Archivo de septiembre, 2018

Meghan Markle o cómo maquillarte sin parecer que vas maquillada

Entre que vamos con prisa hasta en la clase de Pilates y que cada vez nos gusta más lo natural, el maquillaje discreto se ha convertido en uno de los favoritos de muchas de nosotras.

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Consigue taparte la ojera o el grano de turno de que te va a bajar la regla sin que se note que realmente te has maquillado.

Además de llevarte muy poco tiempo, doy fe de que una vez que adquieres la técnica no te lleva más de diez minutos, te ves más favorecida (a mí personalmente no me gusta verme los lunes con mi cara de lunes) y le das salida a los cosméticos que te acaban regalando en navidades desde que dijiste que no querías recibir colonias.

Un ejemplo perfecto de este tipo de maquillaje discreto es Meghan Markle, que siempre tiene la cara estupenda y con el aspecto lozano característico de cuando te acabas de quitar la mascarilla hidratante y te sientes lista para protagonizar la campaña de cualquier marca de cremas.

Yo no conozco a la duquesa de Sussex personalmente (debe ser que mi invitación para la boda del año se perdió), pero por lo que ha contado su maquillador, seríamos muy buenas amigas: y es que Meghan Markle se encarga de su propio maquillaje para no tener que estar dependiendo de nadie.

La Duquesa se limita a destacar algunos puntos de su rostro pero sin que parezca que lleva una mano de pintura de brocha gorda encima de la cara. Y es un look perfecto para copiar en nuestro día a día.

Ojos pintados con un ahumado suave (importante lucir pestañazas), un eyeliner fino, cejas definidas pero lejos del efecto ‘pintadas con rotulador’, cutis luminoso con una base muy ligera que deja a la vista sus pecas, pómulo suavemente marcados con colorete y labios nude (si no sabes qué tono coger haz como ella y coge un tono más claro o más oscuro que el tuyo).

Así que ahora puedes probar a maquillarte como ella aunque en vez de una cita con el príncipe Harry lo que te espere sea una cita con la dentista.

Halloween no se trata de ser ‘sexy’

La sexualización de los disfraces de Halloween está llegando a un extremo ofensivo.

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Curiosamente, cada vez que una mujer quiere disfrazarse de algo, la ropa suele venir con el sufijo ‘sexy’ detrás (véase ‘bruja sexy‘, ‘vampira sexy‘, ‘presa sexy‘, ‘zombi sexy‘, ‘muñeca asesina sexy‘…).

Parece que en Halloween no podemos estar feas, bueno, feas sí, lo que no podemos hacer es no ir enseñando cacha, o al menos no por la cantidad de disfraces que encuentras que den miedo de verdad (que no son tantos).

Sin embargo, he llegado al colmo de este tema. Yo tengo el colmo muy alto, ¿sabéis? Soy capaz de aguantar cosas como que se pongan de moda los tiros de la braga por las axilas o que sigan existiendo los certámenes de belleza infantiles.

Pero he llegado al colmo, lo encontré. Di con algo que me sacó tanto de mis casillas que me dio ganas de coger un plato, un tenedor y ponerme a rayar la superficie de este en la oreja de quien fuera que hubiera tenido esta idea.

Lo que encontré fue un disfraz de criada sexy. «Oh vaya Mara, ¡qué novedad, una criada sexy! Bienvenida a todos los gags de comedia a partir de 1980«.

Pero no se trataba de cualquier criada sino de las criadas que protagonizan El cuento de la criada, una serie dramática muy cruda que, si no habéis visto, deberíais ver ya.

La trama se sitúa en un futuro utópico donde la mayoría de las personas son estériles a excepción de algunas mujeres que, bajo orden del Estado, son controladas y obligadas a residir con los más altos cargos del país y a servir como vientres. Vamos, que son máquinas de repuestos humanos, vacas de ganado.

Las criadas de la serie de Netflix no tienen libertad y viven amenazadas de muerte (o las asesinan o las mandan a unas colonias radiactivas, que no es que tengan un final muy feliz precisamente).

Que conviertan a una mujer que, por mucho que sea ficción, es violada, obligada a tener hijos que luego le arrebatan para, a continuación, ‘servir’ en otra casa nueva a repetir el ciclo, en un icono sexy me parece de muy mal gusto.

¿Qué pasaría si se comercializara un disfraz de víctima de asesinato por parte de narcotraficantes de Farinha sexy? ¿O de adolescente de Por trece razones abusado sexualmente por uno de sus compañeros que le metió un palo de fregona por el culo sexy?

