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La ficción de un mundo inmune

Fundación 26 de diciembre

 

La Fundación 26 de Diciembre, entre sus objetivos fundacionales, contempla la atención especializada a personas mayores LGTBI con VIH/ SIDA y el fomento de la investigación. Partiendo de estos objetivos, consideramos que tocaba dedicar el VI encuentro de investigación, memoria y experiencias LGTBI al VIH/SIDA, aún muy presente en nuestra comunidad.

‘La ficción de un mundo inmune. Salud sexual, VIH y envejecimiento’ es el VI encuentro de investigación, memoria y experiencias LGTBIQ+, una jornada de carácter interdisciplinar organizada por la Fundación 26 de Diciembre.

Durante la jornada del día 1 de diciembre, en la sede de la Fundación, contaremos con profesionales del ámbito sociosanitario, activistas y artistas, con el objetivo de poner en común los trabajos más novedosos relacionados con el envejecimiento, la salud sexual y el VIH.

Contará con la ponencia inaugural de Vicente Estrada, y las intervenciones de Josep Maria Tomás de SuperVIHvents, José Fley de GtT. Por la tarde tendrán lugar la mesa redonda ‘Artivismo y Comunicación’, con las intervenciones de Andrea Galaxina, Daniel Cortez y Débora Álvarez y, para finalizar la jornada, se ofrecerá la lectura dramatizada de la obra de teatro ‘Dancing Queen. Amar en tiempos del SIDA’.

Para consultar el programa detallado e inscribirse en estas jornadas utiliza este enlace.

 

En mitad de tanto fuego

 

Hoy recomendamos En mitad de tanto fuego, de Alberto Conejero, publicado por Dos Bigotes.

 

No estoy aquí para contar la guerra de Troya.
Esta es la historia de mi carne,
allí donde coincidieron la muerte y el amor.

 

Tomando como punto de partida el canto XVI de la Ilíada, el dramaturgo Alberto Conejero, ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática en 2019, nos brinda una aproximación personal e íntima al poema de Homero, una nueva mirada vivida y contada desde un personaje secundario en el relato habitual, tan discutido como fascinante y misterioso: Patroclo, el «más amado» por Aquiles.

En mitad de tanto fuego —que enlaza diversas épocas y donde aparecen referencias y citas de, entre otros, Safo, Pedro Lemebel, Anne Carson o Luis Cernuda— es un alegato antibelicista y una muestra más de la impotencia del arte ante la guerra; un oratorio por las víctimas que habla de conceptos como el poder, la pasión, la violencia o la patria.

La obra es también un intento de contar la historia de otro modo, que es imaginar el futuro de otro modo. El rescate de una alegría posible. El canto de un personaje que aquí es, ante todo, carne enamorada y deseo. Un deseo libre y disidente.

Porque yo no estoy aquí para hablar del «compañero devoto», ni «del más querido entre los soldados», yo estoy aquí para reventar los eufemismos, para hablar del amante insaciable.

Sobre el autor:

Alberto Conejero López es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. De su producción dramática destacan: El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca (2022); La geometría del trigo, Premio Nacional de Literatura Dramática (2019); Los días de la nieve (2017, Premio Lorca 2019 Mejor Autor); Todas las noches de un día (2018, ganador del III Certamen de Textos Teatrales de la AAT); La piedra oscura (2015, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2016, entre otros); Ushuaia (2013-2022, Premio Ricardo López de Aranda 2013); Cliff (acantilado) [nuevo título y versión: ¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift?], ganador del IV Certamen LAM 2010; Húngaros, Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Fiebre, accésit Premio Nacional de Teatro Breve 1999. Ha sido también responsable de diversas dramaturgias y reescrituras: Medea (Teatre Lliure); Electra (Ballet Nacional de España y Teatro de la Zarzuela, 2017); Fuenteovejuna (Compañía Nacional de Teatro Clásico, 2017); Troyanas (Festival de Teatro Clásico de Mérida, 2017); Rinconete y Cortadillo (Sexpeare Teatro, 2016); Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Festival de Otoño a Primavera / Metatarso, 2016); Proyecto Homero / Odisea (La Joven Compañía 2016), entre otras. En febrero de 2020 publicó En esta casa, su segundo poemario tras Si descubres un incendio (2017).

 

Afroqueeridades

 

Hoy recomendamos Afroqueeridades, de Yolanda Arroyo Pizarro publicado por EGALES.

