Archivo de la categoría ‘Bisexualidad’

Ser bisexual: quizá, ahora, te esté pasando a ti

La bisexualidad sigue siendo ‘esa desconocida’ para gran parte de la población joven. Hoy Día de la Juventud es una muy buena ocasión para hacernos eco de una realidad que bien describe el joven activista bisexual, Esdras Catari (@EscrasC), de Diversitat LGTBI Alacant 

Foto: krytofr

Foto: krytofr

Fue la primera vez que escuche la frase “soy bisexual”. Inmediatamente identifiqué esas dos palabras con un sentimiento propio. Provenían de la boca de una persona de la que me enamoré perdidamente. Sobre ella, que era etiquetada de alternativa, se decía que lo de su bisexualidad era una estrategia para llamar la atención, que todo era sólo una fase, que estaba experimentando…

Ya antes había llegado al convencimiento de que un gran número de hombres y de mujeres no podía entender eso de que te gusten las mujeres y los hombres. Se acepta que seas maricón o lesbiana, pero, “¿las dos cosas a la vez? ¡Eso no lo entiende nadie!, o al menos no lo entendía gran parte de mi familia. De alguna manera, esa incomprensión se instaló de alguna forma en mi cabeza adolescente, y ni yo lo acababa de entender. Lee el resto de la entrada »

Sexo seguro entre mujeres

Imagen de la camapaña #TortaNoSeasPastel

Imagen de la campaña #TortaNoSeasPastel

#TortaNoSeasPastel es el nombre de una de las campañas de sexo seguro entre mujeres con mejor buen gusto que se ustedes ver. Su vídeo de algo más de 3 minutos combina humor e información: Lee el resto de la entrada »

¿A veces lesbiana, a veces hetero? No, bisexual

Hoy cumplimos nuestro primer año de vida. Nacimos el mismo día que se celebra el Día Internacional de la Bisexualidad. Y es en celebrar esto último, en lo que nos queremos centrar de la mano de Lucía Rodríguez Sampayo (@rs_lucia ), una de lxs 5 fieles colaboradorxs que estos 365 días han nutrido este blog. Nuestro aniversario lo celebramos con otro año publicando entradas. Gracias por acompañarnos, y si queréis publicar, escribid a 1decada10blog@gmail.com y os diremos qué tenéis que hacer. 

'Bisexuals: they do exist!' /Foto: Caitlin Childs (2009)

‘Bisexuals: they do exist!’ /Foto: Caitlin Childs (2009)

– ¿Eres heterosexual?

Nunca le habían hecho esa pregunta tan a quemarropa, y aunque se sintió intimidada por la invasión que suponía hacerla sin preámbulo y sin confianza, y por la intención que se veía detrás, decidió responder.

– No

Esa habría sido la respuesta fácil. El tipo preguntaba porque estaba seguro de que, en caso de heterosexualidad, tenía el éxito asegurado. Pero en ese momento ella sintió una inexplicable necesidad de decirlo.

– No. Bisexual. Lee el resto de la entrada »

Uno de cada tres estadounidenses menores de 30 años no es 100% heterosexual

Por Violeta Assiego (@vissibles)

Same Love/Silvia Sala

Same Love/Silvia Sala

Fue Alfred Kinsley el que, en los años 40, propuso que una persona -en una escala del 1 a 6- señalará su propia orientación sexual, y ha sido la empresa de estudios de mercado YouGov la que, este mismo mes de agosto, ha hecho su propia versión replicando en Estados Unidos una encuesta que había realizado poco antes en el Reino Unido.

En el caso de los estadounidenses, el 78 % se declara completamente heterosexual y un 4 % lo mismo pero como homosexual. Por cierto, los republicanos son los más heterosexuales sin lugar a dudas: el 90 % de sus votantes se declaran 100% heterosexuales sin titubear. Lee el resto de la entrada »

Mujeres bisexuales: invisibles, armarizadas y con peor salud mental

Por Elena González Rojo

Hace más o menos un año tuve la suerte de cruzarme con Lisa College, una gran investigadora y persona.

