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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘toros’

Polémica por la creación de una cátedra de tauromaquia en Salamanca

Decía Miguel de Unamuno, allá por 1915:

“Nunca he resistido una corrida pero resisto menos aún una conversación sobre toros».

Pobre don Miguel. ¿Resistiría la Cátedra de Estudios Interdisciplinares en Tauromaquia que han puesto en marcha en la Universidad de Salamanca, en su Universidad, la Fundación General de la Universidad y la Junta de Castilla y León? ¿Qué pensaría de los 75.000 euros que consumirá esta veleidad en tres años?

¿Estará de acuerdo con que, como dice el consejero de la Junta, en la universidad, como «casa de la palabra», es lugar para que «se estudie todo«, desde «cosas eruditas» hasta otras más «comunes»? Lee el resto de la entrada »

Este fin de semana, cómete Las Ventas antes de que cierre

Qué mejor cambio de uso que transformar las plazas de toros en selectos mercados de proximidad. De ir a la plaza a ver sufrir animales a ir a la plaza a comprar cosas ricas y a sufrir tan sólo pensando en las calorías. La plaza siempre fue eso. Ir la plaza, al mercado.

En la madrileña plaza de toros de Las Ventas se siguen matando astados, aunque este verano echa el cierre para espectáculos no taurinos hasta nuevo aviso, pues como le ocurre a la mayoría de los cosos, cada vez son menos rentables y se están abriendo a espectáculos menos cruentos y más civilizados en los que hay que mejorar las medidas de seguridad.

Cómete Las Ventas es el gran mercado de productores locales organizado por la Comunidad de Madrid que por segundo año consecutivo ocupará este famoso espacio taurino durante los días 23 y 24 de junio. Una de las últimas oportunidades para pisar su albero antes del cierre. En la anterior convocatoria lo visitaron cerca de 36.000 personas. Lee el resto de la entrada »

Las dos Españas también se conocen por sus fiestas con animales

Herrerillo y carbonero en un comedero artesanal

Herrerillo y carbonero en un comedero artesanal. Foto © Chris Gomersall / RSPB

Mi compañera y bloguera Melisa Tuya nos dejaba ayer boquiabiertos a todos con su último post:

El ayuntamiento de Casarrubios del Monte, un pueblo de Toledo con algo más de 5.000 habitantes, organiza como espectáculo estrella de las fiestas llenar de matojos y conejos la plaza de toros y soltar luego perros «conejeros» para que los cacen. No se me ocurre una estupidez mayor. Se supone el coso repleto de vecinos, aplaudiendo cómo los canes persiguen como locos a los lagomorfos. Muy parecido a las carreras de galgos que también organizan, sólo que aquí en lugar de liebre mecánica hay aterrorizados conejos buscando inútilmente refugio bajo aulagas de quita y pon.

Tampoco es para tanto, explicará al juez el alcalde, el socialista Jesús Mayoral. Sí, al juez, porque tanto al edil como a los dos concejales de festejos les ha caído una contundente denuncia por maltrato animal. No sólo por ser el acto contrario a la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, sino porque también vulnera la normativa regional de Protección de Animales y de Espectáculos Públicos.

¡Serán brutos! No tan bestias como los salvajes de Tordesillas y otros amigos de torturar morlacos, para quienes si no hay sangre en las fiestas no hay diversión, pero burros y/o paletos a fin de cuentas.

Es normal que se hagan estas cosas en pueblos pequeños, justificará más de uno. Con algo se tienen que entretener cuando no hay presupuesto para otras cosas, replicará el de al lado. Pues no. Lo siento pero no.

Frente a esa España torturadora y cateta hay una España moderna y sensible. Por ejemplo la del pueblo madrileño de Venturada, apenas 2.000 habitantes pero mira qué diferencia:

Este sábado 24 de septiembre celebran la #FeriaSierraNorte y lo hacen por todo lo alto en inteligencia. Con presentación, degustación y venta de alimentos de proximidad y artesanos, productos ecológicos de huerta, lácteos procedentes de ganadería local, miel y vinos de la zona. Además coincidirá con la presencia allí del mercado itinerante “La Despensa de Madrid”. Habrá típico desayuno serrano de migas con chorizo y para comer, igualmente gratis, patatas con costillas. También alimentarán el espíritu. El plato fuerte vendrá de la mano de Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico de Madrid, quien presentará el Parque Arqueológico El Valle de los Neandertales. Tampoco faltará la música, la danza y el teatro. E incluso pateos por el campo y hasta una quedada ciclista.

