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«Empecé a trabajar de modelo porque me di cuenta de que en la pasarela faltaba gente en silla de ruedas»

«La sociedad en España hace que sientas que si estas en silla de ruedas vales un poco menos. Es la principal diferencia respecto a otros países. No te hacen sentir uno más, te sientes diferente» me dice Brinston Tchana.

Brinston Tchana. MARA MARIÑO

El modelo con discapacidad física de 20 años de Fuensalía, un pueblecito de Toledo, llamó mi atención nada más entrar al desfile de Iulia Barton en Milán. Es de esas personas que, inexplicablemente, saltan a la vista.

Ha venido para conocer lo que le espera, ya que es uno de los nuevos fichajes de la agencia italiana a la que le gusta contar, además de con tendencias, con la inclusividad en sus desfiles. Al manchego no le pilla de nuevas, lleva desde los 17 años modelando mientras se licencia en Medicina en Inglaterra, compatibilizándolo con su carrera de modelo y actor.

«No hay inclusividad en las grandes semanas de la moda. Me metí en esto porque me di cuenta de que en el mundo de la moda faltaba gente en silla de ruedas y no porque estemos en silla somos menos personas» me dice convencido.

«Hay gente preciosa en silla a la que también les gusta la moda y desfilar pero no tienen la oportunidad de hacerlo solo porque están en silla. Yo quería enseñar al mundo que los que estamos en silla podemos hacer prácticamente lo mismo que hacen los demás

España, es, desgraciadamente, uno de los sitios en los que menos puede desarrollarse profesionalmente: «Es uno de los países donde menos trabajo tengo. En cambio en Inglaterra, Milán o Estados Unidos estoy a tope de trabajo«.

«También trabajo de actor y en Inglaterra he salido en una serie y anuncios, pero en España pasa lo contrario. Raramente vas a ver actores en silla. Es lo que más me duele, que nuestro país no se involucre tanto como otros».

Al que también fue finalista de Mr Birminghan 2017 le encanta la moda: «Antes de mi accidente no me interesaba, pero después de mi accidente me centré más en los estudios y empecé a meterme en el mundo de la moda. Es completamente distinto. Me encanta viajar y conocer las diferentes tendencias, es algo que me hace sentir vivo«.

“Start where you are. Use what you have.Do what you Can” 💪🏾🍁🍂

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Me confiesa que los comienzos no fueron fáciles ya que «el día del desfile no era capaz de mirar a la gente, se me bajaba la cabeza. Los siguientes fueron mejor porque cogí confianza».

«Tenemos que seguir una velocidad concreta, como ir de paseo, ni con mucha ni con poca fuerza. También depende del tipo de silla que lleves, es algo que cuenta muchísimo, hay que llevar la silla adecuada para el desfile. Practicamos con ella, así como la cara, el giro delante de las cámaras, tener controladas las distancias con el público para no tocar a la gente… La práctica hace la maestría, cuanto más practicas mejor te sale«.

Una de las anécdotas que recuerda casi le cuesta un hueso roto: «Como no controlamos mucho las piernas, una de las veces se me metió un pie por dentro y se quedó atascado debajo de la rueda. Me quedé paralizado en mitad de la pasarela sin poder moverme mientras pensaba ‘¿Y ahora qué hago?’ Se me vino el mundo encima. Al final quité el pie aunque tuvieran que esperar mis compañeros. Era eso o seguir adelante y rompérmelo«.

Aunque ahora lo recuerda con humor reconoce que «me entró el bajón después de eso, pero parece ser que es algo que sucede a menudo. Al salir al final la gente me aplaudió y fue algo que me ayudo muchísimo».

«Al final, cuanto más partido le saques a la vida, mucho mejor» me dice el modelo cuyo sueño sería desfilar para Massimo Dutti o Armani. «Sería para mí llegar a la cima, después de eso podría morir feliz porque he hecho todo lo que quería».

«No hay nada imposible en esta vida» me repite. Y le doy la razón. Después de conocerle, me doy cuenta de que no necesitan piernas las personas que vuelan.

Semana de la Moda en Milán, mi pesadilla y redención particular

Nunca me ha gustado lo falso. Cuando veía a la venta imitaciones de bolsos o prendas prefería no comprarlas antes que llevar algo «de mentira». No es que os cuente esto para que tengáis en cuenta que, si queréis mandarme regalos, los prefiero originales (que ojalá recibir algún día algo más que cartas del banco), sino para que entendáis por qué le he cogido algo de manía a las semanas de la moda.

