Archivo de la categoría ‘Orgullo LGBTI’

Nuestros Orgullos… Serranos

Asociación Delta lgtbiq+ Sierra de Cádiz (@OrgulloSerranoCadiz)

 

Desde nuestra asociación celebrar el orgullo se enmarca en toda una comarca, compuesta por diecinueve municipios y veintidós pueblos. Por esto nuestro orgullo es muy diverso dependiendo de las realidades de cada uno de los pueblos que lo componen, es una andadura de coordinación y puesta en marcha de actividades, encuentros y formas que den visibilidad al colectivo en todo el territorio de la sierra de Cádiz.

La asociación delta lgtbiq+ sierra de Cádiz durante casi una década ha hecho posible que la sierra sea un referente de diversidad, de espacios limpios de fobias al colectivo y de hacer que el colectivo serrano sea mucho más fuerte y esté más unido que nunca. El orgullo serrano es la cita en la cual los pueblos y sus gentes les dicen a la sociedad que el mundo rural es un espacio donde a pesar de todas sus características hace que las personas lgtbiq estén perfectamente integradas en sus pueblos.

Trabajar, ofrecer y ver como en cada pueblo surgen referentes para los más jóvenes son los objetivos que nos marcamos cada año, izar las banderas en los distintos ayuntamientos y dar a conocer la realidad del colectivo en los centros educativos ha hecho que la asociación delta sea un espacio de ayuda, acogida y de respuesta a muchas de las personas que viven en el mundo rural.

La tarea no es fácil, las normas rurales son muy diferentes a las urbanas, los espacios son pequeños frente a los grandes espacios de las ciudades, lo rural es muy distinto a lo urbano. Sin embargo en nuestros pueblos los valores de conocer lo distinto, de darle un lugar, del respeto y la ayuda a las personas que lo necesitan ponen de manifiesto que nuestros pueblos dan lecciones de comportamiento, muchas veces olvidadas en las grandes urbes. El pueblo es más conocedor de la realidad de las personas lgtbiq que la ciudad, el anonimato no es algo común, pues todos se conocen y además conocen las realidades que existen en la comunidad, por un lado muy bueno para llevar una vida normalizada pero a veces muy pesado para quién quiera estar al margen de la primera línea social.

Hacer activismo en lo rural es ponerse en el lugar más vistoso para dar a conocer una realidad que en muchos casos era tabú en las familias, incluso a día de hoy la normalización es a veces muy cuestionada por la sociedad rural. Aún así los logros, la involucración de las administraciones y la aceptación de los vecinos y vecinas hacen que palabras como libertad, expresión sin problemas y compromiso se conviertan en espacios privilegiados para el colectivo lgtbiq serrano, y eso es un privilegio y un orgullo, orgullo que cada año damos a conocer en todos nuestros pueblos y son la expresión de  que el colectivo rural, lgtbiq, tiene   mucho que decir dentro de los orgullos que se celebran.

Asociación Delta lgtbiq+ Sierra de Cádiz (@OrgulloSerranoCadiz)

Orgullo Gai: Andalucía, 1981

Pablo Morterero (@pabloMorterero)

 

 

Hace 40 años, el Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA) organizó por primera vez en Andalucía una agenda trans-provincial del Orgullo Gai, con actos en Granada, Málaga y Sevilla.

Reconstruir la historia del movimiento homosexual español en general, y andaluz en particular, es extremadamente complicado: la fragilidad de la memoria de los y las protagonistas e incluso la voluntad de olvidar de algunas y algunos, así como la falta de fuentes escritas por las más variadas circunstancias, hacen que a veces pase de ser una tarea titánica a directamente una labor imposible.

Esta incertidumbre se extiende a la celebración en nuestra Comunidad Autónoma de lo que hoy conocemos como Orgullo LGTBIQ.

Barcelona fue la primera ciudad que acogió en junio de 1977 una movilización en favor de los derechos de gais (entre los que entonces se incluían a las mujeres trans) y lesbianas, siguiendo la senda de diferentes capitales europeas que replicaron la primera manifestación del 28 de junio en Nueva York en 1970 para conmemorar los disturbios producidos un año antes en Stonewall.

Aquella primera movilización del activismo barcelonés (que se repitió en diciembre del mismo año en contra de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social) preparó la que sería la primera acción coordinada en todo el territorio nacional a través de la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español (COFLHEE) en 1978.

La COFLHEE fue la primera organización mixta (de gais y lesbianas) que aspiró a articular el naciente movimiento homosexual español, y que dejó paso a la FELGTB en los años 90.

Una de las reuniones preparatorias para dicha movilización se celebró en Sevilla en la primavera de aquel año y desembocó en la convocatoria de manifestaciones y mítines por varias ciudades españolas para el domingo 25 de junio de 1978 por el “Día Internacional de la Liberación Homosexual” ya que hasta un año más tarde no se adoptó el término “Día del Orgullo Gay” (que se convirtió posteriormente y durante pocos años en “Orgullo Gai”).

Creemos saber que, en Andalucía, solo Sevilla celebró un acto aquel 25 de junio. En concreto un mitin multitudinario (asistieron unas mil personas según distintas fuentes) convocado por el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionario (MHAR) en los locales que el Sindicato Comisiones Obreras disponía en la calle Calatrava, muy cerca de la Alameda de Hércules, y que posteriormente continuó con una concentración y finalmente una manifestación que desde la plaza del Triunfo continuó hasta el Prado de San Sebastián, donde terminaron un valiente grupo de unas 30 personas.

Al año siguiente, 1979, el MHAR celebró otro mitin en los mismos locales de CCOO con una afluencia muy inferior, y que supuso el último acto documentado de la primera organización homosexual sevillana, la cuarta organización de la entonces región andaluza.

Porque el movimiento homosexual andaluz nació en Málaga con la Unión Democrática de Homosexuales (UDU) en 1976, contándose para 1977 con al menos tres organizaciones más, además de la UDH: en Granada existía el Movimiento de Liberación Homosexual y el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR); y en Sevilla el citado MHAR. 

Y afirmamos que al menos tres, porque la prensa de 1978 recoge que en junio de aquel año existía en las provincias de Sevilla, Córdoba y Granada el Frente de Liberación Homosexual (FLH) sin que se aportara datos de cuando se constituyeron.

Esta información está en contradicción con lo afirmado posteriormente por fuentes orales y documentales del que luego pasaría a llamarse Frente de Liberación Homosexual de Andalucía (FLHA), según las cuales el Frente de Liberación Homosexual de Granada se creó en 1979, el Frente de Liberación Homosexual de Sevilla en 1980 y el propio Frente de Liberación Homosexual de Andalucía en 1981, en la parroquia de San Idelfonso de Granada.

Nuestra hipótesis es que los Frentes de Liberación Homosexual de Sevilla, Córdoba y Granada de 1978 (tal vez de 1977) no se consolidaron, y que posteriormente fueron refundados por activistas desconectados con el pasado. Según las fuentes orales y documentales a las que hemos tenido acceso (que no necesariamente refleja la realidad de la época) en la primera mitad de la década de los 80 el FLHA fue la única organización homosexual andaluza.

Según un folleto del FLHA de 1984, “Hace cuatro años, con motivo del Día del Orgullo Gai, aparecieron en las calles sevillanas carteles de hombres y mujeres abrazados que convocaban a una reunión – a la que siguieron otras – que puso de manifiesto la existencia de un grupo de personas especialmente interesadas por el tema de represión y discriminación homosexual.”