A través de sus páginas, nos sumerge en la vida de personajes que resisten al cistema y al patriarcado como mejor pueden: con sus propias armas. La poderosa historia de la resistencia en Puerto Rico se redescubre entre relatos inspiradores que demuestran un colectivo de «todes» que desafía adversidades y lucha por la justicia y la igualdad en una sociedad marcada por la opresión y la discriminación. Cada cuento es una ventana hacia el pasado-presente, hacia lo afroqueer, hacia el no binarismo para tejer el hilo de la venganza, la esperanza y la determinación. El libro celebra los atinos y defectos de la rica cultura y la indomable esencia de un pueblo que se niega a ser silenciado.

Afroqueeridades rinde homenaje a les héroes anónimes que forjan un camino de libertad y empoderamiento desde sus intimidades de amor, desamor, derrotas y pérdidas, que trascienden fronteras y que dan voz a una nueva épica merecedora de ser contada y recordada.

Sobre la autora

Yolanda Arroyo Pizarro  es escritora y se considera lesboterrorista. Ha publicado libros que denuncian y visibilizan las relaciones entre personajes antihegemónicos, sexodiversos e interraciales. Entre sus apasionados enfoques literarios también promueve la discusión de la afroidentidad, la poliamoría, y la confrontación al opresor. Ha ganado el Premio Nacional de Cuento PEN Club 2013 y el Premio del Instituto de Cultura de Puerto Rico 2012, además del Premio Nacional del Instituto de Literatura Puertorriqueña 2008. Fue seleccionada en 2007 como una de las escritoras latinoamericanas más importantes por el Hay Festival en el Bogotá 39 de Colombia. Ha sido traducida al inglés, italiano, francés, alemán y húngaro. En el año 2013 participó en el congreso literario OWWA, Organization of Women Writers of África en Accra, Ghana. La Editorial Egales ha publicado también «Caparazones» (2010) y «Lesbianas en clave caribeña» (2012).

 

Rafiki

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Esta cinta keniata dirigida por Wanuri Kahiu, se estrenó el año 2018 en Cannes y compitió por la Palma Queer, distinción que se otorga al mejor film LGTBI del festival. Rafiki fue la primera cinta procedente de Kenia que se exhibió en Cannes. El film muestra las consecuencias de ir contra la norma en sociedades poco amigas de la diversidad. El argumento gira alrededor de la relación de amor que surge entre las jóvenes Kena y Ziki, cuyos padres son rivales políticos, y las dificultades a las que se enfrentan las dos jóvenes debido a la situación de las personas LGTBI en Kenia.

La película se inspira en Árbol de Jambula, un cuento de Mónica Arac de Nyeko. Rafiki significa amiga que es como se presentan las parejas de lesbianas en Kenia debido al rechazo a las personas LGTBI que existe en el país africano. La producción corrió a cargo de Europa, Líbano y Estados Unidos ya que en Kenia resultó imposible encontrar financiación. Sobre esta cuestión Kahiu denunció que para conseguir dinero que te permita hacer cine en Kenia tienes que hacer películas sobre aquello que las ONG estén financiando en ese momento, como el SIDA o la mutilación genital femenina. Según la directora, estas imágenes ayudan a construir África como lo Otro. Wanuri Kahiu se define como una cineasta que hace películas sobre África. Ella hace películas para las próximas generaciones: Porque tenemos niños que estamos criando, y porque hay personas aquí que ya existen (mi hija existe ahora), a las que le estamos contando historias: necesitamos mensajes muy claros.

El gobierno keniata prohibió la película con el argumento de que promocionaba el lesbianismo, teniendo en cuenta que ese país castiga las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 14 años de prisión. Anuri Kahiu demandó al gobierno y el Tribunal Supremo le dio la razón y levantó la prohibición que había recaído sobre la cinta y permitió la proyección de la película durante 7 días.

Rafiki rompe con los roles de género y la heterosexualidad obligatoria. Reivindica el derecho a ser y así lo expresa Kena en el diálogo que mantiene con su amigo Blaksta:

Desearía ir a algún lado donde podamos ser de verdad.

El color, la luz y la vida envuelven esta cinta en la que se percibe calma a pesar de las dificultades. El film nos hace partícipes del empuje de la juventud, que pone todo su empeño en cambiar una realidad llena de prohibiciones que cercenan sus libertades.

