La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Baños de bosque y brujas comiendo madroños

No hay duda. Los mejores paseos del año son ahora, en otoño. Y los mejores sitios para disfrutarlos son los espacios forestales, fabulosos para darte en ellos relajantes baños de bosque.

Yo lo acabo de hacer en un lugar increíble: la garganta de Gorropu, en la isla de Cerdeña. Uno de los barrancos más profundos de Europa; un abismo de rocas abierto a golpe de paciencia por el humilde río Flumineddu en medio del macizo montañoso del Supramonte.

El sendero para llegar allí es largo y tortuoso. Más de 6 kilómetros que empiezan a 1.066 metros de altitud y terminan a 400 metros después de recorrer un bosque fabuloso cuajado de encinas y madroños. Cansado, no lo discuto. Pero vaya si merece la pena. Sobre todo cuando puedes ponerte morado comiendo deliciosos frutos de madroño por el camino.

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Un grave envenenamiento pone en peligro la recuperación del único buitre de Canarias

Butihondo, único guirre que logró recuperarse del envenamiento masivo, es atendido por los veterinarios del Oasis Wildlife.

En principio, el Cabildo de Fuerteventura informó el pasado 27 de abril de la localización de dos ejemplares de guirre (alimoche canario, Neophron percnopterus majorensis) muertos por envenenamiento y otro en estado crítico en la zona de Cofete, en el Parque Natural de Jandía. Gracias a un estupendo trabajo periodístico de Antonio Cabrera en el periódico La Provincia, ahora sabemos que el desastre fue mucho mayor y había sido ocultado por la administración insular.

En realidad han muerto envenenados seis guirres junto con un número no determinado de cuervos canarios (Corvus corax canariensis), gaviotas patiamarillas atlánticas (Larus michahellis atlantis) e incluso varios gatos.

Es el envenenamiento de fauna salvaje más grave del que se tiene registro en Canarias. Lee el resto de la entrada »

Descubren una nueva especie gomera de la que queda un único ejemplar en el mundo

Único ejemplar en el mundo de ‘Lotus gomerythus’. Foto: Ana Portero

La botánica es la hermana pobre de la biología, pero también una de la que da mayores alegrías (y tristezas) a sus científicos. Cuanto más estudian a las plantas más asombrosos descubrimientos encuentran. Aunque la mayoría de las veces es para evidenciar el grave peligro de extinción que se cierne sobre ellas. Canarias es uno de esos lugares muy especiales para la botánica.

El último mohicano con el pico rojo

Ésta es la historia de una hermosísima especie de espectaculares flores rojas encontrada en lo alto de un inaccesible roque en la isla canaria de La Gomera de la que solo existe un único ejemplar en el mundo. Como lo oyes. Es el último mohicano vegetal. Si se seca o se lo come una cabra no hay recambio, habrá desaparecido del planeta.

Conozco bien la historia de esta nueva especie. Mis admirados Ana María Portero y Javier Martín-Carvajal, una pareja de escaladores tinerfeños tan valientes como sabios, la descubrieron atónitos al llegar un día a lo alto de un inaccesible roque sálico gomero después de una complicada ascensión. Lee el resto de la entrada »

Botánicos salvan la vida al cabrito que se come sus especies más amenazadas

Pobre cabrito. Atrapado en el cercado, qué otra cosa podíamos hacer que salvarle la vida.

Al final se les coge manía. Ellas no tienen la culpa claro está, pero eso de que miles de cabras anden triscando sin la supervisión de sus dueños por los riscos de Fuerteventura comiéndose los últimos ejemplares de valiosas especies endémicas únicas en el mundo cuesta aceptarlo cuando eres botánico, naturalista o, sencillamente, un amante de las plantas.

Sin embargo, cuando te las encuentras desvalidas, indefensas ¿qué vas a hacer con ellas?

Esta es una historia real. La de cómo la Administración malgasta dinero en idear unos artefactos inútiles para tratar de cumplir mínimamente su obligación de preservar la biodiversidad en los espacios naturales protegidos y, en lugar de microrreservas botánicas, construye trampas que acaban tanto con la víctima como con el verdugo. Lee el resto de la entrada »

Flores en la tumba del misterioso gigante de Fuerteventura

Una nueva excursión científica del trío inquieto [el doctor en Botánica Stephan Scholz, el doctor en Ciencias Biológicas Juan Miguel Torres y yo mismo como doctor en Historia] nos ha llevado esta vez a las alturas del Monumento Natural de Montaña Cardón, en la isla de Fuerteventura.

