Archivo de noviembre, 2018

¿Broma o casualidad? El jersey que comparten Mango y Pull&Bear

Empezamos a copiar desde pequeños, y si no que se lo digan a aquellos profesores que, horas antes de la clase de inglés, hacían la vista gorda mientras volaban los workbook de un lado a otro de la clase.

Más adelante perfeccionábamos la técnica cuando de la Encarta pasamos a copiar usando Wikipedia, que era cuando, generalmente, solían descubrirnos la táctica. Poco a poco conseguíamos alejarnos del «copia y pega» aprendiendo a utilizar diferentes fuentes que, al final, simplemente servían de ayuda para que consiguiéramos elaborar trabajos por nuestra cuenta. El objetivo estaba conseguido, y el proyecto, aprobado.

Pero luego llegas al mundo laboral y nadie te dice que, al poco de escribir un artículo, puede que lo encuentres en otro medio fusilado palabra por palabra, y sin mencionar el origen, por supuesto. Copiar está a la orden del día y hay pocos sectores que se escapan de las imitaciones.

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Quizás uno de los que más se ve perjudicado por esto sea la industria de la moda. Por todos es sabido que la pasarela tiene imitadores. Y bien que hace en tenerlos, para quienes las tendencias son su manera de expresarse, las marcas de lujo no están al alcance de todos.

Las imitaciones que aparecen a la venta, que han sido diseñadas con el ojo puesto sobre la pasarela, hacen de la moda algo democrático consiguiendo que llegue a más gente con un precio más accesible. Entre la globalización y la libertad de encontrar inspiración donde sea, hemos pasado a que, en la moda, todo es de todos.

Y si bien existen las demandas, hay una norma no escrita que afirma que si un experto percibe siete diferencias, la ley no lo considera plagio según explicó a La Vanguardia la directora del Instituto Español de Derecho en la Moda, Antonella DiCampo, una pauta que se ha establecido a partir de casos precedentes.

El forro, corte, diseño, color o material son algunas de las características que se tienen en cuenta a la hora de comparar dos prendas, una cantidad de diferencias que han sido imposibles de encontrar entre un jersey marrón de punto que han sacado a la venta este otoño las marcas Pull&Bear y Mango.

Mientras que tanto la composición como el precio son el principal factor diferenciador (el jersey de Pull&Bear hecho únicamente de fibras sintéticas cuesta 29,99 euros, mientras que el de Mango, con un pequeño porcentaje de lana, 49,99 euros) en un mundo lógico la calidad se paga más cara y no al contrario, las anchuras o las nimias medidas que varían de las líneas entre uno y otro pasan casi desapercibidas.

Echándole un vistazo a colecciones anteriores, buscando de dónde ha podido surgir la inspiración para este diseño, encontramos en la pasarela de Otoño-invierno 2017-2018 de Chloé un modelo con el diseño similar al de ambas firmas.

Perteneciente a la colección con referencias en la América del Medio Oeste de los 90 y un toque de la estética parisina actual, de inspiración vintage, ha podido servir como punto de partida del jersey de este año con la diferencia de que se escapa de los 357 euros que cuesta el original del año pasado.

Sin embargo, teniendo en cuenta que ambas prendas distan de ella, solo cabe preguntarse cómo es posible que haya sucedido una inspiración tan similar. ¿Casualidad? ¿Comparten diseñadores ambas firmas a pesar de dirigirse a públicos totalmente diferentes? ¿Es una broma teniendo en cuenta que ambas firmas han llamado a las prendas de la misma manera? ¿O es que estamos ante otro caso de intercambio de workbook solo que aplicado a la moda?

¿Merece realmente la pena invertir en las colecciones de las ‘influencers’?

Aprovechando el tirón en las redes sociales, muchas influencers han pasado de promocionar productos a crear colecciones propias de ropa o cosméticos cuyo mercado se encuentra, sobre todo, entre sus seguidores.

CHIARA FERRAGNI COLLECTION

Además de ser una manera de poder hacerse de primera mano con la ropa de quienes se han convertido en nuestros iconos, es también una forma de escapar de las tiendas más comunes y conseguir lo que, las amantes de la moda, buscamos por encima de todo, destacar con un estilo propio siguiendo las tendencias.