La cinta muestra la cultura y el vibrante estilo de vida keniano. La música pop confiere a la historia una enérgica intensidad. La fotografía corre a cargo de Christopher Wessels, que envuelve la historia en una neblina de colores ricos y brillantes. Los colores brillantes se reflejan también en el diseño de vestuario que se basa en la ropa tradicional de Kenia. El diseño de producción está marcado por la riqueza cromática de los edificios y los interiores. El color principal es el rosa, asociado a la feminidad , que palpita en cada imagen, desde el rosa claro del cielo hasta el rosa del cabello multicolor de Ziki y los rosas brillantes de las ropas de Kena y Ziki. Sobre su trabajo en la película, Wessels afirmó: Como sudafricano, me sentí muy similar a las comunidades de mi país y me encantó poder experimentar un poco de la cultura keniana.

Kahiu y Bass, coguionistas de la historia, definen con solvencia a las protagonistas de la historia. Ziki, más decidida en apariencia, apoya a Kena para que reconozca su fuerza. Ziki quiere librarse de las ataduras de la tradición y vivir la vida según sus convicciones y anhelos. La película transmite un mensaje de autoaceptación y amor propio muy empoderador.

 

Radical

Por Sara Levesque

 

Le dije «bésame» y me dio el pésame.

No era por hacerle un regalo en persona. No era por acabar existiendo a base de excusas. Olvidaré lo que dijimos antes de que sea demasiado vieja para perdonarlo. Perdonaré todo lo que no nos sugerimos para poder olvidarlo. Mejor relameré el recuerdo de su acogedora forma de ser.

No era por pasear por Madrid con ella para esquivar los mortíferos dientes de la ciudad tras su cálida sonrisa. No era un deseo, era un sueño que se me perdió por el camino. Ni siquiera me lo robaron, lo extravié yo solita con una maestría de lo más asombrosa.

Sí era por dejar de ser RADICAL y pasarme al bando NEUTRAL, ese en el que las rosas que repartía llevaban las espinas de goma y no herían. Sí era por besarle los versos y sanarme la ausencia de su cariño. A día de hoy, sigo pidiendo en la playa de Ojalá la copa que nunca compartimos, que nunca bebimos, porque nunca nos quisimos. Aún doy dos besos en vez de uno en la bifurcación donde se acabó lo que nunca empezó.

La esperé en un lado de la vida y resultó que estaba en el contrario, en una taciturna búsqueda de la que no me percaté por ser ella muda a mis señales y yo ciega a su poesía. Me fui quedando tan invidente del miedo a perderla antes de saber lo que era tenerla, que no tuve ojos en el corazón para poder verla.

Maldita sea, nunca supe encontrarla, solo imaginarla hasta que me dolía el pensamiento. Hasta que llegaba otra mujer y me hacía ojitos para superponer su estampa al recuerdo de mi musa. Cuando me decidía a cerrar los míos, surgía de nuevo con su arte. Eso no le importaba y a mí me afectaba demasiado.

¿Qué tal si le daban por culo a lo que se debía hacer y parábamos de prohibirnos? A mí el protocolo me tocaba un pie y, de paso, el otro.

¿Por qué no decidimos probar a estar juntas un ratito y dejar de ponerlo por escrito?

¿Por qué no podemos ser ahora valientes o, al menos, sinceras, para cerrar el absurdo paréntesis de años en blanco que nos distanciaron, que fueron más difíciles de superar que cruzar el Atlántico de un salto?

Hoy, mi conclusión es que no existen los puntos suspensivos. No sobreviven más interrogantes. Se acabó vivir en un tiovivo la misma huida repugnante. Ya no tendré vergüenza de invitarle a bailar y desafinar con ella una canción que a ninguna nos acabe de gustar.

La quise como nunca llegué a quererla. Hubo una vez una época segura en la que paseábamos disfrutando de charlas sin desenlace. Incluso descubrí gracias a ella un restaurante encantador donde cenamos la única vez que cenamos juntas. Allí, nuestra historia cobró una fuerza faraónica. Una historia que nunca se escribió. Ni se recitó. Porque yo soy novelista y ella poeta, por ese orden. Al menos, hasta que llegó de mi mano la música de piano que jamás siguió el guion…

© Sara Levesque

 

 

Lawrence Anyways

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Dirigida por Xavier Dolan en 2012, esta película canadiense nos cuenta la historia del profesor de literatura Laurence Alia ( Mevil Popaud), una persona con una vida convencional que incluía trabajo estable y novia formal ( Suzanne Clément) . El día de su treinta cumpleaños Laurence cuenta a su familia y amistades que es una mujer trans.

