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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Nace Aula Savia, libros sabios, con mucha savia, para amar la naturaleza

Aina S. Erice, disfrutando del Jardín Botánico de Málaga. Foto: La Térmica

El nacimiento de un libro dedicado a la naturaleza es siempre motivo de alegría, como cuando nace un hijo. Si ya son trillizos, tres libros, y los tres los han escrito tres grandes y sabios amigos, la alegría se triplica. Pero lo mejor de todo es que vendrán más, se espera familia numerosa. Porque nacen dentro de la Colección Aula Savia (Ediciones del Genal), en una nueva pirueta cultural de ese gran hacedor de sueños que es Héctor Márquez. Savia con uve, la sangre vegetal que alimenta a las plantas y a los buenos libros que nutren nuestros espíritus.

¿Un buen regalo de Navidad para la gente que quieres? Toma nota de estas tres primeras maravillas en papel: Joaquín Araújo (Emboscadas), José María Montero (Naturaleza en calma) y Aina S. Erice (La consolación de la clorofila).

Los primeros tres libros de la colección Aula Savia

Tres grandes hablando de lo pequeño e importante

Son tres libros hermosos escritos por tres grandes de la narrativa dedicada a la naturaleza que nos reconectan con lo bonito de la vida. No necesitan demasiadas presentaciones.

Joaquín Araújo es el más importante y premiado naturalista español en activo y uno de los mejores y más prolíficos autores y activistas sobre temas de naturaleza y ética ecologista.

José María Montero Sandoval es uno de los profesionales más premiados y reconocidos en el periodismo y divulgación medioambiental en nuestro país, responsable del área de Medio Ambiente en los Servicios Informativos de la Radio Televisión de Andalucía, director de los programas “Espacio Protegido” y “Tierra y Mar” (Canal Sur TV).

Aina S. Erice es bióloga, escritora, etnobotánica, «vegetófila» irredenta y divulgadora de los secretos del reino vegetal, desde libros, artículos o sus excepcionales pódcasts.

Emboscadas, de Joaquín Araújo

En la treintena de columnas/árboles que reúne este libro, Joaquín Araújo nos propone emboscarnos, adentrarnos en el bosque. Quiere también que no nos rindamos, todo lo contrario. Y lo explica así: «Por mucho que ya le estemos viendo las orejas al colapso, estoy convencido de que podemos evitar que llegue. Sencillamente, porque también sabemos sentirnos parte, curar, defender y hasta hacer bien las cosas: todas. Y que por incontables que resulten las actividades de esta civilización, ni una deja de tener una alternativa ecológica».

Joaquín defiende que «el hogar de la Vida es solo uno, que la Salud de todos los vivos es igualmente una sola y que nada de lo que sucede a lo que nos sostiene puede ser considerado como ajeno, indiferente o prescindible». Estos escritos recogido en el nuevo libro, continúa, «buscan ayudar a comprender a lo que nos comprende, consiente y asiste». Porque el naturalista está convencido de que defendemos la naturaleza «en defensa propia».

La consolación de la clorofila, de Ana S. Erice

Conocí a Ana en la isla de Cerdeña, una luminosa mañana de primavera. Nos unió rápido nuestro amor por el paisaje sardo y nuestra fascinación por la botánica, pero también por la cultura mediterránea. Mujer sensible como pocas, ha volcado todas sus experiencias y reflexiones «vegetófilas» en este libro que, a pesar de hablar de plantas y de nuestra relación con ellas, ella misma duda en clasificar como obra etnobotánica. En realidad es un pequeño compendio muy personal de lo que denomina «botánica imaginal», pero asentado en sus profundos conocimientos científicos.

Pura terapia vegetal. Sus reflexiones están agrupadas en categorías temáticas, desde el afán de control y el estrés hasta la gestión de las diferencias y la inevitabilidad del cambio, aspectos de la experiencia humana (¡y vegetal!) que han ocupado sus pensamientos en algún momento del último lustro y que las plantas le han ayudado a contextualizar, a «pensar mejor», confiesa. Son textos escritos con la esperanza de que sean útiles al lector y le ayuden a enriquecer vida e imaginación, igual que la experta en botánica reconoce que las plantas le han enriquecido a ella. Porque Ana S. Erice defiende que en la clorofila es posible hallar inspiración y consuelo, «tanto literal como metafórico».

Naturaleza en calma, de José María Montero

Calma y sosiego para explicar la crisis ambiental sin perder la esperanza. Capítulo a capítulo, mi admirado Monti refuerza nuestra común fascinación paradójica y muy científica de buscar tranquilidad en un mundo natural que vive sumido en una permanente tensión por la supervivencia. Sabe que «la naturaleza nunca está en calma. La vida anda burbujeando a todas horas, sin descanso. Hay una fértil agitación de la que participan todas las criaturas. No hay equilibrio posible, ni silencio. Quizá haya un orden oculto en ese caos, pero los humanos no llegamos a descifrarlo en sus infinitos matices».

Pero ojo al dato: la calma que anuncia este libro es la del observador, la nuestra. Ese sosiego necesario para enfrentarnos al reto del conocimiento de todos los grandes secretos e inmensas sorpresas que nos depara la naturaleza. Un esfuerzo para el que, aconseja el periodista, «necesitamos implicar a la razón, a los sentimientos y, sobre todo, a la conciencia».

El libro selecciona, unas veces ampliado y otras resumiendo, entradas que durante más de una década ha ido publicando en su blog El gato en el jazmín. Te lo imaginas escribiendo bajo ese oloroso jazmín del jardín junto a las playas de Rota, con el gato en el regazo como receptor de sus reflexiones y una copa de inspirador amontillado al lado, examinado con calma el mundo, tratando de entenderlo para, como buen periodista, poder explicarlo bien. El afán por mirar con asombro lo cotidiano y con serenidad lo extraordinario. Y con optimismo, por supuesto. Porque, concluye Montero, «un libro compartido siempre alimenta esa esperanza».

Una colección que es puro bosque

Como resalta Héctor Márquez, el sabio hacedor de la Colección Savia, «la materia que sustenta a los libros es puro bosque. Pura materia vegetal heredera de tiempos donde los homínidos aún no habían aparecido. Sería bueno ver un bosque y honrarlo cada vez que abrimos un libro. Y que las flores y frutos que no darán jamás esos árboles que fueron talados para construir el papel de estas páginas recojan al menos algo del espíritu y el respeto de los seres vegetales que han hecho posible este libro».

Libros que buscan ayudar a comprender a lo que nos comprende, consiente y asiste: la defensa de la naturaleza y el mundo vegetal. Cuánta falta nos hacen.

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