Algunas, como Alexa Chung, han convertido su marca en una prolongación de su personalidad aportando un soplo de aire fresco a la moda. Otras, como Chiara Ferragni, han optado por centrarse en los accesorios o en prendas más prácticas centrándose en vender el logo de su firma.

Pero no hace falta que salgamos de España para encontrar casos de ‘it-líneas’, por aquello del punto de partida de sus creadoras. En nuestro país tenemos varios casos de estas colecciones, fruto de instagrammers que se lanzan a la industria de la vestimenta.

Los youtubers Monitily y Edusaz, del canal Tilysaz, se han encargado de, en su sección de «Marcas de influencers a examen», analizar cómo se manejan en el negocio las mujeres cuyos estilismos nos sirven de inspiración en la red.

Dulceida, Paula Gonu o Lovely Pepa son algunas de las instagrammers que ya han pasado la prueba con un resultado algo controvertido.

Si bien no se puede exigir un nivel de diseño o de confección a la altura de una firma de moda, no olvidemos que su profesión no les obliga a tener los conocimientos de costura que pueda tener una modista, hay detalles que no se pueden pasar por alto.

Pormenores como el envoltorio, el famoso packaging que tan bien nos suena a los millennials, es un factor que tenemos en cuenta. No estamos comprando a Zara (que incluso Zara se preocupa de que el envoltorio sea bonito) o a una tienda convencional, estamos comprando a esa bloguera o youtuber que se esfuerza en mantener una relación cercana con sus seguidores, algo que desaparece en cuanto llega el paquete a casa.

Las cosas se pueden hacer de muchas maneras, y con mimo y cariño siempre se conseguirá un mejor resultado, por mucho que se trate de una empresa pequeña, que haciéndolo no ya frío o impersonal, sino poco cuidado.

La talla es uno de los principales problemas. Comprar online siempre supone un riesgo, ya que te la juegas a que, o bien no te sirva, o el tamaño que has comprado no llegue a sentarte de la manera que esperabas.

Y claro, si no hay posibilidad de devolución, solo hay una bala, una cuestión nada desdeñable teniendo en cuenta que estamos hablando de un producto que, como clientes, consumimos invirtiendo nuestro dinero.

Tratándose de comercios electrónicos, parece algo impensable, pero la realidad es que algunas de estas firmas no permiten la posibilidad de cambio de prenda a no ser que venga defectuosa de fábrica.

De hecho, fue uno de los problemas a los que se enfrentaron Tilysaz con Lovely Pepa Collection. El pantalón de la talla XL de traje que ambos pidieron no solo resultaba pequeño sino que, además, en comparación con un pantalón que la youtuber tenía en casa de la talla 38, el de la influencer era todavía más pequeño (pese a tratarse, supuestamente, de la talla más grande).

Esto levantó ampollas en redes sociales y en el cajón de comentarios del vídeo, ya que el problema del tallaje es una cuestión que la moda parece arrastrar desde hace tiempo, y sin mucha pinta de que se resuelva en un futuro cercano.

Alexandra Pereira aprovechó Instagram para aclarar, tras ver el vídeo, que «esa chica no es una XL de nuestra marca. Pero no es que no sea una XL, igual es una XL de otra marca».

Independientemente de las diferencias de tallas entre unas marcas y otras, una situación que se repite más de lo que nos gustaría a las consumidoras, pensar que una firma venda una 36 como la medida más grande, no deja de ser preocupante.

Y si bien es cierto que yo no he llegado a consumir nada de la tienda de la bloguera, echándole un vistazo a sus prendas, me surgió otra duda que me hizo reflexionar al respecto.

LOVELY PEPA Y UNIQLO

¿Cómo es posible que una prenda de Lovely Pepa Collection, compuesta por fibras sintéticas, cueste casi tres veces más que una casi idéntica de tejido natural? ¿A qué le estamos dando importancia?

Puedo entender que si hay diseño de por medio, la visión creativa de la bloguera, se infle el precio por ser ‘de ella’.