Pero no se vayan de este maravilloso pueblo porque aún hay más: exhibiciones de oficios antiguos y talleres de apicultura, de comederos para aves, de jabones a partir de los derivados de la fabricación de biodiesel e incluso un taller de huellas de animales. ¿No es todo increíblemente atractivo?

Decía el genial Antonio Machado:

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

No sé a ti, pero a mí me hiela el corazón la España de Casarrubios del Monte y me lo inflama de alegría la España de Venturada.

Gracias a Melisa por darme la idea de este post y a Carmen Jiménez por promover con tanta ilusión la Feria de la Sierra Norte.

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¿Es tortura animal las capeas y vaquillas de los pueblos?

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Mucha gente pasa de toros y toreros, pero la fiesta de las vaquillas de su pueblo, esas que no se las toquen. Ahí es donde se lo pasan bomba corriendo por delante (o por detrás) del ternero. Yo también lo hice, lo reconozco, cuando tenía 15 años. Fue una vez, una única vez, en Medina del Campo (Valladolid). Siempre me avergonzaré por ello. El primer día la vaquilla salió del corral de mi bisabuelo como una bala y nos volteó a todos con violencia. Al segundo día el pobre animal se quedaba paralizado en el fondo del chiquero aterrorizado ante los bestias que le esperábamos fuera. Nunca supe qué se hizo después con el pobre animal, pero me lo puedo imaginar: filetes.

En tauromaquia, y según definición de la Wikipedia, una capea es un festejo en el que participan aficionados que torean a vaquillas y novillos sin matarlos. Y no siempre se hizo. Este espectáculo estuvo prohibido en España durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, gran amigo de los toros, o precisamente por eso.

¿Sufren las vaquillas con este tipo de capeas y tentaderos populares? Desde entonces lo tengo muy claro. Las vaquillas sufren muchísimo. Física y psicológicamente. Lee el resto de la entrada »

Una campaña antitaurina pide a los turistas no ir a los Sanfermines

Protesta frente a la plaza Consistorial de Pamplona contra las corridas de toros y los encierros

Protesta frente a la plaza Consistorial de Pamplona contra las corridas de toros y los encierros.

Las principales organizaciones de protección animal de todo el mundo se han unido para crear conciencia sobre la crueldad de los eventos taurinos de las fiestas de San Fermín en Pamplona. Les parece terrible y piden a los turistas que no apoyen con su presencia ni encierros ni corridas de toros.

Ayer mismo, cerca de cien activistas se han manifestado frente a la plaza Consistorial semidesnudos, con cuernos y bañándose en sangre artificial, para protestar contra el «maltrato animal», con el lema ‘Pamplona se baña de sangre’. Lee el resto de la entrada »

Las avispas asesinas, lo más preocupante de 2015

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El año 2015 mantiene a La Crónica Verde como uno de los blogs medioambientales con mayor impacto de toda la blogosfera mundial en lengua castellana.

Terminamos el mes de diciembre superando este año los 1.263.200 usuarios únicos; más de un millón de amigos y amigas interesados por el medio ambiente. Y con un centenar largo de nuevos artículo publicados.

¿Sabes cuáles han sido los más temas que más nos han preocupado a lo largo de estos 365 días? A continuación te dejo el ranking comentado de 2015. Lee el resto de la entrada »

Los toros quieren entrar en la escuela

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La Plataforma La Tortura No Es Cultura (LTNEC) ha denunciado que entre las conclusiones del I Congreso Internacional de Tauromaquia celebrado la pasada semana en Albacete se plantee llevar la tauromaquia a la escuela. Según el plantel de supuestos expertos reunidos con dinero público (tuyo y mío) en ese foro, los toros es un arte «que tiene mucho que enseñar» y serviría para plantar cara «al gran problema del relevo generacional» que existe en la afición al toreo. Un argumento, por cierto, idéntico al esgrimido por los cazadores.