“Las cosas” continua el folleto “no estaban – no está – bien para los gais y creíamos – creemos – que se podían mejorar. Nos planteamos unos objetivos – inmediatos unos, a largo plazo otros – y unas bases de funcionamiento. Contamos con otros grupos existentes en Granada y Málaga y uniendo esfuerzos organizativos nacía el FLHA en mayo de 1981. Aquel año se celebró en Granada, Málaga y Sevilla el Día del Orgullo Gai con fiestas y alguna charla”.

Y es que el impulso inicial del movimiento homosexual español a finales de los años 70 (cuando las manifestaciones de Barcelona y Madrid convocaban a miles de personas) desapareció tras la exclusión del estado de homosexualidad de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social en diciembre de 1978. En Madrid, por ejemplo, de las 7.000 a 10.000 personas que convocó la manifestación madrileña de 1978, se pasó a unas 600 en la manifestación de 1980.

Pero el FLHA (que era miembro de la COFLHEE), a pesar de no tener fuerzas suficientes ni apoyo social para convocar manifestaciones en aquella década, sí tuvo la capacidad de organizar por primera vez una agenda regional del Orgullo Gai con fiestas y charlas en las distintas provincias andaluzas donde tenía presencia.

Cuarenta años después, debemos seguir homenajeando a aquellos valientes activistas que abrieron paso a los avances legales y sociales de los que hoy, a pesar de todas las dificultades, disfrutamos las personas homosexuales (lesbianas y gais), bisexuales, trans e intersex.

 

El Pasaje Begoña en la memoria LGTBI+ (segunda parte)

Asociación Pasaje Begoña (@pasajebegona)

 
EL PASAJE BEGOÑA EN LA MEMORIA LGTBI+. Primera Parte. 

*(Con motivo del 50 aniversario de la redada del Pasaje Begoña, en 1 de cada 10 vamos a dedicar varios días a compartir textos sobre su memoria, curiosidades, clientela habitual y devenires. Gracias a Asociación Pasaje Begoña por compartirlo en este espacio.) 

 
En este primer anexo nos aproximaremos a algunas de las personas que dejaron huella en el Pasaje Begoña, ya fueran visitantes puntuales, trabajadores, clientes, empresarios o artistas que actuaron en los pequeños locales. Con ellos se encontraron los miles de visitantes y turistas, tanto españoles como extranjeros, llegados de todos los rincones del mundo buscando evadirse de la vida cotidiana y, en muchos casos, expresar su identidad y liberarse de miedos y prejuicios. El Pasaje Begoña formó parte de sus vidas y todos ellos fueron conformando la historia de lo que se definió como una isla de libertad en el contexto de la España puritana marcada por la represión franquista. De esta forma, hicieron posible que este pequeño pasaje se convirtiera en uno de los máximos exponentes de la convivencia y el respeto a la diversidad. Al fin y al cabo, el sentido del Pasaje se lo dieron aquellos que lo hicieron posible, los que disfrutaron de las noches de diversión y también aquellos a quienes les tocó experimentar la dureza de la Gran Redada.

 Ha sido muy difícil seleccionar a los personajes más relevantes del Pasaje Begoña porque cada una de las personas que lo frecuentaban tenía una historia única digna de ser contada. Aun así, hemos elegido algunos ejemplos significativos que dan cuenta de la diversidad precisamente con el fin de visibilizar el significado y la proyección de este extraordinario lugar. Para ello rememoramos parte de sus biografías y de momentos anecdóticos referidos al Pasaje que permanecen en los recuerdos de las personas que vivieron, y que continúan viviendo, el espíritu del Pasaje Begoña.

Amanda Lear (Ho Chi Minh, 1939). Es una famosa cantante, modelo, pintora y escritora francesa que trabajó anteriormente como stripper bajo el seudónimo de Peki d’Oslo. Actuó varias veces en la parrilla del hotel Pez Espada de Torremolinos y frecuentaba la playa del Bajondillo y el Pasaje Begoña junto a su amigo Ramón Cadenas. Desfiló para renombrados diseñadores como Paco Rabanne, Yves Saint Laurent y Coco Chanel. Fue musa de Salvador Dalí, con quien se llegó a decir que mantuvo una relación muy especial. Siempre se ha especulado sobre su identidad transexual. 

Ángel López Peláez. Habitual del Pasaje Begoña, era conocido como Alpelae. Nació en Adamuz, Córdoba, pero se trasladó a Canarias para ganarse la vida, donde realizó incursiones en el boxeo. Después de un tiempo, colgó los guantes, se hizo con una cámara fotográfica y aterrizó en Torremolinos. Gracias a su carisma, sentido del humor e imaginación, se convirtió en uno de los personajes más populares del lugar. Fue el primer fotógrafo ambulante que utilizó una cámara Polaroid (que había traído de las islas). Vestido de torero, se hacía acompañar de payasos e incluso de monos, crías de tigre y leones que ponía en brazos de los turistas al tiempo que disparaba su máquina; nadie le rechazaba una fotografía. También introducía una nota de humor utilizando la ventriloquía con actuaciones espontáneas, como la popular «¿ratita, ratita!, ¿te quieres casar conmigo?», que calaba en el público nativo y foráneo.

Coccinelle (París, 1931 – Marsella, 2006). Fue una célebre actriz, vedette y cantante transexual francesa. En 1953 surgió con el nombre de Coccinelle (‘mariquita’ o ‘catarina’ en español) y debutó como corista y vedette en el salón de female impersonators y drag queens Chez Madame Arthur, donde realizaba imitaciones de la actriz francesa Danielle Darrieux. Eventualmente trabajó también en el club nocturno parisino Le Carrousel, donde alternó con figuras como April Ashley y Bambi, otras destacadas vedettes trans. Se dice que su inspiración e ideal femenino era Marilyn Monroe. En su país fundó la asociación Dévenir Femme para ayudar a las personas que deseaban cambiar de sexo. Acudió a Torremolinos para participar en la película Días de viejo color, del director español Pablo Olea, y actuó en varias ocasiones en la sala de fiestas Le Fiacre, según testimonios de la época.

Doris Alza. Es una mujer trans y activista LGTBI de la Sierra de Cádiz. Con apenas veintidós años se trasladó a Torremolinos, donde vivió casi un año y consiguió trabajo en el hotel Riviera. El ambiente de libertad de Torremolinos en general y del Pasaje Begoña en particular la hicieron muy feliz durante ese período. La primera vez que Doris visitó el Pasaje Begoña entró descalza, «como Brigitte Bardot». «Yo era muy moderna y hippie», afirma en sus memorias. Recuerda con mucho cariño sus noches en los locales de este emblemático callejón, como el bar Ye-Ye, un club con música en directo donde vio a los Brincos y a los Rebeldes. Con su humor habitual, Doris Alza nos cuenta que, cuando sonaba la canción Los chicos con las chicas, de Los Bravos, todo el local cantaba por encima «los chicos con los chicos tienen que estar».

Elmyr de Hory (Budapest, 1906 – Ibiza, 1976). Su nombre de nacimiento era Hoffmann Elemér. Fue un famoso pintor y falsificador húngaro fetiche de Orson Welles que durante su vida vendió más de mil cuadros falsificados. Sus falsificaciones ganaron fama después de que Clifford Irving le dedicase un libro y posteriormente apareciese en el documental Fraude (F for Fake), de Orson Welles. A finales de los sesenta, y forzado a escapar de Ibiza, decidió buscar un nuevo paraíso y se instaló en la Costa del Sol. Fue entonces cuando visitó con frecuencia el Pasaje Begoña. La Gran Redada del Pasaje Begoña de 1971 precipitó su regreso a Ibiza.