Estilismos casuales de invitadas al desfile de Pedro Pedro. MARA MARIÑO

No me malinterpretéis, la moda me apasiona y me apasionará siempre. La oportunidad de ver en primera línea de batalla el trabajo de diseñadores, esos profesionales que trabajan entre la cultura de la vestimenta y el arte, es algo que me hace sentir realizada. Pero lo malo de las semanas de la moda es la gente.

No toda, claro, no penséis que soy antisocial, pero sí los que aprovechan las ocasiones para vestir con un artificio que improbablemente les verás un día de diario por la calle para llevarse un protagonismo que debería centrarse en las colecciones.

El deseo de ir a los eventos para ser visto o de hacerse la foto de rigor para la red social de turno, hace que haya encontrado personas dispuestas a hacer cualquier cosa para entrar a un desfile, incluso si eso incluye utilizar a otras por el camino.

En esta Semana de la Moda en Milán he tenido mucho de eso, pero, afortunadamente, mucho de lo contrario también. He visto mucha tendencia, mucho trabajo, ideas creativas y prendas bonitas.

He podido conocer de primera mano a una diseñadora argentina que va a abrir una sombrerería en Barcelona, he intercambiado una conversación en el baño con una estudiante peruana que quería lanzar la primera revista de moda en su país

Y me he dado cuenta que lo bonito de estos eventos, y algo a lo que no estaba prestando atención hasta ahora, es el roce, en el trato, en poder sentarte al lado de la diseñadora de interiores de Armani porque así te han colocado las organizadoras del evento o poder compartir una copa de Prosecco con la ilustradora Georgina Gerónimo mientras comparamos los desfiles italianos con la Mercedes-Benz Fashion Week o la 080 de Barcelona.

Es un sinfín de conversaciones en inglés, español o italiano mezclando los idiomas entre sonrisas y valoraciones de los espectáculos. Al final, la primera Semana de la Moda de Milán del año me ha quemado y me ha enamorado por el mismo motivo: la gente (de la moda lo estoy siempre).

Como una imagen vale más que mil palabras, os invito a compartir la experiencia conmigo, os animo a que os deis un paseo por las calles milanesas decoradas con portadas de revistas, a que me acompañéis a los desfiles que pude ver, a que sintáis un poquito de esa magia que hay dentro de la moda.

Un sujetador (de dos millones de dólares) para dominarlos a todos

Entre las seis mil piedras preciosas y el oro de 18 quilates, el Fantasy Bra de este año de Victoria´s Secret parece de todo menos cómodo.

Que qué menos que, si te gastas dos millones de dólares en algo, poder ponértelo varias veces para amortizarlo. Y sino que nos lo digan a mí o a mi madre, que somos expertas en dividir el precio de algo entre las veces que lo vamos a usar para ver si nos compensa el gasto.

Sin embargo, el sujetador estrella de los desfiles de la firma lencera, se escapa a esa lógica consumidora (y ahorradora). Es simple y llanamente un objeto de deseo, para las que puedan permitírselo, claro.

El modelo de este año ha contado una vez más con la colaboración de Mouawad, cuyas piezas llevan apareciendo en los diseños desde 2001.

MOUAWAD

Si comparamos los precios de los Fantasy Bra de los últimos diez años, son mucho más ‘accesibles’ actualmente ya que han llegado a costar hasta casi trece millones de dólares.

Si analizamos el Champagne Nights Fantasy Bra, la niña de los ojos de este año, podemos apreciar un diseño que recuerda a la lencería que podría llevar Jasmín si la princesa Disney tuviera un cajón de ropa interior.

De inspiración claramente asiática y fantástico (e incómodo aparentemente a partes iguales), intentará meterse en el bolsillo en el desfile de diciembre al mercado chino.

¿Conseguirán remontar el año de pérdidas con un sujetador que me parece, menos que nunca, ropa interior?