Lisa es periodista y dejó la seguridad laboral para cursar el máster en el que nos conocimos. Sigue en Londres, ahora con el doctorado. Me alegra mucho la repercusión que está teniendo su último artículo (se ha publicado en el Journal of Public Health), y trata temas que me interesan, por lo que quiero compartir sus resultados:

El estudio que ha llevado a cabo Lisa, y que ha coordinado nuestro profesor, Ford Hickson, concluye que las personas bisexuales tienen un riesgo muy particular de invisibilización y marginalización desde ambas comunidades, la de gais y la de la lesbianas. Aunque las mujeres bisexuales en el estudio señalaron haber experimentado menos discriminación basada en la orientación sexual, este hecho no las benefició en los indicadores de salud mental”.

Foto de  RenaudPhoto
Foto de RenaudPhoto

 

Lisa y Ford señalan que los servicios de salud mental deben ser conscientes de las diferencias y similitudes en las necesidades de salud mental de las mujeres bisexuales y lesbianas, y que los servicios que se ofrezcan han de ir en consonancia con estas diferencias.

Pero los recursos públicos que existen para abordar la salud mental son escasos y los pocos que hay suelen estar dirigidos a casos severos (o invertirse exclusivamente en medicamentos). Hacer frente a esta situación no es sencillo, pero que existan evidencias como las de este estudio favorece que podamos luchar por ello.

Este estudio también ha encontrado que las mujeres mayores bisexuales tuvieron más pensamientos suicidas que las mujeres bisexuales más jóvenes.  Una de las explicaciones que los autores señalan es la falta de apoyo de una comunidad como la que ha existido o existe entre personas homosexuales.

Las mujeres bisexuales acuden a espacios de socialización de mujeres lesbianas o bisexuales mucho menos que las lesbianas. Y además, en comparación con las mujeres lesbianas, muchas menos bisexuales han salido del armario con amigo/as, familia o en el trabajo.

Estos resultados son bastantes representativos para el Reino Unido. Lisa ha analizado una muestra de 937 mujeres bisexuales y 4769 lesbianas. La encuesta base es de la ONG Stonewall, conocida por su activismo en pro de los derechos LGTB. Son datos de 2007 y constituye el estudio con mayor muestra que se ha realizado hasta el momento, al menos en Europa.

Como grupo en general, las mujeres bisexuales de la muestra fueron más jóvenes , más pobres y en más ocasiones consumidoras de marihuana. También fue mayor el número de mujeres transexuales bisexuales que lesbianas.

Otros datos fundamentales: las mujeres bisexuales fueron más tendentes a tener problemas de alimentación, a sentirse deprimidas y a auto-lesionarse.

En palabras de Lisa: “Aunque las mujeres no-heterosexuales como grupo tienen bastante peor salud mental que las mujeres heterosexuales, el hecho es que las mujeres bisexuales presentan un stress mental aún peor que el de las mujeres lesbianas. Todas las mujeres se merecen las mismas oportunidades de bienestar y felicidad, independientemente de su orientación sexual. Si la homofobia está mayoritariamente condenada, el estigma específico en torno a las mujeres bisexuales debe reprobarse de forma similar”.

Es lógico intuir que los datos en España pueden ser similares. Pero no lo sabemos. Porque no se ha preguntado. Recoger la variable “orientación sexual”, por ejemplo, en la Encuesta Nacional de Salud, debe ser una de nuestras reivindicaciones. A día de hoy,  en nuestro país no se conoce la diferencia en indicadores de salud entre mujeres heterosexuales, lesbianas y bisexuales.

Elegir no es una opción

                                                   Por Esperanza Montero, cantante y compositora, activista bisexual y lgtb en Cogam  y soñadora en alto en sus ratos libres

Fotografía de Manuel
Fotografía de Manuel

Probablemente uno de los días más difíciles en mi vida fue aquel en el que pude decirme a mí misma que me atraían las mujeres. Luego llegó una larga retahíla de preguntas: ¿qué soy? ¿Me he convertido en lesbiana? ¿Dejarán de gustarme los hombres?