Fook Hing Lam Chiu. En Torremolinos es más conocido como Pablito. Es originario de Hong Kong y tiene dos hijas nacidas en este municipio de la Costa del Sol, Sonia y Mari Carmen. Fue propietario del restaurante chino Oriental del Pasaje Begoña. Pablito se hizo querer por su amabilidad y simpatía en las calles torremolinenses. Su lista de clientes era muy amplia y variopinta y en ella se incluían las mayores celebrities del momento. A modo de reclamo, Pablito colocaba a sus ancianos abuelos en la puerta del restaurante vestidos de chinos mandarines. Su negocio creció tanto que en 1967 se trasladó a un local más grande en la calle Antonio Girón de Torremolinos, al que llamó Cantón. Posteriormente, y con este mismo nombre, se estableció muy cerca, en la plaza de la Gamba Alegre.

Grace Jones (Spanish Town, 1948). Es una cantante, compositora, supermodelo, productora y actriz jamaicana. Comenzó su carrera de modelo en Nueva York y, más tarde, se trasladó a París, donde trabajó para firmas como Yves Saint Laurent y Kenzo y apareció en las portadas de prestigiosas revistas de moda como Elle y Vogue. Se hizo conocida mundialmente por su apariencia andrógina tan característica. Trabajó una temporada como gogó en la sala Le Fiacre del Pasaje Begoña.

Guelfo Tamellini. Revolucionó el mundo de la noche en Torremolinos con la inauguración de la discoteca Piper’s en los bajos del Pasaje Begoña. Este mítico local de 500 m2 abrió sus puertas en octubre de 1967 y fue creciendo hasta superar los 2000 m2 y batir récords de todos los tipos: de volumen de consumiciones, aforo, número de salas, etc. Muchos cantantes de la época presentaban sus discos en Piper’s como grandes estrenos y llegó incluso a recibir la visita de Madonna años más tarde. Pocos locales como este marcaron tanto a tantas personas. Durante años se convirtió en un referente de las noches de diversión de la Costa del Sol y apareció en distintas novelas sobre Torremolinos. 

Helmut Berger (Bad Ischl, 1944). Este actor austriaco, que llegó a ser pareja de Luchino Visconti y protagonista de muchas de sus películas, fue cliente del Pasaje Begoña durante su juventud. Su local preferido era La Boquilla. Entre los asiduos al Pasaje Begoña era conocido como la Semáforo por su costumbre de apoyarse junto a un semáforo cercano para esperar a sus amigos. En sus años de fama en el cine fue declarado por la revista Vogue «el hombre más guapo del mundo».

John Lennon (Liverpool, 1940 – Nueva York, 1980) y Brian S. Epstein (Liverpool, 1934 – Londres, 1967). John Lennon y el mánager de The Beatles, Brian S. Epstein, visitaron Torremolinos en 1963. El propio Lennon lo narra en sus memorias, donde aborda el tema gay: «Me fui de vacaciones a España con Brian Epstein, y circuló el rumor de que teníamos una relación amorosa. Bueno, fue casi una relación amorosa, pero no del todo. Nunca se consumó. Pero fue una relación muy intensa. Fue mi primera experiencia con un homosexual que yo sabía que lo era… Solíamos sentarnos en un café de Torremolinos mirando a todos los chicos y yo decía: ¿Te gusta este? ¿O este otro? Yo más bien disfrutaba con la experiencia, pensando todo el rato como un escritor: “Estoy experimentando esto”». A ambos les gustaba sentarse en la planta primera del Pasaje Begoña en una silla de plástico junto a la barandilla y observar a los muchachos que por allí pasaban. Recientemente, la viuda de John Lennon, Yoko Ono, ha salido al paso de los rumores sobre la sexualidad del cantante y ha reconocido su bisexualidad, así como la relación afectivo-amorosa entre su marido y su mánager. Brian Epstein frecuentó el Pasaje Begoña en diversas ocasiones hasta su muerte en 1967.

José Antonio Nielfa (Bilbao, 1947). Más conocido como la Otxoa, es considerado el primer gran travesti de España. Cantante y compositor ingenioso, fue autor, entre otros muchos éxitos, del himno LGTBI Libérate. Activista histórico LGTBI, a través de sus canciones ha contado las más variopintas historias de diversidad sexual, casi todas protagonizadas por gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. La Otxoa siempre ha defendido que la visibilidad LGTBI, incluso en plena Dictadura, ha sido la mejor forma de reivindicar. Trabajó en el bar La Sirena (que era de otro vasco, Ángel Larrinoa) y en el Apollo, donde conoció a artistas como Massiel, Mikaela y el Dúo Dinámico. Además, frecuentaba otros como Le Fiacre, donde Grace Jones bailaba como gogó, o el Jaleo, con la bailaora Mariquilla. Recuerda Torremolinos y el Pasaje Begoña «como un cuento de hadas, la gente, las tiendas, el ambiente, un lugar de libertad y diversión sana, y de mucho ligue».

José Eduardo Gómez y Salvador Rodríguez. Conocidos artísticamente como la Petróleo y la Salvaora, respectivamente, son dos mujeres transexuales (recordemos que el término transexual comienza a usarse en los años noventa y que hasta ese momento se utilizaba erróneamente la palabra travesti o travestido). La historia de la Salvaora y la Petróleo es muy entrañable. Son amigas de toda la vida y pareja artística. Fueron nombradas, en plenos años sesenta, reinas del Carnaval de Cádiz. Se conocieron cuando tenían trece y diecinueve años. Frecuentaban Torremolinos y el Pasaje Begoña con las míticas Manolita Chen, la Tanque y la Marifé. Posteriormente acompañaron a la mismísima Lola Flores en conciertos por todo el mundo. En los patios de vecinos de Cádiz, la Petróleo y la Salvaora fueron protagonistas de numerosísimas comparsas. Son muy queridas y respetadas en toda Andalucía.

 

Manolita Chen, la Petróleo y la Salvaora. Cedida por Manuela Saborido.


José Lacuey Pueyo (Sos del Rey Católico, 1935 – Torremolinos, 2004). Pepe Lacuey, como se le conocía popularmente, fue un referente de la vida torremolinense. Estudió arte, solfeo, guitarra y canto en Barcelona. Después de residir en París y en otras ciudades europeas, se instaló en Torremolinos en 1964. Hombre polifacético, Pepe fue también pintor, escultor, músico y poeta. Abrió el bar El Trobador (con b) en el Pasaje Begoña, lo que le permitió conocer a la mayoría de las personalidades de la época de esplendor de Torremolinos y de este callejón en particular. Pepe Lacuey fue una persona muy querida en este municipio.

Manuela Saborido Muñoz, Manolita Chen (Arcos de la Frontera, 1943). Es una mujer trans que desde los cuatro años ya se sentía niña y que siempre tuvo que soportar la discriminación, el maltrato y el rechazo de los suyos. Su vida está llena de momentos agridulces. A mediados de los sesenta, Manolita llegó a Torremolinos y quedó deslumbrada por los neones y el ambiente de libertad del Pasaje Begoña. Allí conoció a personas como ella, tan distintas como fascinantes: la Petróleo, la Salvaora, la Tanque, Juanita la Burra… En Torremolinos comenzó a trabajar en El Gato Viudo, de donde guarda muy buenos recuerdos porque allí por fin pudo ser ella misma. Fue la primera mujer trans de España en tener su identidad real en el DNI y consiguió también ser la primera madre transexual en nuestro país, al adoptar a cinco niños con graves discapacidades. En una de las entrevistas que tuvimos con ella nos cuenta que se casó por el rito trans. Destacó en el mundo del espectáculo y fue una reconocida vedette en España y fuera de nuestras fronteras. Además, se convirtió en empresaria de éxito en Arcos de la Frontera.

 

Manolita Chen. Cedida por Manuela Saborido.

