Archivo de julio, 2017

Este verano olvídate de todo menos de tu pelo

Que mal se llevan los hermanos Gallagher, pero no tan mal como tu pelo y la estación más calurosa del año. En verano nuestro pelo se rebela manifestándose en forma de puntas abiertas, colores extraños que aparecen por reacción al cloro y en general una sequedad digna de la estepa ibérica.

Concepto de pelazo. INSTAGRAM @DIANINAXL

Es una época en la que nos insisten mucho en el tema de la hidratación, pero no me refiero a que cojas una garrafa de cinco litros y te riegues la melena. Aléjate de la peluquería un tiempo, no tiene sentido que hagas ahora un saneado si en un mes vas a tener que repetirlo. Dale descanso a tu pelo del tinte por un tiempo ya que son productos muy agresivos con el cabello.

Despídete de la plancha y del secador. Diles adiós hasta septiembre. El pelo es más sensible al calor que Belén Esteban a las críticas que le hacen sobre Andreita. Además, seamos sinceras, con el calor que hace fuera de casa el pelo húmedo se agradece.

Recuerda que el cloro es el lado oscuro de la Fuerza (de la piscina): destruye bañadores, destruye bikinis, te pica en los ojos y te estropea el pelo si no lo aclaras al salir del agua. Para mantenerlo hidratado convierte la mascarilla en tu básico de viaje. No te separes de ella. Como seguramente te la requisen en el control del aeropuerto, acuérdate de comprar una en cuanto llegues a tu destino.

Por último, ten en cuenta que los sombreros, gorras y pañuelos no solo sirven para crearnos un estilismo que ya quisiera Anna Wintour para el número de verano de Vogue, sino que protegen el pelo de los rayos del sol.

Tu pelo es como tu padre, solo tienes uno así que este verano no lo abandones a su suerte. Él no lo haría.

Del verano y tus vergüenzas

Esto va para ti, que solo te tumbas boca arriba en la toalla a pesar de que no estás cómoda porque sabes que si te tumbas de lado se te va a resbalar la tripa.

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Va para ti, que te da vergüenza hacer topless por tener las tetas pequeñas, o caídas, o con pezones grandes, o con areolas como hamburguesas, aunque te encantaría, por una vez, no tener la marca de los tirantes.

Esto va para ti, que nada más salir del agua de la playa o la piscina te enrollas en el pareo para que nadie vea tu celulitis. Que lo usas desde que sales del coche hasta que vuelves. Que no te lo quitas ni para tomar el sol en la arena.

Va para ti, que aún con 38 grados a la sombra no te quitas la camiseta para que no se vea que tienes los brazos flácidos. Para ti que cada verano es la misma historia y te da la misma vergüenza.

Va para ti, que te sientas cruzada de piernas por no querer mostrar tus dedos de los pies, pequeños y regordetes, como todos los de las mujeres de la familia. Que haces lo imposible porque no se vean aunque signifique no salir casi nunca con sandalias.

Va para ti, que rechazaste hace un mes ese bikini que te encantó solo con verlo colgado en la percha porque no te atreves a ir con la tripa al aire. Para ti, que al final compraste un bañador, aunque te gustaba mucho menos, solo porque tapaba más.

Va para ti, que no quieres bajar a la playa con la regla por si alguien se da cuenta de que llevas compresa. No, ni siquiera sin alas, o un tampón, no vaya a ser que se salga el hilo por fuera y te deje en evidencia.

Va para ti, que pasas de jugar al voley con las amigas porque se te olvidó depilarte las axilas. Para ti, que procuras levantar los brazos lo mínimo imprescindible para que nadie lo note.

O para ti, que te dejas la camisola para no enseñar las estrías.

Escribo para ti, que te has creado todas esas vergüenzas, que no te das cuenta de que no son cosa de tu cuerpo, que están en tu cabeza.

Te escribo para que te relajes, para que disfrutes, para que te olvides de todo. Tengas 15, 30 o 60 años si tu cuerpo te ha llevado hasta ahí con vida, créeme, vale más de lo que piensas.

