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Largos viajes, mucho sexo y vida corta. Sorpresa científica con el búho más golfo de Europa

Búho campestre en vuelo. Foto: Steve Garvie / Wikimedia Commons

Viajar lejos, criar en abundancia y morir joven. Aunque pueda parecer un estilo de vida hedonista y un tanto “rock-n-roll”, un nuevo estudio internacional ha revelado que así es como viven los búhos campestres europeos. Más allá de la sorpresa científica, el trabajo pone de manifiesto la necesidad de planificar las medidas de conservación de esta especie a escalas mayores de las que se habían considerado hasta ahora.

La investigación, que ha contado con la participación de expertos del Grupo de Investigación en Gestión de Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) y de la Estación Biológica de Doñana (EBD – CSIC), ha revelado los increíbles y sorprendentes movimientos de los búhos campestres por toda Europa y el norte de África, aportando nuevos datos que permitirán proteger y conservar mejor a esta enigmática especie en declive.

Búho campestre. Dibujo: Juan Varela, SEO/BirdLife

¿Cómo es el búho campestre?

Especializado en la captura de pequeños mamíferos, el búho campestre (Asio flammeus) es una rapaz nocturna con una extensa distribución geográfica. Es tan especial que le gusta cazar de día, vive fuera de los bosques, hace sus nidos en el suelo y no para quieta.

A diferencia de otros búhos y lechuzas, tiene hábitos parcialmente diurnos, por lo que no resulta raro verlo patrullar con un vuelo semejante al de las rapaces diurnas sobre marjales, baldíos, junqueras y herbazales, en busca de los pequeños vertebrados de los que se alimenta. De carácter viajero y nómada, las poblaciones reproductoras de este búho de los espacios abiertos han experimentado un considerable aumento en España gracias a las plagas de topillo campesino (Microtus arvalis), su principal presa.

Su aparición y desaparición de amplias regiones ha fascinado a los ecólogos durante décadas, pues era un ave de la que se carecía de información clave relativa a sus movimientos y grado de conectividad entre sus poblaciones. Hasta ahora.

Movimientos de los búhos campestres seguidos por GPS para este estudio.

¿Cómo se ha hecho este estudio?

Según explica el IREC a través de una nota de prensa, el estudio de estos movimientos fue todo un reto superado gracias a los avances en las tecnologías de seguimiento, ya que los resultados de la investigación se obtuvieron gracias al marcaje de 47 búhos campestres de varios lugares de Europa (Islandia, Escocia y España) con dispositivos GPS.

¿Qué se ha descubierto?

Los resultados muestran un grado de movimiento inesperadamente grande en los individuos rastreados, con algunas de las aves marcadas viajando ampliamente por Europa y el norte de África. Algunos individuos fueron seguidos durante la nidificación a lo largo de dos temporadas, y las distancias entre los lugares de nidificación utilizados por los mismos individuos en años consecutivos oscilaron entre 41 y 4.216 km. Hasta donde sabemos, éstas representan algunas de las distancias más largas conocidas entre lugares de nidificación de cualquier ave. Increíblemente, una hembra marcada en su nido en Escocia crio dos veces en el mismo año, una en Escocia y otra en Noruega.

Estos sorprendentes movimientos parecen deberse a la necesidad de encontrar lugares con suficientes presas donde criar grandes nidadas. La abundancia de la presa favorita de los búhos campestres, el topillo, puede variar notablemente, tanto en el tiempo como en el espacio, lo que convierte a estos roedores en un recurso alimenticio impredecible.

Aunque los búhos campestres pueden cambiar de presa cuando los topillos no están disponibles, su respuesta más habitual es desplazarse a otras zonas, lo que da lugar a movimientos irruptivos o nómadas. Pero esta vida tan nómada e inestable tiene un precio muy alto en términos de supervivencia: menos de la mitad de los individuos adultos sobreviven de un año para otro.

Búhos campestres equipados con emisores GPS para seguir sus movimientos.

¿Qué hemos aprendido?

Los tipos de movimientos registrados en este estudio, así como su escala, implican que no existen poblaciones separadas de búho campestre en gran parte de Europa, sino que más bien existe una única población potencialmente integrada en la mayor parte del área de distribución de la especie.

Este nuevo conocimiento tiene implicaciones significativas para los intentos de proteger y conservar al búho campestre, pues subraya la necesidad de recopilar información sobre sus poblaciones a escalas geográficas suficientemente amplias y/o a largo plazo y pone de manifiesto la necesidad de planificar las medidas de conservación de esta especie a escalas mayores de las que se habían considerado hasta ahora.

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