Las etiquetas ayudan a conformar el quiénes somos y lo que se espera de nosotros. Pero ¿qué sucede si no sé quién soy? ¿Qué sucede si ni yo misma sé lo que se espera de mí? Lamentablemente, la sociedad cree que el mundo existe mayoritariamente en binario. O eres heterosexual o eres gay/lesbiana. Parece que para encajar debes elegir lado, como si la orientación se configurase con un botón de apagado/encendido de atracción hacia un género u otro.

Pero no es cierto. No en todos los casos. Elegir no es una obligación. Puedes no elegir porque aún no conozcas tu identidad, puedes no hacerlo porque tu identidad sea la de no elegir o incluso puedes luchar por vivir en un mundo en el que las etiquetas no sean necesarias.

10 años después de ese primer día, conocí a una persona que cambió mi vida. «Hola, soy Arantxa y soy bisexual», dijo. A lo que respondí sin pensarlo: «Hola, soy Esperanza y creo que también». En dos minutos, esa persona logró solucionar un conflicto que llevaba durando demasiado tiempo en mi vida.

Las personas bisexuales sentimos atracción sexual, emocional y/o romántica por personas de más de un género y/o sexo. Y lo hacemos no siempre de la misma manera, ni con la misma intensidad, ni necesariamente al mismo tiempo.

No se trata de una única etiqueta sino de un paraguas formado de muchas etiquetas que se corresponden con maneras de sentir diferentes que poseen en común el hecho de no elegir, de no sentir en binario, de no encajar en un mundo que nos obliga a tomar decisiones restrictivas de quién somos o debería de atraernos.

Esto supone, entonces, que no todos los hombres que sienten atracción por hombres sean necesariamente gays. Que no todas las mujeres que sienten atracción por mujeres son necesariamente lesbianas.

Pero, sobre todo, lo que determina es que no hay prisa por elegir, ni es necesario que encuentres una etiqueta para llamar a lo que sientes, salvo si tú la necesitas. Sientas como sientas, está bien. Sientas como sientas, no estás solo.

Ese 1 de cada 10 es diverso y está conformado por muchas maneras de sentir. No existe una más legítima que otra.

¿Bisexual a los 30?

Cuando pensé ‘¡¡que me bese!!’ no estaba midiendo consecuencias. Llevaba unos meses tirándome los tejos ligeramente y a mí me gustaba pasar tiempo con ella, pero no se me había ocurrido que me llegara a gustar. Pero pasó. Y la metí en mi cama.

Hice lo que me apeteció hacer y aunque primero fui torpe, disfruté de su compañía. Y ella de la mía. Poco a poco nos construimos como pareja, una idea que jamás se me hubiera pasado por la cabeza, no porque me negara a la posibilidad sino porque no me había pasado antes. En mi vida me habría definido como bisexual.

Empecé a contarlo por quien me resultaba fácil, pero ampliando el entorno llegaron las preguntas ‘¿cómo es posible que me haya hecho lesbiana a estas alturas de mi vida?’ ‘¿No será una etapa?’ ‘¿No será que los hombres me han tratado mal hasta el momento?’ ‘¿No será que me sentía sola?’

No puedo contestar a esas preguntas sin reírme o enfadarme. No noto que haya cambiado nada en mí después de haberme acostado con una mujer, y sin embargo el peso de las etiquetas me cae como una losa. He disgustado por aquí, he decepcionado por allá… Y es que no se lo esperaban de mí.

Me siento incapaz de quebrantar los férreos muros de las ideas preconcebidas a mi alrededor. No era quien creían, pero sigo siendo yo. Con la única diferencia de que me he enamorado de una mujer. Yo, la verdad, lo veo como un hecho intrascendente. No me cambia, pero varía el montón de etiquetas que cuelga de mi espalda.

