminatorios y además no son efectivos. Es peor el peso del prejuicio que criminaliza que lo que resuelve el que señala a un colectivo en función de sus estereotipos.

La ley de Seguridad Ciudadana que ahora mismo está en el Senado, a pesar de haber introducido el principio de no discriminación por ningún motivo, no introdujo garantías legales a los controles arbitrarios que sufren muchos colectivos. Y el ‘derecho a ser’ sin ser perseguido por ello no es exclusivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, es una cuestión de Derechos Humanos y incluye el tránsito libre y despreocupado de otros con peor prensa: inmigrantes, gitanos, trabajadoras del sexo… Protestemos contra el señalamiento selectivo y suframos el cuestionamiento de nuestros billetes (o nuestros papeles) todos, en igualdad.

Visibilidad es sinónimo de vida pese a los estigmas de yonqui, maricón y VIH+

Kike PovedaDecía Kofi Annan que el miedo al estigma conduce al silencio y el silencio es la muerte. Quizá esa sea una de las frases que la vida ha escrito a fuego sobre la piel de Kike Poveda, activista gay y VIH visible que protagoniza este corto documental de Ayoze Cabrera.

Su cuerpo está lleno de marcas entre las que se ha ido haciendo él y las que han sido surcadas por el rechazo. El amor también marca, pero de otra manera. Su vida, sin tapujos, sin paños calientes y sin vergüenza, está retratada desde el cariño de quien le conoce bien, porque conocerle es quererle. Kike va siempre de frente, jamás se esconde, no tiene por qué, sobre todo teniendo en cuenta que su máxima es «Visibilidad = Vida«, también aplicable bajo la forma de «VIHsibilidad».

Kike también tiene Hepatitis C, el 29 de septiembre de 2009 empezó el tratamiento con Interferón, el mismo día que se grabó este vídeo. Como tantos otros enfermos está a la espera de recibir los nuevos fármacos que le permitan seguir marcando su piel de arrugas, de batallas ganadas al estigma y de honestidad.

¿Qué educación sexual es apta para menores?

Por Nayra Marrero (@nayramar)

«Proponemos una asignatura cuyo temario esté libre de cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico».

Bajo esta idea quedó capada ‘Educación para la Ciudadanía’. Son palabras del Ministro de Educación, José Ignacio Wert, un tipo para el que hablar en términos de igualdad de la diversidad sexual o familiar era meterse en camisas de once varas pero excluirlas del temario era hacer las cosas como Dios manda. Pues eso.

La censura, esa herramienta con la que se armariza todo aquello que no se quiere ver u oír por prejuicios morales o ideológicos no sólo está en manos del Gobierno. También la utilizan empresas privadas que gestionan los medios de comunicación, las editoriales, los espacios escénicos o expositivos y, por supuesto,  las empresas gestoras de redes sociales. Cuando hablamos de las redes sociales a veces parece que estamos ante un espacio en el que tú y yo nos encontramos sin mediación, pero esa idea es tan inocente como equívoca.

Nayara_ChangeY ahí tenemos el caso de Nayara Malnero, una psicóloga y sexóloga que creía que con sus vídeos se dirigía a gente particular y que se ha encontrado con el filtro de la censura de un gigante empresarial llamado YouTube.

En sus vídeos no hay violencia, no hay sexo explícito, no hay desnudos, no hay expresiones soeces… Sin embargo YouTube ha decidido que sólo pueden verlo mayores de 18 años ¿y qué es lo que muestra Nayara en sus vídeos? Enseña a colocar un preservativo.

Y para YouTube está feo que los menores aprendan a ponerse un preservativo aunque la edad media de la primera relación sexual en España sean los 16 años (y a los 16 ya hayan tenido relaciones el 21,7% de los jóvenes de este país).

Para YouTube está mal que se muestre cómo colocar un condón con la mano o con la boca aunque más de 8 millones de personas hayan encontrado interesante el primer vídeo que grabó al respecto en 2011 y que sólo contiene información objetiva y profesional para usar un método barrera en las relaciones sexuales con penetración entre un hombre y una mujer o entre dos hombres..

