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De cómo se gestó la campaña contra la LGTBfobia de Metro de Madrid

Hace ya casi tres semanas que desde el blog nos hicimos eco de la campaña de Metro de Madrid a favor de la Diversidad Sexual. Lo hizo Violeta Assiego reflexionando sobre lo bien que hubiera estado incluir en esa campaña a los otros colectivos señalados en la lamentable circular interna donde Metro depuró responsabilidades. Recogiendo el testigo de aquella reflexión, desde Arcópoli (Ruben López) nos cuenta el «making off» de aquella campaña contra la LGTBfobia en la Comunidad de Madrid.

Reuniones de preparación de campaña con miembros de Arcópoli

He decidido escribir esta entrada porque mucha gente nos ha preguntado que por qué no se llevó a cabo una campaña en favor de los otros dos colectivos injuriados en la famosa circular de Metro de Madrid. De ahí que os queramos explicar cómo se logró la primera campaña en el Metro de Madrid por la Igualdad Real de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales.

Antes de empezar, quiero dejar claro que en Arcópoli estamos totalmente de acuerdo con abordar en conjunto las acciones que nos repercuten a los colectivos discriminados. Y así es como hemos compartido numerosas acciones para conseguir sinergias con movimientos como el feminista, entre otros. Pero sí queremos señalar que creemos en la lucha sectorial. Pensamos que hacer una campaña general que englobe todas las discriminaciones sin tratar las particularidades de cada una de ellas diluiría el mensaje, lo cual no es bueno ni para nuestro colectivo, ni para el resto de grupos agredidos. Hecha esta aclaración, empezamos este pequeño relato, que narra una historia pequeña pero de gran trascendencia. Lee el resto de la entrada »

Un hombre y una mujer, así nacidos

Por Lucía Rodríguez Sampayo (@rs_lucía)

Fotografía de Chiqui García
Fotografía de Chiqui García

Faltan quince días para una nueva cita electoral en El Salvador, en la que se elegirán diputaciones al PARLACEN, Asamblea Legislativa y Concejos Municipales. Y como cada tres años, desde hace ya nueve, sale a la palestra el matrimonio igualitario. No es un tema que ocupe normalmente titulares de prensa; no se habla de eso en la calle, en los buses ni en los bares; ni siquiera es un tema bien posicionado en la agenda política nacional. Pero ya empieza a ser costumbre que ante cada proceso electoral, el ala derecha de la Asamblea lance su propuesta de invisibilización de las familias diversas.

«Sí a la Vida» fue la organización que -respaldada por algunas iglesias- promovió inicialmente esta propuesta. Una organización cuya presidenta, y portavoz, denuncia a los cuatro vientos que «Las Naciones Unidas han sido infiltradas por organizaciones gay« .

La necesidad de salvaguardar los valores morales y de proteger “a la familia salvadoreña” es la excusa . Y no deja de resultar curioso en un país donde la mayoría de familias reales se alejan mucho del modelo tradicional que supuestamente se ha de proteger; un país repleto de familias monoparentales y diversas, encabezadas por madres, tías, hermanas, y abuelas.

En el año 2009 la práctica totalidad de la Asamblea Legislativa apoyó con su voto la propuesta de reforma que establecería que el matrimonio sólo es posible entre hombre y mujer, así nacidos. La izquierda también la apoyó, tímidamente. Y aunque tiempo después cambió de opinión , probablemente como consecuencia del trabajo de las organizaciones sociales y la Secretaría de Inclusión Social y su Dirección de Diversidad Sexual , promovidas por el Gobierno de Funes (2009 – 2014), siempre ha mantenido una postura tibia, poco firme. A pesar de todos los avances registrados en los últimos años, los diputados del FMLN siguen sin reconocer la legitimidad del amor y de las familias diversas, y hoy por hoy parece que no van a apoyar esa reforma basada en la homofobia y la transfobia, pero no porque quieran defender abiertamente los derechos de la población LGTBI, sino porque no lo consideran una prioridad, y porque la legislación salvadoreña, a través del Código de Familia, es clara en la definición del matrimonio posible únicamente entre un hombre y una mujer .