Pero que una pieza como un jersey de cuello alto, una prenda básica con ninguna peculiaridad, que puedes comprar en cualquier tienda, tenga un valor triplicado solo por ser vendido por una influencer siendo de mala calidad, me parece algo excesivo.

Mientras que la elección es libre, ya que depende no solo del gusto de cada cual sino también de la relación que se tenga con la instagrammer en cuestión, mi pregunta es si quizás no deberíamos empezar a ser un poco más críticas y pedir calidad por el simple hecho de que, como consumidoras, un buen producto es lo mínimo que merecemos por parte de cualquier vendedor, tenga o no millones de seguidores en Instagram.

¿Eres castaña y nunca sabes qué hacerte en el pelo? Estos cambios de look son para ti

Como castaña orgullosa que soy, el otoño es un momento crítico en lo que se refiere a mi melena. Salen nuevos cortes, mechas y en mi cerebro se despierta de su letargo la vocecilla de «¿Y si nos cortamos flequillo?».

JENNYFER

Igual es solo cosa mía, pero siendo castaña nunca sé qué hacerme en el pelo, como si solo las rubias, las pelirrojas o las morenas fueran las únicas con el monopolio de los cambios de look favorecedores.

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Pero nada más lejos de la realidad, de hecho, esta temporada hay varias alternativas que son perfectas para todas aquellas que tenemos la melena marrón incluyendo todo tipo de matices, desde el suave color cacahuete hasta el definido color algarroba.

Afortunadamente, ya que es tendencia la naturalidad, la moda de lo sencillo también ha pasado al pelo, por lo que olvídate de tintes extremos que necesitan decoloraciones dramáticas de esas que te dejan el pelo enmarañado como una madeja de lana cada vez que te duchas.

Brillante, hidratado y con aspecto sano son las tres características que debería seguir tu pelo esta temporada, unas cualidades que son muy sencillas de ver gracias al característico brillo de las melenas marrones.

Por ello, la idea más low maintenance de todas es la de Miranda Kerr. Si los 90 han vuelto a la moda, la peluquería no se escapa del retorno, algo que ha podido experimentar en cabello propio la modelo.

Su nuevo look mantiene el color base de su pelo añadiendo, únicamente, dos mechas claras en la parte delantera de la cara, que ayudan a enmarcar el rostro.

Si lo que buscabas era algo no tan minimalista, puedes probar la tendencia «Chocolate caliente o espresso«, que busca imitar los colores de las bebidas con reflejos satinados pero manteniendo el color oscuro.

En resumen, es darse mechas de diferentes tonos de marrón que dan vidilla al pelo. Es la manera de hacerse un cambio en el color del cabello sin llegar a cambiar por completo tu arraigada personalidad castaña.

Pero si eres una castaña de ciudad con alma surfera y tu idea es mantener las mechas californianas porque, ya sabes, summer is a state of mind, puedes pedir en la peluquería el balayage.

Entre unas californianas y tu cabello al natural se encuentran estas mechas estratégicamente repartidas a lo largo de tu melena que harán que la transición de color sea mucho más discreta.

Dolce & Gabbana, cuando el orgullo te sale por la culata

China es un gigante dormido. Cuando despierte, el mundo temblará.

Napoleón Bonaparte

Escurrir el bulto es un arte. Requiere años de experiencia y en mi caso, tener un hermano pequeño me ha ido ayudando a perfeccionar la táctica, ya que dos conspiran mejor que uno y tener cómplices siempre ayuda a esconder el crimen. Aunque el crimen, en nuestro caso, fuera habernos acabado de una sentada un paquete de galletas que mi madre había traído a casa apenas unas horas antes.

GTRES

En Dolce & Gabbana pensaron que, como mi hermano y yo, la unión hace la fuerza e intentaron aliarse para salir del paso. Aunque claro, una cosa es deshacerte de la caja de galletas y otra irse de rositas después de ofender a un país entero. Son problemas ligeramente diferentes.

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Después de subir unos vídeos promocionales ofensivos por su trasfondo rancio, racista y sexista, muy marca de la casa italiana si conoces un poco al director creativo, Stefano Gabbana, el propio diseñador salió en defensa de su estrategia por Instagram.

