Archivo de junio, 2022

Históricas LTB: Marielle Franco #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresBisexuales

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Política, negra, pobre, bisexual, feminista y activista por los derechos humanos. Marielle Franco nació  en una favela de Río de Janeiro el 27 de julio de 1979.  De familia humilde, con once años se puso a trabajar para ayudar en su casa. Se definía como “mujer feminista, negra e hija de favela”. Nunca quiso olvidar sus orígenes y puso la pobreza y la desigualdad en el centro de su lucha política. Esto le costaría la vida.

Se graduó en Ciencias Sociales por la PUC-Río y tenía un máster en Administración Pública por la Universidad Federal Fluminense (UFF). Comenzó su militancia en la defensa de los derechos humanos y contra acciones violentas en la favela tras  la muerte de una amiga, víctima de una bala perdida, durante un tiroteo que involucró a policías y traficantes de drogas en el Complejo de la Marea, barrio donde Marielle nació y vivió

Marielle dio a luz a su primera y única hija en 1998 cuando tenía 19 años. Crió a su hija sin la ayuda del padre y trabajó como maestra de preescolar con un salario mínimo. Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB: Audre Lorde #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresLesbianas

 

No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra incapacidad para reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias (Audre Lorde)

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Guerrera, mujer, negra, madre, lesbiana, poeta, así era como se identificaba Audre Geraldine Lorde, nacida en Harlem, Nueva York el 18 de febrero de 1934. Lorde dedicó sus poemas y sus obras en prosa a los derechos civiles, el feminismo y la identidad femenina. Utilizó su dominio técnico y su capacidad de expresar emociones para volcar  su ira e indignación por las injusticias civiles y sociales que presenció y vivió. Su obra más conocida es La hermana, la extranjera, ​ un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes de las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heterosexual como son No hay jerarquías en la opresión y Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo.

Después de superar un cáncer de mama y tras reflexionar sobre las discriminaciones sufridas por las mujeres, que se superponen a las de raza y de orientación sexual y que se suman a la enfermedad, publicó en 1981 Los diarios del cáncer un texto dirigido tanto a quienes han vivido o viven la experiencia, como para quienes acompañan a otras en el proceso. Lee el resto de la entrada »

El orgullo es valenLGTBIA+

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Históricas LTB: Marsha P. Johnson #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara#MujeresTrans

 

Si no apoyas a la gente negra, a las mujeres trans, a las trabajadoras sexuales y a las personas que viven con VIH, no está celebrando el Orgullo.

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Mujer negra, trans, pobre, prostituta, VIH positiva, modelo, drag y activista LGTBI. Nació como  Malcom Michaels Jr., en Nueva Jersey, Estados Unidos el 24 de agosto de 1945. Fue una de las activistas más destacadas por los derechos de las personas LGTB

A los cinco años Marsha empezó a usar vestidos pero tuvo que dejar de hacerlo por las agresiones de algunos niños. Con  trece años fue violada por otro menor. En esa época ella no sabía nada sobre las personas LGTB.

Con 18 años, una maleta de ropa y quince dólares en el bolsillo, se marcha a Nueva York.

No eran tiempos  propicios para la disidencia sexual. Aunque el Estado de Nueva York había cambiado la sodomía de un delito a una falta, la homosexualidad seguía siendo criminalizada, Las personas homosexuales no podían bailar juntas y estaba prohibido servirles alcohol en los bares. Vestir ropa del sexo opuesto podía suponer una acusación de desviación sexual.

Reina Callejera muy conocida en la ciudad de Nueva York,​ Johnson fue una de las  activistas más destacadas en los enfrentamientos con la policía durante los disturbios de Stonewall, ocurridos durante la madrugada del 28 de junio de 1969 . Esta revuelta   sentó las bases de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB en Estados Unidos y en el resto del mundo. En 1970 Marsha fue una de las caras visibles de la primera marcha del Orgullo.

Johnson y su amiga Sylvia Rivera, preocupadas por las jóvenes trans sin hogar,  cofundaron a principios de los setenta, la organización Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR; Revolucionarias activistas travestidas callejeras); juntas eran una presencia visible en las marchas a favor de los derechos de las personas LGTB y participaban en otras  acciones políticas radicales en defensa  de diferentes causas sociales.

Junto con Rivera, Johnson era madre de la Casa STAR, recogiendo ropa y comida para ayudar  a las jóvenes drag queens, mujeres trans y chicos sin hogar que vivían en los muelles de la calle Christopher.