Un largo flashback nos hace retroceder diez años, al instante en el que Laurence decide asumir su identidad. No quiere fingir más ser alguien que no es. Desea vivir su realidad y asumir las consecuencias. Miradas, juicios y prejuicios acompañarán a Laurence en su tránsito. En la escuela, la naturalidad con la que su alumnado le acepta, contrasta con la intolerancia del profesorado.

En la escena del recorrido por los pasillos del centro donde imparte clases el primer día en que Laurence decide vestirse públicamente de mujer, la música acompaña su decidido caminar a modo de marcha triunfal, dejando a su paso miradas atónitas.

-¿Es una revuelta?
-No señor, una revolución

El director no centra la historia en el proceso de transición de Lawrence. A Dolan le interesa la confrontación entre el tránsito de Lawrence y el dilema de Fred, que debe asumir el hecho de que ya no existe el hombre del que se enamoró:

Fred:- ¿Todo lo que gusta de ti es lo que odias?
Laurence- ¿Es eso todo lo que te gusta de mí?

Fred tiene que aceptar que su pareja es una mujer y, sin embargo, sigue enamorada de Laurence y no quiere perderla. Un auténtico terremoto emocional frente al que Fred no se arredra:

¿Tenemos que meternos en guetos si decidimos no vivir como los demás? Espeta Fred rotunda.

Cuando están cenando, le dice a Laurence:

La primera vez que te vi, supe que me metería en algo extraordinario. ¿Quieres ir más lejos? Yo seré tu hombre.

En la cama, Fred escribe en la espalda de Laurence:

En la salud que fue recuperada
en los peligros de los viejos días
en la esperanza ya sin un pasado
escribo tu nombre.

Laurence y Fred se encuentran con otra pareja que ya ha pasado por una experiencia similar a la que están atravesando. Alexandre es un hombre trans que vive con una mujer. Laurence quiere que Fred vea que esa experiencia es posible. La pareja de Alexandre dice:

Sigo la lógica de mi corazón, el género es poco importante para mí

En uno de sus encuentros tras sus separaciones, Fred pregunta a Laurence si le compensa su tránsito. Laurence le responde que en parte sí y reivindica la autenticidad del amor que se profesan:

Otros no tienen esta suerte. Nos envidian.

Nosotros volamos tan alto….no quiero volver a la tierra.

Otro tema recurrente en Dolan que aparece en esta cinta es la compleja relación con la figura materna. En esta historia, la madre se muestra ambivalente respecto a sus sentimientos, sus palabras manifiestan desapego pero deja la puerta abierta a Laurence.

El realizador explora la evolución de las mentalidades y la aceptación de las minorías durante la década de los noventa a través de las vivencias de Laurence.

Dolan mezcla en la cinta con soltura música clásica, tecno y pop con momentos impactantes de estilo videoclip. El director adereza su film con obras de Tchaïkovsky, Beethoven o de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, concretamente del verano, con el que nos muestra la vida cotidiana de Laurence y su entrega absoluta a la escritura una vez rota su relación con Fred. El tema de vocación tecno que se repite a lo largo de la película titulado “A new error”, es un símbolo de la libertad individual de Laurence frente a la sociedad. Este single es obra del grupo berlinés Moderat. La obra más romántica de la película viene de la mano del compositor escocés Craig Armstrong y de su canción Let’s go out tonight. La suite número 2 del compositor ruso Sergei Sergeyevich Prokofiev titulada Montescos y Capuletos de su obra Romeo y Julieta de 1936 suena mientras Laurence trabaja corrigiendo textos y su nueva amante llega a casa con una carta de la editorial. El acentuado aire soviet de la pieza proporciona el tono de tensión que la escena demanda.

El director utiliza la profundidad de campo y las miradas siguiendo la estela de Jonathan Demme a quien homenajea en su película. El formato 4/3 permite la recreación visual de un tiempo pasado que se refuerza con el vestuario y el sonido.

En Laurence Always puede observarse la influencia de Won Kar Wai, Almodovar, Todd Haynes, Fasbindder y Douglas Sirk. A pesar de estas notables referencias cinematográficas, Dolan dota al film de una marcada y auténtica personalidad.

El final está abierto a muchas lecturas:

Laurence, sea como sea

Perdona

Por Asmi Ananda Molina, activista intersex.

