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Los 5 trucos que siguen las estilistas para vestir (bien) en invierno

Ya estamos en esa época del año en la que las conversaciones empiezan por «Pero qué frío hace, ¿no?».

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Lo que toca ahora es lo de siempre: abrigarse hasta el infinito y más allá, hasta el punto de que ni tu madre sea capaz de recordarte que te lleves la bufanda.

Y claro, abrigarte como el frío requiere, es decir vestir capa sobre capa como una lasaña, no siempre tiene un resultado muy favorecedor teniendo en cuenta que muchas compramos los abrigos un par de tallas más grandes solo para que nos entren los jerséis por debajo.

La otra alternativa que nos queda es llevar un look monísimo y pasar frío el resto del día. Sin embargo, vestir en invierno no debería significar o morir de frío o parecerse a una inuit.

Las estilistas son capaces de vestir bien en la época del año preferida de los caminantes blancos y es tan sencillo como, en primer lugar, tener los básicos de invierno a mano. El abrigo largo, la chaqueta de punto XL que te tejió tu abuela, el vestido midi, unos pantalones anchos (de los que van genial con medias por debajo) o una americana son prendas que puedes combinar entre sí los próximos meses.

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Dentro de esa selección, opta por una pieza salvavidas básica que no querrás quitarte hasta el 31 de mayo: el jersey de cuello cisne. Es calentito, pega con todo y es la nueva camiseta interior durante el invierno. No falla.

Otro truco es buscar botas todoterreno. No me refiero a un modelo con el que puedas ir a hacer senderismo por Picos de Europa y luego acudir a un desfile, pero sí un diseño que te pueda servir para ir a clase, a la oficina y por supuesto, a pasar la tarde con las amigas.

La fórmula más sencilla es pasar de todo, vestirte a modo de cebolla y rematar tu conjunto con un abrigo cantoso, pero cantoso de verdad, de esos en colores flúor, estampado de leopardo, de cuadros escoceses o de pelo sintético en tonos pastel de los que te hacen parecer parte del elenco de Monstruos S. A., que son los que se llevan esta temporada.

Y ante la duda, si ves que el resultado continúa siendo muy excesivo porque empezaste combinando un par de capitas y ahora pareces un abrigo de Balenciaga, siempre te quedará la opción de añadir un bolso con personalidad y dejar que se lleve el protagonismo.

Nueva moda: adiós transparencias; hola vestir como una monja

La película de La Monja ha tenido un gran impacto en nuestras vidas. Si tú también lo pasaste mal cuando en Youtube te saltaba el anuncio antes de ver el vídeo que realmente estabas buscando o si retirabas la vista de los carteles del metro, te entiendo. Yo también he estado ahí.

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Aunque no todas son tan terroríficas como la de la película, doy fe de que las de mi colegio eran un encanto (o casi todas), las monjas se han convertido en fuente de inspiración para la moda.

Después de los cortes en los vaqueros que dejaban parte de las nalgas a la vista, las transparencias estratégicas de Beyoncé o el escote underboob, la moda se recata, se tapa entera y se pone una toca en la cabeza.

Como en el arte, las tendencias estilísticas se van sucediendo pasando de un extremo a otro, por lo que pasar de una desnudez máxima a un estilo más pudoroso, cuadra bastante.

Ya seamos católicos o no (decir «¡Oh Dios mío!» cuando ves que te ha llegado el mail de que están las notas del examen subidas en la plataforma no cuenta) los desfiles de Max Mara o J.W. Anderson vienen con la moda novicia-de-convento-de-clausura Primavera/verano 2019.

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Perfecta tanto para darle la bienvenida al calor el año que viene así como para encomendar tu alma a un ente superior: diseños de vestidos anchos, siluetas rectas, largos por debajo de la rodilla y, sobre todo, tocas.

Tocas que son perfectas para esconder el pelo en los días en los que te levantas con la melena tan despeinada que parece que en vez de apoyar la cabeza en la almohada lo haces en una centrifugadora.

Así que el año que viene, cuando vayas por la calle y veas a una monja, fíjate bien. Si va de blanco, negro, azul o marrón con zapato plano es probable que sea auténtica.

Si en cambio va de color naranja, mezcla diferentes estampados o le cuelga un bolso tan pequeño en el que no cabe ni el Nuevo Testamento, tienes, ante ti a una fashion victim que ha sentido La Llamada. La de la moda, claro.