Quiero pensar que estos ejemplos parecerían lo bastante poco sensibles como para no hacerlos. Pero entonces, ¿por qué el disfraz de criada no lo pareció? ¿A quién le resultó una buena idea?

El hecho de que las numerosas quejas hayan conseguido que se haya terminado retirando muestra qué opinamos al respecto de esta hipersexualización. Que ya está bien, que ya basta, que queremos disfrazarnos y punto. Que se debe terminar lo de convertir todo lo relativo a la mujer en un reclamo sexual.

Nueva moda: adiós transparencias; hola vestir como una monja

La película de La Monja ha tenido un gran impacto en nuestras vidas. Si tú también lo pasaste mal cuando en Youtube te saltaba el anuncio antes de ver el vídeo que realmente estabas buscando o si retirabas la vista de los carteles del metro, te entiendo. Yo también he estado ahí.

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Aunque no todas son tan terroríficas como la de la película, doy fe de que las de mi colegio eran un encanto (o casi todas), las monjas se han convertido en fuente de inspiración para la moda.

Después de los cortes en los vaqueros que dejaban parte de las nalgas a la vista, las transparencias estratégicas de Beyoncé o el escote underboob, la moda se recata, se tapa entera y se pone una toca en la cabeza.

Como en el arte, las tendencias estilísticas se van sucediendo pasando de un extremo a otro, por lo que pasar de una desnudez máxima a un estilo más pudoroso, cuadra bastante.

Ya seamos católicos o no (decir «¡Oh Dios mío!» cuando ves que te ha llegado el mail de que están las notas del examen subidas en la plataforma no cuenta) los desfiles de Max Mara o J.W. Anderson vienen con la moda novicia-de-convento-de-clausura Primavera/verano 2019.

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Perfecta tanto para darle la bienvenida al calor el año que viene así como para encomendar tu alma a un ente superior: diseños de vestidos anchos, siluetas rectas, largos por debajo de la rodilla y, sobre todo, tocas.

Tocas que son perfectas para esconder el pelo en los días en los que te levantas con la melena tan despeinada que parece que en vez de apoyar la cabeza en la almohada lo haces en una centrifugadora.

Así que el año que viene, cuando vayas por la calle y veas a una monja, fíjate bien. Si va de blanco, negro, azul o marrón con zapato plano es probable que sea auténtica.

Si en cambio va de color naranja, mezcla diferentes estampados o le cuelga un bolso tan pequeño en el que no cabe ni el Nuevo Testamento, tienes, ante ti a una fashion victim que ha sentido La Llamada. La de la moda, claro.

‘Scumbro’, el desaliñado estilo de Justin Bieber que se ha convertido en tendencia

Hay un nuevo término que deberías conocer en el mundo de la moda. Sí, lo sé, con lo que te había costado aprender outfit llego yo y te pido que memorices uno más (lo que hay que aguantar por estar a la última, ¿eh?). Pero este es un concepto importante porque se refiere a una corriente de estilo que están siguiendo muchos famosos hoy en día: el scumbro.

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El scumbro (que se lee /escambrou/) es un estilo que se ha puesto de moda y engloba a esos chicos que te cruzas por la calle mientras piensas “Madre mía, menudas pintas lleva ese”. Son también (y perdón por recurrir a los tópicos del aspecto, pero es que es cierto) quienes hacen que las señoras con las que se van a cruzar agarren más fuerte el bolso.

Puede que pienses que esa persona te pega más vendiendo drogas en una sangriada universitaria, pero, en realidad van totalmente a la moda, solo que es una moda así: irreverente, con accesorios muy llamativos y calcetines subidos hasta la mitad del gemelo.

Ah, y gorras, no nos olvidemos de las gorras.

Es como si un skater se hubiera hecho amigo de un cantante de rap y de su unión en una rave hubieran dado a luz a una nueva criatura: el scumbro.

Como decía, no te dejes engañar: hay varias diferencias entre el scumbro auténtico y el que cuelga las zapatillas en los cables telefónicos de tu barrio.

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Beauty and the beast

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El scumbro lleva su descuidado estilismo cuidado al milímetro. Además verás que le encantan marcas como Supreme. Son devotos del logo de llamas de Trasher, las camisetas con caras de raperos, los pantalones de chándal exclusivos (tipo los que lanzó Tommy Hilfiger con Lewis Haliton) y de las Air Max 97 OG.