María de los Ángeles Félix Santamaría Espinosa, Massiel (Madrid, 1947). Es una cantante, actriz y compositora española. En 1968, con veintiún años, llegó su gran oportunidad de ganar el Festival de la Canción de Eurovisión en el Royal Albert Hall de Londres con el tema La, la, la, escrito por el Dúo Dinámico. Su triunfo supuso una gran sorpresa, ya que superó al favorito, el británico Cliff Richard con su tema Congratulations. A partir de ahí se consagró su carrera como cantante en la esfera nacional e internacional, con temas tan conocidos como Deja la flor, Lady Veneno, Brindaremos por él, Mirlos, molinos y sol, Tiempos difíciles, El Noa Noa, Eres, Acordeón o El amor. Massiel también fue una de las famosas clientas del Pasaje Begoña, lugar que visitó especialmente en 1967 gracias a su participación en el rodaje de la película de Pedro Olea Días de viejo color, que transcurre en Torremolinos y que incluye numerosas escenas grabadas en locales de este emblemático callejón.

Marie-Juliette Gréco (Montpellier, 1927). Es una cantante y actriz francesa que fue apodada por la prensa «la musa de los existencialistas». Llegó a ser una figura habitual en los cafés, en los que alternaba con personajes como Miles Davis y Jean Cocteau. Fue una de las voces más reconocidas de la canción francesa y entre sus éxitos destacan Si tu t’imagines y Les feuilles mortes. Sus principales películas son Las raíces del cielo y El sol sale para todos. Frecuentó la Costa del Sol en pleno despegue del turismo. Fue clienta del Pasaje Begoña y actuó varias noches en la sala Le Fiacre, el establecimiento afrancesado que más tarde sería absorbido por la discoteca Piper’s. Sartre llegó a decir que la cantante tenía «millones de poemas posibles» en la garganta. Juliette Gréco se apoyaba en el micro y cantaba letras de Gainsbourg y poemas de la vanguardia.

Micaela Rodríguez Cuesta (Sevilla, 1936 – Madrid, 1991). Más conocida por el nombre artístico de Mikaela, fue una cantante de copla y actriz española. Grabó su primer disco en 1956 y se convirtió en un éxito radiofónico de la época que le sirvió de trampolín para hacer papeles secundarios en películas y papeles principales en obras de teatro y espectáculos musicales. Recibió un contrato para viajar a México, donde actuó en obras de teatro, cine y televisión. A partir de entonces, apareció en diversas televisiones internacionales, y en 1964 grabó uno de sus grandes éxitos: El toro y la luna. A lo largo de su trayectoria artística se relacionó con literatos de la época e interpretó papeles y canciones firmadas por poetas e intelectuales. Fue una clienta asidua y muy popular del Pasaje Begoña, donde actuó en diversas ocasiones.

Miguel de Bonanza, la Miguela. Fue un popular transformista y defensor de los derechos del colectivo LGTBI. Era propietario de un legendario bar en Benalmádema, Casa Miguel, por el que, desde finales de los años sesenta, pasaron cantaores, actores, toreros y muchas celebridades. Quienes lo conocieron destacan su extraordinaria valía artística y humana y, sobre todo, su sentido del humor. Algunos recuerdan cómo en una de las redadas que habitualmente hacía la policía en Torremolinos (especialmente en el Pasaje Begoña) durante el franquismo, vieron correr de repente a la Miguela hacia el furgón policial y, al preguntarle a dónde iba corriendo, respondió: «Es que esta vez quiero ir sentada».

 

Fotomontaje cedido por Carlos Cañadas Campoy.

Soy Luisa, la monstrua

Juan Andrés Teno (@jateno_)

Soy Luisa la Monstrua, vieja, fea y pobre; aunque hace muchos años fui un niño guapo que jugaba, feliz, saltando la espuma del mar. Tuve una madre con manos impregnadas en jabón que me abrazaba y me llenaba de besos y un padre que me incrustó la plancha ardiendo en la cara cuando me sorprendió vistiendo las enaguas de mi hermana. Alcancé la madurez con el golpe y supe quien era buscando la causa de las quemaduras.

Un día de primavera robé los ahorros de mi casita marinera y me planté radiante en una Barcelona que creía me daría la oportunidad de ser lo que siempre fui y nunca me dejaron ser. Aunque cantaba y baila como la que más, mi deformidad facial me vomitó directamente a la noche del barrio chino, a los abrazos de veinticinco pesetas y al sexo no deseado de hombres oscuros.

Mi dinero de puta de calle me procuró las primeras hormonas y, años más tarde, muchos años más tarde, una operación clandestina que me robó cualquier placer en la cama, pero que me devolvió la dignidad plena de mujer que nunca deberían haberme negado.

Pasé por la cárcel, como muchas otras, no por vender mi cuerpo, sino por ser un peligro social en un país que estaba enfermo. Lloré mucho hasta ser una mujer reconocida por todas y cuando lo tuve en mis manos supe que seguiría sufriendo por no ser hombre y perder privilegios.

Un 26 de junio, en año 77 del siglo pasado, me lancé a Las Ramblas con mi pancartita de puta feliz, soñando con un país más amable para quienes apenas salíamos a pasear al sol y derretíamos nuestro futuro en sábanas usadas de miserables pensiones.

Esa España de libertad, que me metió en las venas un chico rubio del FAGC, llegó, pero lo hizo demasiado tarde para mi. Es cierto que puede adoptar con orgullo el nombre mi madre en mis papeles oficiales. Sí, ya era Luisa, aunque nunca dejé de ser La Monstrua. 

Fui joven y alegre y tuve un novio alto y fuerte, un toro azul que me bebía la vida en cada mirada. Besaba mis cicatrices con pasión y en sus brazos era una diosa inmaculada y pura. En sólo tres años el sida me lo robó lleno de llagas y terriblemente delgado. A él le dediqué todos mis ahorros en un entierro maldito al que no quiso acompañarme nadie. Con mis lágrimas aboné una tumba de margaritas que nunca pude olvidar.

Me lancé de nuevo a la calle y seguí amando mentiras y mojando camas que no eran la mía, soñando siempre con aquel hombre joven que seguía susurrándome versos al oído. Crecieron cicatrices en mi espalda y el sudor y el olor a tabaco de hombres ajenos me envolvían día y noche mientras devoraba todos los libros que caían en mis manos, libros que me llevaban a otros lugares y otros destinos donde poder ser feliz.

Se hizo una luz catódica en nuestro camino. A mis compañeras de calle las entrevistaban periodistas sedientas de otra Veneno en el chino barcelonés, pero mi cara quemada y las inyecciones baratas de silicona clandestina me hacían imposible reivindicar ante una cámara, aunque fuese la que más había leído, la que más sabia: seguía siendo Luisa la Monstrua.

Una mañana de invierno tuve que llorar a mi madre muerta en la puerta de la iglesia, primero, y tras la verja del cementerio, después, porque mi padre me negó la entrada y me zarandeó entre insultos y amenazas policiales. Dos años después, fui yo, sola, la que le limpió los últimos humores y la que lo amortajé con el triste y raído traje de su boda. Acaricié sus nervadas manos no queriendo olvidar las tardes de otoño en las me enseñó a pescar mientras acariciaba mis rizados cabellos. Supe que tenía que perdonarle para poder seguir viviendo.

Me llegó la vejez y la acepté plácidamente, pero seguía trabajando con mi cuerpo, ya agrietado por los años, frio, casi inerte, siempre suspirando por aquel novio joven que me envolvió en sonrisas durante tres veranos. Mi esfuerzo era intentar ahorrar para que cuando mis huesos se quebrasen pudiera comer, aunque fuera una vez al día. Sólo tenía a mis queridas amigas de la calle, con quienes compartía el chocolate caliente en el que mojábamos nuestras lágrimas y regábamos con carcajadas estruendosas antes de volver a las esquinas.