Los taurinos, más que nadie, deberían saber que este tipo de propuestas son absolutamente descabelladas. Adjetivo procedente de descabellar. Según la RAE: «Matar instantáneamente al toro, hiriéndolo en la cerviz con la punta de la espada o con la puntilla». Pues sólo quien mata así, a sangre fría y para satisfacción del respetable, es capaz de idear tamaño despropósito, educar en el gusto por la tortura animal.

Porque además, y como recuerdan los antitaurinos, la propuesta contraviene la recomendación  del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas que, en sus revisiones sobre la situación de la infancia de Portugal (2014) y Colombia (2015), ha instado a los gobiernos a “proteger a la infancia de la violencia física y psíquica de la tauromaquia”. Sin embargo, en España siguen muriendo niños en eventos taurinos y se siguen subvencionando las escuelas de tauromaquia con fondos públicos.

De la misma manera, es igualmente “descabellado” que nuestro Gobierno nacional plantee que la UNESCO declare  la tauromaquia “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, objetivo último de este congreso internacional. Trágicamente, el mismo gobierno que se está cargando la cultura en este país aplicándole unos impuestos abusivos, es el que quiere promocionar como cultura algo arcaico y tan dudosamente cultural como los espectáculos de leones y cristianos del circo romano, por suerte cada vez con menos apoyo popular.

Ideas descabelladas, con vuelta al ruedo de los siete enanitos toreros y peón de brega cargando con la suerte de tantos maestros venidos a menos.

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Regalan pelotas gigantes para poder correr encierros sin toros

Matalpino

© Matalpino

Matalpino, una pequeña localidad madrileña del Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama, se ha hecho famosa por organizar desde hace 5 años unos divertidos encierros sin toros. En lugar de enfrentarse a los astados, durante las fiestas de San Bartolomé los mozos y mozas huyen de gigantescas pelotas de 120 kilos de peso que bajan rodando por la calle. Son los «boloencierros«, una iniciativa ética que está causando furor incluso entre los antitaurinos.

La fama de esta singular carrera ha llegado hasta Londres, sede central en Europa de PETA, el mayor grupo activista por los derechos de los animales en el mundo. Y ha gustado mucho. Tanto que sus responsables se han ofrecido a pagar a otras ciudades españolas o portuguesas las pelotas gigantes pintadas que se asemejan a toros, a cambio de que abandonen los encierros taurinos.

«El divertido y familiar ‘Boloencierro’ de Mataelpino ha encajado perfectamente en un mundo que se opone más que nunca a las corridas de toros», asegura a través de un comunicado de prensa Mimi Bekhechi, directora de PETA.

«El lema de PETA dice que los animales no son nuestros para utilizarlos para el entretenimiento, ¡pero las pelotas gigantes y los seres humanos que voluntariamente huyen de ellas son un juego justo!», afirma Bekhechi.

Según PETA, un residente de Mataelpino explicó en una entrevista a un periodista que el encierro de los toros «fue la tradición, pero era una tradición que moría. Las personas ya no quieren ver animales asustados corriendo por sus vidas».

Aunque este encierro también tiene sus peligros. Sobre todo cuando algún osado, o algún despistado, trata de parar esas pesadas bolas que bajan a toda velocidad. Todos los años hay algún herido. Pero toros ninguno.

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¿Unos Sanfermines sin encierros… ni toros?

Corredores

Manifestación antitaurina en Pamplona. © PETA

Durante estas fiestas de San Fermín sufrirán y morirán cruelmente 48 toros bravos. ¿Muchos, pocos? Siempre serán demasiados.

La justificación a este matadero se apoya en la tradición. Toda la vida se han corrido los Sanfermines, dirán los pamplonicas. Pero no es verdad. En esta fiesta la tradición salió corriendo a partir de 1926, espoleada por la fama de una novela, Fiesta, que igualmente hizo famoso a su autor, Ernest Hemingway. Hasta entonces era una sencilla festividad local de origen ganadero. Hoy atrae a casi un millón de personas.