Hay un déficit de educación sexual clara, seria y no sesgada (porque de sexo se habla y mucho) que censuras como las de YouTube no hacen sino multiplicar. En vez de tender a que los adolescentes reciban información objetiva que luego puedan usar cuando la necesiten, tendemos a esconder bajo la mesa un tema que creemos controvertido por las estrechas miras de una educación castradora, a gusto del señor ministro en la materia.

Me recuerda a un anuncio que vi hace un par de veranos en El Salvador que mostraba a un niño pegado a una maquinita y decía: “mientras tanto no te pregunta de dónde vienen los bebés”. El problema es que aunque no escuches su pregunta, la duda no desaparece, la necesidad de información sigue estando ahí.

Por eso es importante que YouTube libere los vídeos de Nayara. Ella ha puesto ya de su parte iniciando una recogida de firmas en Change.org que ya lleva más de 36.000 en poco más de 4 días. Ahora toca que el resto nos preguntemos qué información sexual queremos que tengan nuestros menores, si la que puede ofrecer una sexóloga en un vídeo educativo o la que muestran otros canales de sexo tan accesibles y bien promocionados en Internet.

TVE se mete en las bragas de una candidata a Reina del Carnaval

lolaHay quienes creen que el periodismo es llegar al fondo de una historia pero conocer dónde están los límites de esa historia y de la vida de las personas que la protagonizan, es también parte importante del periodismo.

Lola Rodríguez tiene 16 años y es candidata a Reina del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria. Es noticia porque es la primera menor transexual en aspirar al reinado y lo hace no sólo por la ilusión de participar en la gala central de una fiesta tan importante para la ciudad, sino además con el afán de visibilizar que existen menores transexuales, de hacer pedagogía sobre su realidad y de exigir respeto a la diversidad.

Así que Lola, que es guapa, lista, educada y tiene ya muchas tablas pese a su juventud, ha participado en numerosas entrevistas estos días y se ha sometido -para vergüenza de nuestra televisión pública estatal- a un examen efectuado por la mesa de tertulianas «Amigas y conocidas» de Las Mañanas de TVE.

¿Se imaginan que en el mismo programa le preguntaran a un actor, por ejemplo, si planea hacerse un lifting? ¿Preguntarían a una cantante si se ha ligado las trompas de Falopio? Pues no se sonrojan a la hora de meterse en las bragas de Lola y consultarle sobre su genitalidad. Cosa ésta importantísima a la hora de vestir un disfraz y una sonrisa y desfilar al ritmo de la música en el escenario del Carnaval. Además se permiten el lujo de cuestionar su infancia, tratar de imponer sus prejuicios y desconocimientos, y sacarnos los colores a quienes escuchamos la entrevista.

Como dice Sylvia Jaén, del colectivo Gamá, “nuestros cuerpos son nuestros, y nadie con un mínimo de respeto debiera de adentrarse en ellos”.

«¿Puedo renunciar a los 15 días de permiso por casarme?» El armario en tiempos de crisis

Foto de madstreetz

Foto de madstreetz

Por Nayra Marrero Jaén

No puedo evitar ponerme roja cada vez que mi jefa nos recuerda, en alto y con tonito, que no admitirá relaciones entre sus empleados. Supongo que es la rabia porque qué coño habrá cambiado en el trabajo porque de ser amigas hayamos pasado a ser novias, y qué cambiará cuando formemos una familia juntas, que es lo que tenemos en mente hacer.

Como ha sufrido una operación en el útero, mi chica ha conseguido una cita en la pública con la unidad de infertilidad, que su doctora de familia es muy maja y ha intentado colarla para ver si la inseminan. Sabemos que está la cosa difícil, pero es que hemos estado mirando en clínicas privadas y lo que nos gustaría de verdad, que es el método ROPA, que inseminen mi óvulo y se lo pongan a ella para que biológicamente sea de las dos, es muy caro. Lo vamos a intentar por la Seguridad Social y ya nos han dicho que es lo mismo que ella se presente como futura madre sola que que vayamos las dos como pareja: sin un tipo que aporte el semen (o sea infértil), nos lo van a poner muy difícil.