Hace unos meses escuché en la radio que nos llaman mutantes, que abusamos de los niños, que lo nuestro sólo es un deseo, que no es real. Ese no es el feminismo que he leído y la sororidad que he practicado en las calles. Me levanto, me miro al espejo y las cicatrices me recuerdan lo mucho que me ha costado llegar y que no puedo claudicar. Mi dolor no pueden heredarlo las que vienen detrás, ni los golpes, ni las zonas oscuras… Nunca, nunca renunciaré, aquel chico del FAGC me lo inoculó y mi activismo durará siempre.

Tengo la alacena de mi pequeño piso del Raval llena de lentejas y arroz. Vivo en cuarentena constante y no es la pandemia lo que me preocupa sino que no haya nadie que me cierre los ojos cuando todo acabe. He tenido la triste suerte de cumplir demasiados años y ver morir, una a una, a todas mis amigas del Chino. A todas las maquillé dentro de su ataúd, todas volaron guapas y lloradas. Pero para mí no habrá lágrimas.

La semana pasada salí por última vez de la casa y una chica que se ofreció a llevar mis bolsas hasta la casa me dijo “señora”. En 95 años era la primera vez que lo oía: “señora”, “señora”, “señora”.

Hace dos días que no puedo levantarme a hervir arroz, el único alimento que ingiero desde el martes. Sólo tengo fuerzas para manejar este lapicero que brinca desbocado entre reglones.

Las persianas están bajadas y no sé si es de día o de noche.

Tengo sueño, mucho sueño.

A veces creo que veo amanecer desde la casita de mi infancia.

Siento que el sol y la brisa acarician mi rostro.

Oigo que me llama mi madre.

Huelo sus manos.

Tengo sueño

Soy tu hija, mamá ¿dónde estás?

JUAN ANDRÉS TENO

Periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Cuenta en Twitter: @jateno_ 

Blog: https://familiasdecolores.wordpress.com/

 

50 Años del Pasaje Begoña: de la Gran Redada a ser declarado Lugar de Interés Turístico

Por José Luis Yagüe Ormad. 

Asociación Pasaje Begoña (@pasajebegona)

 

EL PASAJE BEGOÑA EN LA MEMORIA LGTBI+. Parte I.*

*(Con motivo del 50 aniversario de la redada del Pasaje Begoña, en 1 de cada 10 vamos a dedicar varios días a compartir textos sobre su memoria, curiosidades, clientela habitual y devenires. Gracias a Asociación Pasaje Begoña por compartirlo en este espacio.) 

 

El 24 de junio del 2021 se cumplen 50 años de la Gran Redada de Torremolinos que acabó con el esplendor y el halo de libertad y modernidad que se respiraba en el famoso Pasaje Begoña. En Sevilla, el alcalde Juan Espadas, acompañado del alcalde de Torremolinos José Ortiz y otras personalidades, entre las que se espera la presencia del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y representantes de Stonewall, de Nueva York y de Pulse, en Orlando, van a presidir un acto conmemorativo en la sede de la Fundación Cajasol.

Aquella monumental Redada que precisó movilizar a todas las fuerzas de Orden Público de Málaga y provincia para detener a más de 400 personas, que fueron hacinadas en la pequeña travesía lateral del Edificio de La Aduana, en cuyos bajos estaba la Comisaria de la Policia Nacional y en los pisos superiores las dependencias del Gobierno Civil y la residencia del gobernador, fue vivida de forma directa por el periodista José Luis Yagüe Ormad, aquel día actuando como Redactor Jefe al frente de la Redacción, situada en una primera planta de la Alameda Principal, del Diario “SOL de España”, cuya Dirección, Redacción, Rotativa y Talleres de impresión se encontraban entonces en la calle Valentuñana alta, en Marbella. 

Dos jóvenes e intrépidos becarios que hacían las prácticas de periodismo en aquella Redacción situada encima de “Electrodomésticos Gallardo”, en el lateral derecho de la Alameda, subieron corriendo las escaleras sofocados. “Tenemos la exclusiva del año, exclamaba Luis. Pero la Policía Armada (los grises) nos ha requisado los magnetófonos donde teníamos entrevistas y testimonios, que vamos a tratar de reconstruir”, decía a José Luis Yagüe, que pronto los animó a escribir todo y pasar a informarse el mismo de la situación.

De esta forma fue como el diario “SOL de España” dio un amplio reportaje sobre lo sucedido. Los otros medios se limitaron a una escueta “nota oficial” donde se trataba de justificar la Gran Redada. Pero ya las cancillerías europeas se habían puesto en marcha para reclamar a Franco la libertad inmediata de sus súbditos, ya que además de turistas de diversos países, entre los detenidos había hijos de ministros y personalidades de relieve en Europa. La prensa extranjera se hizo eco dando la relevancia extrema que merecía.

  Hoy, 50 años después, el periodista José Luis Yagüe Ormad que vivió el esplendor de las noches de Torremolinos y el deslumbrante mundo de arte y libertad que se disfrutaba en el Pasaje Begoña, nos regala el siguiente relato:

 

Torremolinos, donde nació el auge turístico de la Costa del Sol

En los años 65-70 Torremolinos era la joya de la corona del turismo español. La plaza Costa del Sol era un hervidero de gentes dispuestas a pasarlo bien. El tablao flamenco El Jaleo ofrecía su llamativo cartel. Sentarse a tomar algo y ver pasar a la gente en el mítico bar Pedro’s era un privilegio. El flamenco hacía furor. Se hicieron famosas las juergas flamencas en El Mañana y más tarde en Las Cuevas, en la cuesta de Las Mercedes, que era una sucursal de Las Brujas de Madrid. Cuando actuó La Contrahecha con el ballet de Las Brujas, aquello fue un acontecimiento.

 Pero el ambiente se concentraba en torno a la plaza Costa del Sol. Allí en un sótano estaba la discoteca Le Bilboquet con un ambientazo increíble. Y subiendo un poco la cuesta hacia el Mercado, El Dorado tuvo unos años de gran esplendor.

No hacía mucho que Frank Sinatra había sido detenido por la Policía Armada en el hotel Pez Espada, harto de insultar a Franco. El Pez Espada era el no va más y sus propietarios el joyero Mato, de Madrid y el constructor vasco Alberola, lo mimaban en todos sus detalles. Al lado, el Remo concitaba a muchas personalidades y el club de playa era una gozada. Y Antonio, que nunca ocultó su condición gay, abría la hilera de monumentos al “pescaito” de La Carihuela, compitiendo con Prudencio, cuyo sobrino Félix Cabeza, era el camarero más simpático y avispado de la plantilla. Tanto que en pocos años después, montó el imperio de La Dorada con los mejores restaurantes de pescado de Sevilla, Madrid, Barcelona y hasta París.

En Torremolinos se despertó el auge del turismo en España. Conocí a un juerguista constructor vasco que triunfaba en Londres, Jesús Tamborero, que harto de que la Guardia Civil le cerrase una y otra noche el local nocturno de su pequeña urbanización de bungalows en la desembocadura del rio Guadarranque, lleno de ingleses que volaban hasta Gibraltar, aprovechó que el ministro del Aire, general González Gallarza (uno de los dueños de la Ginebra Larios) empezó a permitir que la cerrada base militar de El Rompedizo donde se posaban 50 bombarderos alemanes Heinkel-111, los famosos “Pedros”, recibiera vuelos comerciales de Gran Bretaña, Bélgica y Francia para empezar a traer a Torremolinos los primeros charter de ingleses, a los que pronto se unieron los vuelos de Sabena, belga,  la holandesa  KLM y más tarde Transavia que le llenaba el hotel Alay a Miguel Sánchez, su entonces director.