Lo cierto es que ni San Fermín es el patrón de Pamplona, como piensan muchos (el patrón oficial y olvidado es San Saturnino), ni su fiesta es el 7 de julio, sino el 25 de septiembre. Pero da lo mismo. También que estemos en pleno siglo XXI, una época donde los derechos de los animales forman parte de las exigencias morales de toda sociedad moderna. Salvo los toros en España.

La fiesta no debe estar unida nunca a la crueldad. En San Fermín diviértete, por supuesto, pero no corras los encierros. Si tú corres, los toros mueren. Te conviertes en un corredor de la muerte.

Un año más, pañuelos negros han pedido fiestas de San Fermín libres de sufrimiento animal. El mío, virtual pero sincero, es uno de ellos.

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¿Son capaces de sentir los árboles?

Ferdinand_Hodler_-_O_Lenhador,_1910

Son muchos quienes critican a las personas más sensibles con la naturaleza acusándonos de sensibleros, de ñoños, de tratar a los animales como si fueran personas, simplificando como un exceso de empatía nuestras posiciones vegetarianas, en contra de la caza o de las corridas de toros. Y concluyen quejándose: ¡Cuánto daño ha hecho Walt Disney!

Aunque sólo sea como historiador, me gustaría dejar claro que este sentimiento de amor por la naturaleza, supuestamente reciente y hasta progre, viene de lejos. Muy anterior al estreno de Bambi en 1942 e incluso a la publicación de la novela en que se basaba,  Bambi, una vida en el bosque escrita por Felix Salten y publicada en 1923. Y no sólo con animales. También con los vegetales.

Estos días ha caído en mis manos el libro Árboles, del periodista grancanario Francisco González Díez (1866-1945). Uno de los artículos se titula: ¿Sienten los árboles? Reproduzco aquí algunos hermosos extractos:

¿Será o no cierto que los árboles sienten y sufren, que hay en estos un principio oscuro de personalidad?

(…)

Los árboles para mí, soñador sempiterno, viven… Viven y padecen.

(…)

¿Por qué no han de llorar y plañir también los árboles? Cuando el invierno los desnuda envejeciéndolos, el frío los estremece; cuando la primavera los viste remozándolos, el júbilo los transporta. Cuando el salvajismo criminal del hombre los hiere y los derriba, se quejan.

No es el suyo un lirismo decimonónico. Conocido como «el apóstol del árbol«, Francisco González Díaz dedicó toda su vida a promover la plantación masiva de árboles en una España por entonces terriblemente deforestada, pero también de una cultura del árbol que reconociera la importancia de estos seres para nuestras vidas y haciendas. Sus escritos, un siglo después, siguen desgraciadamente de actualidad, como éste último que cualquiera de nosotros firmaría:

“Todos tenemos algo que plantar en esta tierra profanada por las luchas del odio; todos tenemos nuestro árbol que plantar y nuestros votos, nuestros cuidados, nuestros afanes paternales, nuestros deberes tutelares para ese árbol. Representantes del pueblo, plantad el árbol de la libertad, de la probidad y de la equidad, procurando que sus raíces ahonden hasta la última capa del alma popular, inmensamente fecundas; jueces y magistrados, afirmad el árbol de la justicia y esforzaos porque sus ramas abriguen por igual a los grandes y a los pequeños, a los ricos y a los pobres, a los fuertes y a los débiles; maestros y preceptores, plantad el árbol de la instrucción y acercad su fruto a los que están hambrientos y sedientos del pan y del licor de la vida; sacerdotes, fieles, hombres, plantad el árbol de la caridad que desarma el rayo de la cólera y florece con las flores del amor; ciudadanos, plantad el árbol del civismo que ennoblece y levanta los pueblos, que encumbra la santidad de la patria sobre todas las santidades de la tierra”.

Fragmento del discurso pronunciado con motivo de la Fiesta del Árbol, celebrada el 27-11-1910 en Las Palmas de Gran Canaria.
En El Apóstol, nº 1, 10-12-1910 [Recopilado en la revista Rincones del Atlántico]

Imagen: El leñador. Ferdinand Hodler, 1910. Wikimedia Commons.

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