Stefano Gabbana en Instagram es como una barra libre en una boda, sabes que se va a liar en algún momento. El milanés empezó a contestar mensajes privados, y lejos de retractarse, con la humildad propia de quien la ha cagado, intencionadamente o no, respondía ofendiendo y lanzando insultos.

Entre los vídeos y los mensajes peyorativos («China es un país de mierda» escribía Stefano) bastante que el único desenlace ha sido un show cancelado.

En vez de dar un paso al frente, agachar la cabeza y pedir perdón, han compartido dos fotos, una de ellas con faltas de ortografía, en la cuenta de Instagram a modo de comunicado oficial moderno, para decir que, toda el infortunio se debía a que ambas cuentas habían sido hackeadas.

Asumir la responsabilidad no está de moda por mucho que hayas ofendido a miles de personas. Equivocarse es de humanos, pero es de sabios aceptarlo y corregirlo, algo que la marca ha evitado a toda costa, enredando aún más la situación con excusas poco creíbles.

En la orden del día de la firma no se encuentra disculparse bajo ningún concepto, que aún en su último ejemplo de desprecio se han limitado a decir que lo sucedido ha sido una «desgracia para las personas involucradas en el show» pero dándoles las gracias.

No es así como se hacen las cosas. Si algo aprendes rápidamente cuando te mueves en el sector de la comunicación, es que cualquier oportunidad es buena para hacer las cosas bien, aunque parezca imposible.

Yéndose del país así, con ese orgullo de haber hecho las cosas mal y sentirse todavía llenos de razón, muestra un desprecio por la cultura del país y por los habitantes de este, a mi parecer, casi tan ofensivo como los insultos previos.

Atribuirle la responsabilidad a un hacker, especialmente cuando es una excusa prácticamente indemostrable y una manera de encontrar algo que «explique» todo, es una solución rápida. Pero por mucho que sepan de agujas, no puedes coser una herida utilizando tiritas.

Pirata informático o no, el mal está hecho, China, lógicamente, dolida, y Dolce & Gabbana en silencio, dejando que el tiempo enfríe la situación.

Quizás deberían aplicarse una frase que se me viene a la cabeza que dice que «es mejor perder tu orgullo por la persona que amas, que perder a la persona que amas por orgullo».

¿Por qué nos flipa tanto la ropa con el logo de la NASA?

Hay cosas que son guays por sí mismas: las gafas de aviador, los botines Dr. Martens, las motos o el disco de vinilo de tu padre de Brothers in Arms de los Dire Straits. Y dentro de esa lista, en una de las posiciones más altas me atrevería a decir, está el logo de la NASA.

URBAN OUTFITTERS

Algo tiene la Agencia Espacial que nos atrae a todos sin excepción. Puede ser que, como millennials, nos fascina lo nuevo, el futuro, y es precisamente lo que simboliza: la ciencia, las posibilidades de creación de un mundo mejor, los logros para toda la humanidad… ¿Cómo no íbamos a dejarnos seducir por los sueños si somos la generación idealista por excelencia?

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Desde hace unos años, el escudo tricolor ha salido en todas partes: de tazas ha pasado a sudaderas, zapatillas, gorras, mochilas y, sobre todo, camisetas.

La pasarela tampoco se ha podido resistir y firmas como Vivienne Tam, dedicó una colección entera al logo, o Versace han incluido la «albóndiga», como se refieren en la NASA de manera coloquial al escudo, en sus colecciones.

Vans, Adidas o Nike también han sacado zapatillas inspiradas en el futurista fondo estrellado que, lógicamente, se han convertido en fenómeno de ventas.

Con las características letras en color blanco dentro de una esfera azul, con el símbolo vectorial rojo de fondo, el logo diseñado en 1973 es conocido y apreciado en todo el mundo. En él confluyen dos tendencias que lo han convertido en el fenómeno de la cultura popular que es hoy.

En primer lugar ha resurgido en plena moda de la logomanía, una tendencia que, tras la crisis económica, muestra una opulencia minimalista cargando la ropa de monogramas grandes y visibles desde todos los ángulos que nos permitan identificar (o identificarnos con) la marca a primera vista.