 

26 de octubre es el “Día de la visibilidad Intersex”
Del 23 al 29 de octubre es la “Semana de la concienciación Asexual”

Perdona, sentimos molestarte, sentimos, que nuestra mera existencia, te cause malestar, incomodidad, te saquemos de tu zona de confort, que rompamos, las creencias que esta sociedad te ha inculcado desde siempre. Perdona por pedirte que reflexiones, que las verdades, casi nunca sean ni únicas ni totalmente verdaderas. Perdona, no nos queremos meter en tu vida, queremos vivir, compartir espacios, salir del ostracismo, que dejéis de usar falsos argumentos médicos, sociales y políticos, que nos estigmatizan, convierten en meros Síndromes patologizadores, elementos sociales disruptivos, creando la falsa realidad de que, salud y normal, son un axioma creado, únicamente para ti por ser cis (porque no eres trans), endosex (porque no eres intersex), hetero (porque tus relaciones sexo afectivas son, si eres hombre con mujeres y si eres mujer con hombres), binaria ( exclusivamente, hombre, mujer, heteros).

Sois una mayoría aplastante, rondáis el 90% de la Humanidad. Este dato indica que existimos más de 850 millones de personas, algunas de ellas cerca de ti, inadmitidas en el club, al que perteneces, IBEX² (Ideología Binaria Exclusiva y Excluyente).

Hemos tenido que fundar el nuestro, LGTBIQA+ (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales, Queers, Asexuales, +). Nuestro club, lejos de ser un coto cerrado, nos valemos del + para acoger realidades que desconocíamos, se lo agradecemos porque nos permiten dar plasticidad a nuestras cerebros, abriendo fronteras mentales. Aceptar la otredad, sin culpa, sin juicio, es un ejercicio de empatía solidaria.

Perdona, si reclamo los derechos humanos que firmaste en la ONU, en la UE, los DDHH que plasmasteis en la Constitución. Hemos necesitado miles de años para, desde el hartazgo y el, basta ya, poner pie en pared y pedir la igualdad paritaria en derechos y deberes. El primer paso, la visibilización, que en primera persona podamos presentarnos a la sociedad, contar nuestras peculiaridades y entablar una conversación entre iguales, porque, de lo que no se habla no existe.

La semana del 23 al 29 de octubre es la “Semana de la concienciación Asexual” el 26 de octubre es el “Día de la visibilidad Intersex”. ¿Dónde están las instituciones poniéndonos en valor, dándonos carta de identidad? Las leyes una vez legisladas, hay que implementarlas a nivel presupuestario, el funcionariado necesita capacitación para conocerlas aprovechando la oportunidad, para explicarles que las ideologías, creencias personales, se dejan, fuera del puesto de trabajo.

Perdona. Sí, estamos dispuestas a no dejar de reivindicar nuestro derecho a ser.

Sin miedo en la lengua

Por Sara Levesque

 

Mi querido Lector, mi herido diario:

Anoche soñé con ella.

Soñé que volvía sin avisarme. No me molestaba, solo verla borraba todo lo demás.
Soñé que me daba un besito juguetón. Y yo, sí y no, lo esquivaba porque tenía novia…; pero lo anhelaba.
Soñé que rememoraba cuando fuimos al teatro. Ella me decía «a veces sacan a alguien». Yo la miraba paralizada y se reía, la muy pícara, diciéndome que era broma.
Soñé que, por fin, dejaba de ser una niña para ser una mujer, hablándole a la cara.
Soñé que la acompañaba al garaje a por el coche y me confesaba haberse vuelto a enganchar al tabaco; fumaba cada dos horas.

Soñé que, en el aparcamiento, la besaba, me expresaba que lo había hecho mal, y daba media vuelta con intención de irse. Le preguntaba «¿quieres que lo haga bien?». Agarraba su mano y la traía de vuelta. La besaba de nuevo, sin miedo en la lengua.
Soñé que me sonreía y yo era feliz por sentirla otra vez.

Herido diario, soñé que me encantaría hacer el amor con ella en el coche, mismo, como dos impacientes; pero que tampoco me corría prisa si no le apetecía.
Soñé que comprendía que no hay en el mundo una mujer más maravillosa que ella.
Soñé con su tacto junto a mí, y me acordaba de mi novia. Porque el tacto de mi pareja no era el de ella. Porque su manera de besar no me ponía cachonda igual que la de ella. Porque no era ella, al fin y al cabo.
Soñé con que no necesitara soñarla más.