Era el boom del Turismo. Y Torremolinos había cogido la delantera. Hasta el príncipe Alfonso de Hohenlohe a la sazón presidente de la Cooperativa de Promotores de la Costa del Sol que construyó el Palacio de Congresos de Torremolinos, había montado una sucursal del Marbella Club en el King Club de la Nogalera, con un restaurante de gran lujo y exquisiteces junto a una deliciosa boite que contribuía a dar ambiente a las ya famosas noches de Torremolinos, casi enfrente de la recién inaugurada Tifanys.

Aquel ambientazo de la plaza principal de Torremolinos discurría hacia la playa del Bajondillo por la calle San Miguel, todo tiendas con la última moda, algún souvenir para contentar a los turistas y allí mismo el asador de Frutos, abierto hasta la madrugada con sus chuletones a la parrilla y las exquisteces de esa cocina castellana que le ha hecho famoso. Frutos Herrranz Sanz llegó desde Castilla y su primer chiringuito lo tuvo en la gasolinera Los Alamos, justo al lado de donde luego construyó su gran restaurante. Frutos era el gran complemento de la calle San Miguel y sobre todo de su más famoso punto de encuentro: el pasaje Begoña.

El Pasaje Begoña era algo único en aquella España que  quería abrirse al turismo y a las libertades de disfrute y ocio,  tal y como pensaba y deseaba el ministro Manuel Fraga con su mente abierta a la Europa que se estaba fraguando.

Era el Pasaje Begoña algo único e impensable en aquellos últimos años del franquismo. Un reducto de luces de colores, de la mejor música, de bares de diferente ambiente y música.

Pia Beck encandilaba con su romántica música al piano, mientras las parejas de chicas se cogían de la mano, se acariciaban y besaban dando rienda suelta a sus verdaderos sentimientos. 

En cada uno de aquellos sitios de música, ambiente y placer había algo diferente. Algunos de aquellos bares, con entreplantas, permitían el goce de la compañía de dos chicos que se gustaban y se complacían. Y también otros donde el hetereosesual podía estar con la chica que le apetecía. No había distingos. El pasaje Begoña, con sus bares y pubs uno tras otro era el paraíso de la libertad y el disfrute. No hacía falta ser gay o lesbi para disfrutar de la música, del ambiente, de tomar una copa a gusto, de la compañía grata que no tenía porqué ser obligatoriamente del mismo sexo. Había muchas parejas que iban a tomar una copa al pasaje Begoña, para oír el piano de Pía Beck o para deleitarse con la intimidad de las luces de colorines del neón, con la música y el ambiente.

En el Pasaje Begoña, igual que en el Bilboquet, en El Dorado o en El Jaleo, veías gentes de media Europa. Las suecas venían en bandadas a Torremolinos y venían a disfrutar. De Madrid se hacían escapadas de fin de semana, a veces utilizando “el Golfo”, el avión Caravelle de Aviaco que hacia el vuelo de Madrid a Málaga, de madrugada con escala en Sevilla y que llegaba a punto de coger el ambiente del Pasaje Begoña y de Torremolinos en su mejor momento, antes de las claras del día.

Toda marchaba que era una delicia. Y pasar una noche en Torremolinos era el deseo de la gente joven, con inclinación sexual o sin ella.

Pero, hete aquí, que un día, la mujer del gobernador civil Victor Arroyo había recibido a unas amigas de Madrid y éstas, querían conocer Torremolinos. Las llevó por las tiendas de La Nogalera y la calle San Miguel, viendo bañadores y llamativos pareos de diferentes colores. De pronto se metieron en el Pasaje Begoña, atraídas como libélulas en la noche por sus luces de colores. Metieron sus narices en el interior de algunos bares y salieron espantadas de lo que “vieron” allí. La señora, ni corta ni perezosa se fue el despacho del gobernador civil de la provincia y Jefe Provincial del Movimiento, Victor Arroyo y cómo le pondría la cabeza que “ordeno y mando” movilizó a todas las fuerzas de Orden Público disponibles y como no había bastantes autobuses ni vehículos para transportarlas, movilizó a aquellos camiones grises con toldo, del cercano Correos con matrícula PMM (Parque Móvil de los Ministerios) que sirvieron para “amontonar” de cualquier manera a los cientos de detenidos. Hay alguna versión que opina que ya el gobernador tenía en su cabeza intervenir en el Pasaje Begoña, pero fueron los gritos de la exaltada gobernadora, los que provocaron la inmediata decisión de llevar a cabo la Gran Redada del Pasaje Begoña.

Se calculaba que entre 400 y 500 fueron los detenidos en aquella Gran Redada del Pasaje Begoña. Contaban quienes la sufrieron que aquello tenía el más puro sello nazi, propio de la Dictadura que aún perduraba en España.  No valieron excusas, ni el “yo soy”. ¡Cállese y arriba al camión!. 

Se cerraron los accesos al pasaje Begoña y por allí no podía escapar nadie. Todos a los camiones. Los gritos y los lamentos eran estremecedores. Y los grises acallándolos con sus porras. Sin distinción, fuesen gays o simpatizantes o simples clientes, camareros o trabajadores del Pasaje.

Llevaron a todos los detenidos a Málaga. Cerraron el pasaje donde estaba la Comisaría cruzando unos camiones y con un doble cordón policial, para que no escapara ni uno. Mientras, se intentaba fichar a los detenidos uno a uno. Y a más de uno proponiéndolo para aplicarles la ley de Vagos y Maleantes que, sobre todas las cosas, se cebaba en aquellos gays que se manifestaban como eran. Triste y lamentable. 

Con aquella acción del gobernador Víctor Arroyo, España se echó un manchón de tinta negra en sus comienzos como potencia turística y la repercusión internacional fue impresionante. 

Hoy, 50 años después, el colectivo LGTB quiere recordar al Pasaje Begoña como el primer canto a la libertad sexual que se escuchó en España y la tremenda forma de represión con que se intentó ahogarlo. Y se vincula con la triste historia de Stonewall, el bar gay del Greenwich Village de Nueva York objeto de la redada policial que tuvo lugar en la madrugada del 28 de junio de 1969, dando origen a los disturbios que en ese mismo año propiciaron el auge del movimiento en favor de los derechos LGTB en los Estados Unidos, luego refrendados por Barak Obama.

Jorge M. Pérez García, como presidente de la Asociación Pasaje Begoña, y el conjunto de esa institución ha obtenido éxitos en su lucha por recuperar el buen nombre del Pasaje y lo que supuso como embrión del movimiento LGTBI consiguiendo reconocimientos importantes a nivel andaluz, nacional e internacional.

Y es que, el recuerdo y el reconocimientos a todos aquellos cientos de personas que fueron apaleadas por su condición sexual en aquel horrible monumento al fascismo más intransigente que fue la Gran Redada, no debe olvidarse, como la página más negra en la historia del turismo en la Costa del Sol.

José Luis Yagüe Ormad.

Decano de los periodistas de Málaga, Marbella, el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol.

 

LA DIVERSIDAD EN LAS AULAS

Francisco Navarro  (@imfranxu)

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Por desgracia, la LGTBIfobia ha estado presente en la gran mayoría de los ámbitos de la vida de las personas LGTBIQ +, en la escuela, en el trabajo, en la familia… 

Y la misma, no considero que sea una fobia; no es nada más y nada menos que una reacción maquillada de intolerancia y odio hacia lo no-normativo; odio hacia lo que es contrario a lo que la sociedad tradicional y el estigma social nos implanta

La categoría que más me da que pensar es la que está presente en las aulas. 

Más del 60%  de los jóvenes que sufren Bullying en la escuela o en el instituto se debe a razones de orientación sexual o diversidad de género. Partiendo de aquí, existen muchos centros educativos en los que no existe un protocolo para estos casos, o no lo tienen en marcha. 