El otro secreto de su éxito es el cocooning, un fenómeno que busca refugiarse en la seguridad que nos proporcionan prendas vintage cargadas de nostalgia y que vuelven renovadas, como las zapatillas de deporte gigantes, las chaquetas de chándal de colores chillones o el forro polar en clave estilosa por poner algunos ejemplos de revivals conocidos.

De hecho, de la unión entre la logomanía y el cocooning, tenemos un ejemplo del verano, la camiseta blanca con el logo rojo firmada por Levi’s.

La Agencia Espacial no hace distinciones, ya que cualquiera puede usar su escudo, lo que explica por qué aparece tanto en la alta moda como en las firmas de fast fashion. El único requisito es que la identidad sea usada correctamente. Además es un logo del gobierno, no una marca de una compañía privada, por lo que no reciben remuneración por las licencias de uso.

Entonces, ¿cuál es el negocio de la NASA? Mi teoría es que de esta manera siguen alimentando una leyenda con la que la mayoría solo podemos soñar. A fin de cuentas, que levante la mano quien, en la infancia, no se planteó en algún momento ser astronauta.

El logo de la NASA, nos recuerda que, a fin de cuentas, da igual que nos hayamos convertidos en personas adultas, seguimos teniendo la cabeza en las nubes como cuando éramos niños. Es un icono aspiracional para el ser humano.

Monocolor: la tendencia perfecta para cuando no sabes qué ponerte

Es lunes, y eso significa que hasta el viernes, experimentaré cada día la crisis existencial de «no tengo nada que ponerme».

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No es por nada en concreto, pero a veces llego a un punto de mi relación con el armario en el que ambos estamos como cansados, sin ganas el uno del otro, desmotivados.

Y como en toda relación, de esas que merecen la pena, hay que trabajar por hacer que funcione buscándole una solución a nuestro cansancio.

Así que para el dramático momento en el que mi armario me inspira menos que el gotelé blanco de la pared, está la tendencia monocolor.

Esta tendencia es un filón, mejor que cuando tu prima mayor hacía limpieza de armario y llegaba a casa con una bolsa de ropa nueva para ti.

Al igual que en las pasarelas de Tommy Hilfiger o Versace, donde realmente ha triunfado la idea de vestir usando un solo color o estampado de la cabeza a los pies ha sido en el street style, ya que las it girls se han apuntado a la ley del mínimo esfuerzo estilístico con esta idea.

El look monocolor, como su propio nombre indica, consiste en escoger un tono de tu armario y vestir todas las prendas de la misma tonalidad incluyendo, si tienes, incluso accesorios y complementos.

Vale que no todas tenemos una extensa variedad de camisetas y pantalones en azul cerúleo, naranja albaricoque o crema café con leche cósmico (sí, ese color existe), por lo que son, de hecho, los conjuntos enteramente en marrón o negro, los más fáciles de llevar ya que todas tenemos ropa de ese color en el armario.

Además, al ser oscuros vienen que ni pintados para los meses de frío, ya que son las tonalidades que más llevamos estos meses.

¿Quieres borrarte un tatuaje? Esto es lo que debes saber antes

Yo soy de esas personas que se han arrepentido de un tatuaje (recordad que grabar sobre la piel algo escrito de vuestro puño y letra, a no ser que hayas ido a cursos de caligrafía, no es una buena idea), aunque en mi caso, por suerte, una cover pudo solucionar el diseño.

PURO TATTOO STUDIO

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Sin embargo, no siempre tenemos la suerte de que se pueda reconvertir un tatuaje. Las opciones son dos, o vivir el resto de tu vida con ese dibujo en la nalga derecha en el que una tortuga se tira a una hamburguesa (sí, tu tatuador me lo ha contado) o eliminártelo.

Borrar los tatuajes es algo que, afortunadamente, ha evolucionado llegando a ser un procedimiento seguro. Pero antes de hacerlo, es normal que surjan dudas, por lo que contacté con Alfredo, portavoz de Tattocleaners Madrid para que me resolviera algunas preguntas que pueden rondarnos al respecto.