VICTORIA´S SECRET

Mi segunda oportunidad con la Semana de la Moda de Milán

He de admitir que cuando me llegó hace unos meses el mail de la Camera Nazionale della Moda (organismo que regula todo lo relacionado con la moda italiana), para iniciar el trámite de solicitud de prensa con el fin de asistir a la edición de septiembre de la Semana de la Moda, lo eliminé no sin cierto placer.

VESTIDA PARA UNO DE LOS DESFILES. @MEETINGMARA

Pero es que mi pasada experiencia, algo negativa, aún estaba reciente, y no me apetecía mucho no solo volver a enfrentarme a empujones y exhibiciones de postureo sino a pagar los 50 euros (de mi bolsillo) que supuestamente hacen que puedas «acceder a los servicios para prensa», o sea, agua y una zona con wifi.

Sin embargo coincide que una de las agencias de comunicación que lleva varias firmas italianas, se quedó con mi correo electrónico de la edición pasada y me bombardeó con lo que han sido, en total, unas 20 invitaciones entre desfiles, conferencias y presentaciones a los showrooms.

Y como más vale invitación en mano que ninguna en absoluto, decidí darle una segunda oportunidad a la que es, junto a París, la semana más importante de la moda.

El primer desfile al que acudí, Maryling, tuvo lugar en la sala de las Caballerizas del Museo de Ciencia y Tecnología, un espacio que conocí en febrero. De la feminidad imperante en todos los conjuntos a través de cinturas marcadas, tejidos vaporosos y vestidos que parecían salidos de un moderno picnic improvisado en el borde de un canal, pasé a la fiesta de inauguración de la Milán Fashion Week organizada por Kenzo, donde el modernerío más moderno de la ciudad hizo acto de presencia.

Con un poco de ayuda de un fotógrafo de la agencia SGP, mi acompañante y yo nos las ingeniamos para entrar en el desfile de Lucio Vanotti, cuyos diseños, más basados en la superposición de capas y en el enmascaramiento de la figura femenina bajo prendas anchas, desfilaban con la catedral milanesa de fondo en una de las alas del Palacio de La Rinascente.

Pero no fue hasta el desfile del domingo de Vicky´z (Vicky Zhang), que debutaba en Milán tras desfilar en la pasarela de Nueva York, que volví a conmoverme.

Durante el espectáculo de casi media hora de duración (algo raro ya que los desfiles no pasan de diez minutos), Xinyin Xu, la diseñadora de la firma, me sorprendió con vestidos que parecían salidos de una reinterpretación de las películas Disney pero en una versión actual.

Si que es verdad que las anchuras y cortes chinos se podían apreciar en algunos diseños más que en otros, pero por lo general me pareció una colección que, además de estar pensada para niños y adultos, ya que modelaron childrenswear y womenswear, se puede llevar perfectamente en una ocasión especial.

No sé si fueron esos cincuenta niños perfectamente coordinados que salieron con un farolillo rojo al terminar el desfile o los vestidos que casi me hacían desear tener más bodas para 2018, pero entre la música y la atmósfera de cuento de hadas y cenicienta moderna que se respiraba, me pasé la mitad del tiempo con la piel totalmente de gallina.

Y es que la moda puede gustarnos, no gustarnos en absoluto, podemos entenderla o no, pero nunca nos deja indiferentes. Y, en ocasiones, como fue mi caso, hasta emociona.

DESFILES DE MARYLING, LUCIO VANOTTI Y VICKY´Z. MARA MARIÑO

Desfile de Victoria´s Secret 2017: esperando lo de siempre

Este martes fue el casting para el nuevo desfile de la firma lencera, algo que esperan las modelos con más ganas que el final del mismo (que es cuando me imagino que pueden volver a alimentarse apropiadamente).

INSTAGRAM

La pasarela de este año tendrá un toque español ya que contará con la presencia de Blanca Padilla, que llevaba desde 2014 sin mandar un beso desde la pasarela rosa bicolor.

La modelo aprovechó Instagram para dar las gracias no solo a la marca sino a aquellos que la apoyaron en el proceso. Además hizo hincapié en la importancia del trabajo duro y de reconocerse los méritos ante uno mismo, algo de lo que en ocasiones pecamos.

@blaancapadilla

Su mensaje culminó con la importancia de quererse y apreciarse tal cual se es y de nunca rendirse, algo que le habrá servido de aliento para enfrentarse al casting mental y físicamente.