Personalmente en mi infancia tuve que enfrentarme a la homofobia en el instituto; Ya en el colegio me llamaban «maricón», cuando ni siquiera conocía el significado de aquella palabra. Hacían bromas molestas y ofensivas de manera continua y para mí era muy duro.

Conforme crecía, todo empeoraba un poco más, y las bromas se convertían en insultos, y los insultos en amenazas, y las amenazas pues, en agresiones físicas. Recibía vejaciones a diario, a la vista de directivos del centro que catalogaban sus actos como «cosas de críos» o como » una broma». 

Salir con miedo al patio, y seguir sintiéndolo camino a casa tras la salida. 

Me hicieron volverme frío, inseguro y asocial; perder las ganas de continuar con mi vida social y académica, y no querer salir de casa. 

Todo ello me hace pensar en varias cosas que se vienen a mi mente como si de un huracán se tratase. ¿Realmente esos niños eran tan crueles? ¿ De verdad esos profesores y profesoras consideraban las vejaciones una broma?. 

¿Cómo podría ser una broma algo que se ha cobrado la vida de muchos jóvenes que se han quitado la vida a causa de ello? Aquellas «bromas» como las llamaban y aquellos comentarios me hacían sentir vulnerable, que no era válido o que era un mero bicho raro diferente a los demás, un ser que no merecía el respeto de la multitud. Es triste que tres, cuatro o diez sinvergüenzas te hagan olvidar quién eres o cuál es el verdadero significado de la felicidad; que solo consigan que  te familiarices con el miedo y la vergüenza, o que te acostumbres a ver la impunidad de tus agresores a ojos de un equipo directivo de un centro educativo en el cuál no escuchan tu manifiesto y tu llamado de ayuda. 

Con el paso de los años pude darme cuenta de que no estaba tan solo, porque comencé a conocer gente de mi condición, gente «rara» que era como yo y me aceptaba tal y como soy. 

He intentando sacar algo bueno de tanto dolor, llegué a la conclusión de que ahora veía el mundo de otra manera, porque conocí la empatía, por las nuevas generaciones que estaban por venir y que por desgracia estaban expuestas a todo aquello. 

Me hizo ver que todos esos agresores solo eran títeres movidos por la desinformación y las ideas cognitivas de sus padres y madres. 

Que la raíz de todo mi dolor y el dolor de las personas pertenecientes al colectivo se solucionaba con algo tan sencillo como lo es la educación. A día de hoy sigo teniendo secuelas de todo aquello; me derivó en ansiedad y en agorafobia* ( es la fobia a los lugares públicos. En particular se trata de un trastorno de ansiedad ante espacios sin límites claros o situaciones en las cuales la amplitud del lugar impide al afectado poder escapar o incluso recibir ayuda en caso de un ataque de pánico) . Me sigo preguntando por qué a día de hoy no enseñan a estos niños y niñas que existen distintos tipos de orientación sexual y la gran diversidad que existe con respecto al género, y por qué no enseñaron a mis agresores que yo era igual que los demás y que los demás eran igual que yo. 

Nuestra infancia es uno de los pilares fundamentales en la construcción de nuestra personalidad, y tenemos que asegurarnos de que nuestras nuevas generaciones crecen en igualdad y rodeados de respeto ; en aulas en las que todos sean válidos. 

Todo aquello que sufrí me animó a seguir luchando, y a día de hoy, sigo en guerra por dar visibilidad en los centros educativos a estas problemáticas, para así evitar que otros y otras jóvenes sufran lo que yo sufrí. 

 

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Asómate a la Diversidad

Manolo Rosado – Presidente Red Estatal de Municipios Orgullosos

 

El pasado año 2020, pudimos detectar que la crisis sanitaria, económica y social provocada por el Covid-19 agravó muchas de las situaciones discriminatorias que ya sufrían las personas y familias LGTBI. Especialmente en aquellas más vulnerables que viven situaciones de extrema necesidad. Con más azote, en los pueblos pequeños donde la ausencia de empleo o garantías de protección laboral durante la pandemia ha obligado a sobrevivir en entornos familiares hostiles donde la convivencia podía ser un auténtico infierno.

En esta época de reconstrucción social, económica y sanitaria, donde empezamos a ver la luz al final del túnel con las vacunaciones masivas, es necesario que un pilar básico a tener en cuenta sea la igualdad de derechos y la protección de la dignidad de todas las personas independientemente de su identidad de género, su orientación sexual, su corporalidad, raza, edad o factor humano relacionado con la diversidad.

Estamos hablando de una crisis sanitaria que afecta muy de lleno a la desigualdad estructural que ya sufrían muchas personas y familias LGTBI en nuestros pueblos y ciudades y que se ha agravado notablemente con esta situación. Muchas y muchos ya sufrían a diario la vulneración de sus derechos fundamentales con acosos y violencias motivadas por la LGTBIfobia, cuyas consecuencias se traducen en discriminaciones. 

El Orgullo es la herramienta política más importante que tenemos actualmente para visibilizar y denunciar esta realidad. Este Orgullo LGTBI, que vivimos en nuestro pueblo al unísono junto con un centenar de territorios que configuramos la Red Española de Municipios Orgullosos, volverá a reclamar la puesta en marcha de medidas específicas para paliar los efectos de la crisis. Reivindicamos, una vez más, la aprobación urgente de la Ley de Igualdad Social y No Discriminación de las personas LGTBI (Ley Estatal LGTBI) que en estos días se tramita y, entre otros aspectos, incluye la despatologización de las personas trans. 

Como feministas, denunciamos y rechazamos la doble discriminación a la que están expuestas las mujeres lesbianas, trans y bisexuales que son víctimas de cualquier manifestación de machismos o misoginias.

Y por supuesto, seguimos trabajando en conseguir abrir los armarios de nuestros pueblos, en atender a nuestros mayores LGTBI y en seguir reivindicando con fuerza la protección de los menores y bebés intersex de esa barbarie que son las “cirujías cosméticas”. 

Pero es necesario que también hagamos cumplir la ley con acciones y políticas en favor de la desde nuestras propias competencias, corrigiendo cualquier tipo de discriminación, acoso y fobias que se den en nuestro pueblo y enriqueciendo la educación y la cultura en valores de respeto a ser como cada persona se identifique. 

“Asómate a la Diversidad” es el lema que la Red Estatal de Municipios Orgullosos ha elegido para el Orgullo de este Orgullo LGTBI 2021. Porque además del compromiso de las instituciones y las entidades LGTBI por mostrar y explicar el amplio abanico de orientaciones, identidades o corporalidades, tenemos que trasladar de manera clara y contundente a nuestras vecinas y vecinos la invitación a participar de manera activa en nuestro noble empeño para conseguir pueblos y ciudades mejores.   

Nuevos territorios que se suman cada año a trabajar en red por la diversidad, y aunque con vértigo, celebramos con enorme la ampliación de nuevos municipios, provincias y autonomías que se suman a trabajar en red por la diversidad. 

Volvemos a celebrar nuestro Orgullo en los balcones, para asomarnos y lucir los colores y animar así a nuestros vecinos a participar en este Orgullo e inundarlos con los con los colores del arcoíris y mensajes reivindicativos. Pero también tenemos que ir recuperando los espacios públicos poco a poco, con responsabilidad y con cautela. 

Los más de cien ayuntamientos, mancomunidades o distritos que conforman la Red Estatal de Municipios Orgullosos presentan una agenda reivindicativa y cultural para visibilizar la diversidad como actores responsables y comprometidos con el conjunto de la ciudadanía. Pero como señalábamos antes, la invitación en este Mes de la Diversidad se hace extensiva al tejido asociativo, a los establecimientos hoteleros, a los bares y restaurantes, a las comunidades de vecinos de cada territorio a que celebren y se contagien del espíritu de la igualdad. 