Allí arriba, a 690 metros, en lo alto de un afilado espigón volcánico donde se refugian flores de algunas de las plantas más amenazadas del planeta, descansa un misterioso personaje, un héroe desconocido, un viejo mito legendario: el Gigante Mahán. Tan famoso que hasta lo glosó y quiso descubrir personalmente el genial Unamuno.

Los historiadores consideran a Mahán un ser real e incluso establecen con exactitud la fecha de su defunción: 13 de octubre de 1402. Moriría luchando contra los recién llegados conquistadores normandos, entre cuyas filas participaron como mercenarios aborígenes hermanos de la isla vecina de Lanzarote.

La orden dada por Jean de Béthencourt era apresarlo vivo pero, dada su ferocidad y gran tamaño, los soldados prefirieron matarlo. Muerto el héroe, el altahay canario, conquistadas estas descarnadas alturas que se habían convertido en el último refugio de la resistencia local, Fuerteventura pasó a pertenecer al reino de Castilla. Lee el resto de la entrada »

Rescate desesperado de los últimos restos de bosque fósil de Canarias

Stephan Scholz trata de obtener un esqueje del diminuto acebuche canario que subsiste en Montaña del Taro.

Hace 2.000 años, las hoy peladas montañas de Fuerteventura (Islas Canarias) estaban cubiertas por un singular bosque no muy alto pero sin duda frondoso y de aspecto mediterráneo. En las cumbres más elevadas, por encima de los 700 metros, se desarrollaba otro bosque muy diferente semejante a las selvas de niebla que hoy todavía subsisten en islas como Tenerife, La Palma o La Gomera. De todos ellos no ha quedado nada.

¿No ha quedado nada? Sorpresa. Cual diseminada aldea gala de Astérix, un reducido grupo de irreductibles árboles resiste todavía y siempre al invasor. En este caso se enfrentan en desigual lucha a dos terribles invasores: el ser humano y las cabras. Lee el resto de la entrada »

Las cabras felices de Juan Pérez y su perro Arrogante

Con el amanecer de cada mañana Juan Pérez salta de la cama, desayuna un buen tazón de leche con gofio y saca a pastar sus 20 cabritas felices. En realidad 25 si contamos los pequeños baifos, palabra de origen aborigen con la que se nombra en la isla canaria de Fuerteventura a los cabritos o chivos lechales. No olvida la lata, una larga pértiga de fibrosa madera con punta de hierro a modo de cayado con la que lo mismo se apoya en ella que da unos saltos increíbles por entre la lava. El salto del pastor lo llaman. Tampoco se olvida cubrirse la cabeza con su raído cachucho de lana, típico sombrero con al menos el medio siglo de vida de su propietario al que Juan es tan fiel como a su flamante bigote setentero.

Le acompaña su fiel perro Arrogante, un bardino majorero de cinco años con pelo grisáceo tirando a verde y las rayas atigradas propias de los de su raza. Otra peculiaridad de esta isla. El bardino o perro majorero es una de las cinco razas caninas autóctonas de Canarias. Tradicionalmente se usó como perro ganadero y guardián, por eso ahora está tan amenazada como la misma profesión de pastor. Por el abandono del campo pero también por su mala fama. Se les acusa de ser celosos, desconfiados y traicioneros; de no avisar, acercarse cautelosos y soltarte una fuerte dentellada con sus poderosas mandíbulas cuando menos te lo esperas.

No es el caso del animal de Juan, o al menos eso espero cuando me los cruzo en el campo, ellos vigilando el ganado y yo buscando con mis prismáticos esos machos de avutarda hubara encelados estos días en sus carreras vertiginosas de amor ciego. Lee el resto de la entrada »

Las cabras se comen los últimos bosques relictos de Fuerteventura

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Las cabras son seres extraordinarios. Capaces de sobrevivir en el desierto sin apenas agua ni alimento. Pero también capaces de comerse hasta el último matojo que allí pueda crecer. Es lo que ocurre en Fuerteventura, la isla donde vivo. Los herbívoros llegaron aquí hace unos 2.000 años. Por entonces las montañas estaban cubiertas de un bosque de acebuches, los olivos silvestres (Olea europaea ssp. guanchica), que en las zonas más altas eran sustituidos por laurisilva, la selva canaria de niebla. Dos milenios de hacha, fuego, diente y cambio climático han convertido el antiguo vergel en un reseco pedregal.