‘Scumbro’, el desaliñado estilo de Justin Bieber que se ha convertido en tendencia

Hay un nuevo término que deberías conocer en el mundo de la moda. Sí, lo sé, con lo que te había costado aprender outfit llego yo y te pido que memorices uno más (lo que hay que aguantar por estar a la última, ¿eh?). Pero este es un concepto importante porque se refiere a una corriente de estilo que están siguiendo muchos famosos hoy en día: el scumbro.

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El scumbro (que se lee /escambrou/) es un estilo que se ha puesto de moda y engloba a esos chicos que te cruzas por la calle mientras piensas “Madre mía, menudas pintas lleva ese”. Son también (y perdón por recurrir a los tópicos del aspecto, pero es que es cierto) quienes hacen que las señoras con las que se van a cruzar agarren más fuerte el bolso.

Puede que pienses que esa persona te pega más vendiendo drogas en una sangriada universitaria, pero, en realidad van totalmente a la moda, solo que es una moda así: irreverente, con accesorios muy llamativos y calcetines subidos hasta la mitad del gemelo.

Ah, y gorras, no nos olvidemos de las gorras.

Es como si un skater se hubiera hecho amigo de un cantante de rap y de su unión en una rave hubieran dado a luz a una nueva criatura: el scumbro.

Como decía, no te dejes engañar: hay varias diferencias entre el scumbro auténtico y el que cuelga las zapatillas en los cables telefónicos de tu barrio.

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Beauty and the beast

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El scumbro lleva su descuidado estilismo cuidado al milímetro. Además verás que le encantan marcas como Supreme. Son devotos del logo de llamas de Trasher, las camisetas con caras de raperos, los pantalones de chándal exclusivos (tipo los que lanzó Tommy Hilfiger con Lewis Haliton) y de las Air Max 97 OG.

Es probable también que les veas con camisetas desteñidas (efecto tie dye), chanclas con calcetines y todo mezclando colores que, hasta ese momento, no pensabas que se pudieran combinar como naranja y rojo, verde y lima o amarillo y azul cielo.

Algunos ejemplos son Pete Davidson, el novio de Ariana Grande; Fedez, el rapero italiano casado con la it girl italiana por excelencia Chiara Ferragni, o Justin Bieber.

Los tres sirven de perfecto ejemplo de cómo el estilo desarreglado ha encontrado en el armario masculino su máxima expresión (y ya está campando a sus anchas).

¿Cómodo? Seguro. ¿Bonito? Cuestionable. ¿Seguirá gustándote tu novio aunque vaya así vestido? Sin duda, el amor es ciego.

Otros ejemplos de scumbro. GTRES

Los pantalones bermudas no son solo para las madres

El otro día, aprovechando la excusa del calor madrileño (ese que se caracteriza por el dolor de pies de lo que quema el asfalto del suelo cuando vas con sandalias), me compré unas bermudas.

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ANTEA, POLO RALPH LAUREN Y SÍNTESIS

Y no solo me compré unas bermudas, sino que me sentí agradecida por poder comprarme, por primera vez, un pantalón de mi talla que no me dejara la mitad de la nalga fuera.

Con esto no quiero decir que lo critique, como todo en esta vida es cuestión de gustos y entiendo que los shorts tengan su público, pero yo, que soy de nalga tímida y solo la enseño a quien yo quiero, vivía mosqueada con ese corte tan corto.

Me enfadaba más que los que en Instagram piden likes diciendo «dadle amor a mi foto» (¡Es una foto, no se le puede dar amor! ¿O qué quieres, que la imprima y me ponga a llenarla de besos y caricias?).

Sí, supongo que ya estoy en esa edad en la que me apetece ir con prendas holgadas. Lo sospechaba cuando vi que mis amigos empezaban a casarse y lo he confirmado cuando he comprado los pantalones bermudas que llegan casi a la rodilla: ya soy una mujer adulta.

Nada más llegar a casa, y como buena Aries que soy, lo combiné con una camisa remangada en la cintura y miré el resultado final. Me encantaba.

Fui a enseñárselo a mi madre toda loca de contento (como vamos siempre que le enseñamos algo a nuestras pacientes progenitoras) y, nada más verlo, me dijo que le recordaban a unas que había tenido ella hace unos años. Nos reímos porque era verdad.

Sus bermudas, casi del mismo verde que las mías, eran de la década de los 90 y se las había puesto muchísimo. Lo raro es que no hubiera caído en el momento de verlas en la tienda, que ya las conocía de alguna otra parte.

Una prueba más de que todo vuelve, así que es el momento de que llaméis a la puerta del armario de vuestra madre y tengáis la suerte de que las haya conservado estos años.