Todo parece indicar que esta vez tampoco se va a reformar la constitución. Pero el tema seguirá saliendo, estoy segura; los conservadores no se van a conformar. Y yo no puedo dejar de preguntarme el porqué de su interés. ¿Por qué reafirmar lo que ya está prohibido en un país donde no se habla apenas de matrimonio igualitario? ¿Por qué ese empeño en invisibilizar una realidad invisible, en ciudades donde dos hombres, dos mujeres, ni siquiera se sienten seguras para caminar agarradas de la mano?

Parece que quieren evitar la posibilidad de que un matrimonio de dos personas del mismo sexo, legalizado en otros países, pueda adoptar en El Salvador. Quizás su miedo nazca de la remota posibilidad de que utilicemos las trampas de la ley, como hace poco hizo una pareja de mujeres lesbianas en Rusia . Pero también puede ser un intento más de consolidar la discriminación, la exclusión y la invisibilización; de consolidar el sistema de poder y la violencia social e institucional contra las personas y las familias diversas.

Y puede parecer que el derecho a casarse es menos importante cuando el derecho a la vida y a la integridad están en entredicho, como lo siguen estando hoy por hoy para las personas de la diversidad sexual en El Salvador. Pero todas son formas de violencia, todas y cada una son agresiones contra las personas y sus derechos, y todas son igual de importantes. Y no debemos, no podemos tolerarlas más.

No a todo el mundo le gusta el cuento del pequeño Nicolás… y sus dos papás

Nieves Gascón (@nigasniluznina), apasionada de la literatura y trabajadora social, nos recomienda hoy (y nosotras con ella) la lectura del primer cuento chileno sobre diversidad sexual. Un cuento rodeado de una inaudita polémica por el fuerte rechazo que ha tenido desde sectores evangélicos. Rechazo trasladado a la vida publica y a los tribunales donde hace pocos días la Corte de Apelaciones de Temuco rechazó un recurso que pedía la prohibición de su distribución. Mientras otros recursos están pendientes de ser resueltos el cuento está siendo un éxito de descargas y abierto el debate en Chile sobre las familias homoparentales.  

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«Todas las familias merecen respeto, protección e igualdad de derechos», así comienza el cuento Nicolás tiene dos papás, presentado el pasado mes de octubre en Chile, a iniciativa del Movimiento de integración y liberación Homosexual (Movilh), apoyado por la Junta Nacional de Jardines de Infancia y realizado en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.  Su publicación ha impulsado críticas de sectores sociales más conservadores y el debate sobre la conveniencia o no de su lectura por las y los más pequeños. La discusión concluye precisamente leyéndolo y disfrutando de los matices de un cuento que esencialmente trata, desde la perspectiva infantil, sobre relaciones familiares.

Un cercano relato de Leslie Nichols y Ramón Gómez con grandes ilustraciones de Roberto Armijo, nos acerca en primera persona a Nicolás y su vivencia en su familia homoparental. Mostrando todo aquello que un niño necesita como el juego y la convivencia con adultos con los que comparte su vida cotidiana en un ambiente de cariño y respeto, muestra un modelo educativo adecuado a las necesidades y bienestar de cualquier niño y/o niña.

Nicolás de Chile, España o cualquier otro lugar del planeta, cuidado y querido, con suficiente información para dar y hacer entender sobre su entorno familiar, nos hace caer a sus pies ante tan sencillo apercibimiento de una realidad cercana y amable.

Como cualquier otro grupo familiar, quizás no exento de conflicto pero lleno de sentido para Nicolás, se establece una estilo relacional que le permite aprender de sus padres sobre fútbol y dinosaurios más que otros compañeros y compañeras del colegio o que sus amigos y amigas, a quienes a su vez, puede enseñar sobre diversidad mejor que nadie.

Nicolás sabe que todo el mundo viene de una madre biológica y que vivimos en familias muy diversas. Pero sobre todo sabe que cuenta con dos papás que cuando está enfermo o se siente mal, le cuidan y se preocupan.

Un Nicolás de ojos grandes y gran expresividad.  Un cuento con detalles visuales que no debemos perdernos. Con un mes sólo pero mucha fuerza para trasmitir algo tan sencillo como que las familias están formadas por personas que se quiere, se respetan y se preocupan de las y los más pequeños porque estos y éstas así lo requieren. No hace falta más que un poco de sentido común y abrir los ojos a la realidad: la diversidad familiar presente y visible.

Después de conocer a Nicolás sólo se me ocurre abogar por la buena crianza, el bienestar infantil, la educación en valores para la convivencia, el respeto y los derechos humanos.

 Puedes descargarte el cuento aquí