Sobran los motivos para escribir esta entrada. Desde aquí mandamos un abrazo muy fuerte a los seres queridos de Pedro Zerolo, aquellas y aquellos que hoy sienten su pérdida y compartieron la ganacia que ha sido su presencia. Desde el blog, nos unimos en tristeza y homenaje a este hombre histórico.
Entrada escrita por Nayra Marrero (@nayramar)
Dice Boti que Pedro Zerolo le enseñó a tratar a cada persona como si fuera única, con una palabra de cariño, con una sonrisa. Con el respeto inmenso que tenía Pedro por las personas. Cuando yo aún era estudiante de Periodismo me mandaron en clase a entrevistar a una persona conocida y yo quise conocerlo a él, un activista que se presentaba entonces a concejal del Ayuntamiento de Madrid, un canario admirable al que yo quería entrevistar. Para lograrlo le mentí, dije que era de una revista universitaria, y entonces me concertaron una entrevista en su despacho en la calle Pintor Rosales.
En la guagua, nerviosa, llamé a mi tía Sylvia, lesbiana, activista también ella, por si lo conocía, para que me confirmara por favor que era una persona afable, para que me tranquilizara. Ella se rio de mí, y mucho, y me dijo que respirara, que Pedro era capaz de hacerme sentir en casa.
Y sí, Pedro me acogió con una sonrisa, con toda la paciencia del mundo (se me acabó la pila de la grabadora y tuve que volver otro día). Me acogió con su fuerza pedagógica, su ilusión contagiante y su afán por una sociedad del arcoíris que reconociera la diversidad y nos permitiera ser felices con todas nuestras diferencias pero en igualdad. Aquel día me enamoré de Pedro, de sus palabras, de sus sueños y de sus maneras.
Su capacidad de conquistar corazones para que estos se sintieran libres para amar, para entenderse, es sin duda una de sus marcas personales, una forma de activismo equilibrada, incluyente y cercana que ha ido contagiando a personas y colectivos de aquí y de allá, de su querida América Latina.
Después de ese he tenido muchos encuentros con Pedro y he sido testigo mil veces de su forma de construir, de convencer y de mejorar las cosas en esta tierra que no volverán a pisar sus pies.
Quienes creemos en la igualdad debemos mucho a Pedro Zerolo, una deuda que tenemos que pagar con nuestra visibilidad, con nuestra lucha y con nuestra fuerza para alcanzar ese sueño compartido por una sociedad del arcoíris que nos permita, sobre todo, ser felices.
Seamos felices, también por Pedro Zerolo.