Tenemos un amigo que se ha ofrecido pero ya le hemos dicho que no. Yo tengo claro que quiero estar en todos los papeles desde el principio, que no quiero líos con el registro y para eso sé que tenemos que casarnos y decir que el embarazo tiene que ser por inseminación artificial con donante anónimo. Además, no me hacía mucha gracia que este fuera el donante, que se lo agradezco un montón, pero me da rollito.

El tema está en que tenemos que casarnos. Que yo lo hago encantada, pasaré el resto de mi vida con ella lo diga un papel o no, pero a ver cómo se lo toma mi jefa.

En el curro sólo tres compañeras saben que estamos juntas, y me pongo roja de rabia hasta cuando lo pienso ¿Qué le molestará a ella que seamos pareja?

Hemos preguntado si nos pueden despedir por casarnos y nos han dicho que no, pero que tengamos cuidado porque se pueden agarrar a otras razones o pueden hacernos la vida imposible en el curro, y que además si nos despiden luego nos toca a nosotras demostrar que lo han hecho por algo ilegal, y no nos viene bien todo este lío y la pérdida de pasta si queremos ser madres.

Y queremos. Claro que queremos.

Al parecer podemos no decir que nos hemos casado y perder los 15 días de vacaciones, que ya me jodería. Puedo renunciar también a la baja cuando nazca el bebé, aunque lleve mi apellido. Puedo estar en el armario como lesbiana, como casada y como madre, ¡ahí es nada!

Crisis de mierda, que si no fuera por ella igual una de las dos habría encontrado curro en otra parte, que no será porque no lo estemos buscando. Crisis de mierda, que  ha sido la excusa perfecta para cargarse los cuatro derechos laborales que teníamos. Crisis de mierda, que el trabajo que estoy haciendo podría hacerlo como funcionaria si es que convocaran otra vez oposiciones.

País de mierda que en vez de estar disfrutando del proyecto que tenemos juntas ando haciendo cuentas con mis dineros, mis derechos y mi maldita rabia contenida.

Lo que os traemos hoy es una historia casi real, pero casi. Desde diciembre la reproducción asistida a las parejas de mujeres y mujeres solas no está cubierta en la mayoría de las comunidades autónomas (excepción de Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña, Euskadi y Extremadura) y aún es necesario casarse para que dos mujeres sean reconocidas como madres. También es cierto que mucha gente pregunta al Servicio de Información de la FELGTB si es obligatorio contar en el trabajo que te casas o que vas a tener hijos. El armario pesa y con la crisis, más.

Una hija lesbiana, un político homófobo y gay, la coherencia y el amor

Por Nayra Marrero Jaén

-Tu padre nunca habría aceptado a una hija lesbiana, ya sabes lo que opinaba al respecto. Yo lo voy aceptando poco a poco, no te creas que no me cuesta, pero intento aceptarlo. Ojalá tu hermana no fuera así, pero por lo menos ha encontrado una buena mujer.

-Mamá, ¿te acuerdas de cuando papá decía que cuando uno tiene hijos ya forma parte de otra unidad familiar y debía ser autosuficiente y criticaba al vecino por mantener a su hija y a su nieto mientras ella estaba en la universidad? ¿Y qué hizo cuando fue su hija la que se quedó embarazada? Mantenerla para que terminara de estudiar. Lo que uno dice de boquilla y lo que uno hace cuando afecta a quienes quiere no suele ser lo mismo.

La coherencia es difícil de mantener porque hay muchos factores que nos hacen tambalear nuestros axiomas. La coherencia no sólo es complicada sino que no siempre es deseable porque tener en cuenta todo lo que nos rodea a la hora de aplicar nuestros ideales puede ser una ventaja. Debemos estar abiertos a equivocarnos.

Los prejuicios existen y existirán siempre. Es como pretender que cuando conozcamos a alguien vuelva a nosotras la inocencia y la candidez de la primera vez. No valoraríamos su aspecto, su tono su voz, quién nos lo presenta, en qué ambiente lo conocemos, cómo se mueve … De hecho obviar los prejuicios es enviar a la papelera una cantidad ingente de información y experiencias.