YERA, SÍNTESIS Y ZENDRA

La moda del verano a punto (literalmente)

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De los creadores de: «Las medias de rejilla son ideales para el invierno» llega: «Este verano, pantalones largos de punto».

LEFTIES

Os cuento, que empiezo por el final y termino escribiendo como los guionistas de Memento.

Estaba yo tranquilamente pasando la mano de manera distraída por encima de las prendas de la colección veraniega de una tienda cuando mi mano se topó con un tejido grueso.

«¿Un momento que está pasando?» Me pregunté aterrorizada esperando encontrar un jersey perdido que, por algún casual, se había quedado colgado sin saber que su destino era no volver a las perchas hasta las rebajas.

Al otro lado de mi brazo se encontraba el culpable: un pantalón largo de punto que solo de imaginármelo puesto, teniendo en cuenta los 28 grados que me esperaban en la calle, hacía que me entraran picores por el cuerpo.

Pero no era el único, había otro, y otro, y otro más allá. Más lejos había vestidos y hasta encontré monos. Todos de colores claros, todos largos y todos DE PUNTO.

Y es que no sé en qué tipo de reunión de lluvia de ideas para la nueva colección primavera/verano 2018 alguien se levantó y, golpeando con el puño la mesa al estilo de Álvaro Ojeda, decidió que el punto era perfecto para la estación más calurosa del año.

¿Alguien puede decirle estos equipos creativos que lo lógico es que en verano llevemos tejidos ligeros, o, al menos, en la mayor parte de España? Lo agradeceríamos.

 

Modelo asada de calor en la última campaña de LEFTIES

 

Adiós cesta, hola bolso de madera

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La moda baño 2018 ha hablado alto y claro y el mensaje es contundente: No, esta temporada tampoco tienes el accesorio de moda (¿qué sentido tendría que lo tuvieras? La gracia es, precisamente sacar algo nuevo que se convierta en objeto de deseo).

LEPETITSARDINE

El bolso de madera ha desbancado a la cesta de plástico que habías estado compartiendo el verano pasado con tu abuela. Y ya que la menciono, corre a darle un beso que tiene más paciencia que una santa con la cantidad de cosas que le coges del armario.

Al ser de dimensiones más bien tirando a reducidas y de un material rígido, es un accesorio que viene que ni pintado para esos días de vacaciones en los que no necesitas llevar mucha cosa encima (que no puedes liarte a echar cosas como si del bolso de Mary Poppins se tratara, vaya).

Solo tienes que preocuparte de llevar contigo la crema solar, las llaves de casa, un euro para comprarte un té helado y las gafas de sol (vale, sí, puedes meter también el móvil, pero despídete de llevar el portátil a todas partes para aprovechar cualquier rato de descanso para trabajar, este bolso es para desconectar).

Pero ojo, que como decía Alejandro Sanz «no solo de pan vive el hombre» y no solo en la playa vas a poder lucir el bolso.

Si no terminaba de convencerte la idea de llevártelo para pisar asfalto, toma nota de lo bien que acompaña a las camisas o tacones en estilismos más urbanos.

Puede que el límite de capacidad lo pongan sus pocos centímetros cuadrados, pero el límite en los estilismos lo pones tú donde quieras.

v. Parisian vibes 🐚🐚 #parisianlifestyle

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Moda baño 2018: chapuzón de tendencias para todos los gustos (y tallas)

Tu cuerpo no pide salsa, pero playa y vacaciones un rato. Y sino que te lo digan hoy que es lunes y te toca volver a aguantar al jefe/profesora de Redacción Periodística/X.

Pero como yo soy maja y me solidarizo con todas en este día de la semana, quiero abrirte el apetito con las tendencias que vienen directas a nuestra bolsa de la piscina.

Bikinis y bañadores que nos acompañarán en nuestras maratones de sol de vuelta y vuelta como si fuéramos un San Jacobo (siempre bien untadas en crema factor de protección 50) y en nuestros baños en el mar con el moño bien apretado, que ninguna quiere que se le moje el pelo.

Con la bola de cristal de las tendencias a mano, estas son las novedades veraniegas:

Estampado tropical: el clásico. El Barça-Madrid o la cerveza y tapa de las tendencias veraniegas, el que nunca falla. El giro de esta temporada son los escotes bajos y los volantes anchos que nos vendrán genial a las que tenemos poco (o nada) de pecho.