Es probable también que les veas con camisetas desteñidas (efecto tie dye), chanclas con calcetines y todo mezclando colores que, hasta ese momento, no pensabas que se pudieran combinar como naranja y rojo, verde y lima o amarillo y azul cielo.

Algunos ejemplos son Pete Davidson, el novio de Ariana Grande; Fedez, el rapero italiano casado con la it girl italiana por excelencia Chiara Ferragni, o Justin Bieber.

Los tres sirven de perfecto ejemplo de cómo el estilo desarreglado ha encontrado en el armario masculino su máxima expresión (y ya está campando a sus anchas).

¿Cómodo? Seguro. ¿Bonito? Cuestionable. ¿Seguirá gustándote tu novio aunque vaya así vestido? Sin duda, el amor es ciego.

Otros ejemplos de scumbro. GTRES

¿Llevar las bragas por fuera se convertirá en tendencia?

Los 2000 fueron una etapa complicada. No ya solo porque sacaran el disco de la Crazy Frog sino por las tendencias extrañas que llevábamos en ese momento.

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Creo que todos recordaremos vívidamente ese momento en el que lo más moderno era ir enseñando las bragas por fuera del pantalón. Yo no sé vuestro colegio pero en el mío si enseñabas la cinturilla de la ropa interior eras lo más guay.

Recuerdo de hecho que era especialmente llamativo en las chicas que iban en moto con el triángulo del tanga saliendo a ambos lados del pantalón como si fuera una personita con los brazos extendidos saludando diciendo “Eh, estoy aquí”. Era imposible no mirar.

Al tiempo, entramos en razón así como las cinturillas de las bragas entraron de nuevo dentro del pantalón pero (sí, tenía que haber un “pero” que destrozara esta historia con un aparente final feliz) han vuelto.

Cuando Kim Kardashian subió hace casi un mes una foto en la que dejaba a la vista el tanga (un modelo de Gucci de hace varios años), confiaba en que se quedara ahí y no terminara en, como muchas de las cosas que hace la empresaria, una moda a la que tirarnos todas de cabeza.

Mi etapa colegial terminó hace bastantes años, pero en cierta manera es como si Kim fuera la nueva Regina George y la sociedad el instituto de Chicas Malas en la escena en la que le cortan la camiseta a la animadora más popular y ella crea tendencia enseñando el sujetador como si nada.

Decir que respecto a esta moda, mi gozo está en un pozo sería ser demasiado amable y positiva. Mi gozo en la Fosa de las Marianas quizás es más aproximado.

No sé si por inspiración de la reina del maquillaje o por qué motivo exactamente, en el último desfile de Adidas (¿pero por qué Adidas ahora desfila? Ah sí, porque la ropa deportiva es tendencia) las modelos presentaban una nueva colección en la que el común denominador no era solo el chándal, sino que la mayoría de ellas llevaban los extremos de la ropa interior por fuera del pantalón totalmente clavados en la cadera, como si fueran tirantes.

Y si esta vez ya no voy a sumarme, lo de ir enseñando la cintura de las bragas se quedó en otra época de mi vida, decidme, ¿le veis futuro a la tendencia?

El poderoso mensaje de la modelo que desfiló para Rihanna estando de parto

Semana de la Moda de Nueva York. Desfile de lencería de Savage x Fenty de Rihanna. Una embarazadísima modelo, Slick Woods, espera para salir a la pasarela cuando de repente empieza a notar contracciones.

FENTY BEAUTY. SAVAGE X FENTY. FACEBOOK

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No sé muy bien cómo, pero ella, con aquel body de una pieza, sale tranquilamente a mostrar el conjunto de lencería de su jefa. Termina el desfile y, en el hospital más cercano, da a luz. Lo hace recién salida del trabajo, como si fuera lo más normal del mundo y dando una lección bestial sobre maternidad, mujeres y vida en general.

Poco después, la modelo, ni corta ni perezosa, aprovecha Instagram para decir a los cuatro vientos, que es el equivalente a subir una foto en la red social, que había empezado a ponerse de parto en el momento de desfilar.

«Un look, 14 horas de parto y ha nacido un rey. Esta es la cara de una mujer de parto, nosotras somos capaces de aguantar tanta mierda que la mayoría de vosotros ni siquiera sabéis por lo que estamos pasando» escribió la modelo. Algo con lo que no puedes evitar no sentirte identificada cuando te pillan los dolores de la regla en medio del examen de la universidad/ reunión de la oficina/ viaje de avión.

