Entradas etiquetadas como ‘técnicas reproducción asistida’

Preguntas sobre la desigualdad de las familias LGTB

Por Nayra Marrero (@Nayramar)

Born Straight Against Hate / Foto: Nicole DUguay

Born Straight Against Hate / Foto: Nicole DUguay

¿Por qué no es lo mismo?

¿Por qué tengo que casarme si quiero tener un hijo con una mujer pero no si quiero tenerlo con un hombre? Y no hablamos de semillitas porque nadie pide la prueba de paternidad en el registro civil (ni en el hospital, ahora que ya no hace falta el paseo para la inscripción de la mayoría de los bebés sino que se agiliza todo en el mismo hospital).

Pero hay más: ¿y si durante el embarazo, planeado por ambas, quizá sufragado por las dos, nos enfadamos y divorciamos? ¿Se puede inscribir al peque como hijo de ambas aunque ya no estemos casadas porque una vez lo estuvimos?

Sea como sea, una vez ya nos mira con sus ojillos y tiene nuestros apellidos, nos enfrentamos a su cuidado ¿por qué se llama permiso de maternidad y paternidad si lo pueden disfrutar dos padres o dos madres? ¿Quién puede disfrutar del primero en caso de que ninguna de las dos se haya embarazado? ¿Si mi mujer no trabaja y yo sí, aunque ella sea la gestante, puedo solicitar yo la baja de maternidad? Lee el resto de la entrada »

Y colorín, colorado, nuestra historia ha comenzado

Por Carmen López (@lacarmenlolo)

3 weeks + 6 days
Fotografía de Betherann

 

“Hace mucho, mucho tiempo, mamá tuvo un sueño. En él tenía un bebé que se llamaba como tú. Sin duda, mamá quería tener ese bebé.

Pero pasaron muchos, muchos años hasta que mamá lo tuvo todo preparado. Cerró los ojos y pidió un deseo, y aunque esta fórmula siempre funciona, hay veces que todo no es tan sencillo. Así que cerró muy fuerte los ojos y deseó, más fuerte todavía, que estuvieras aquí. Pero no llegabas.

Mamá pensó y pensó para ver si descubría que podría estar ocurriendo. Y vislumbró tres posibles problemas. Primero, no tenía príncipe azul, ni verde, ni naranja. – ¡Vaya!

Segundo, tenía una “princesa”, pero las dos solas no lograban conseguir que empezaras a crecer. – ¡Qué difícil!

Tercero, hay veces que cierras los ojos, deseas algo con todas tus fuerzas, pero no llega. Entonces te duele la barriga, se te pone un nudo en la garganta y te dan ganas de llorar. -¡Qué triste!

Pero mamá no quería esperar más, estaba impaciente por conocerte. Ella sabía que tú estabas deseando pasear por el parque, tirarte por el tobogán, entrar en un museo. Vamos, que querías convertirte de una vez por todas en un niño.

Mamá se puso a investigar. Y buscó y buscó hasta que llegó a un hospital donde ayudaban a las mamás a tener bebés. Se llamaba el hospital de las cosas extraordinarias. Allí había unos médicos y unas médicas muy sabias y les contó su plan.

Le explicaron que necesitaban encontrar una semilla mágica. Después de mucho observar y estudiar, estudiar y observar encontraron la semilla que les pareció más mágica de todas. El médico la depositó dentro de mamá y a las pocas semanas su tripa empezó a crecer y a crecer. ¡Ahí dentro estabas tú!

Cuando ya habías crecido mucho y parecía que mamá iba a estallar, volvió al hospital. A las pocas horas, ¡Zás! ¡Kataplás!, ¡ya estabas aquí!

La médica le preguntó: “Mira este bebé, ¿sabes quién es?”. “Claro”, contestó mamá: “¡El bebé más bonito del mundo!”

Vinieron todos a verte. Unos lloraron de emoción. Otros reían. Y mamá daba saltos de alegría por todo el hospital.

Y colorín, colorado, nuestra historia ha comenzado”.

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Las parejas del mismo sexo podrán tener hijos biológicos, ¿¿fiesta??

Por Nayra Marrero, @nayramar

Mi padre me dijo mil veces que si venía un señor diciendo que se habían equivocado de niña en el hospital le daba igual, yo era su hija y lo sería siempre. Y con ese amor asegurado, independiente a la sangre y a la biología, crecí sabiendo que lo importante en una familia era el sentimiento de familia.