Qué pena me ha dado despertar y ver que la mujer de mi cama no era ella. Ahora sufro insomnio por su culpa. Por una mujer que, como cruel casualidad, me hace soñar.
Ha sido maravilloso volver a estar con ella, aunque solo sea en sueños. Aunque padezca pesadillas, fantasías, sueños normales y corrientes…, de todo tipo; pero siempre anda ella por ahí, manoseándome el subconsciente. Se ha adueñado de él sin permiso.

Llegamos casi a tocarnos, casi a confesarnos, casi a besarnos. Y en medio de tanta indecisión que, por no haber concluido aún me dura, casi llegue a decirle «te quiero».

He sufrido todo tipo de sueños con ella, de mil formas, colores y dimensiones. Hasta en blanco y negro. De una forma u otra siempre brotaba su esencia. He temido a las pesadillas asfixiantes; a los sueños románticos y empalagosos; a las alucinaciones sin sentido de lo que habíamos vivido; a las apariciones bucólicas; a los espejismos entrañables a veces y quimeras en que las dos éramos las jueces. Y he sufrido muchas, muchas fantasías eróticas. He logrado notar su lengua acariciando la mía, el murmullo secreto de nuestros labios, casi podía tocar su sonido al despegarse. Recuerdo saborear un olor a limón en su aliento, el perfume de su piel, el aroma de su pelo. Y he llorado de pena, de dolor, de ruina al despertarme y comprobar que solo era producto de mi imaginación, que la echa mucho de menos, a pesar de que nunca la ha sentido.

Su boca me volvió loca. He soñado tantas veces que nos besábamos que mi cerebro está intoxicado de ausencia. Tiene adicción a la ficción. He desquiciado al pobre Freud. He soñado tanto con ella que, a veces, era incapaz de distinguir si la tenía delante o solo sufría otra terrible pesadilla.

© Sara Levesque

 

Borrador para un diccionario de las amantes

Este libro es un regalo de las amantes del pasado para las amantes del futuro.

Sara Torres

Hoy recomendamos Borrador para un diccionario de las amantes, nuevo lanzamiento de la editorial Continta me tienes.

 

Bajo la forma de breves textos dispuestos por orden alfabético, la novelista y referente indiscutible del pensamiento lésbico Monique Wittig, junto con la directora de cine y también escritora Sande Zeig, trazan un bosquejo imaginario del mundo lésbico y de su fantástica historia a través de los tiempos.

Insólita mezcla de erudición, de lirismo y de amor, se trata de un diccionario muy particular, en que las alusiones mitológicas a las amazonas se hermanan con la gozosa celebración de los cuerpos de las mujeres.

Con traducción de Cristina Peri Rossi, ilustraciones de Carla Berrocal y prólogo de Sara Torres.

Sobre las autoras

MONIQUE WITTIG
(1935-Francia, 2003-EE.UU.)

Doctora en lingüística, escritora, poeta y activista francesa, Monique Wittig es una de las precursoras del feminismo materialista en su país. Considerada una autora pionera de la teoría queer, hizo aportes fundamentales al lesbofeminismo. Escribió narrativa, teatro y ensayos; entre sus obras destaca El pensamiento heterosexual.

SANDE ZEIG
(1951-EE.UU.)

Directora de cine y escritora estadounidense. Entre sus películas, destaca The Girl, basada en su relación con la escritora Monique Wittig. Zeig es también la fundadora y presidenta de la distrubuidora audiovisual Artistic Licence Film.

 

Vidas no binarias

«Hay cuerpos que están inventando otras formas de vida».
Paul B. Preciado

Hoy recomendamos Vidas no binarias, el nuevo lanzamiento de la editorial Continta me tienes, con prólogo de Ángelo Néstore.

En este libro una treintena de autorxs narran cómo viven su identidad fuera de los rígidos límites de lo binario, hombre y mujer, cis o trans. Les coordinadores de este libro parecen haber prendido un fuego alrededor del que se sientan personas de muy diversos orígenes —desde Borneo a Reino Unido, pasando por Vietnam o Malta— para hablarnos de su infancia, su adolescencia, la manera que tienen de vivir el género y la neurodivergencia o el embarazo. Para contarnos también de qué se desprendieron para ser más libres y más felices, para hablar de sus familias y pronombres elegidos. Estas historias son un lugar donde mirar cómo será el futuro que deseamos: un futuro donde no existe una manera correcta o incorrecta de vivir el género.

 

 

Más sobre este libro en este enlace.