La primera española en repetir en la pasarela se enfrentará, junto a sus compañeras, a un espectáculo que tendrá lugar en Shanghái​, la capital china, uno de los mercados más potenciales de la firma ya que planean abrir 26 tiendas en el país.

Otra cosa que tampoco veremos este año será una modelo curvy, algo que para mí (interpretándolo como ausencia de diversidad corporal en la pasarela), contribuye al desinterés que tienen las generaciones más jóvenes respecto a la firma, que este año sigue perdiendo ganancias trimestre a trimestre.

¿Conseguirán remontar las bajas audiencias del año pasado y, sobre todo, conectar con los milennials?

Viendo las modelos elegidas, la respuesta parece bastante clara.

Lo que no te cuentan de la Milan Fashion Week

Después de haber hecho de corresponsal en la semana de la moda milanesa, ya habréis visto en otro post que he decidido hacer una comparación entre esta y la «de casa», la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Como ya os comenté, los desfiles en Milán no son como en Madrid. Vas a Ifema al amanecer y sales al anochecer después de una organizada sesión maratoniana de moda. Aquí no, aquí cada uno es de su padre y de su madre en una punta de la ciudad. Como no tienen un horario que deban cumplir a rajatabla para no descolocar el orden del día, lo mismo se retrasan 15 minutos que 45. Aún con todo, y dispuesta a dejarme llevar por la magia que llevaban todo el mes vendiéndome, quedé otro día con Dianina XL para ver juntas un desfile.

En la entrada nos hicimos las fotos de rigor que no pueden faltar como buenas bloggers que somos. «Sácame la frase de la cazadora» le pido mientras me giro para que se lea el «Feminist as fuck» (Feminista de cojones) que llevo pintado. En esto veo que un chaval me hace fotos también, algo relativamente normal en estos eventos que siempre sacan los streetstyles o estilo de la gente de a pie.

La cosa es que el chico se me acerca y me pregunta que si entiendo italiano. Cuando le digo que sí me dice que le ha gustado mi culo y que si lo puede tocar (esto es 100% real, sino preguntadle a Diana). Parece ser que el lema de mi cazadora, ese que viene a decir implícitamente que no deseo ser cosificada, es demasiado sutil para su entendimiento. Como mis padres me han dado una buena educación contuve las ganas de reventarle la cabeza con un bate rodeado de alambres y tras decirle que no, nos fuimos flipando.

Al ir al mostrador de prensa para que nos dijeran dónde teníamos que sentarnos, la mujer encargada de las listas sacó un post-it, sí, un post-it, y tras partirlo en trocitos escribió «ST». Me recomendó que no lo perdiera ya que me lo iban a pedir en la entrada. ¡¡¡Un cacho post it!!! ¡Que estamos hablando de la Milán Fashion Week! O sea, hello? Are you kidding me? Puro glamour.

«St» que significa «Standing» traducido a español como «de pie apiñadas pegadas a la pared como sardinillas en lata«. Pero como buenas españolas tiramos de picaresca y en cuanto vimos un par de sitios plantamos el culo bien plantado. La clave en estos sitios es aparentar que realmente ese es el puesto que debes ocupar y nadie te dice nada. Aunque traté de repetir la maniobra en el desfile de la tarde fracasé, ya que la que llevaba las listas venía cada dos por tres a recriminarme. Y mira que nos cambiamos de sitio varias veces pero nada, la tía parecía saber dónde encontrarme.

Otro de los momentos «simpáticos» fue el desfile de Simonetta Ravizza. Como era un día milanés helador, aproveché para llevar el cuello de pelo de mi madre. De camino al desfile, como de costumbre, fui informándome sobre la marca: una firma de lujo de pieles. «A tope» pensé, ya que no había mejor ocasión para lucir la bufanda peluda.

La cosa es que al llegar y salir del metro me encontré un pequeño grupo con pancartas y mochilas ‘perruoflauta style‘. Cuando vi que llevaban peluches manchados de rojo empecé a caer en que igual ir a un desfile peletero con un cuello que imitaba pelo no era la mejor de las ideas. Confirmé mis sospechas cuando empezaron a gritarme cosas como «Che schifo» o «Puzza di merda». Yo contesté que era un cuello sintético pero no me hicieron ni caso. Ya me veía o manchada de pintura o llegando a las manos con alguno.

