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Tus privilegios, mis opresiones

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

 

¿Quién teme a lo queer? – Ese sexo del que usted me habla

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

«Intersex colour» by * Cecilia Lee * is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Quisiera que, en el proceso, nunca perdiéramos de vista el hecho de

que nuestros debates sobre la biología del cuerpo siempre son debates

simultáneamente morales, éticos y políticos sobre la igualdad política

y social y las posibilidades de cambio.

Nada menos es lo que está en juego.

Anne Fausto-Sterling

El sexo, ese sexo del que usted me habla, existe. Claro que existe. De hecho, y por mucho que insista usted, nadie dice lo contrario. El sexo existe. El sexo es. Pero, ¿qué es el sexo? ¿Qué es eso de lo que usted me habla y que sin duda existe? Parece que hay una guerra abierta a propósito de la existencia del sexo, una existencia que (¡ay!) borra (borra, esta sí) todo lo que, por otro lado y según usted, no existe o existe menos. La existencia material de eso que llamamos sexo se superpone a todo lo demás y lo explica, es objeto visible, tangible y estadístico. Es sustancia que divide y organiza de manera binaria y estructurada a la población. El sexo existe por encima de todas las otras cosas que, bueno, al ser tan privadas, tan íntimas, tan pertenecientes a los ámbitos de la emoción (que es volátil y caprichosa), existen menos y, en suma, no merecen la atención de la reflexión teórica, de la consideración legal y ni siquiera de la estadística. Porque lo que existe, existe, y el resto son propiedades imaginarias, opiniones, preferencias y sentimientos privados (que deben seguir, por cierto, siendo privados). En resumen: existe el sexo, pero nosotres no. Un sexo deambula por ahí, existiendo independiente, ajeno a todo lo demás. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Nada que celebrar

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

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Conmemorar una fecha tiene un significado ritual. Desde lo privado, como un aniversario de boda, noviazgo, o un cumpleaños, hasta lo público, como las fiestas nacionales. Las conmemoraciones públicas (“nacionales”) son ritos sociales que configuran carácter, es decir, que imprimen (o instruyen, que nos diría Sontag) la memoria colectiva. Hoy leo con desidia el llamamiento oficial a la celebración del 12 de octubre. Una desidia provocada por comprender que los mismos que promulgan el olvido forzoso de nuestra historia reciente (porque “no hay que remover el pasado” o  “reabrir heridas”), son quienes se vanaglorian de la celebración de otras memorias y exigen su conmemoración. Conmemorar el 12 de octubre, ya sabemos, es perpetuar el relato de la hegemonía española y la colonización, aka la imposición genocida y violenta de los saberes/poderes ibérico-católicos contra poblaciones vulnerables a las armas destructivas que poseía España entonces. Conmemorar el 12 de octubre es insistir en el relato supremacista y perpetuar la lógica colonial que escribe a la fuerza nuestro yo social de hoy. “Esto es”, dice el comunicado oficial, “lo que nos convierte en una gran Nación.” Esto es, digo yo, la instrucción obligatoria a la que nos someten como ciudadanía. Pero, ¿qué es la nación sino la ficción, la memoria de su construcción política escrita a base de violencia y dolor? ¿Y qué resulta, al final, de toda esta conmemoración, y cómo lo traducimos en experiencia, en cuerpo, en soma, en yo ahí? Lee el resto de la entrada »