(Para todas esas mujeres, pero especialmente para mi madre, mi tata y mi prima, mis tres mayores ejemplos de que siendo guapas por dentro lo demás importa una mierda.)

«Mi objetivo es mostrar el mundo de la belleza real, el de la calle, y no el de las revistas»

En el momento en el que estás leyendo esto, me apuesto el diploma en Periodismo a que si vamos a tu armario vamos a encontrar por lo menos dos o tres números de tallas diferentes (en mi caso hay cinco).

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Y no es porque cambies de peso o hayas crecido de repente por una ingesta de Petit Suisse, sino a que cada tienda tiene un sistema de tallas diferente, lo que hace complicado pensar en una talla fija como nuestra.

María Rodríguez, la blogger que se encuentra detrás de Pretty and Olé, ha dado un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la industria de la vestimenta con su tienda online sin tallas (SinTallas.com), la primera desde que Charles Worth acuñó a finales del siglo XIX el concepto de moda tal y como la conocemos siendo el primer diseñador en poner medidas estándar a sus creaciones.

«Me llamo María y tengo un cuerpo serrano. Soy gorda y aquí te cuento mi camino hacia una vida más sana y cómo me he sentido siempre guapa, sin tonterías y sin complejos» se presenta la blogger en su canal, y esto es lo que supone esta nueva etapa en su vida.

Le tenemos mucho cariño al concepto de «cuerpo serrano» ya que nos recuerda a nuestras madres o abuelas pero ¿cómo definirías un #CuerpoSerrano? 

¿Madres y abuelas? jajaja, ¡pero si no es tan ‘carca’! Desde mi proyección, un «cuerpo serrano» es una persona que ha logrado amar su cuerpo y disfrutar con él de la vida sin importarle su peso o talla. No lo trato como un concepto diferente al que ya tiene, se utiliza mucho cuando quieres darle un ‘olé’ a tu body, solo que nadie antes lo había utilizado para referirse a su público. Y eso es lo que quiero, que mi público sienta que el mundo de los complejos es una tontería.

El apoyo de tus seguidores del blog ha sido tu punto de partida para crear la tienda. ¿Cuánto tiempo llevas escribiéndolo? ¿Hasta dónde se remonta tu interés por la moda?

Comencé a bloguear en 2009 con Pretty and Olé hablando sobre productos de cosmética y maquillaje, que me gustaban desde pequeñita. Me apasionaba el mundo de la belleza y, además de vídeos en Youtube (que subía muy de vez en cuando) en mi blog contaba todas mis experiencias y hacía reviews de productos cada semana, incluso cada día en algunas épocas. Me lo tomé bastante en serio y me fui amoldando a lo que le gustaba a mi público y a mi también, así que evolucioné introduciendo algo de moda, lifestyle y consejos útiles que podrían servirle a la gente para verse guapa, con el objetivo siempre de mostrar el mundo de la belleza real, el de la calle y no el de las revistas. Mi tienda, SinTallas.com, es una suma de toda mi filosofía: de la moda entendida como diversión, que sea ponible, que pueda llevarla cualquiera… y cero Photoshop.

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¿Cuáles son las mayores dificultades que te estás encontrando ahora que la tienda online está en pleno funcionamiento? ¿Y cuáles son las satisfacciones que te produce?

Una de las satisfacciones más grandes es saber que una tienda que vende sin tallas haya calado tanto a nivel nacional como idea emprendedora. Jamás supuse que, aun siendo influencer, mi startup iba a ser portada de la mayoría de medios de comunicación. Ha sido una pasada ver cómo la gente se ha interesado por la tienda y evidentemente eso nos ha dado un empujón grande días después de abrir. Pero el día de apertura fue maravilloso: tenía a todo el público de mis redes sociales pendiente y al minuto de abrir empezó a haber decenas de pedidos. Sin duda, la satisfacción más enorme es saber que tantos ‘cuerpos serranos’ te apoyan y eso te hace darte cuenta de que vas evolucionando de la forma correcta.