La cosa es que escribí a mi madre contándole lo que suscitaba su pelo de imitación. «No hija, si es que ese es auténtico». Ah, pues que bien oye. Espero que lo hayas disfrutado porque a este ritmo vuelvo a casa sin él, pensaba viendo como el pabellón donde iba a tener lugar el desfile estaba rodeado de Carabinieri. Al final les invitaron a salir y volvieron a soltarme alguna perlita acompañada de gestos poco amigables.

Carabinieri a la entrada del desfile de Simonetta Ravizza y activistas.

Pese a que tenía entradas para otros desfiles consideré que ya había profundizado en la semana de la moda milanesa lo suficiente. Y es que durante esos días la ciudad enloquece. Los medios de transporte, que ya van llenos, se convierten en imposibles. La gente aprovecha para sacar sus pintas más estrafalarias. Y con estrafalarias me refiero a realmente estrafalarias. Me viene a la mente un chico que iba vestido todo de naranja y su complemento era una pecera rectangular naranja con peces naranjas nadando dentro. No puedes ir a tal o cual discoteca porque X diseñador la ha reservado para una fiesta privada, los asistentes a los desfiles se convierten en almas histéricas que te empujan y te estrenan, el gimnasio se llena de modelos haciéndose selfies en los bancos en los que normalmente entrenas con las pesas… Y sobre todo el desorden a la hora de sentar a los asistentes, el caos cuando empieza el desfile y hay gente que se te pone delante porque no hay nadie que controle la acomodación, la desorganización, el mal trato a la prensa o las maneras de muchos relaciones públicas son solo algunas diferencias que, como invitada a ambas pasarelas, encontré respecto a la nuestra.

Paralímpicos para pasarelas

Un fashion show es la presentación que se hace públicamente de la nueva colección de una marca, costumbre que, por moderna que nos pueda parecer, se remonta al siglo XIX, concretamente a Charles Worth, el primer diseñador en realizar este tipo de muestras.

Lo que me resulta inaceptable es que mantengamos hoy en día la misma fórmula que hace 200 años, que estaba bien para una sociedad que solo concebía a la mujer si era delgada y entraba en un corsé.

TWITTER @MARCATMF

«Diversidad» parece gritar la sociedad, aunque la industria de la moda todavía haga oídos sordos. Diversidad étnica, modelos que formen un tapiz multicolor como un desfile de Kanye West; tallas variadas, que si no uso una 34 también pueda imaginarme con una 38, 40, 42 o 50 cómo podría quedarme la ropa de la pasarela y variedad en cuanto a diversidad de capacidades.

Os pondré un ejemplo que pudimos ver este martes en el marco de la Mercedes-Benz Fashion Week. EGO, la plataforma que apoya a jóvenes diseñadores, realizó el primer fashion show inclusivo, de la firma Existence Research Program, en la presentación de las colecciones otoño/invierno 2017-2018.

La marca contó con la presencia de dos deportistas como maniquíes: Sara Andrés, atleta que compitió en los Juegos Paralímpicos de Río consiguiendo un diploma en los 400 metros lisos y Alberto Ávila, campeón Europeo Sub-20.

El reto social que supone cambiar nuestra visión de los desfiles, que no son otra cosa que una potente herramienta de comunicación, introduciendo nuevos modelos, no solo va a permitir que la industria sea más abierta y pueda contratar a otros profesionales, sino que, a nosotros mismos, los, en primer lugar, espectadores, y en segundo lugar consumidores, abramos un poco la mente y además de aceptar empecemos a pensar más en términos de inclusividad. Bellezas hay muchas, solo nos queda aprender a apreciarlas.

Por qué Victoria’s Secret 2016 me huele a podrido

El otro día leí un tuit en el que una mujer afirmaba que la noche del desfile de Victoria’s Secret era la noche en la que todas las mujeres perdían la autoestima.

Y es que seamos sinceras, algunas de las modelos más bellas del mundo con su más de metro ochenta de altura, sin una pizca de grasa, es algo que puede hacer sentir un poco amenazada a cualquiera.

GTRES

GTRES

Sin embargo este año me he propuesto analizar con ojo crítico el desfile de la firma lencera y hay una serie de cosas que no es que no huelan bien, es que apestan.