Mi madre y yo pasando frío
Mi madre y yo pasando frío

Reconocerme en su sonrisa, en cómo disfruta de un helado o en cómo se enfrenta  a un problema, así me gustaría verme en mis hijos, como me reconozco en mi madre en el gusto por comer el aguacate con sal a cucharadas, el gesto con el que muestro desaprobación, o el placer de hacer sentir bien a quienes tengo a mi alrededor.

Físicamente me parezco a ella, sobre todo en fotos de joven: altas, delgadas, con la  forma de la cara similar… Lo de dentro es de mi padre: la boca, la naricilla, el color de piel…  Seguramente nadie negaría que soy hija de quien soy.

Sin embargo las similitudes y diferencias físicas también se construyen. Mis padres, tras treinta años juntos se parecen. Mi madre y su madrasta se parecen, y cada vez más. Los gestos nos construyen, como lo hacen nuestras actitudes o nuestra forma de vivir, y esto es todo aprendido.

Por eso me sorprende que haya parejas de mujeres que gastan dinero, esfuerzo y salud en someterse al método ROPA  si la razón es que ambas quieren estar implicadas en el embarazo (una gesta el óvulo fecundado de la otra).  También me sorprende que haya abuelos que quieran más a sus nietos si estos los ha parido su hija que si los parió su nuera. Y no entiendo que haya gente que hable de “verdaderos padres” para diferenciarlos de los adoptantes.

Tampoco entiendo bien el revuelo que se ha montado por la noticia de una investigación científica abre la puerta a que las parejas del mismo sexo  tengan hijos biológicos propios de las dos partes (ellas embarazándose, ellos, si no tienen útero, contratando los servicios de una mujer gestante en el extranjero).

Cuando digo que la diversidad es una riqueza lo digo por lo que cuestiona, por lo que ayuda a revolucionar conceptos, a que mejoremos como sociedad. Pero a veces me parece que el esfuerzo que hace la sociedad por encajar la diversidad y asimilarla, amilanarla, con la ayuda inestimable de esos y esas que son distintos pero quieren ser cuanto más normales mejor, es un contrasentido.

La diversidad es riqueza porque nos ayuda a ver más allá, a romper con nuestros clichés, con nuestros prejuicios, y plantearnos las cosas con capacidad para ver horizontes mucho más lejanos.

Un avance científico es siempre una buena noticia, pero reflexionemos sobre el para qué. En España el método ROPA fue noticia cuando una pareja lo pidió por los problemas que tenían los óvulos de la que habían acordado que se encargara del embarazo; o usaban los óvulos de la pareja o tenían que comprarlo de una donante anónima, lo que resultaba innecesario.

Si pronto se puede convertir la piel en células de las que conseguir espermatozoides que fecunden un óvulo, las parejas de mujeres no necesitarán comprar semen ajeno pero si el proceso es largo, costoso o doloroso de alguna manera, perdonen pero no creo que merezca la pena. No es una cuestión de falta de ética, ni me parece inmoral ni pecaminoso, simplemente me pregunto ¿qué cambaría que el bebé pueda tener los ojos de una y los rizos de la otra? Y si cambiase algo, ¿es como para hacer una fiesta?

 

Maternidad y gestación no son lo mismo

Alexander Schuster, nuestro colaborador experto en asuntos legales LGBTI de movilidad familiar, se atreve a abrir con esta entrada un debate que sabemos delicado y polémico. Por eso desde ya os adelantamos que este no será el único post sobre gestación subrogada (también conocida como vientre de alquiler) en nuestro blog ni por su parte  ni por la de otros y otras que nos compartirán sus miradas y reflexiones. Mientras van llegando aquí os dejamos con esta más que interesante aportación.

Un óvulo está siendo inyectado para una demostración en un laboratorio.
Fotografía de EFE

 

Durante mucho tiempo se dio por sentado -incluso dentro de la propia comunidad LGBT- que el hecho de ser gay o de ser lesbiana no incluía la idea de convertirse en padre o en madre. Nadie cuestionaba este rechazo. Sin embargo desde hace algún tiempo la conciencia de tener hijos forma parte del deseo de una persona de una vida plena y esta manera de ver la paternidad y la maternidad ha hecho que esta reivindicación de formar una familia también haya llegado a formar parte del derecho a la igualdad y dignidad de un gay o para una lesbiana. Así, de esta manera, se daba inicio a una nueva era en la lucha por la igualdad real.