Por el contrario, la dificultad más grande que tengo con la tienda es que estoy yo sola, como cualquier otro emprendedor que lucha por su idea. La gente piensa que por tener ciento de miles de seguidores tienes a todo un equipo a tu lado haciendo el trabajo, y eso en mi caso no ocurre. Cada mañana me levanto, preparo los pedidos y atiendo a los mensajes de forma personal, gestiono las ventas, el stock, las devoluciones… Si estoy de viaje tengo que dejar a alguien a cargo y se hace dificultoso, pero bueno espero poder ampliar el equipo de forma permanente nada más pueda. Ahora mismo estoy en un primer paso de este proyecto.

¿Por qué decidiste crearla? ¿Cómo es posible que hasta ahora no haya aparecido ninguna tienda sin tallas en España hasta ahora? ¿Crees que sentarás las bases para futuros negocios del estilo a partir de tu tienda?

Mi idea era evolucionar con Pretty and Olé y ofrecer algo que verdaderamente la gente pudiera tener consigo. Como lo que más me preguntan es por prendas, pensé entonces abrir mi propia tienda online pero con alguna idea innovadora. He sido product manager y mi trabajo era crear ideas nuevas en Internet, así que tenía que aprovechar mi experiencia y no crear una «tienda de una bloguera» más, sino que debía tener algo especial. Ahí fue cuando investigué sobre las compras online y las tallas, sobre los miedos de la gente a comprar prendas en Internet… y surgió Sin Tallas de una forma muy racional. Y la verdad, lo primero que me dije fue precisamente eso: ¿cómo no se le ha ocurrido si quiera a la gran industria antes? Así que bueno… imagino que tendrán sus motivos o igual han tomado nota. No tengo ni idea de qué va a pasar…

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Vendes prendas diseñadas en España, una decisión bastante arriesgada teniendo en cuenta que te saldrían más económicas si fueran prendas de China. ¿A qué se debe?

Sí, ahora mismo todas las prendas que vendo están diseñadas en España y algunas también fabricadas aquí y, aún así, los precios son bastante buenos. Sin embargo no es algo definitivo. Mi intención es tener más moda y expandir catálogo y para eso tendremos que ampliar fronteras ya que es muy difícil encontrar, no solo precio, sino moda para todas las tallas en España. El motivo de hacer esto al principio ha sido bastante sencillo y tiene que ver con las compras al por mayor y la regulación de impuestos.

¿Te planteas hacer algo en un futuro orientado también al sector masculino o es algo que no vas a tocar?

De momento seguiremos con moda para mujeres, que son quienes nos siguen y quienes consumen más moda, además de ser el público que personalmente conozco más a fondo. Sin embargo, no descarto poder tener en el futuro moda para hombres, niños, embarazadas y otros nichos.

El armario de Sophie Turner cuando no interpreta a Sansa Stark

El invierno no ha llegado pero la séptima temporada de Juego de Tronos arrancó a principios de semana haciendo que volviéramos a Desembarco del Rey o a un Rocadragón que me recuerda misteriosamente a San Juan de Gaztelugatxe.

Sea como sea, el reparto pisa toda alfombra roja que extienden a lo largo del planeta, y, Sophie Turner es, sin duda alguna y con perdón de sus compañeras, de las actrices que más estilo derrocha.

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A la actriz le gusta arriesgar al igual que arriesgó queriéndose casar con Joffrey Baratheon en la serie de HBO. Le encantan las piezas con un toque futurista y se atreve con absolutamente todo tipo de anchura, largo, color, tejido o prenda.

 

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Aunque como veis, para el día a día y sus citas con Joe Jonas, el cantante de DNCE, escoge estilismos mucho más de andar por casa del tipo de los que nos ponemos toda hija de vecina para quedar con el novio a dar una vuelta.

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Los mejores estilismos para ir a la playa

Vale que aunque la mona se vista de seda mona se queda, pero no por ello tiene que bajar a la playa todos los días con los pantalones roñosos que ya tienen la goma cedida y esa camiseta de tirantes de hace cinco años. Este post está pensado para todas aquellas que nos quedamos sin ideas en cuanto a elegir estilismos playeros se refiere.

La playa es la oportunidad perfecta para darle salida a todas esas prendas veraniegas que hemos comprado durante las rebajas. Que nos conocemos y por mucho que te las compraras con toda la ilusión del mundo hay algunas que tienen más posibilidades de pasar al permafrost de tu armario que de morir los personajes de Juego de Tronos.