«Estoy aquí para decir que puedo hacer lo que narices quiera (igual no usó el término «narices» sino uno más basto, pero quería ser elegante), cuando narices quiera y tú también«, dijo la modelo alzando la voz en contra de la discriminación que puedan sufrir mujeres en estado de gestación (que la hay, en una reunión del club de Malasmadres hicieron especial hincapié en eso).

Rihanna, que no contenta con sus premios musicales, su línea de maquillaje y ahora la colección de lencería, parece que quiere ser nombrada la jefa del siglo por lo que dijo en E! News, un mensaje que consigue hacer que nos sintamos tan empoderadas como cuando montamos solas un mueble del Ikea.

«Las mujeres son las personas más fuertes del planeta. Nuestros cuerpos están hechos para hacer cosas diferentes y están diseñados de maneras únicas y diferentes. Si tú tienes la bendición de ser capaz de traer vida a este mundo también debería ser celebrado», afirmó la artista mientras aquellas pertenecientes al género femenino le dedicamos una ovación mental.

«Nunca le voy a decir a una mujer que no puede tener un trabajo conmigo porque no puedo tener a una mujer embarazada modelando en lencería o maquillaje. Yo siempre celebraré a las mujeres en todos sus estados

¿Entonces, qué hacemos para que Rihanna se convierta en nuestra jefa adoptiva? Con mujeres pensando así, pena me da que no seamos nosotras las que dominemos el mundo.

#GordaenlaSemanadelaModa, el ‘hashtag’ definitivo

Supongo que ya sabías que acaba de terminar la Semana de la Moda de Nueva York. ¿Cómo? ¿Que no tenías ni idea? Bueno, pues ya te lo cuento yo que para eso es mi trabajo.

AND I GET DRESSED

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Esta edición ha sido muy especial, no ya solo por el desfile de lencería de Rihanna en el que han salido mujeres embarazadas o de talla XL llevando la ropa interior de Savage x Fenty o que Marián Ávila haya sido la primera modelo española con Síndrome de Down en desfilar en Nueva York (Marián, si lees esto, te tengo que entrevistar).

Lo que ha convertido la edición en algo único es la creación de un hashtag, el #FatatFashionWeek o «Gorda en la Semana de la Moda».

Todo empezó cuando Kellie Brown, bloguera de moda, usó el hashtag en Instagram para un objetivo más que loable. «He empezado un hashtag nuevo #fatatfashionweek. Estamos aquí, trabajamos en esta industria, lo entendemos, somos líderes y consumidores.»

Dejad que os cuente una historia, se llama el cuento del street style. En cada semana de la moda hay una parte importante justo detrás de los desfiles y los invitados que se llama street style. El street style consiste en que los fotógrafos apostados fuera de los desfiles hacen fotos de las invitadas a estos que, lógicamente, van con las últimas tendencias como buenas amantes de la moda.

A partir de esos street styles, somos capaces de inspirarnos en cómo la gente ‘de a pie’ lleva las tendencias de la temporada, que siempre resultan mucho más fáciles de entender en una persona de la calle que encima de una pasarela con todo el artificio de los focos y la música.

La cosa es que te pones a echarle un vistazo a las galerías de fotos de street style y en su mayoría están compuestas por gente delgada, y si bien es la forma física de la mayoría de los invitados, no significa que sea la única.

«La industria está llena de mujeres con poder grandes: influencers, supermodelos o directores de moda de grandes medios. Pero viendo las fotografías de street style durante la Semana de la Moda de Nueva York no te haces a la idea de que esas mujeres existen» reivindicó Brown en su Instagram.

La idea, utilizando el poder de la red social, pretende hacer más realista el mundo de la moda poniendo también el foco en esas mujeres que, más allá de una talla 36, también tienen importancia en la industria.

Independientemente, se trata de algo que, como siempre, tendrá sus detractores, que se llevarán las manos a la cabeza hablando en nombre de la salud y haciendo hincapié en el estado de unas mujeres que no conocen en absoluto. En realidad, lo que quiere el concepto es dejar evidencias de algo que no se estaba viendo: que las personas gordas también pueden tener estilo (y mucho).