¿Cómo es el proceso de borrado?
Mediante láser del tipo ND-Yag Q-Swicht, el más apropiado para este tipo de tratamientos. El láser impacta en la tinta, dejándolas en pequeñas partículas sin apenas daño para la piel. A partir de ahí, es el propio cuerpo, a través del sistema linfático, quien se encarga de eliminar las partículas generadas durante el tratamiento.

¿Cuántas sesiones aproximadamente requiere borrar un tatuaje por completo? ¿Cuánto tiempo debe pasar entre sesión y sesión?
Depende de tres factores principalmente: la cantidad de tinta que tenga el tatuaje, color, calidad y componentes de esta. También dependemos del propio sistema linfático del cliente. El tiempo que recomendamos entre sesión y sesión es de cinco semanas, que podrán alargarse en función de la evolución del tratamiento.

¿Cuánto tiempo debemos invertir en la eliminación de un tattoo?
A modo de ejemplo, un tatuaje negro con una carga normal de tinta y sin que haya sido repasado previamente, rondaría las seis y diez sesiones, lo que serían aproximadamente ocho o doce meses de tratamiento considerando los tiempos de descanso. Hay casos de éxito de tres y cuatro sesiones con el tatuaje totalmente eliminado y otros que requieren más de diez sesiones.

¿Cuál es el tipo de tatuaje que resulta más difícil de eliminar?
Los tatuajes de color son los más complicados por su propia composición. Los blancos no son detectados correctamente por los sistemas. Los rojos, verdes y amarillos son los que persisten más que los negros mientras que los azules, verdes oscuros o marrones son en los que se ven resultados en menor tiempo.

¿Es un procedimiento doloroso para la persona que se somete a la eliminación?
Los procesos no son indoloros en su totalidad y el dolor varía según el umbral de cada persona. En las extremidades (manos y pies) el impacto es más notable. Resulta parecida a cuando se realiza el tatuaje acompañado de una leve sensación de calor en la zona.

PIXABAY

¿Cuáles son los cuidados que necesita la piel después de eliminar un tatuaje?
La zona a tratar no debería exponerse al sol los siete primeros días antes del tratamiento ni la semana posterior. Tras el tratamiento, el cliente debe realizar un proceso sencillo de cuidado de la piel y zona tratada en su domicilio para garantizar la higiene y desinfección del tatuaje eliminado. Jabones neutros durante la higiene normal con productos desinfectantes y que ayuden a la recuperación de la piel.

¿Podemos volver a tatuar la piel que se ha sometido a la eliminación?
Una vez recuperada la zona, y habiendo dejado pasar un tiempo no inferior a dos meses para asegurar que la piel está en su estado más óptimo, el cliente puede volverse a tatuar en el mismo sitio. De hecho, la eliminación de tatuaje no implica su borrado completo, sí que ofrece la posibilidad de aclarar zonas donde hubiera mucha tinta, algo que ayuda a que el tatuador pueda trabajar con mayor libertad el nuevo diseño.

De manera aproximada, ¿por cuánto puede salir borrar un tatuaje de tamaño medio?
Ofrecemos diferentes precios en función del tamaño en centímetros cuadrados. Considerando una sección de 25 centímetros cuadrados estaríamos hablando de unos 39 € por sesión si se adquiriera de forma unitaria, y siempre ofrecemos una prueba inicial gratuita (se trata una pequeña parte para ver la evolución, cicatrización, etc…).

¿Hay algún caso en el que no se recomiende borrar el tatuaje?
Para un correcto tratamiento, la piel debe estar sana antes de comenzar, por lo que si el cliente cicatriza mal (queloide) o detectamos alguna anomalía, aconsejamos acudir inicialmente a su dermatólogo, o al equipo de dermatología externo con el que colaboramos, para consulta.

¿Cuáles son los motivos principales por los que sus clientes se eliminan tatuajes?
En general, las razones principales son tres: la necesidad de acceso a un mercado laboral donde todavía los tatuajes, por cuestiones de uniformidad, podrían ser un problema (acceso al ejército o fuerzas de seguridad); referencias a antiguas relaciones personales que ya no forman parte de la vida actual
de cada persona y cambios de estética del propio tatuaje, bien porque no se lleva, quieren hacerse algo diferente encima, o porque ya no responden al momento de vida por la que la persona se lo tatuó.