Os traigo cinco propuestas de blogueras que me encantan y de las que soy groopie desde hace tiempo:

El olvidado: la combinación falda y top no termina de convencernos a la hora de sentarnos en la arena por aquello de no terminar llenas de la misma, pero la verdad es que es una de las prendas más cómodas de poner y quitar si no tenemos ganas de andar arriba y abajo con la cremallera del pantalón.

M Y K O N O S 🦀 @drupelosangeles #drupesquadtravels

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El conflictivo: aunque el mono es más lioso para ir al baño y no te permite hacer la típica maniobra estratégica de ponerte solo la camiseta si vas al chiringuito, es una opción perfecta para estar listas en un santiamén.

Es mejor tener con quién pasar los domingos que los viernes 💙.

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El clásico: el vestido blanco largo vaporoso nos encanta, aproximadamente el 80% de las mujeres tiene uno y el 100% de sus hijas se lo cogen prestado de vez en cuando. Ideal para dar paseos por la orilla y hacerse fotos para Instagram.

Easy breezy in our Marina dress @lovelypepacollection 🌾 More on my blog today. Link in Bio 👆🏼

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El preferido: ya sea por comodidad, porque es lo que llevábamos de pequeñas o porque, sencillamente, es de lo que más abunda en nuestro armario, el pantalón con camiseta siempre es el favorito de las bañistas.

El imbatible: el little black dress no solo era el preferido de Audrey Hepburn sino que sigue a día de hoy aún en versión veraniega y nos encanta. Si lo lleva la Ferragni en sus vacaciones de Amalfi imagina lo bien que te va a quedar a ti cuando vayas por Torrevieja.

#ItalianDays #TheBlondeSaladGoesToAmalfi

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¿Cuál es el que te gusta más para pegarte el primer chapuzón del año?

Del gimnasio a la calle: Kim Kardashian nos enseña a reciclar las mallas

Kim Kardashian ha vuelto a hacerlo, ha conseguido volver a encandilarme con su look (y hacer que se lo quiera copiar urgentemente) saliendo a cenar con una amiga vestida con un sujetador, una americana y unos ajustados pantalones.

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Hasta ahí todo podría resultarnos «normal» siempre y cuando enmarquemos ese «normal» en el estilo Kardashian, a saber, ir medio desnuda por la vida. Un gusto que va perfecto cuando tu estilo de vida es de celebrity que va en coche con chófer y vigilantes de seguridad de un sitio a otro.

Cuando eres una veinteañera casi treintañera cuya vida social transcurre entre las clases, el trabajo, bares con los amigos y el supermercado como que no te encajan tanto esos estilismos.

Pero si nos fijamos con detalle en el outfit nos damos cuenta de que los pantalones que lleva la Kardashian son en realidad mallas de gimnasio. Repito: mallas de gimnasio, no es un simulacro. Vale que son en versión terciopelada pero siguen siendo unos yoga pants concebidos para sudar en la cinta.

Y lo peor (y lo mejor) es que me encanta. Me encanta cómo le queda, me encanta que se atreva a hacer una mezcla tan arriesgada y me muero por probarlo en carne propia ya que es tan fácil como coger unos leggins del gimnasio y plantármelos con taconazos.

Es cierto que cada vez es más frecuente ver prendas deportivas en estilismos de diario, pero siempre eran sudaderas o como mucho, sujetadores deportivos que daban el pego como tops, pero nunca pantalones y menos de esta manera, yendo a cenar de ‘divineo’ con tu amiga a un restaurante pijo de Manhattan.

¿Me dais la razón entonces con lo de que Kim Kardashian-West es una influencer de la cabeza a los pies?

Camisetas para «bolleras», «putones», «gordas» o «cuatrojos»

Quien no haya sufrido algún tipo de bullying en el colegio que levante la mano. De pequeña era delgada, no usaba gafas, no llevaba aparato (al menos al principio) y aún así mis compañeros también encontraron algo con lo que meterse conmigo: el pelo de los brazos.