Pero si debemos ser capaces de mirar más allá de nuestros ideales mal que le pese a nuestra coherencia, debemos ser capaces de mirar más allá de nuestros prejuicios por nuestro bien y por el bien de quienes nos rodean. Admito que tengo prejuicios pero desde que tengo oportunidad los malvendo por 3 pesetas y me compro ideas nuevas sobre quienes tengo delante. Y no es consumismo, lo prometo. Sólo a través del conocimiento de alguien me atrevo a juzgarle, y procuro ser consciente de que no puedo aplicarle mis varas de medir.

Ahora bien, una vez asumes que tus ideas no valían para ti ¿puedes seguir aplicándoselas al resto? ¿Puedes esconder bajo la alfombra a tu hija para continuar criticando a la del vecino? ¿Puedes esconder tu orientación sexual para seguir reclamando el fin de la igualdad de derechos para quienes son homosexuales o bisexuales como tú?

Foto de EFE
Foto de EFE

Esto viene a cuento de Florian Philippot, número 2 del Front National, partido ultraderechista francés que ha anunciado que de llegar al poder eliminaría la igualdad en el acceso al matrimonio para dejar fuera a las parejas del mismo sexo. Florian Philippot es gay y el semanario Closer lo sacó del armario hace apenas un mes en contra de su voluntad ¿Vale aquí la falta de coherencia cuando uno es gay y pretende discriminar a otras personas por serlo?

No es el único político homófobo de orientación sexual no heterosexual pero ¿ser gay no le hace cambiar su opinión hacia la diversidad? ¿No reflexiona respecto a sus prejuicios? ¿No ve lo absurdo de que su pareja no obtenga el mismo reconocimiento jurídico y social si es mujer o si es hombre?

Suelo pensar que la visibilidad es la mejor herramienta contra la discriminación porque cuando alguien a quien conoces y quieres te cuenta que es gay, lesbiana, bisexual o transexual suelen resquebrajarse los muros de intolerancia o incluso odio que nos separan. En el caso de Florian Philippot, ¿será que lo que le falta es amor propio?

Dios, la Iglesia, las clases de religión y un profesor gay, un puzzle imposible para un Estado con complejos

Por Nayra Marrero Jaén

Hay quienes tienen ganas de creer y pueden hacerlo, miran al cielo, se nutren de esperanzas, sonríen. Hay otras personas que pierden esa posibilidad o jamás la tuvieron, les salen raíces terrenales que les apegan y pierden el interés por ir más allá. Hay quienes creen en la estructura de la Iglesia y hay otros que la viven como un castillo de naipes que se cae con rascar un poquito, pero con las cartas sobre la mesa ven más clara una verdad superior.

Luis Alberto González es creyente y durante más de 15 años ha estado vinculado a la Iglesia gracias a la missio canonica con que ésta le reconocía como apto para dar clase de religión en el sistema público de educación. Luis Alberto es gay pero en teoría la Iglesia con quienes sienten atracción por personas de su mismo sexo no tiene mayor problema. Según el Papa Francisco si buscan a Dios ¿quién es él para juzgarles? Pero Luis Alberto además de a Dios en el cielo buscó el amor en la tierra, y tras encontrarlo decidió formalizar su unión a través del matrimonio en igualdad.

Luis Alberto González. Foto de EFE

Luis Alberto González. Foto de EFE

Tras pasar por el Juzgado, y al término del curso escolar 2012/2013, el profesor de religión decidió informar del cambio de su estado civil al Obispado de Canarias y poner su puesto a disposición del mismo, según él “por transparencia”. Su carta recibió la callada por respuesta y Luis Alberto se reincoporó a su puesto el septiembre siguiente y al finalizar el curso celebró el silencio visibilizándolo en una carta al director de El País.