Al principio fue fácil por el acceso que las mujeres lesbianas podían tener a la inseminación artificial en los países liberales pero más tarde resultó que también dos hombres podían plantearse querer ser padres, algo que fue posible gracias a una muy polémica técnica de reproducción asistida que para ser definida se utilizan muy diferentes expresiones. La más conocida es la de ‘maternidad por sustitución o por subrogación’ pero hay otras expresiones, algunas de ellas con toques despectivos y otras más ajustadas a la técnica en sí.

El término ‘vientre de alquiler’ transmite la idea de mercado y de la utilización de las partes del cuerpo humano como mercancías en ese mercado. Sin embargo, nunca se hace referencia a la donación de sangre con expresiones o actitudes similares y. por ejemplo, nadie escucha expresiones tales como «alquiler o venta de riñón». La donación de órganos o de tejidos humanos se entiende socialmente como actos puros de la solidaridad humana a pesar de que en algunos casos representan pérdidas permanentes para el donante. No hay necesidad de hablar de un vientre de alquiler, todos percibimos el juicio negativo que esta expresión conlleva.

También la expresión de ‘maternidad subrogada’ es imprecisa. No hay duda de que la maternidad se asocia en general, y tradicionalmente, con el embarazo pero no debe confundirse lo uno con lo otro. El embarazo, en sentido estricto, es un fenómeno puramente biológico y la maternidad o la paternidad son algo mucho más amplio tal y como se demuestra en el caso de la adopción.

Cuando una mujer está dispuesta a llevar a cabo un embarazo en interés de otra pareja, cualquiera que sea la orientación sexual de esta, no está mostrando su deseo de ser madre sino que está queriendo apoyar, a través de sus capacidades biológicas, el deseo de ser padres de una pareja que no puede serlo por un tema de esterilidad o imposibilidad. Su contribución no es el afecto, no es un deseo de ser madre, no es una función de padres; simplificando, se podría decir que en ese acto, de maternidad hay poco.

Hay algunas evidencias de que las mujeres gestantes involucradas en este tipo procesos no tienen la sensación de estar jugando un papel de madres, más bien se limitan a adoptar el papel de ‘madre sustituta o subrogada’. Aunque todavía faltan evidencias científicas sólidas de cómo se perciben a sí mismas, algo que no será ninguna sorpresa.

Los contratos legales que regulan los acuerdos de subrogación entre las partes implicadas utilizan el término ‘portadora’ (carrier, en inglés) y sólo es la pareja que pone en marcha el proceso la que recibe la denominación de «padres (intencionales)». La portadora es una persona que, en el deseo de ayudar a otras personas, proporciona un soporte biológico al proceso, nada más. Es por esto que las expresiones «gestación subrogada», «subrogación gestacional» o «gestación por sustitución» son definitivamente preferibles a otras expresiones ya que se centran en el hecho biológico del que es objeto el acuerdo. Estos términos son neutrales y no implican un juicio negativo. Distinguen la gestación del papel de los padres y están en línea con la evolución más reciente del derecho de familia. La filiación ya no es un sinónimo de la genética sino que se ha convertido en un sinónimo de amor, de amor puro.

Las lenguas latinas parecen estar en estos casos en una posición mucho mejor que ‘el alemán’ o ‘el inglés’. La lengua alemana utiliza la expresión Leihmutterschaft, es decir ‘maternidad por sustitución’ mientras que el inglés se refiere a ella como surrogacy or surrogate motherhood (‘maternidad por alquiler’) aunque cada vez más se ve la expresión gestational surrogacy (‘subrogación gestacional’). Particularmente yo prefiero la expresión francesa gestation pour autrui que transmite la idea de un acto realizado para ayudar a otros, expresión que sigue siendo muy neutral y que  ayuda a concentrarse en lo que realmente significa ser madre.

En una próxima entrada les daré a conocer algunos Juicios recientes que reconocen legalmente la gestación subrogada realizadas en el extranjero. En este tema hay cuestiones éticas que deben ser abordadas pero también hay muchos estereotipos que deben ser desmontados. La ley es lenta pero se mueve constantemente hacia adelante. Pronto veremos hacia donde se dirige en Europa.