THE TRIPLETZ

Había uno en concreto que no solo se pasó la primaria con un encantador y delicado «Mauricia depílate» sino que le gustaba enroscar los pelos sobre sí mismos, tanto en mi brazo como en otros. Años después ha terminado siendo un profesional fantástico y no dudo de que será una bellísima persona, pero en el colegio se comportaba como un capullo. Como los antiguos compañeros de mi hermano, que le llamaban gordo o los que pegaban a otro de mi curso en el vestuario por ser diferente hasta que tuvo que cambiarse de colegio.

Todos hemos tenido nuestros demonios y los combatíamos como podíamos. En mi caso mi madre, Madre Teresa de mi familia y con un master por la vida en Resolución de Conflictos, era partidaria de que pasara del tema, de que me lo tomara con humor, de que respondiera con ironía. Pero la ironía, en mi caso, no llegó hasta los 18 años y ya pocas burlas llegan para entonces.

No obstante, reconozco el potencial del plan al igual que reconozco el potencial que tiene el bolso pizza de Zara. Reírse de uno mismo es de las mejores cosas que podemos aprender en esta vida, en serio, más que montar en bicicleta. De hecho no sé montar en bicicleta y si me dieran opción de cambiarlo por mi capacidad de reírme de mí misma no lo cambiría.

La idea que han tenido los youtubers The Tripletz de convertir nuestros «defectos» en camisetas me parece una idea fantástica. De hecho, si tuvieran una de «peluda» o «yeti» creedme que me la compraría. Me recuerda a un personaje de la película Dando la nota, que se presentaba como «Amy la Gorda». «¿Por qué te llamas a ti misma ‘gorda’?», le preguntaba una de las protagonistas. «Para que las brujas como tú no me lo llaméis a la espalda».

THE TRIPLETZ

Así viste Sofía Vergara fuera de ‘Modern Family’

Si has visto algún capítulo de Modern Family es imposible que hayas pasado por alto a Gloria, madre de Manny, mujer de Jay… Un personaje con expresiones tan fantásticas que fue quien hizo que viera la serie entera en versión original solo por escucharla hablar en español.

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Fuera de la pequeña pantalla, el estilo de la actriz colombiana no es muy distinto al de su personaje. Sofia Vergara tiene una figura curvilínea y le encanta lucirla con modelos que nos sirven de inspiración para todas las mujeres con silueta de arena del mundo.

Sofía Vergara es como Victoria Beckham, esa clase de mujeres cuyos pies deben estar hechos de otra pasta ya que no se baja de los tacones. Eso o que nunca tienen que hacer el transbordo de metro de la línea 6 a la 8.

Además ama por encima de todo los vaqueros: skinny, boyfriend, acampanados… y los lleva para cualquier tipo de ocasión demostrando que solo se necesitan los complementos adecuados para darle el toque que buscas a un estilismo.

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La alfombra roja es el lugar que la actriz aprovecha para brillar literalmente ya que es muy fanática de cubrirse de pedrería de pies a cabeza en vestidos que resaltan su figura y que centran la atención en el escote (que quien pudiera lucirlo así de bien, oigan).

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Esa criatura divina que es Sofia Vergara es HUMANA, sí, y aquí tengo las pruebas de que la actriz se pone leggins, deportivas (sin tacón) y de que cuando viene una ráfaga de aire puñetera se despeina. Aún con todo sigue siendo preciosa.

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La relación con el sol a lo largo de mi vida

Mis primeros recuerdos de mi relación con el sol podría situarlos en mis cinco años de edad, cuando, poco antes de llegar a la playa, mi madre me embadurnaba de pies a cabeza en protector solar.

Lo hacía tan a conciencia que no me quedaba un centímetro sin cubrir por la pasta blanca. Con una madre enfermera y un padre químico era imposible no ser consciente de lo peligroso que es el sol. Pero no solo de pan vive el hombre y no solo de crema vive mi madre. Al llegar a casa tocaba ponerse after sun como si nos fuera la vida en ello.