Para empezar, el desfile es, desde el primer momento, (desde la preparación en el backstage de hecho) una oda a la artificialidad: depiladas hasta el extremo, pestañas postizas, maquillaje, extensiones, rellenos que te colocan el busto a la altura de la glotis…

El ambiente de felicidad máxima en todo momento, sonriendo a las cámaras, haciendo corazones con las manos o el símbolo de victoria con los dedos, es tan forzado que no me lo creo. Vamos a ver, no puede ser que no pierdan la sonrisa en ningún minuto de las horas de preparación para el desfile, no me creo que a ninguna no se le escape un bostezo, se suene los mocos o beba un vaso de agua.

Bueno, eso último sí que tiene sentido, ya que pasan las 12 horas antes del desfile sin comer ni beber nada. Además de que sus estrictas dietas se basan en las frutas, verduras y proteínas, para los días previos toman zumos detox y purés. Y todo esto acompañada de jornadas maratonianas de entrenamientos que ríete tú de las pruebas de Hércules: boxeo, kickboxing, entrenamientos de fuerza, abdominales, running spinning que complementan con yoga, ballet y pilates. Me tienes a mí una semana entrenando como una espartana y comiendo solo purés y termino asesinando a mi entrenador.

@flavialucini is SO ready for the #VSFashionShow. Be sure to watch her on Dec. 5! #regram #TrainLikeAnAngel

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El ideal de belleza de Victoria’s Secret debería evolucionar y adaptarse a la sociedad actual que tiene otras demandas de mercado, es decir, dejar de vender una belleza tan concreta: que no supere ni los 30 años ni la talla 34.

Porque mientras que otras marcas como Aerie apuestan por no retocar a las modelos de sus campañas y elegir a mujeres con estrías, Victoria’s Secret sigue transmitiendo la misma imagen que hace 20 años.

La única diferencia que he encontrado respecto a otros años es que han salido diseños sin tanto relleno como sus habituales push ups. Hay sujetadores de Victoria’s Secrets que te dan para rellenar varios cojines y te sobra para un oso de peluche.

Pero bueno, tú se lo ves a Irina Shayk y vas emocionada a gastarte tus casi cien euros en el sujetador de turno cuando nunca va a quedarte igual de bien que a ella. Los fittings, esos misteriosos fittings de los que has oído hablar, son para adaptar los conjuntos a medida de las modelos, mientras que los que encuentras en tienda son fruto de la producción en masa.

Más y más perdidas a cada año que pasa, recortes en los puestos de trabajo de la firma, una emisión que ha pasado de la exclusividad a ser transmitida en directo… Quizás es el momento de que las alas de los ángeles de Victoria’s Secret vuelen empujadas por otros aires, los del cambio.

#RunwayForAll, ¿una pasarela para todo tipo de modelos o un lavado de cara de Instagram?

Admitámoslo, últimamente con todas las modas extrañas de colores de pelo en tonos pastel y fotos para probar la delgadez, Instagram no se estaba haciendo de querer. De hecho le estaba cogiendo mucha manía.

Sin embargo, no solo de hastags raros vive la red, y a la iniciativa de Alicia Keys #NoMakeUp se ha sumado otro del que me resulta interesante hablar: #RunwayForAll.

La etiqueta, que viene a significa «Pasarela para todos» defiende la diversidad en los desfiles de moda con la integración de modelos con todo tipo de cuerpos, una iniciativa positiva que empezó la red social hace dos semanas con la siguiente publicación:

“#RunwayForAll means any teenager feels represented when they open a magazine or watch a fashion show,” says Mama Cax (@caxmee). Mama grew up in Haiti, lives in New York City and never aspired to be a model — “not only because there were very few dark models on magazine covers but also because I grew up with very little knowledge of the fashion industry,” she says. “Eight years ago, after getting my leg amputated, the idea of being a model was even more far-fetched.” Today, Mama is modeling and doing other things that she was told there was no audience for, like sharing tips for traveling as a black female amputee. “The majority of humans do not look like the mainstream idea of beauty,” she says. “One of the greatest barriers is not belonging. Through modeling I hope to show that beauty does not always wear a size zero and beauty does not always walk on two limbs.” Every day this week, we’ll be sharing the story of a model who is redefining industry standards and making sure there’s room on the #RunwayForAll. Photo of @caxmee by @simonhuemaen

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«Cada día de esta semana compartiremos la historia de una modelo que está redefiniendo los estándares de la industria y asegurándose de que hay espacio en una pasarela para todos» escribió Instagram como pie de foto de una imagen de Mama Cax, una bloguera a la que le amputaron la pierna a los 18 años.