Abstracto: si en tu interior se esconde una dadaísta convencida, los estampados coloridos te encantarán. Si no te parece lo bastante surrealista puedes ponerte unas pinzas de tender la ropa como pendientes, al más puro estilo de la Baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven.

Marinera millennial: las que van a pasar el verano de puerto en puerto pueden optar por la interpretación náutica de otro de los clásicos de la temporada.

Mezcla de estampados: ya lo decía tu abuela, en la variedad está el gusto. Es posible que ella se refiriera a que te terminaras las lentejas con pescado, pero lo puedes aplicar a bañadores y bikinis perfectamente.

Minimalismo: que no, que a ti no te lían. Nada de estampados ni volantes ni gaitas. Tú eres amiga de lo poco artificioso, del minimalismo puro y duro, de las líneas sencillas y las formas simples. Vamos, que tú ves los edificios de Ludwig Mies Van Der Rohe y babeas.

Étnico: «Porque esto es África» nos cantaba Shakira hace unos años. Aunque lo más cerca que estamos de África es de Wakanda después de ver Black Panther, el estampado étnico también se cuela en la lista.

Amarillo: perfecto si estás algo morena. Horrendo si te lo pones el primer día de verano en el que estás más blanca que el gotelé de la pared de tu casa. Date unas semanas y sácalo cuando tu piel no se confunda con la leche.

Estampados fotográficos: igual no has estado nunca en Cuba o en Malibú, pero tranquila, que ya se encarga tu bañador de traerte los paisajes.

[Todas las fotos son de BRAZILIANBIKINISHOP]

Ni payasa ni patinadora: el verdadero estilo de Margot Robbie

Cuando descubrí a Margot Robbie en El lobo de Wall Street no imaginaría que terminaría convirtiéndose en una de mis actrices favoritas gracias a su papel en Yo, Tonya (y eso que la vi en italiano, así que imaginad si me tuvo que gustar la actriz).

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La australiana lleva unas cuantas alfombras rojas a las espaldas, más o menos el mismo número que llevas tú de photocalls de discoteca, por lo que he podido averiguar cómo se define su estilo. Y he de decir que me encanta.

Pero voy a empezar con unas fotos de ella en su rutina para que rompamos el hielo y nos sintamos identificadas. La actriz también hace la compra con gorra cuando tiene el pelo muy sucio o va al gimnasio con coleta, en otras palabras #todassomosMargot.

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Pero, al igual que tú, la cosa cambia de fiesta. Vamos, que cuando pasas por chapa y pintura no te reconoce ni tu abuela, y eso que la yaya te ha visto en los peores momentos de domingo en pijama.

Su amor por las flores es comparable a tu amor por el vino blanco cuando vas de cena con las amigas.

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De corto siempre apuesta por las sandalias de tiras, un truquito que hace parecer que nuestras piernas son infinitas (¿estás tomando nota para tu próxima salida?).

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Y ahora pasemos a lo importante, a lo que de verdad te llama: sus estilismos de largo de esos de entrega de premios o gala de la Wintour en el Met de Nueva York:

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Y por mucho que la admiro, no he podido resistirme a dejar para el final unos modelos que (no voy a decir «feos» porque no sé si Robbie me está leyendo) son menos acertad0s para mi gusto. Ojo, que a lo mejor a ti el pareo enrollado de mariposas te parece el summun del estilo.

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Pero vamos, que aún vestida con unos pantalones shorts bicolores y un mechón de pelo de un tono diferente al otro, la amo igualmente.

Moda Coachella 2018: los 10 estilismos con los que te tienes que quedar del festival del año

«El party está caliente» dice Jake La Furia, pero con Coachella se quedó corto. Menuda edición. Ha sido más intensa que unas rebajas en las que vas justo después de cobrar. Hemos tenido de todo, polémicas con el organizador, Demi Lovato faltando a sus conciertos por irse al festival de fiesta, alguna borrachera épica…

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Pero aquí yo he venido a hablar de mi libro de los estilismos que más me han gustado (y que procuraré copiar a lo largo del verano) de las invitadas.

Valentina, la hermanísima de Chiara Ferragni, que este año acudió al #Momchella (acaba de tener a su pequeño Leone) en vez de al festival californiano, disfrutó de los conciertos haciendo gala del Italian style.

No ya solo porque atacara a algún que otro «trancio» de pizza, sino por sus estilismos. Del «brilli brilli» angelical pasó al boho punk (¿existe esta especie de primo del boho chic?).