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A los quince años fue cuando mi relación con el sol cambió completamente. No solo descubrí que el sol me ponía morena, sino que, de hecho, estar morena era algo cool y en los pasillos del colegio se había instaurado una especie de competición de a ver quién tenía la marca de los tirantes del bikini más marcada.

En esa época tomaba el sol como cuadraba. Normalmente estaba tan ocupada cotilleando con las amigas que no era ni consciente. Era un «aquí te pillo aquí te bronceo«. Luego había días en los que se quedaba exclusivamente para ‘morenear’, que era cuando, revista Bravo en mano, hacíamos los «vuelta y vuelta» hasta que para despegarnos de la toalla casi necesitábamos una espátula antiadherente.

A los 20 años me volví una sibarita. Tomar el sol era un hobby pero con cabeza. Cada día bajaba al jardín religiosamente (evitando ir de 12 a 16), pero no de cualquier manera. Tomar el sol era mi momento y no solo bajaba con la toalla, sino que la acompañaba de un cojín para las cervicales, una botella de agua, música, revistas y, la mayor parte de las veces, apuntes. Mis exámenes de junio, a lo largo de mis cuatro años de carrera, salieron de ese jardín.

A los 25 años, etapa en la que estoy ahora, el sol se ha convertido, no en un peligro, pero sí algo de lo que debo cuidarme. La crema factor 50 se ha convertido en mi básico antes de salir de casa y en mi indispensable en el bolso. Vale que si voy a la playa me tiro en la toalla, pero atrás ha quedado esa época en la que tomar el sol era el centro del verano.

No solo me he quitado la ansiedad que a veces llegaba a sentir porque se me iba el moreno, sino que estoy en una fase de mi vida en el que me da absolutamente igual estar o no estar bronceada. Creo que ahora mismo hay muchas cosas que prefiero hacer a cubierto antes que estar forzando a mis células a crear melanina constantemente para protegerme de una agresión como son los rayos de sol.

Olivier Lapidus, el hijo del diseñador que vistió a John Lennon vestirá para Lanvin

La casa Lanvin en París muestra la fumata blanca. No Habemus Papam pero Habemus el sucesor de Bouchra Jarrar en la firma francesa, Olivier Lapidus. Pero ¿de qué nos suena ese nombre?

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Su padre, Ted Lapidus, no solo vistió a Brigitte Bardot sino que diseñó para John Lennon un maletín en cuero blanco, el conocido BAG ONE del cual salieron después 300 unidades con la firma del cantante en negro.

Además, también en blanco, reconoceréis este traje del cantante. Correcto, fue un modelo diseñado por Ted Lapidus para John Lennon. Y es que el diseñador francés llegó a renovar el armario del Beatle.

Además fue el primero apostar por el estilo unisex en la pasarela, en lanzar una colección inspirada en los safaris, en dejar las hombreras bajo la chaqueta y convirtió los vaqueros en una pieza trendy.

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Con esa trayectoria y amor por la moda, estaba claro que su hijo lo iba a llevar en las venas.

De hecho, Lapidus hijo dejó claro que nació «en el mundo de la moda por lo que las ideas de mi subconsciente derivan de mi pasado y mi presente».

Durante los 80 trabajó como director artístico de Balmain y de la firma de su padre, experiencias que le sirvieron de aprendizaje para luego diseñar para su propia marca. Estaba empeñado en innovar y fue de los pioneros en trabajar con fibra óptica en sus diseños. Algo que ahora no suena tan impresionante, pero su primer diseño del estilo se remonta a 1999.

Sin embargo, por azares del destino de la moda (y porque no consiguió mantener la popularidad que había construido su padre) se dedicó al interiorismo. De hecho, una de sus últimas obras más conocidas fue el diseño del interior del Hotel Felicien en París.

Será en la misma ciudad donde veremos este mes de septiembre su primera colección en el marco de la pasarela ready-to-wear de la Semana de la Moda francesa en versión cápsula.

Sea lo que sea, pase lo que pase, el desafío es grande y las expectativas altas (recuperar ese 32% que han caído las ventas de Lanvin en los primeros meses del año) pero el diseñador no puede contener las ganas: «Ya he empezado a trabajar esta misma mañana» declaró este martes al poco de firmar el contrato.