En la década de 1980,  continuó su activismo en la calle como organizadora  de ACT UP, acrónimo de AID Coalition to Unleash Power, un grupo de acción directa creado en 1987 para llamar la atención sobre la pandemia del sida y las personas  que lo padecían con objeto de conseguir legislaciones favorables , promover la investigación científica y la asistencia a quienes lo  sufrían  hasta conseguir todas las políticas necesarias para alcanzar el fin de la enfermedad.

Cuando un  juez preguntó a Marsha, ¿Qué significa la ‘P’ del nombre?; Johnson contestó: Pay it No Mind (No le hagas caso). ​Esta frase se convertiría en su distintivo.

En 1974  Andy Warhol la fotografió como parte de una serie de polaroids titulada señoras y caballeros, que se centraba en drag queens.​ Johnson también era miembro de la troupe de drag queens de Warhol, Hot Peaches, que ha sido comparada con otra similar de San Francisco, The Cockettes.​

En julio 1992,  encontraron el cuerpo de Marsha  flotando en el río Hudson, no lejos del muelle del West Village, poco después de la Marcha del Orgullo.​ La policía consideró la muerte un suicidio.​ Los amigos y seguidores de Johnson dijeron que no tenía tendencias suicidas​ y una campaña de pósteres más tarde afirmaba que Johnson había sido acosada el día de su muerte cerca de donde se encontró su cuerpo. Los esfuerzos para conseguir que la policía investigase la causa de la muerte fueron infructuosos. ​ Después de una fuerte campaña dirigida por la activista Mariah López, en noviembre 2012 el departamento de policía de la Nueva York reabrió el caso como un posible homicidio.​

Las amistades cercanas de Johnson la consideraban una persona profundamente espiritual, que atendía a todas las iglesias y templos y regalaba lo poco que tenía para ayudar a las personas  que malvivían en las calles.

Sólo dos días antes de su muerte, Johnson fue entrevistada extensamente sobre su vida. La entrevista forma el núcleo del documental de 2012, Pay it No Mind: The Life and Times of Marsha P. Johnson, dirigido por Michael Kasino y Richard Morrison.

En el lugar del río Hudson donde se recogió su cadáver se ha instalado una fuente en su memoria.

 

«Marsha P Johnson» by Glaurung_Quena is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Del armario al Orgullo. Reseña de » Orgullo. Volumen I»

Por Tamara Gómez Ramos, de @AltramuzEditorial

 

Ya lo dice este blog: el “armario oculta y emborrona”. Y también pesa. Por eso no es la capa de invisibilidad de Harry Potter ni el anillo de Frodo. Es quizás el lugar existencial más obvio para esconderse, pero probablemente del que sea más difícil salir. Existen llaves, candados, vigas, sillascontrapomos. Mecanismos infalibles para no abrir la puerta, ni desde dentro ni desde fuera. Y ese espacio externo, inseguro y extraño cambia fortuitamente si situamos nuestro armario en Camerún, en Rusia, en la ruralidad o en la España de los 70.

Cada una hemos tenido un “afuera” distinto, y no todo ha sido alivio después de liberarnos del encierro. Ha tocado a veces huir, curar heridas; salvar las tentativas de volver a ese cajón con otra relación heterosexual de dos semanas, de ser otra vez una ajena a mí misma con su ropa ajena, sus gestos ajenos, su pronombre ajeno. Y ha sido necesario encontrar una red, una familia afectiva que entienda quienes somos, sin excusas ni dudas. Esa sensación de estar a salvo que nos ha permitido a muchas reelaborar lo vivido y comprender nuestra resistencia como acto de supervivencia inevitable.

Así comienza, quizás, el activismo, no solo como el resultado de la deuda colectiva de que esto no siga pasando sino como el mero hecho de vivir como respuesta ante la norma y sus violencias. Y llegar al Orgullo, que es algo así como el acto de incendiar el armario, de hacer nuestro San Juan particular, trascender el aceptar quienes somos para reivindicar nuestra existencia.

Este es el recorrido sinuoso que nos propone este libro, Orgullo. Volumen I. Ese transitar desde habitar los armarios, salir de ellos y dinamitarlos para resistir colectivamente. En esta obra recogemos los textos de seis personas activistas del colectivo LGTBIQ+ que nos abren las puertas de aquellos primeros encuentros con sus identidades, sus sexualidades y también sus resistencias.

