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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Los espacios naturales de Canarias mueren de éxito imbécil

Idiota haciendo el idiota en Fuerteventura.

¿Qué le empuja a un imbécil a llegar a un singular capricho de la naturaleza de hace 5 millones de años y saltar sobre él cuál mono no evolucionado poniendo en peligro su vida y la integridad de un espacio protegido maravillosamente único pero extraordinariamente frágil?

Lo acaba de hacer en el sur de Fuerteventura uno de estos descerebrados turísticos. Por supuesto, su única intención era salir así en la foto ¡ay las fotos! para subirla a su Instagram ¡Ay las redes sociales! y conseguir un puñado de «me gusta verte hacer el idiota«. “Si no cometemos locuras, la vida sería muy aburrida”, explica la susodicha en su publicación en redes. Y se queda tan feliz.

Otro turista haciendo alarde en Fuerteventura de su incapacidad mental.

Peligroso para las personas y el patrimonio

Está claro que para la niñata de la foto, destrozar una formación geológica única, una duna fósil de hace unos 4,8 millones de años, le importa un carajo. También asume el riesgo de que la roca colapse (porque la acabarán rompiendo) y acabe tetrapléjica, eso sí, con una bonita foto de su última hazaña enmarcada en el salón.

Pero como las tontunas resultan extremadamente contagiosas, son decenas de tontos los que han copiado la foto, la han publicado en las redes y la cadena de descerebrados se ha disparado convocando a cientos de ellos para hacer la misma estupidez.

Jaime Coello, director de la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello, no para de denunciar casi diariamente estas atrocidades que se cometen en toda Canarias, pero sus quejas son gotas de sentido común que se diluyen en un mar de chalados. La estupidez se ha convertido en pandemia. Y va a más.

Os cuento a continuación mi última experiencia, ayer mismo en mi querida isla de Fuerteventura.

Pintada hecha con spray en el espacio natural protegido de Las Peñitas, en Fuerteventura

Destrozo en Las Peñitas

Imaginemos el proceso. Un gilipollas (sin género definido) empieza a caminar por el sendero bien señalizado que desciende entre palmeras por el Barranco de Las Peñitas en el Parque Rural de Betancuria. Seguro que piensa ¡qué maravilla de lugar!

Después de media hora de pateo llega a una gran piedra de sienita, una extraña roca plutónica que se asemeja al granito pero que solo aflora en muy pocos lugares del planeta. Abre la mochila, y en lugar de sacar una botella de agua o el bocadillo saca un spray de pintura. Mira al fondo, ve la montaña de La Muda, un lugar sagrado para los antiguos habitantes de la isla, ve el palmeral, la vieja casita blanca de las personas que cuidan con mimo un puñado de heroicos cultivos en bancales, sigue unos instantes el vuelo majestuoso de un guirre, agita el bote y escribe en grandes letras dos iniciales que quedarán allí para el resto de la vida, B+L, quizá las iniciales de Borjamari y Leticia, por decir dos a boleo.

No tengo pruebas, pero apuesto un busto a que antes de irse se hicieron las fotos de rigor para las redes, cual amantes de Teruel, tonta ella y tonto él.

Y por cierto, ya puestos, a la vuelta hicieron otra pintada semejante en otro gran peñasco, esta vez con la palabra PAU, quizá Paz en catalán, la paz paisajista que acaban de destrozar haciendo esa mamarrachada.

Un control tan difícil como inútil

Como geógrafo además de periodista ambiental he hecho muchos estudios en Fuerteventura para determinar la capacidad de carga de sus espacios protegidos. Consiste en proponer el número máximo de visitantes que puede recibir al día uno de estos sitios (islote de Lobos, Malpaís Grande, Dunas de Corralejo) sin poner en peligro su biodiversidad y paisaje. Pero ahora nos enfrentamos a un dilema inédito: ¿Cuál es el número máximo de idiotas que puede soportar un espacio natural? No lo sabemos.

Está claro que no se puede poner un vigilante en cada rincón de Canarias. Y aunque los denuncien, es más que seguro que no habrá multa, o ésta será ridícula y nunca se pagará.

Con que hubiera un poquito de sentido común se solucionaban la mayoría de estos problemas, pero ya se sabe que el común es el menos común de los sentidos. Y que como hubaras y guirres canarios está en grave peligro de extinción.

Como denuncia la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello, «el turismo mal entendido y personas incultas y sin el más mínimo respeto por nuestro patrimonio natural continúan haciendo lo que les viene en gana, cuando les da la gana».

Estos expertos en paisaje tienen muy claro que «las Administraciones Públicas de Canarias están fracasando en su labor de proteger nuestra naturaleza y durante años las políticas de promoción turística han estado basadas en promover que aquí se puede hacer lo que se quiera, impunemente». Y admiten amargamente que, al final, «la impunidad sigue y estos niñatos se irán de rositas a sus casas».