Seis tipos de ‘ángeles’ alternativos que deberían desfilar para Victoria’s Secret

Y yo que pensaba que a estas alturas de mi vida, sobre todo después de pasar la pubertad, ya había averiguado a qué se referían los de la firma lencera cuando hablaban del «secreto», y resulta que estaba equivocada.

GTRES

Ed Razek es para la compañía (para que te hagas una idea si solo has entrado a leer por la foto) lo que Daniel Radcliffe a las películas de Harry Potter, todo.

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En definitiva, quien corta el bacalao en Victoria’s Secret. Y si todavía albergaba alguna duda, que pocas me quedaban, de por qué la pasarela tiene menos diversidad que una caja de bastoncillos, sus últimas declaraciones han dejado claro la visión de la empresa.

El show es «una fantasía», dijo el director creativo de marketing de la compañía, en la que no tienen cabida más que las mujeres que hemos visto hasta ahora dijo para justificar que no se vieran diferentes modelos.

Sin embargo, las cifras parecen llevarle la contraria a esa visión tan exclusiva de cómo debe ser el alado desfile.

La moda, poco apoco, está evolucionando, y solo hay que fijarse en el éxito de marcas como Aerie desde que rompieron con Photoshop para darse cuenta. Como mujer quiero que se nos represente tal cual somos y no por la imagen que se quiere vender de nosotras.

Si Victoria’s Secret quiere seguir avanzando con un mundo que cada vez lucha más por la aceptación, propongo que, para el año que viene tome nota de algunas modelos que debería incluir en sus desfiles:

  • Embarazadas: Savage x Fenty fue el ejemplo perfecto de que la maternidad y el trabajo no están reñidos. Los pocos ángeles que han podido desfilar embarazas para la firma lencera, con figuras apenas perceptibles y estratégicamente tapadas, no son suficientes. Las embarazadas también llevan ropa interior y no necesariamente de algodón, sino que pueden querer lucirla de encaje.
  • Transgénero: una ocasión en bandeja aprovechando que algunos certámenes de belleza han empezado a abrir sus miras incluyendo mujeres transgénero entre sus concursantes. Es una manera de celebrar la identidad personal por encima de todo lo demás.
  • Sin depilar, con estrías y celulitis: sería una forma muy efectiva de conciliarnos con el cuerpo femenino, de enseñar a generaciones más jóvenes que ese es el físico convencional y que la realidad no es entrenar 7 días a la semana, dos horas al día y alimentarse sin sobrepasar las 400 calorías, como hacen las modelos antes del desfile.
  • De tallas grandes: varias modelos XL han manifestado su interés de participar en el show mientras la marca hacía oídos sordos. Los cuerpos, y por ende, la belleza, van más allá de las tallas 34 y 36.
  • Con canas: si se aceptaran los cuerpos tal y como son, las modelos no se sentirían presionadas de retirarse a una edad concreta y podrían dedicarse a su profesión toda la vida sin el miedo a quedarse sin trabajo porque ha llegado su temida «fecha de caducidad».
  • Características físicas peculiares: la inclusividad consiste en contar en la pasarela con modelos diferentes que representen, todo lo que puedan, la diversidad humana. Es decir, abarcar profesionales con Síndrome de Down, en silla de ruedas, con colostomías, prótesis…

Un arnés de BDSM como accesorio, mi último descubrimiento

Las personas nacemos con habilidades curiosas totalmente infravaloradas. Mi padre, por ejemplo, tiene el extraño talento de saber la hora que es sin necesidad de mirar ningún reloj y el raro arte de uno de mis mejores amigos, y perdonad que me ponga escatológica, es hacer caca sin olor, algo que su mujer agradece enormemente.

Intento posar natural pero no hay manera.

La mía es la de encontrarle a cualquier cosa un uso dentro de la vestimenta. Un saco de paracaidista como bolso, una gorra de marinero de un disfraz a modo de sombrero o ropa de pijama para salir a la calle son algunas cosas que uso diariamente.