Este primer volumen es la apertura de la colección Orgullo de Altramuz Editorial, que reunirá cada año a seis personas del colectivo LGTBIQ+ en un acto contra la desmemoria y el olvido, en un ejercicio por nombrar y visibilizar a las personas activistas, y recoger las historias reales o ficcionadas de quienes tienen tanto que contar.

Con Orgullo. Volumen I nos trasladaremos a las Transición de la mano de Miryam Amaya, mujer trans gitana y activista que encabezó la primera manifestación del colectivo LGTBIQ+ en España; revisaremos la masculinidad y la visibilidad a través de la infancia y adolescencia de Javier Sáez; nos mojaremos como perras con el descubrir de la sexualidad bollera de Tatiana Romero; desharemos la identidad hasta convertirla en arena con Coco Guzmán; descubriremos con Charo Alises los entresijos de los círculos clandestinos de las lesbianas de los años 20, y asistiremos al encuentro de Demetrio Gómez con todas sus rupturas de la norma, sus heridas y el resurgir de su berdache Romanó.

Orgullo, en este caso, es el acto literal y literario de salir del armario. Y es que el activismo no puede ponerse o quitarse como el pelo en Turquía, y cada uno de estos seis textos es un encuentro fascinante con la resistencia, la colectividad, y con una misma, al reconocernos en ensoñaciones y vivencias que no nos son extrañas. Como no nos son tampoco remotas a quienes editamos este libro, dos activistas LGTBIQ+ que también deshacen madera en astilla, y astilla en polvo con este libro que promete incendiar hasta vuestras mesitas de noche.

Una ley Trans para todas. El momento es ahora

Samir Bargachi, director de @KifKif

 

En torno a las 14 horas de este lunes 27 de junio, el Consejo de Ministros tiene previsto dar luz verde a la esperada “Ley Trans”, la cual iniciará el proceso de trámite parlamentario para su definitiva aprobación.

Muy largo ha sido el camino que ha recorrido esta ley, primero como anteproyecto de Ley Trans y finalmente como “Ley para la Igualdad real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos de las Personas LGTBI”.

Desde las organizaciones y colectivos LGTBI siempre hemos subrayado que las personas trans necesitaban de una ley propia que reconociera su idiosincrasia, elementos exclusivos que afectan de forma particular a las personas trans, su identidad y cuestiones vinculadas a su sexo-género, a su salud, a su precariedad laboral, a su estigmatización y a lo que significa tener vidas dignas.

Lo que tenemos delante es una ley que, si bien da marco legal a nivel nacional a estas cuestiones previas, pasa de puntillas e incluso no reconoce derechos imprescindibles para el colectivo.
Por ejemplo, el tratamiento descafeinado que se hace de la infancia trans, excluyendo a menores de 12 años, y entre 12 y 14 años mediante procedimiento judicial largo y tedioso. Además, se incluyen procesos de reflexión de tres meses y de reversibilidad de seis. Ya sabemos cómo funcionan los periodos de reflexión; lo hemos visto con leyes como la del aborto: un coladero propagandístico para entidades antiabortistas que no hacen sino que la persona afectada aumente su ansiedad y su sensación de señalamiento y estigmatización. Proteger a la infancia trans es acompañarla desde el ámbito institucional, social y educativo en su proceso y en su decisión, evitando paternalismos innecesarios.

¿Y qué no incluye esta “Ley Trans”? Según el anteproyecto que conocemos, las personas no binarias -ni se mencionan- y las personas trans migrantes, refugiadas y solicitantes de protección internacional estarían fuera del marco.

En relación a las personas trans migrantes, el articulado ordena a las Administraciones Públicas que habiliten procedimientos a través de los cuales, las personas extranjeras sin residencia legal en España que acrediten la imposibilidad legal o de hecho de llevar a efecto la rectificación registral relativa al sexo y nombre en su país de origen, puedan interesar dicha rectificación. En otras palabras, hablamos del hecho de exigir a las personas trans migrantes documentos relacionados con su identidad de género desde el país de origen.

Esto significa que las personas trans migrantes deben demostrar que han iniciado un trámite relativo al cambio de su identidad de género en sus países de origen, una realidad que no se produce en la mayoría de casos por la legislación existente, la cual persigue o no reconoce a este colectivo. Y esto, ¿qué quiere decir? Que en la práctica, el 99 % de las personas trans migrantes en nuestro país no podrán tener reconocida su identidad de género en los documentos oficiales españoles.

