Por Esperanza Montero, cantante y compositora, activista bisexual y lgtb en Cogam y soñadora en alto en sus ratos libres
Probablemente uno de los días más difíciles en mi vida fue aquel en el que pude decirme a mí misma que me atraían las mujeres. Luego llegó una larga retahíla de preguntas: ¿qué soy? ¿Me he convertido en lesbiana? ¿Dejarán de gustarme los hombres?
Las etiquetas ayudan a conformar el quiénes somos y lo que se espera de nosotros. Pero ¿qué sucede si no sé quién soy? ¿Qué sucede si ni yo misma sé lo que se espera de mí? Lamentablemente, la sociedad cree que el mundo existe mayoritariamente en binario. O eres heterosexual o eres gay/lesbiana. Parece que para encajar debes elegir lado, como si la orientación se configurase con un botón de apagado/encendido de atracción hacia un género u otro.
Pero no es cierto. No en todos los casos. Elegir no es una obligación. Puedes no elegir porque aún no conozcas tu identidad, puedes no hacerlo porque tu identidad sea la de no elegir o incluso puedes luchar por vivir en un mundo en el que las etiquetas no sean necesarias.
10 años después de ese primer día, conocí a una persona que cambió mi vida. «Hola, soy Arantxa y soy bisexual», dijo. A lo que respondí sin pensarlo: «Hola, soy Esperanza y creo que también». En dos minutos, esa persona logró solucionar un conflicto que llevaba durando demasiado tiempo en mi vida.
Las personas bisexuales sentimos atracción sexual, emocional y/o romántica por personas de más de un género y/o sexo. Y lo hacemos no siempre de la misma manera, ni con la misma intensidad, ni necesariamente al mismo tiempo.
No se trata de una única etiqueta sino de un paraguas formado de muchas etiquetas que se corresponden con maneras de sentir diferentes que poseen en común el hecho de no elegir, de no sentir en binario, de no encajar en un mundo que nos obliga a tomar decisiones restrictivas de quién somos o debería de atraernos.
Esto supone, entonces, que no todos los hombres que sienten atracción por hombres sean necesariamente gays. Que no todas las mujeres que sienten atracción por mujeres son necesariamente lesbianas.
Pero, sobre todo, lo que determina es que no hay prisa por elegir, ni es necesario que encuentres una etiqueta para llamar a lo que sientes, salvo si tú la necesitas. Sientas como sientas, está bien. Sientas como sientas, no estás solo.
Ese 1 de cada 10 es diverso y está conformado por muchas maneras de sentir. No existe una más legítima que otra.
Sí que es una elección. Tú has elegido que las bisexuales son más fáciles y por eso vas haciendo, aunque no te guste el rollo, un día mejor, otro la otra, la cuestión es tener algo.
Te lo digo de buen rollo, espero que te lo notes. Eres capaz de gustarle a un hombre, si no quieres luchar ni gustarle, el camino más fácil siempre está ahí: lo que salga. No te preocupes, te irá bien siempre que no haya competencia.
24 diciembre 2014 | 09:50
A mi solo me gustan las mujeres. ¿Eso es grave? Ebusca En fin, allá cada cual A unos les agrada el pescado y a otros la fruta o la carne, sobre gustos….
Clica sobre mi nombre
24 diciembre 2014 | 17:38
Lamento mucho no haber visto comentarios más inteligentes, respetuosos y abiertos de miras en este apartado. Yo también soy bisexual y sé bien que en muchas ocasiones no es ni mucho menos una cuestión de «pillar por pillar», que cada persona es diferente y hay muchas formas de ser bisexual, que no es un vicio, ni una confusión, que no tienes por qué probar nada a nadie, que eso no dice nada por sí mismo de tu vida sexual y emocional, que no tiene por qué haber homofobia internalizada y que una persona por el hecho de bisexual y nada más que por eso no es ni mejor ni peor que una persona homosexual o heterosexual. Las personas somos mucho más que una orientación que no define nuestra personalidad.
Espero que 2015 nos haga más abiertos, sensibles y respetuosos a todos los unos con los otros.
26 diciembre 2014 | 19:57