Saberse señalado, aunque fuera para loar su actitud, no parece que fuera plato del gusto del Obispado que en septiembre informa a la Consejería de Educación de que ya no confía en Luis Alberto para enseñar religión, que no debe ser renovado. Como todo en este mundo tiene sus plazos y el de la Iglesia para notificar cambios ya había pasado, Luis Alberto vuelve a incorporarse en su puesto en Lanzarote para el que ya había sido nombrado.  Tras meses de tira y afloja institucionales, el 1 de diciembre de 2014 el profesor recibe la notificación del Gobierno de Canarias que le informa de que su contrato era extinguido por razones objetivas y recibiría más de 30.000 euros de indemnización. Aquí paz y en el cielo gloria.

Independientemente de que Luis Alberto esperara esta resolución, porque no quería tener que ver con una Iglesia/estructura que no lo respete, su despido ha puesto a la Administración canaria en un brete: hacer valer un convenio de colaboración con la Iglesia o poner por encima del derecho fundamental a la igualdad y la no discriminación por orientación sexual.  El resultado no puede ser más lamentable porque muestra una vez más las vergüenzas de un Estado que no responde a los Derechos Humanos sino a las deudas contraídas con quienes cree más poderosos que él. Pero la soberanía, no lo olvidemos, nos corresponde a nosotros.

¿Cómo reacciona un niño al ver a un hombre pedirle matrimonio a otro? ¿Y a la idea de que por eso pueda ir a la cárcel?

El viernes hablábamos de un libro infantil, Nicolás tiene dos papás, y del rechazo que había suscitado en Chile. Hablar de diversidad familiar a menores para algunas personas significa querer imponer una determinada doctrina en las mentes de los críos, pero es el rechazo, el odio y el asco lo que resulta una doctrina aprendida en la infancia.

Hace unos días le contaba a una futura madre, que tenía miedo del rechazo que sufriría su hijo o hija en el cole por tener dos mamás, que los niños y niñas que crecen viendo como algo normal una familia homoparental no la rechazan, y le hablé de mi prima. Julia con 5 años inquirió a nuestra tía más joven por no casarse con su novio: «La gente que se quiere se casa, tienes que casarse, como se casó mi madre con mi padre y Sylvia con Joana». Lo que marca la diferencia, lo que nos hace raros y rechazables, se aprende, como se aprende el respeto.

Es curioso ver las caras de los niños cuando se dan cuenta de que una proposición de matrimonio, algo común en sus televisores, sea de un hombre hacia otro hombre. Ver cómo abren su mente a cuestiones que nunca se habían planteado como que esa posibilidad está vetada en muchos países y que en otros incluso puedes ir a la cárcel por querer a alguien de tu mismo sexo. La inocencia de los niños es algo a disfrutar.

(El vídeo tiene subtítulos. Para activarlos, dale al cuadradito blanco con tres líneas que aparece en la esquina inferior derecha)

Maltratos, maricones y malas ideas

“Maricón el último”, “como un maricón», “qué fuerte, maricón” o hasta “fuerte maricón”, son sólo alguna de las mariconadas que escucho con cierta asiduidad y con diferencias de intención y tonalidad pero esta semana, que me tocó manifestarme contra la violencia machista, recordé otra acepción más que idearon en Chile para dar forma a esta campaña:

No es que no haya maricones que maltratan, que los hay y hace muy poquito uno tuvo a bien creerse dueño de su marido y matarlo, y tampoco es que yo no crea en la polisemia, pero tengo otra idea de lo que es apoderarse del lenguaje, de los insultos, para cambiarles el significado. Entiendo que haya hombres a los que han llamado tantas veces mariquita, mariquilla y maricón que asumen la palabra con naturalidad para usarla entre colegas; entiendo que es una palabra que puede estar cargada de tintes despectivos pero que, si la aislamos y lo pensamos fríamente, puede ser también simplemente descriptiva. Ahora, recoger toda la mala intención que tiene el concepto cuando se escupe a la cara o a la espalda de una persona y querer trasladarla a otra realidad despreciable no reduce el odio a quienes se hacía referencia en primer término,  al menos a mi parecer. «Los hombres que maltratan a sus mujeres dan asco luego son maricones»… No lo veo.

Así que justo después de ver este vídeo es el momento ideal para empezar a olvidarlo.