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12 comentarios

  1. Dice ser Ay mami la que se avecina

    El ser humano urbanita está ávido de tranquilidad, de paz. En esos pisos cárcel promovidos por el avaro mercado de viviendas, el llevar una vida tranquila y sosegada es inviable. En esas urbes donde dicen tener todo a mano, todo para consumismo y, eso sí, médicos y hospitales.. a mano… claro, porque se pierde mucho de salud entre los ruidos, la contaminación y la alimentación basura, la vida no es vida. La Naturaleza se olvida y se tiene como artefacto antinatura. Las leyes provienen de esos centros urbanitas, donde no hay mar, salitre, descanso, paz… y hacen que todo sea según los parámetros urbanos. En desbandada buscan paz, contacto humano sin avaricias, sin estreses, sin pugnas febriles de mercados, sin presiones de jefes.
    Peligro, campos del mundo, peligro. Podéis serla próxima burbuja de las mentes alocadas. Todo sea por llenar el saco de la avaricia para tener más… de lo que no es necesario para ser felices. Al contrario, es como llenar una sala de paredes blancas con elementos de decoración por todas partes y anular así la primera paz. EL todo es llenarse de cosas, vaciar los mercados, comprar novedades… hacer el disparate para que nos den un like irresponsable y fruto de aburrimiento y desquicie modernos.
    La gente debería estar toda desnuda en todas las playas. Para amar a la Natura. Pero claro, las leyes vienen de donde vienen. ¿Cómo va a ser eso? ¿El humano feliz, bañándose libre sin taparrabos ni telas coraza, que no compre ropa de baño, y no atiborre sus armarios con prendas que contaminan y que censuran su realidad natural básica?
    No. El ser humano tiene que vivir censurado, estresado, comiendo mucha comida para satisfacer los mercados. Angustiado por no poder pagar, esclavo de su trabajo. Y en verano, si hay suerte, se compran un yate para seguir contaminando.

    22 agosto 2022 | 02:12

  2. Dice ser los aviones van a vapor de agua filtrada...

    Francia quiere limitar los vuelos en jet privado y hacerlo a escala europea.

    Qué hipócritas los gobernantes de este mundo. Primero no cuentan como agente contaminante los vuelos de avión y ahora apuntan sólo a los privados. Pues luego que sigan con los cruceros, y los yates y toda embarcación de recreo que igual arreglamos algo.

    22 agosto 2022 | 02:22

  3. Dice ser eli

    Imaginemos el proceso. Un gilipollas (sin género definido)

    se puede ser critico, pero siempre respetando las políticas de género…

    23 agosto 2022 | 11:04

  4. Dice ser Jose Luis

    Me meto aquí sólo para comentar la mucha razón que tiene «Ay mami la que se avecina». Es genial tu escrito.

    23 agosto 2022 | 11:37

  5. Dice ser Gustavo C.

    Completamente de acuerdo con su opinión. Solo una puntualización: me parece muy difícil que desde Las Peñitas, Betancuria, se vea La Muda, en La Matilla, municipio de Pto. del Rosario. No hay ningún palmeral en La Muda o alrededores. La llevo viendo, y subiendo, desde los años 60. Lo que si se puede ver en esa montaña son las macro antenas que se instalaron hace años en contra de la voluntad del pueblo de La Matilla.

    Saludos.

    23 agosto 2022 | 12:23

  6. Respondiendo a Gustavo C, en Fuerteventura existen dos montañas denominadas La Muda. Una está efectivamente cerca de La Matilla, pero la otra, de igual nombre, se alza cerca de la Degollada de Los Granadillos y tiene en su cumbre un importante yacimiento arqueológico

    23 agosto 2022 | 13:01

  7. Dice ser Lola

    La alusión a Teruel tiene la misma gracia que muchas de las fotos de idiotas de las que hablas

    24 agosto 2022 | 12:44

  8. Dice ser Gustavo C.

    En ese caso recojo lengua. Gracias por la información y disculpe.

    24 agosto 2022 | 18:26

  9. Dice ser carlos

    Muy bueno el artículo. Totalmente de acuerdo.

    25 agosto 2022 | 19:49

  10. Dice ser Yeray

    Lo único que no me gustó del articulo fue lo de llamar bancales a lo que en Fuerteventura llamamos gavias, por lo demás perfecto.

    31 agosto 2022 | 01:46

  11. Respondiendo a Yeray, en esa zona no hay gavias como tal, son nateros que aprovechan un barranco. Pero yo me refiero en el artículo a los bancales de las laderas, lo que en Fuerteventura se denominan popularmente «cadenas».

    01 septiembre 2022 | 10:48

  12. Dice ser Paloma Sorribes

    César-Javier Palacios, aunque a veces dé ganas de tirar la toalla, no dejes de publicar estos maravillosos y necesarios intentos de concienciar a toda esa legión de adict@s al botoncito del «me gusta» y cieg@s al mundo real lleno de criaturas maravillosas y rico en muestras del patrimonio que nos ha dejado nuestro enorme hogar, la Tierra.

    Ojalá surja un día una legión de gente deseosa de limpiar los océanos de toda esa porquería que no dejamos de arrojarles día tras día.

    Y ojalá surja más pronto que tarde.

    02 septiembre 2022 | 17:49

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