Ahora le tengo manía a ese manojo de adjetivos que me acompaña y hasta me da miedo. Sé que no le puedo ser fiel. Resulta que para algunas personas ahora soy lesbiana y yo no puedo garantizar que vuelva a estar con otra… Tampoco que no vaya a estarlo.

Puedo asegurar que seguiré mostrándome fiel a mí misma, y eso dice de mí, a mi entender, más que mi orientación sexual, pero cuando es tan importante para tanta gente estoy dispuesta a aceptar que es posible que me equivoque.

Mi nombre es Nayra Marrero y me gusta ponerme en la piel de otras personas. A veces, te contaré sus historias. Otras, te acercaré posturas diversas, incluso encontradas. Tocaremos la puerta a distintas realidades que se salen de la norma por su identidad sexual, por su orientación, por su apariencia. Si quieres acompañarnos, en este blog colectivo te acercaremos teorías, supuestos, sentidos y sentimientos. Quizá quebremos algún muro propio o ajeno… Quizá no.

Nayra Marrero
Nayra Marrero. Foto de Laura Ramírez Martín

 

23 de Septiembre. Día de la (in)visibilidad de las personas bisexuales

Esta entrada ha sido escrita por RADICA HURA, activista serbia perteneciente a la  organización ‘Los Bisexuales de Serbia’

Radica Hura

Tras el ataque hace unos días, por motivos xenófobos, a un activista alemán que participaba en Belgrado en una conferencia internacional sobre derechos humanos LGTB, las autoridades  serbias siguen expresando dudas sobre la celebración de la marcha del Orgullo el próximo 28 de septiembre.

Se repite el mismo discurso de otros años cuando se prohibieron los desfiles por amenazas de grupos homófobos, organizaciones derechistas y por el ambiente de inseguridad y miedo que estos crearon.

«No es cuestión de si podemos proteger la comitiva, sino de cómo será ésta y de si Belgrado será incendiada», dijo el ministro Stefanovic el otro día.

En caso de una cancelación sería el cuarto año consecutivo que la capital serbia no acoge esa manifestación.

Parada es el término serbio que usamos para decir ‘desfile’. La Parada puede ser vista como una provocación, o por lo menos eso dicen por aquí.

Muchos entienden que las personas LGBT, lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, existen en este país pero su desfile se considera ofensivo.

Una de las frases más comunes que se pueden escuchar por muchos lugares de Belgrado es “yo no tengo nada en contra los gays, pero desfilar es demasiado”. Y una parte de la comunidad LGBT comparte una opinión similar. No quieren el Pride porque creen que solo busca provocar. Si lo creen así por un tema de autoestigma – homofobia interiorizada que lo llaman en España – o no, no es a mi a quien corresponde juzgarlo.

Yo pertenezco a la parte que sabe por qué quiere manifestarse.

Soy también parte de una minoría dentro de la minoría LGBT. 

Soy una mujer de orientación bisexual.

Creo que mi orientación sexual es parte de  mi identidad.

Yo no decidí convertirme en una mujer bisexual.

Mi bisexualidad es más que una sexualidad.

En Serbia, y otros países tradicionales, la bisexualidad  es vista como una doble identidad porque todo se entiende en términos de ‘blanco o negro’ o de ‘a favor o en contra’. Sin embargo, la bisexualidad está mejor vista y es más aceptada porque la familia supone que será más probable casarse y terminar siendo simplemente heterosexual. En cambio, me escriben personas que están casadas  y que todavía son bisexuales. Continúan siendo bisexuales pero a escondidas. Quieren ir a la manifestación de la visibilidad bisexual pero solo si no hay periodistas. Estas personas no pueden decir que son gays; no pueden decir que son heterosexuales. Saben que son bisexuales y junto conmigo quieren marcar la fecha de la visibilidad bisexual, que es parte de la semana del orgullo.

Mientras la comunidad LGBT serbia estos días -esperando que el Ministerio  del Interior serbio (des)apruebe el desfile- celebra la semana del Orgullo, hoy también celebra el día de la (in)visibilidad de las personas bisexuales.

Manifestando diversidad

Fotografía de Danilo Urbina