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Checking out of my home away from home @jameshotels today, I’m so sad to be leaving but it’s been an amazing Nyfw & all thanks to @hoteltonight who’s continued to support the plus community (first by sponsoring my plus model workshop with @littlelimedress & now by giving myself & @kellyaugustineb, @alexmichaelmay & @missalexlarosa a place to stay during what is quickly becoming my favorite seasons of #nyfw & to share their thoughts on why size inclusivity matters & why fashion week is a destination for EVERYONE. I’ll be posting the longer vlog in a few days so keep an eye out! || 📸 by @madeofkittens #asseenonme #hoteltonight #alternativecurves #andigetdressed #fatatfashionweek #partner

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De hecho, confío que el paso de Kellie Brown que ha empezado en una de las capitales de la moda, vaya rotando por las demás consiguiendo que se haga más inclusiva la industria no solo desde la pasarela.

¿Por qué lo llaman «diversidad étnica» cuando deberían llamarlo «negocio»?

Cada mes una nueva firma de cosméticos anuncia el lanzamiento de su nueva línea compuesta por mil quinientos cuatrocientos veinticinco bases de diferentes colores que cubren etnias por doquier.

Puede que a ti, como mujer nacida en León cuya piel solo necesita un tono más claro para los meses de “recluida en casa estudiando” y otro más oscuro para la época de “vuelta y vuelta en la toalla en agosto”, te parezca algo innecesario, pero esto para muchas mujeres de la industria de la moda, antes era un problema.

FENTY BEAUTY

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La modelo Iman fue la primera en quejarse de que tenía que llevarse su propio maquillaje a las sesiones de fotos, una mezcla que creaba combinando varios cosméticos, porque los maquilladores no tenían bases de su color de piel.

Entiendo que ahora diréis: “Pero Mara, mira la cantidad de líneas que hay ahora de maquillaje inclusivo. Tienes a Rihanna, a Kim Kardashian… Prácticamente nadamos en sombras blancas, amarillas y marrones”.

El desarrollo de varias gamas de colores ha marcado una gran diferencia en cuanto a que se han popularizado los cosméticos. Estamos en pleno boum, como el de los gofres con burbujas o los helados en rollitos, pero ¿se está haciendo lo suficiente? ¿Esto es la diversidad?

Cuando acudí al examen final que tenía que hacer una amiga maquilladora, todas las caras que nos habíamos presentado éramos blancas, y, de hecho, me comentó mi amiga, que solían practicar sobre ellos mismos, también de etnia europea.

Por mucho que luego tengas a tu disposición las sombras que te permitan pieles más oscuras o más claras, ¿no deberías haber practicado con ellas antes? Es como si los que te están haciendo la reforma del baño te dicen que pueden dejarte todo perfecto a excepción de las tuberías, porque nunca las han trabajado.

Otro ejemplo que me hace reflexionar sobre esto: en mi máster de estilismo, para todas las asignaturas relacionadas con fotografía se cogía una selección de modelos de agencias. De esas modelos ninguno de mis compañeros escogía etnias más allá de una asiática que, a fin de cuentas, en cuanto a pelo o piel, viene a ser lo mismo a la hora de trabajar.

Si en un futuro íbamos a dedicarnos al estilismo, ¿quién dice que no tendríamos que hacer un editorial de moda o belleza con una modelo africana y por tanto tener en cuenta que a lo mejor esa gorra deportiva que tan bien nos queda a nosotras, no le entra en la cabeza a una modelo con el pelo afro?

Desconocer el efecto de los focos o incluso no tener claro como realizar la propia edición de fotografías son el caldo de cultivo de las polémicas que sacuden Internet de por qué una modelo o actriz sale más clara en una revista.

Ampliar la diversidad de la belleza y por tanto, de la moda, es mucho más que sacar productos, que seguir una corriente que ha hecho que unos cuantos incrementen sus ventas. La diversidad no es negocio, sino una cualidad que deberíamos plantearnos de verdad y en todos los ámbitos.

Cómo ponerte el chándal fuera del gimnasio (y con estilo)

Desde que la pasarela ha decidido que el chándal va a formar parte de nuestro armario y no solo para hacer deporte, la habilidad de combinarlo se ha convertido en una sofisticada e intrínseca disciplina.

INSTAGRAM @SOFIAMCOELHO

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El arte de conjuntar el chándal es tan complejo solo resulta comparable a aquel de programar las grabaciones de series de televisión a la primera.

Sacar de contexto el chándal no significa llevarlo con tacones (aunque algunas puedan encontrar alguna combinación que funcione) sino saber integrarlo con un sentido que no duela a la vista.