¿Cómo van a acreditar que quieren cambiar su género con documentos de sus países si huyeron de allí por ese mismo motivo? Así pues, este requisito no sólo es inaceptable, sino que es una barrera más para estas personas que ya tienen suficientes dificultades en su proceso migratorio o de protección internacional. Debemos asegurarnos que en los trámites y documentos se reconozca su identidad de género en las mismas condiciones que a los nacionales españoles.

Si se aprueba esta ley sin las personas trans migrantes se consolidará lo que se viene gestando desde hace tiempo: el nacimiento de dos comunidades LGTBI desligadas; una de primera clase, con derechos, y otra, la de los márgenes.

 

Pulsa en la imagen para acceder al vídeo

 

Es por ello por lo que no cabe felicitarse por esta Ley Trans, ni siquiera hacer un ejercicio de autocomplacencia, cuando esta ley deja vidas fuera: las de las personas no binarias y las de las personas trans migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo.

Las excusas de “es una ley de mínimos”, “se podrá mejorar más adelante”, no tienen cabida cuando se deja fuera a las personas que siempre están en el último escalafón del sistema. Estas personas no pueden esperar más, ahora es su momento. Toca a las administraciones ejercer políticas valientes que nos pongan en el centro con una Ley Trans de la que enorgullecernos y hagan izar la bandera común de la justicia social; en definitiva, una ley trans para todas.

Consulta más sobre este tema en los siguientes enlaces:

Kif Kif

@KifKif_iguales

Históricas LBT: Stormé DeLarverie #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresLesbianas

 

Stonewall fue una rebelión, un levantamiento, una desobediencia a los derechos civiles, no fue un maldito motín.

Stormé DeLarverie

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

El Stonewall era un bar regentado por la mafia, situado en el barrio neoyorkino de Greenwich Village. En este local,  se daban cita personas LGTB rechazadas por una sociedad y un sistema legal que criminalizaba la disidencia sexual. El bar sufría constantes redadas policiales y los abusos de autoridad con la clientela eran habituales.  En la madrugada del 28 de junio de 1969, en una de esas redadas, se produjo una revuelta que sería el origen de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTBI en Estados Unidos y en el resto del mundo. Una de las protagonistas de esa rebelión fue Stormé DeLarverie. Durante unos minutos peleó con varios policías que intentaban detenerla, jurando y gritando. Según algún testigo era «una típica butch de la ciudad de Nueva York» y «una dyke-stone butch». La golpearon con fuerza en la cabeza por denunciar que le apretaban mucho las esposas. Dicen quienes presenciaron aquello, que Stormé sangraba por una herida en la cabeza mientras peleaba. «¿Por qué no hacéis algo?», gritó a la gente que miraba impasible la situación. Cuando fue detenida y encerrada en un furgón, la multitud estalló.

Stormé nació en Nueva Orleans el 24 de diciembre de 1920. El padre de DeLarverie era blanco y su madre  una mujer afroamericana, trabajaba como sirvienta para su familia. No tenía certeza sobre su fecha de nacimiento,  así que celebraba su cumpleaños el 24 de diciembre.​ Lee el resto de la entrada »

Históricas LTB – Sylvia Rivera #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#MujeresTrans

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Nacida el 2 de julio de 1951 en Nueva York, la llamaron Ray al nacer. Sylvia fue una  destacada activista trans que luchó por los derechos humanos de las personas LGTBI. Su padre, José Rivera, la abandonó cuando era  muy pequeña y su madre se suicidó cuando ella tenía tres años. Sylvia  y su hermana Sonia quedaron bajo la tutela  de su abuela, que apenas podía mantener el hogar familiar con cincuenta dólares a la semana. Viejita, como llamaban a la abuela cariñosamente, nunca aceptó la forma de comportarse de Sylvia; no soportaba que se maquillase, para ella eran cosas de “maricas”.

Cansada de las palizas de su abuela y de las burlas del vecindario, Sylvia se marchó de casa con 11 años y empezó a ejercer la prostitución en la calle para sobrevivir. Por aquella época, se unió a una comunidad de Drag Queens, término con el que se denominaba en la época de los 60 y 70 a las personas trans.

Rivera empezó su activismo con la Guerra de Vietnam y  los movimientos por los derechos civiles y feminista. Luchó también, por los derechos de los jóvenes puertorriqueños y afroamericanos. Como hispana se identificaba con las revolucionarias Panteras Negras y su homólogo puertorriqueño, Young Lords.