De hecho incluso el cinturón de seguridad de los aviones fue una de mis fijaciones más recientes.

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Pero mi última revelación vino de un mundo todavía más extraño que la aeronáutica, el erotismo. Una vez, observando páginas de BDSM por pura casualidad, surgió la loca idea de vestir los accesorios de la disciplina sexual.

Así que, como buena aficionada que soy a sacar las cosas de su contexto, me he decidido a coger las piezas hasta ahora exclusivas del BDSM y darles otro uso que también me atrae, como accesorios de moda para darle un toque cañero a mis estilismos.

Ya que Madonna inició hace cuarenta años la moda de llevar la lencería por fuera y que continua todavía vigente gracias a Moschino, por ejemplo, que para este otoño presentó en la pasarela masculina una propuesta ligada al látex, los arneses y las máscaras convirtiendo en alta moda de lujo el BDSM.

Y como está muy bien lo de utilizar complementos de cuero en la cama, pero está todavía mejor añadirlos al armario y poder llevarlos diariamente, no necesitas la camisa de 500 dólares de la firma italiana con los tirantes de cuero cosidos, ya que puedes encontrar arneses en tiendas como Bijoux Indiscrets, Artesanía BDSM o en tu sex shop de confianza.

Integrarlo con el resto de tu armario es tan sencillo como ponértelo por encima independientemente de lo que llevas puesto. Aunque a mí, personalmente, me encanta acompañando estilismos más naïf o inocentes, ya que rompen con la estética inocente y ponen el contrapunto rebelde y bizarro de Miley Cyrus después de dejar Disney Channel.

De hecho este fin de semana llevé un arnés superpuesto por encima de un vestido de cuadros para romper con el rollo colegiala. Sobre camisas XL a modo de vestido o por encima de un jersey o sudadera lisa le darás un toque rockero a la prenda, así que es un complemento perfecto para darle una segunda vida (una segunda vida con mucho más estilo, también hay que decirlo) a esos básicos que tienes en el armario.

¿Qué son los botines efecto calcetín y por qué necesitas hacerte con un par?

Cada temporada inicio una nueva relación con, por lo menos, un par de zapatos nuevos. Y este otoño, lo tuve fácil teniendo en cuenta lo que venía como tendencia en la sección de calzado.

PUBLIC DESIRE FACEBOOK

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Ni zapatillas extra grandes de padre de 1990 ni stilettos transparentes efecto PVC de los que te cuecen los pies y dejan el plástico lleno de gotitas como si fuera un invernadero de Almería.

Yo quería los botines efecto calcetín, esos que son con tacón alto, terminados en punta y cuya caña, en vez de ser de piel, es de algodón o algún tejido elástico que se adapta a la forma de tu tobillo como si realmente llevaras unos calcetines.

Además de habérselos visto puestos a varias celebridades y entrar en la espiral del culo veo, culo quiero, cuando tuve la oportunidad de probármelos en mi tienda de fast fashion de confianza, me di cuenta de que eran una buena inversión por varios motivos.

En primer lugar puede que no protejan de la lluvia lo más mínimo (de todas formas estando en Madrid no es algo que me preocupe demasiado ya que llueve de Pascuas a Ramos), pero abrigan un rato. Al quedar por encima del tobillo cubren esa zona que todos los vaqueros de ahora parecen resistirse a cubrir.

BERSHKA/ZARA

Al ser tan ajustados, se amoldan perfectamente a la forma de tu pie, siempre y cuando los cojas de tu talla, claro, y puedes experimentar una sujeción perfecta que te permite subir y bajar escaleras con seguridad, sin el miedo de partirte el cráneo que suele acompañar a subirse a unos tacones.

Pero es que además de ser favorecedores y sentarnos bien a todas, independientemente de tu figura solo necesitas tener pies para lucirlos, son un zapato todoterreno que combina con lo que te apetezca del armario.

Lo mismo te sirven para la Confirmación de tu prima pequeña como para un estilismo informal de excursión con tus amigos a Toledo (otra cosa es que vayáis a andar mucho, en cuyo caso mejor déjalos en casa), pero en resumen, los puedes mezclar con lo que quieras.