En un estudio que acabo de publicar en la revista Quercus junto a mi amigo Stephan Scholz, director del Jardín Botánico de Fuerteventura Oasis Park de La Lajita, advertimos de la actual tragedia ambiental que se cierne sobre este territorio. 10 especies endémicas de Fuerteventura, otras 13 exclusivas de las islas orientales y 4 más de distribución canaria están gravemente afectadas por el ramoneo y el pisoteo del ganado. La presión, cada vez mayor, sobre unas poblaciones, cada vez menores, las está llevando a extinciones masivas. Un ejemplo es el peralillo de las Canarias orientales (Gymnosporia cryptopetala), del que sólo sobreviven 13 ejemplares en el mundo. Todos refugiados en riscos a donde no llegan las cabras, pero incapaces de reproducirse. Como el palo blanco (Picconia excelsa). El «último mohicano«. Último ejemplar superviviente de los bosques húmedos majoreros. Cuando muera, la especie habrá desaparecido de la isla y con ella una riqueza genética irrecuperable, quizá remedio de alguna enfermedad.

No pedimos acabar con las cabras, postura indefendible en un lugar donde estos animales forman parte consustancial de la economía y la cultura isleña. Pero sí debería evitarse que vaguen sin control por las montañas, en estado de semilibertad, como ocurre ahora. Y consideramos fundamental la declaración urgente de una extensa red de microrreservas botánicas. Porque el pastoreo intensivo y la superpoblación caprina en un territorio con escasas precipitaciones supone una estrategia ambientalmente destructiva, responsable del avance del desierto, la erosión y la pérdida de biodiversidad.

Foto: Stephan Scholz. Dos cabras enriscadas en las montañas de Jandía (sur de Fuerteventura), uno de los lugares con más biodiversidad endémica del mundo por metro cuadrado.

En este vídeo podéis ver cómo es el manejo tradicional que se aún hace del ganado semisalvaje en Fuerteventura. Las apañadas, una técnica aborigen de gran interés etnográfico, pero que sin control es un desastre ambiental.

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Ponen puertas (y alambradas) a los pueblos abandonados

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Muchos “pueblos del silencio”, abandonados durante décadas, vuelven a tener vecinos. ¿Regreso al campo? Pues sí y no. El retorno no es el de la vida rural, comunal, participativa. La mayoría de ellos se han transformado en fincas ganaderas y cinegéticas. Modernas explotaciones gestionadas desde la distancia por empresarios que contratan al personal como harían en una fábrica, sólo que añadiendo al salario la obligación de vivir junto a los animales.

Un único detalle los distingue de otras granjas. Ocupan como suyas casas, plazas, iglesias, ermitas, fuentes, huertas, dehesas. Ya sea en propiedad, alquiler o usurpación directa, lo que durante siglos fue de todos los vecinos lo es ahora de una Sociedad Limitada, de una empresa. Hasta los caminos públicos, cerrados con altas vallas alambradas o protegidos por violentos perros guardianes, han pasado a integrarse en el latifundio.

Las Merindades, en el norte de Burgos, es un terrible ejemplo de esta tendencia al acaparamiento de lo público. En Huidobro, el pueblo de mi suegra, la bella iglesia románica se ha convertido en garaje. Y para visitar la arruinada casa familiar es necesario esquivar perros, toros y miradas de desconfianza.

Fuente Humorera, que en la Edad Media fuera “coto cerrado” del ahora arruinado monasterio de Rioseco, ha pasado a ser finca cerrada de un emprendedor madrileño que aúna la producción de queso ecológico de cabra con la explotación de la caza mayor. Propiedad privada. Prohibido el paso.

Dice mi amigo Elías que mejor esto que las ruinas. Que algunos como en San Quirce o Bujedo de Juarros han convertido las iglesias en salones de bodas familiares, pero al menos las han restaurado. Quizá tenga razón, aunque no me gusta. Poner puertas a los pueblos no es recuperarlos. Es matarlos y enterrarlos.

Foto: Candado que impide el paso por el antiguo camino público entre San Martín del Rojo y Fuente Humorera (del blog Fuente Humorera)

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