Con diecinueve años, preocupada por las menores trans que vagaban por las calles prostituyéndose, Sylvia, que había estado en esa misma situación desde los once años, creó, junto a su amiga Marsha P. Johnson, el grupo Travestis Callejeras Revolucionarias de Verdad (Street Transvestites Actual Revolutionaries- STAR), cambiando luego a Verdad por Acción. Su primer hogar fue un trailer, aparentemente abandonado, en un aparcamiento al aire libre del Greenwich Village. Una noche,   les robaron el tráiler así que  consiguieron acondicionar un edificio  casi en ruinas y convertirlo en un refugio para jóvenes chicas trans. De allí las terminaron desalojando por impago de alquiler.

Fue una de las protagonistas de la revuelta que tuvo lugar en el bar Stonewall de Nueva York la madrugada del 28 de junio de 1969, resistiéndose ante la redada de la policía aquella noche. Por esa época, las redadas policiales en el Stonewall eran frecuentes, injustificadas y constituían una vejación a la dignidad de las personas LGTBI que frecuentaban aquel  local. La rebelión de Stonewall fue el detonante de la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB en Estados Unidos y en el resto del mundo.

Durante los últimos  cinco años de su vida, Sylvia reinició su actividad política, dando  discursos sobre los disturbios de Stonewall y la necesidad de unión entre personas transgénero para luchar por su legado histórico como personas en la vanguardia del movimiento LGTB. A principios de 2001, restableció la organización STAR y continuó con su activismo hasta su muerte.

En mayo de 1995 intentó suicidarse lanzándose al rio Hudson. Murió el 18 de febrero de 2002 debido a complicaciones de un cáncer de hígado. De ella se ha dicho que fue la Rosa Park del movimiento transgénero.

 

«Sylvia Rivera» is licensed under CC BY-NC-ND 2.0

Orgullo reivindicativo

Viñeta de Teresa Castro (@tcastrocomics)

Gloria Anzaldúa #OrgulloyMemoria

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#Mujereslesbianas

Vivir en la Frontera significa que tú no eres ni hispana , india, negra, española ni gabacha, eres mestiza, mulata, híbrida atrapada en un fuego cruzado entre dos bandos mientras llevas las cinco razas sobre tu espalda sin saber para qué lado volverte, del cual correr.

Gloria Anzaldúa

 

Este mes en @1decada10 recordamos a mujeres extraordinarias LTB que hicieron historia #OrgulloyMemoria con la serie #HistóricasLTB

Se definía como chicana / tejana / lesbiana / feminista / escritora / poeta / teórica cultural. Esas identidades marcarían su transcurrir vital y definirían su obra.

Gloria Anzaldúa, nació en el Valle de Texas, Estados Unidos, el 26 de septiembre de 1942. Era hija de Urbano y Amalia Anzaldúa. Sus padres fueron trabajadores agrícolas y ella vivió intensamente el contacto con la naturaleza tejana. Muy pronto descubrió que las personas hispanoamericanas habitaban en los márgenes de la sociedad y fue consciente de la necesidad de luchar por la justicia social. La vida de Gloria estuvo atravesada por la pobreza, la inmigración y la enfermedad. Las fumigaciones de las avionetas que lanzaban veneno sobre los campos cuando ella era niña pudieron ser la causa de su salud quebradiza. Las operaciones y tratamientos médicos marcaron su cuerpo y su producción literaria.

Se licenció en inglés por la Universidad de Texas-Pan American en 1969 y obtuvo una maestría en inglés y educación de la Universidad de Texas en Austin en 1972 y esto a pesar del racismo, sexismo y otras formas de opresión que experimenta en su vida como chicana de séptima generación. En la década de 1970, impartió un curso en UT-Austin llamado “ La Mujer Chicana” . Gloria al dar estas clases conectó con la comunidad queer, la escritura y el feminismo.

Marchó a California en 1977 y allí se dedicó a escribir y a trabajar como catedrática en la Universidad Estatal de San Francisco; la Universidad de California en Santa Cruz; la Universidad Atlántica de Florida y otras . Participó en el activismo político y se integró en grupos como el Gremio de Escritoras Feministas. También indagó maneras de consolidar un movimiento feminista inclusivo y multicultural. En sus investigaciones descubrió que había muy pocos escritos de mujeres de color o sobre ellas.