Porque esta es una agenda que no solo pertenece al colectivo LGTBI, sino al conjunto de la sociedad. Una sociedad diversa es una sociedad mejor. Invitemos a asomarse a la diversidad a nuestros familiares y amigos. Pongamos en valor nuestro todo nuestro potencial para atraer a un turismo diverso, para crear nuevas fuentes de riqueza e, incluso, para ofrecer nuestro pueblo como un espacio amable en el que las familias LGTBI se queden a vivir contrarrestando la despoblación.

Volvemos a solicitar la implicación un año más de las distintas administraciones: Gobierno Central, Comunidad Autónoma y, especialmente, la diputación provincial por su carácter eminentemente municipalista y potente institución que tanto ayuda a los pueblos menores de 20.000 habitantes. 

Insistimos. Asómate a la Diversidad. 

 

Lectura Manifiestos Colectivos en Orgullo Crítico 2021

 

Plataforma Orgullo Crítico  (ig: @orgullocriticomadrid /  tw: @OrgCriticoMad)

 

Llamamiento de la Plataforma Orgullo Crítico para la organización del #OrgulloCritico2021:
‘Hola chiques,
Si queréis leer vuestro manifiesto en el Orgullo Crítico 
mándanoslo por correo orgullocriticomad@gmail.com 
IMPORTANTE‼️ Máximo de extensión 400 palabras con lo que represente a vuestro colectivo 
Hasta el 13 de Junio.’
 
Esta y otra mucha información sobre Plataforma Orgullo Crítico Madrid en este enlace.

En 2021 conmemoramos el 50 Aniversario de la Gran Redada del Pasaje Begoña de Torremolinos.

Asociación Pasaje Begoña (@pasajebegona)

 

El Pasaje Begoña de Torremolinos es un lugar de Memoria Histórica y la Cuna de los Derechos y Libertades LGTBI, según la declaración unánime del Congreso de los Diputados y del Parlamento de Andalucía. Durante los años 60 y comienzos de los 70, Torremolinos tenía prestigio mundial como destino turístico. Entre miles de personas anónimas, las principales estrellas de Hollywood, intelectuales, políticos, escritores, miembros de la realeza europea, jefes de estado y celebridades de todo el mundo caminaban por sus calles. El atractivo de Torremolinos no sólo eran sus playas y el glamour de sus hoteles, fiestas y clubes nocturnos, sino también su atmósfera de libertad, respeto a la diversidad y vanguardia. A pesar de la represión que ejercía en España la dictadura de Franco, diversos factores como la entrada de divisas y el deseo de proyectar al mundo una imagen de modernidad, hicieron posible que Torremolinos alcanzara fama internacional como destino turístico durante la década de los 60, no sólo a nivel general, sino también para el colectivo LGBTI de la época. Torremolinos -que en aquel entonces era un barrio de Málaga- pasó a convertirse por méritos propios en la cuna de la convivencia LGBTI. El Pasaje Begoña llegó a ser un referente absoluto de libertad y respeto a la diversidad. De hecho, en el entorno del Pasaje Begoña comenzaron a abrirse los primeros locales de ambiente homosexual de todo el país, donde acudían turistas de todo el mundo para disfrutar sin miedo de su orientación sexual. La historia del Pasaje Begoña empieza en los últimos meses de 1962, cuando comienzan a abrirse los primeros locales de toda España frecuentados por personas LGTBI.

En poco tiempo, el Pasaje Begoña se convirtió en el referente absoluto de libertad y respeto a la diversidad afectivo sexual. Fue uno de los mayores exponentes de la vida nocturna de Torremolinos y de toda la Costa del Sol. Personas anónimas de toda condición y clase social hacían de este emblemático lugar un espacio de convivencia y libertad inédito en aquella época. Eran auténticos héroes, personas valientes que acudían allí para visibilizarse a pesar de la atmósfera de represión y de las posibles represalias.

Fue tal la fama nacional e internacional que adquirió el Pasaje Begoña que allí era frecuente ver a personalidades de toda índole, identidad de género y orientación sexual paseando y conviviendo con respeto en diversidad. Testigos y supervivientes de aquella época dorada de Torremolinos y su famoso Pasaje Begoña, afirman rotundamente que no existía en el mundo un lugar tan maravilloso y diverso, en especial para el colectivo LGBTI, como el Pasaje Begoña de Torremolinos, una auténtica “isla de libertad”.

La “Gran Redada” del Pasaje Begoña:

El 24 de junio de 1971, la policía del régimen franquista realizó una incursión brutal en el Pasaje Begoña de Torremolinos y las áreas circundantes. Aquel lamentable acontecimiento, conocido como la “gran redada”, fue ordenada por el entonces Gobernador Civil de Málaga, Víctor Arroyo. Se identificó a más de 300 personas. Según las fuentes consultadas, 114 de ellas fueron arrestadas por el único delito de ser consideradas legalmente “peligrosos sociales”. Algunas de ellas fueron encarceladas, las personas extranjeras fueron deportadas. Fue un acto desproporcionado por la brutalidad ejercida y las fatales consecuencias para este lugar y para el colectivo LGTBI que tanto luchó por visibilizarse, El delito que habían cometido era “atentar contra la moral y las buenas costumbres”, ya que la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social -vigente en aquella época- consideraba delito la homosexualidad y castigaba a las personas “disidentes sexuales” con graves represalias, incluso con pena de prisión. A todas las personas identificadas en la gran redada les fue abierto un expediente policial y se les amenazó con estar “bajo vigilancia de las autoridades”. Esto suponía consecuencias aún peores en caso de ser detenidas de nuevo porque ya serían “reincidentes” y con antecedentes penales por “conducta inapropiada”.

¿Qué consecuencias tuvo la “Gran Redada”? Como resultado de esta redada, las personas LGTBI durante algún tiempo tuvieron que volver a esconderse bajo las sombras de aquella época gris. Muchos de los locales del Pasaje Begoña y alrededores, fueron multados y clausurados. La mayoría de ellos quedaron incluso cerrados para siempre. Esta incursión cruel tuvo un gran impacto en la prensa internacional por la brutalidad empleada. Muchas personas aseguran que Torremolinos nunca volvió a ser el mismo lugar; aquella gran redada marcó el inicio de la decadencia de este municipio como destino turístico durante un largo período de tiempo.

Conmemoración del 50 Aniversario la “Gran Redada”. Este año 2021 conmemoramos el 50 aniversario de la Gran Redada. Está previsto llevar a cabo en Sevilla un acto de resarcimiento de las víctimas y eventos sociales y culturales por todos los rincones de España. Puede ampliarse la información en Asociación Pasaje Begoña y en @pasajebegona

 

El activismo no va de likes, va de salvar vidas

Por María Prieto Piédrola, psicóloga (22 años)

Este Orgullo es diferente a todos los anteriores y todos los que vendrán. No nos vamos a poder encontrar en las calles, al menos no como ha sido hasta ahora. Por eso decidí empezar un proyecto de visibilización, para contribuir con mi granito de arena a que, en este mes de junio, tuviesen un poquito más de impacto en la sociedad algunas cuestiones importantes sobre el colectivo LGTBI+.

Acabo de terminar la carrera de Psicología, y mi Trabajo de Fin de Grado ha sido sobre Intervención Psicológica con Personas Trans*. Llevo todo el curso leyendo y documentándome, y he aprendido tanto que me han pasado dos cosas: la primera, no he querido dejar de aprender, y la segunda, me han entrado ganas de enseñar. Lee el resto de la entrada »