Entradas etiquetadas como ‘1 de diciembre’

La ficción de un mundo inmune

Fundación 26 de diciembre

 

La Fundación 26 de Diciembre, entre sus objetivos fundacionales, contempla la atención especializada a personas mayores LGTBI con VIH/ SIDA y el fomento de la investigación. Partiendo de estos objetivos, consideramos que tocaba dedicar el VI encuentro de investigación, memoria y experiencias LGTBI al VIH/SIDA, aún muy presente en nuestra comunidad.

‘La ficción de un mundo inmune. Salud sexual, VIH y envejecimiento’ es el VI encuentro de investigación, memoria y experiencias LGTBIQ+, una jornada de carácter interdisciplinar organizada por la Fundación 26 de Diciembre.

Durante la jornada del día 1 de diciembre, en la sede de la Fundación, contaremos con profesionales del ámbito sociosanitario, activistas y artistas, con el objetivo de poner en común los trabajos más novedosos relacionados con el envejecimiento, la salud sexual y el VIH.

Contará con la ponencia inaugural de Vicente Estrada, y las intervenciones de Josep Maria Tomás de SuperVIHvents, José Fley de GtT. Por la tarde tendrán lugar la mesa redonda ‘Artivismo y Comunicación’, con las intervenciones de Andrea Galaxina, Daniel Cortez y Débora Álvarez y, para finalizar la jornada, se ofrecerá la lectura dramatizada de la obra de teatro ‘Dancing Queen. Amar en tiempos del SIDA’.

Para consultar el programa detallado e inscribirse en estas jornadas utiliza este enlace.

 

120 pulsaciones por minuto

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

Película francesa de 2017 dirigida por Robin Campillo que se adentra en la organización parisina Act Up (Pórtate mal) réplica del grupo homónimo fundado en Nueva York en 1987. El objetivo de esta asociación era llamar la atención sobre la pandemia de sida y las personas que la padecían con la intención de obtener legislaciones favorables, promover la investigación científica y la asistencia a las personas enfermas así como la implementación de políticas públicas adecuadas para la erradicación de la enfermedad.

Ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes, 120 pulsaciones por minuto es una cinta emotiva y vibrante con una cuidada puesta en escena y un ritmo que rebosa intensidad.

En una entrevista concedida por Campillo a Cineuropa en 2017, comentó que se unió a Act Up en 1992. Vivió el sida y los años 80 como algo extremadamente violento. En aquella época no se hablaba de ello, había una especie de ley del silencio. Como mucha gente en ese momento, infectada o no, el director de la cinta se integró en el grupo porque estaba enfadado. Quería dejar de ser víctima. El objetivo de Robin Campillo era retratar en la película el momento en el que se rompió el silencio que se cernía sobre el sida .La cinta rinde homenaje a esta época, a todos estos pequeños actos minoritarios convertirtiéndolos en eventos históricos importantes para dar vida a una epopeya de las pequeñas cosas.

Una gran parte del guión está basada en los recuerdos del director. Lo que interesaba a Campillo era cómo la gente se unía al colectivo Act Up para dejar de estar sola y formar una fuerza política con la que identificarse. En este contexto el personaje principal se aparte del grupo al contraer la enfermedad. Según explica el cineasta, lo que pretendía era que el espectador tuviera la misma percepción que él tenía cuando entró en el grupo y no podía entender algunas cosas que sucedían.

La película plantea la cuestión de la vida y de la urgencia. El director quería que la cinta fuera como una metamorfosis y que el espectador no tuviera tiempo de ver cómo se pasa de una escena a otra. Las secuencias tenían que ser ecos de las escenas siguientes mientras la escena anterior permanecía creando así una especie de remanencia durante toda la película. Según comentaba Campillo, la película está filmada de una manera un poco cruda, con la idea de reflejar la prisa, la inmediatez que impone esa urgencia que generaba la enfermedad.

El film se desliza de un género a otro, de un estilo a otro. Tiene elementos de documental, ficción, amor y tragedia. El director quería plasmar esos cambios por su idea de que, en la vida real, nos pasamos a otro universo rápidamente. Según el cineasta, cuando estamos enfermos, la comida tiene otro sabor, hay diferentes estados de subconsciencia, y cosas que vemos todos los días, no las percibimos de la misma manera.

Robin Campillo opina que si Act Up tuvo este impacto, fue porque había gente que no tenía otra opción. Eran sus cuerpos los que hablaban, personas que sufrían, que no tenían todo el tiempo del mundo, que ya eran débiles, que ya se trataban, etc. Según apuntaba, esta situación te colocaba en una situación de emergencia proporcionándote fuerza, poder, energía. Fue una lucha política muy personal. Para él era como la diferencia entre defender una causa y estar en el frente de batalla. La lucha de una comunidad que se creó con la idea de superarse a sí misma.
 

Si fuesen los 80 todo el mundo sabría lo que significa INTRANSMISIBLE

Por Apoyo Positivo (@Apoyopositivo

Alrededor del 1 de diciembre, Día Internacional del Sida, parte de la atención mediática se centra en la situación del VIH en nuestro país, aunque se hace evidente la pérdida de interés hacia una infección que ha afectado, desde sus inicios, a cerca de 75 millones de personas en todo el planeta, siendo más de 30 millones las fallecidas por su causa, y contando con 4.000 nuevas infecciones cada año en España

El poco reparo, no sólo a este virus sino a la salud sexual en general, que nuestra sociedad destina el resto del año, se convierte, en estos días, en un suceder de noticias, eventos, campañas y lazos rojos, representando a una comunidad muy amplia de personas que viven con el VIH, que apenas es visible. Que apenas conocemos. Lee el resto de la entrada »

1-D marginalizado: a por las voces que pocas veces se oyen

Por Alfredo Pazmiño (@alfredo_pazmino), activista LGTB, vih positivo y migrante.

Foto: byourself_4

 

 

Hoy, 1 de Diciembre, Día Mundial de Lucha contra el Sida, se han escrito millones de ‘bits’ y estoy seguro de que todos sumamos en una idea muy clara: el vih ya no es una condena de muerte. Afirmación no del todo cierta a nivel social, ya que son el estigma y la serofobia una de las causantes del ostracismo que viven las personas «marginalizadas» de todo este avance científico y social. La norma nos marca un camino donde los que hemos tenido privilegios lo tenemos más fácil, pero para buena parte de la sociedad, ésta se convierte en una condena ya que jamás estarán representadas en ella y, por tanto, tristemente expulsadas y marginalizadas.

Desde que se le puso nombre a aquella enfermedad terrible que ponía el foco en la población gay y drogodependienta, se viene dignificando la vida de quienes vivimos con el vih, pero, repito, no todas las personas pueden hablar en libertad del vih, en muchos casos ha significado una causa tácita para despedir a personas por el simple hecho de indicarlo en su estado serológico, sin que estuviera en detrimento de su capacidad laboral. También me gustaría hablar de las personas migrantes seropositivas que emprenden este viaje porque tener vih en muchos países del mundo, sí que es una condena de muerte. Lee el resto de la entrada »