Durante la década de 1980, Gloria continuó viajando, enseñando, asistiendo a talleres y escribiendo. Editó dos antologías que recogieron las voces de feministas de muchas razas y culturas. This Bridge Called My Back: Writings by Radical Women of Color se publicó en 1983 y ganó el premio American Book Award de la Fundación Before Columbus. Making Face Making Soul / Haciendo Caras: Creative and Critical Perspectives by Feminists of Color se publicó en 1990. Incluía escritos de feministas famosas como Audre Lorde y Joy Harjo, nuevamente en secciones fragmentadas con títulos como “Still Trembles our Rage in el Rostro del Racismo ”y“ Yo (Des) Colonizados ”.

Estas obras suponen una crítica al feminismo hegemónico, blanco, heterosexual y de clase media alta haciendo presente la clase y la raza, que comienzan a vindicarse como categorías políticas imprescindibles en la lucha feminista.

La obra de Gloria entrelaza la poesía con la narrativa en prosa. Los ensayos intercalados con poesía en Borderlands / La Frontera son un reflejo de sus años de pensamiento feminista y su forma de expresión no lineal y experimental. En esta obra, publicada en 1987, Anzaldúa relata la existencia de varias culturas cerca de la frontera entre México y Texas. También es la historia de la historia, la mitología y la filosofía cultural mexicano-indígena. El libro examina las fronteras físicas y emocionales, y sus ideas van desde la religión azteca hasta el papel de la mujer en la cultura hispana y cómo las lesbianas encuentran un sentido de pertenencia en un mundo heterosexual (Lewis: 2020). Según Maria Teresa Vera-Rojas, «este libro es un texto mestizo, tanto política como estéticamente. En él se entrecruzan autobiografía, ensayo y poesía con una escritura que desafía la linealidad narrativa y se desliza entre las lenguas que definieron las experiencias vitales de Anzaldúa: español, inglés, náhuatl, mexicano norteño, tex-mex, chicano y pachuco, para producir un nuevo discurso crítico que impide esencialismos y pretende, por el contrario, celebrar las múltiples identidades en las que se reconocen los sujetos fronterizos y que dan forma a la conciencia de la llamada Nueva Mestiza. Anzaldúa desarrolla, por un lado, una redefinición de la identidad nacional chicana, fundada en el mito de Aztlán, así como una transformación del discurso de mestizaje ideado por Vasconcelos, para proponer un nuevo sujeto mestizo mujer: la Nueva Mestiza, sujeto heterogéneo, marginal y de herencia indígena; mujer de color, lesbiana y habitante de la frontera, cuya identidad se construye a partir de sus luchas y de su origen racial, lingüístico e histórico, y cuyo reconocimiento problematiza la universalidad heteronormativa, patriarcal y excluyente con la que el colectivo y el movimiento chicanos habían concebido su discurso de identidad étnica.»

Como la publicación de Borderlands/La frontera siguió al Movimiento Chicano, la profesora de Sociología María L. Amado argumenta que Anzaldúa influyó en su concepto de la «nueva mestiza» desde la de «la Raza mestiza», una teoría de la identidad colectiva basada en nociones de pureza racial creadas por el filósofo José Vasconcelos, más tarde adoptada por los chicanos.

La académica Melissa Castillo-Garsow también presta gran parte de la influencia de Anzaldúa a sus experiencias como mujer de color en la academia. En lugar de que Borderlands mantenga la adhesión a las normas académicas, Castillo-Garsow argumenta que el trabajo de Anzaldúa desafía los paradigmas tradicionales a través de su teorización de la «conciencia mestiza» y la mezcla de su propio español chicano con el inglés académico estándar, basándose en su formación como mujer chicana.

Insaciable observadora del arte y la espiritualidad , trasladó estas influencias a sus escritos. Anzaldúa es reconocida como una mujer muy espiritual, tuvo una abuela curandera. En muchas de sus obras invoca a la Virgen de Guadalupe, divinidades nahuas/toltecas y la mitología yoruba Orishás, Yemayá y Oshún. En sus últimos trabajos, lleva a cabo un activismo espiritual para desvelar cómo es posible fusionar la espiritualidad con la política para llevar a cabo un cambio revolucionario.

Dedicó parte de su vida a la enseñanza y trabajó en una tesis doctoral, que quedó inacabada por complicaciones de salud y exigencias profesionales. UC Santa Cruz le concedió un Ph.D. póstumo en literatura.

Gloria Anzaldúa obtuvo muchos premios, incluido el Premio Nacional de Ficción de las Artes y el Premio Lambda Lesbian Small Press Book. Falleció en 2004 por complicaciones relacionadas con la diabetes.

«Gloria Anzaldua» by K Kendall is licensed under CC BY 2 0