Si ponemos el hastag, podremos ver imágenes de personas que se unen a la iniciativa con vitíligo, en sillas de ruedas, con muletas, de talla XL  o sin un brazo o una pierna.

La red social invita a todo el mundo a participar para que el movimiento logre que un desfile como el que se vio en Nueva York durante la Semana de la Moda de febrero del año pasado, se convierta en algo normal.

Sin embargo, por muy bien que me parezca que se apueste por la integración, le veo un fallo enorme a la iniciativa y es que no creo que realmente abogue por una pasarela «para todos» si englobamos en el «todos» a todos los que somos parte de la especie humana en realidad.

Kelly Knox, una modelo que nació con medio brazo y es de las que más ha defendido el movimiento, comenta que #RunwayForAll «trata sobre enseñar al mundo que en la diversidad hay fuerza y belleza«.

Pero ¿qué pasa con la fuerza y la belleza de una persona normal? A mi parecer, la elección del nombre es un poco engañosa, porque por lo que he visto, da visibilidad únicamente a personas con alguna particularidad física.

Pasarela para muchos, pero no para todos. ¿Hay lugar para la normalidad en la diversidad? Un hombre o una mujer normales y corrientes sin ser talla grande, de altura media, con dos brazos y dos piernas ¿van a tener también un hueco en estos desfiles? Te dejo que imagines la respuesta.

Por qué deberías hacerte con una ‘bomber’ si todavía no tienes la chaqueta de la temporada

La bomber (o cazadora de aviador para los que no estéis familiarizados con el término) es una criatura que habita en los armarios que vivió su época dorada en España gracias a películas como Grease.

En Estados Unidos es el pan de cada día cuando vas al instituto y es la prenda icónica de los jugadores de béisbol, que vienen a ser el equivalente a nuestros pantalones de chándal con la cremallera en el lateral.

Bombers de Gucci, Marc Jacobs e Yves Saint Laurent. Hazte con todos. GTRES

Bombers de Gucci, Marc Jacobs e Yves Saint Laurent. Hazte con todos. GTRES

La bomber surgió del primer conflicto bélico internacional, la Primera Guerra Mundial, al ser la chaqueta que llevaban los pilotos de los bombarderos para protegerse el frío en la cabina, ya que por lo visto no estaban totalmente cerradas.

La versión forrada de borreguito se convirtió en la prenda oficial de las Royal Air Forces y de ahí a prenda icónica en el mundo de la moda cuando empezó a comercializarse.

Esta primavera vivirá su regreso después de verla en las pasarelas de Gucci, Hilfiger, Marc Jacobs o Yves Saint Laurent. Puedes negarte a creerlo o puedes resistirte a ello, pero la bomber volverá, por lo que, si no te gusta, deberías aceptarlo con resignación o, si te gusta, rescata tus tres chaquetas de otras temporadas (como es mi caso) y además plantéate hacerte con un par más nuevas.

 

En verde militar, negra básica o estampada. ALIEXPRESS, ZARA Y ASOS

En verde militar, negra básica o estampada. ALIEXPRESS, ZARA Y ASOS

Aunque el regreso ha sido por la pasarela, absolutamente TODAS las tiendas low cost (low cost por decir algo, porque no creo que los precios de Zara o Mango sean low cost, al menos para becarias) tienen su versión.

¿Qué pasa con esta prenda? ¿Por qué tanto furor ante una chaqueta que nos venden como la panacea de los armarios? Las claves del éxito de la bomber: va con todo, es unisex y abriga (algo). Además tienes más variedad de chaquetas que de fauna en Costa Rica: la puedes llevar lisa o estampada, con forro, sin forro, de piel, de algodón…

Para llevarla puedes optar por pitillos si quieres un outfit en clave deportiva  o con faldas, vestidos lenceros slip dress o ajustados si es para darle un toque más formal. Es la típica prenda va-con-todo. Las zapatillas le dan el toque sporty chic y los botines más rockabilly. ¿El mejor complemento para mí? Unos labios rojos.