Squad ❤ @lucavezil

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La instagrammer María Turiel hará que le robes la falda de flores a tu abuela y la combines con la camiseta rockera de tu hermano. El sombrero y los zapatos ponlos de tu cosecha, mujer, que estás dejando a la mitad de la familia con el armario temblando.

El conjunto de Kendall Jenner es perfecto tanto como para disfrutar los conciertos como para irte con Alicia Vikander al rodaje de la segunda parte de Lara Croft. ¿Has tomado nota de cómo ponerte ahora la riñonera? La cintura es tan 2017…

@kendalljenner here at #revolvefestival 💋

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Jessica Goicoechea demuestra que hasta una bolsa de basura junto a un cono es algo cool como photocall de fondo en Coachella. Claro que sí, festivaleros pero conscientes de la protección del medio ambiente.

Ojo con sus pantalones porque son los típicos que se los ves a ella en el estilismo y cuando intentas imitarlo en casa terminas hecha un cuadro (broma fácil para amenizaros el post, que aún me quedan outfits).

Round 2 🔥 #coachella @rimmellondones #rimmelgirlincoachella

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¿Os acordáis de la borrachera de la que os hablaba al principio? Pues fue la amiga Taylor la que tuvo que salir casi en carretilla del recinto.

Eh, no quiero oír ni una risita, que todas hemos tenido 22 años y hemos terminado por el suelo en la boda de esa prima poniéndonos finas a flautas. Tú te acuerdas (más o menos), tu familia se acuerda y las fotos del álbum dan fe de ello.

Vale que su estilismo sirena es estupendo, pero ¿qué me decís del maquillaje? Yo no sé vosotras, pero yo ya estoy rebuscando como loca en mi neceser de adolescente en busca de pegatinas.

💗💗💗 @daphnegroeneveld

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¿Que Kendall defiende la riñonera en el hombro? Pues llega Dulceida, que es la embajadora oficial de los bolsos a la cintura y te dice que no, que lo de llevarla a la altura del ombligo sigue siendo tendencia es 2018.

Es Dulceida, si se lo pone ella va a misa.

La veterana modelo de Victoria’s Secret, Alessandra Ambrosio, puso la nota de color (de todos los colores en realidad) con un short de ganchillo combinado con una cazadora vaquera con flecos de colores.

💙🌟💚🦄💛🌈🧡🌄❤️💫💜 #coachella

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Si te digo pantalón «cagado»+deportivas+Mantón de Manila+sujetador+sombrero pensáis que estoy peor que el que diseñó las ventanillas de los aviones, que nunca coinciden con los asientos.

Pero se lo ves puesto a Madame de Rosa y no solo te gusta, sino que te encanta, lo quieres y ya estás pensando en reciclar tus pantalones de yoga para un conjunto del estilo.

Coachella last day 🌴🎡

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Pero la ganadora, por diferencia, y sin duda alguna es… Adele, que no solo vio Coachella desde casa sino que lo disfrutó en chándal.

Porque seamos sinceras, ¿quién no disfruta de ver algo por la tele al abrigo del sofá un domingo por la noche? Adele somos todas.

Mood 1 #Beychella

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Moda festivalera 2018: el ‘boho chic’ aunque no vayas a Coachella

Podemos dividir las personas en dos grupos: las que por lo menos se gastan 429 dólares para ir los tres días al festival californiano (y esa es la entrada más barata, sin contar vuelos ni alojamientos) y las que no somos celebrities pero estamos con el ojo pegado a la pantalla cuando salen los estilismos de las invitadas más famosas.

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No, seguramente no vaya a pisar el festival del mundo de la moda por excelencia (a no ser que mi invitación imaginaria esté todavía de camino), pero la verdad es que no necesitamos salir acompañadas de una cuadrilla de ángeles de Victoria’s Secret para disfrutar del boho chic.

«Pero, ¿qué es el boho chic?» Se pregunta alguien que ha llegado por error a este artículo cuando en realidad quería enterarse de cómo va a estar el tiempo esta Semana Santa. El boho chic es una interpretación moderna de la ropa hippie: un estilo bohemio siempre muy relajado que recuerda a la naturaleza con sombreros, estampados de flores, sandalias, botas…

En definitiva, ropa que te imaginas para ir por el campo o estando de vacaciones pero con un giro «elegante»:

[Fotos de Bershka y forever 21]

Y de hecho, si ya le estás haciendo ojitos a los flecos y al ganchillo, estas son las influencers que hacen del bohemio su estilo de vida (y que te van a hacer fantasear con telas estampadas día y noche):

Adiós medias, minimalismo, fiebre por los logos y prendas lisas.