Hay una máxima universal que debemos seguir y es la norma de la hipotenusa de la moda: el chándal debe ser el lado opuesto a una prenda recta. Como prendas rectas podemos considerar aquellas que son básicas y puedan funcionar con cualquier estilismo.

Una camiseta blanca, un jersey negro, una camisa remangada o zapatillas de cordones blancas son las apuestas seguras si queremos ir a la oficina cómodas evitando que nos vengan con el “¿Vienes de correr?” 

La propiedad conmutativa que implica que el orden de los factores no altera el resultado también es aplicable al chándal ya que no importa en qué parte llevemos el básico y en qué otra nos animemos con un accesorio o complemento algo más llamativo. El resultado siempre va a ser bueno.

Pero para quienes no lo vean muy claro y necesiten ejemplos de estas hipótesis matemáticas aplicadas al armario, pueden tomar nota con esto:

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Almost Friyay 🍦🍦🍦🍦

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De hecho os dejo también mi intento de salir a la calle con chándal:

Victoria’s Secret, cerca del vitíligo y lejos de todo lo demás

Es probable que lo más identificativo de Victoria’s Secret sea su característico mensaje ligado a la sensualidad. Perfumes con el packaging rosa, encajes, alas y purpurina son solo algunos complementos que rodean lo que la marca quiere transmitir.

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Lo de que solo querían hacer lencería relacionada con mujeres atractivas quedó claro cuando la firma explicó que no pensaba aumentar el tallaje para hacer sus productos más inclusivos y disponibles para todas las mujeres.

Simplemente es algo que no interesa a la empresa lencera. Tienen sus ángeles, sus iconos, sus clientes y mientras la fórmula funcione y el desfile de visitas, se va a seguir haciendo. Sí, aunque las ventas vayan en picado trimestre tras trimestre.

Y su bien Victoria’s Secret no nos da trozo del pastel, nos regala una pequeña golosina para que se nos quite el mal sabor de boca, y esa golosina tiene nombre y apellidos: Winnie Harlow.

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I had a break down before i walked into the most nerve wrecking casting of my life. I asked my driver to go around the block twice before i could walk into the @VictoriasSecret offices so i could re coup, and remember (while my trainer @bodybymato reminded me on the phone through sobs – thank you lol) how hard I’ve been working! I went in and made new friends and saw old friends and it already felt like home! We patiently waited while @ed_razek @johndavidpfeiffer @monica.mitro @10magazine carefully took time to get to know each girl. When it was finally my time, within my nervous storm of anticipation i changed into a black Victoria Secret set and stepped out!!!! I spoke to them about Jamaica, @nick_knight , my abs, and how i was beyond honoured to be given the opportunity to try out.. then I walked for my life!!!! I can’t believe this!! Thank you for giving me all the energy and kindness in that room! Thank you for allowing me to walk for VICTORIA’S SECRET! Thank you to my agencies @firstaccessent @womenmanagementnyc @women_paris @thesquadmanagement my pr @remibrb my agent @mannyuk and mama bears #sarahstennett & @thelilmisse for having my back supporting and believing in me! I love you guys you’re FAMILY!! Thank you mommy for praying with me everyday for the past 3 days. And thank you so much to my fans who have been pushing me forward to this point in my career. I’m so blessed thank you Lord!! IM WALKING THE VICTORIA’S SECRET SHOW! Thank you Vogue for the exclusive interview 😭🙏🏽💗🙈

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La modelo ha sido fichada para desfilar por primera vez para la marca americana. Lo que hace tan especial a la canadiense de 24 años, que hace poco estuvo desfilando para Tommy Hilfiger, es el vitíligo, una enfermedad degenerativa de la piel que hace que su epidermis se despigmente.

Para un espectáculo con una audiencia como el de Victoria’s Secret, la noticia es grande, desde luego (recordemos que es el evento no deportivo más visto a nivel mundial). Pero por mucho que es un paso importante a favor de la diversidad, no es suficiente.

Todos empezamos caminando antes de echar a correr, pero que en 23 años haciendo el desfile, esta sea la primera vez que sale una modelo con una enfermedad dermatológica no me parece una velocidad suficiente.

No quiero esperar otros 23. La firma tiene que entender que si no se adapta a los nuevos tiempos, al body positive, a la inclusión de modelos de más edad (Zara apostó hace poco por una modelo mayor de 30 años para su catálogo) y a diferentes cuerpos, esas ventas que van cuesta abajo, no harán otra cosa más que seguir empeorando.