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Sujetador deportivo: ¿hasta qué punto es necesario?

Si en varias ocasiones os he dejado claro que soy una firma defensora del braless, hay una ocasión en la que no me lo quito ni con agua caliente: cuando hago deporte.

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PIXABAY

Ya puede estar el termómetro marcando la temperatura de la superficie del sol que se sigue viniendo conmigo.

El sujetador deportivo, a diferencia de mi enemigo acérrimo, que es el de los aros (y por estos motivos deberías romper tu relación con él), tiene un objetivo más relacionado con la salud que con cómo luce el pecho con la ropa.

La prenda está pensada para mitigar el impacto del ejercicio sobre la zona, y por tanto evitar que se dañen las fibras mediante desgarros.

De hecho, te habrás dado cuenta de que cuando sales a correr, tus tetas tienen vida propia y van dando tumbos como si fueran la multitud de un festival de música electrónica.

Esto se debe a que el pecho se mueve de arriba a abajo hasta 12 centímetros, más de lo que te mueves tú cuando quieres coger el mando de la tele en plena sobremesa del domingo y está sobre la mesa.

El sujetador deportivo corta el movimiento de raíz ya que tiene una elasticidad muy limitada (que te lo digan a ti cuando te lo pones y te notas espachurrada). Están diseñados precisamente para el movimiento que hace el pecho, no como el sujetador normal, que en todo caso está pensado para mantener el pecho estático.

Los tejidos, de una alta permeabilidad, mantienen el sudor lejos de la piel y se adaptan a tu forma independientemente de si tienes una teta más pequeña que otra. Además los tirantes anchos consiguen que los hombros se lleven parte del golpe.

Y que, ahora mismo, gracias a la variedad que hay, va a ser difícil que no encuentres uno que te encante. Siempre puedes hacer como yo y buscarlo tipo crop top para que puedas dejar la camiseta tranquilamente en casa.

El bikini del revés: la tendencia que solo queda bien si te has operado las tetas

¿Os acordáis cuando a las blogueras de moda les dio por el underboob, el escote que dejaba la parte de abajo del pecho a la vista en vez de la de arriba? Bien, ha llegado la versión veraniega.

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UPSIDEDOWN BIKINI FACEBOOK

Los estilismos estivos, compuestos muchas veces por bikinis, sumados a la enésima reinterpretación de un escote han dado lugar al «upside down bikini«, una manera de colocarse las tiras de la parte de arriba del traje de baño que te resultará muy familiar.

¿Te has dado cuenta? Correcto, es lo mismo que hacía tu madre cuando quería ponerse morena en la piscina para evitar las marcas de los tirantes: un nudillo en el centro y los extremos por detrás de la espalda (en este caso por dentro de la copa).

La idea de darle una segunda vida al bikini, es buena, no seré yo quien diga que no como firme defensora que soy de reciclar ropa. Es buena, sí, pero especialmente si tienes el pecho operado.

A mí la idea me estaba gustando. Incluso con cierta esperanza he visto el vídeo tutorial de Instagram que explica cómo puedes hacerlo.

Sin embargo, a la hora de mirar los ejemplos que daba la cuenta de la tendencia, me costaba encontrar mujeres con el pecho sin operar.

Fijaos que de las primeras cien fotografías que muestran el bikini hacia abajo solo he contado cinco de mujeres cuyo pecho fuera al natural. Y sí, podéis creerme cuando os digo que sé diferenciarlos.

Entonces, ¿qué pasa? ¿Es para todas esto? Pues honestamente, no. Los intentos que he podido hacer a la hora de atar el bikini de esa manera, me dejan el pecho espachurrado y con parte del pezón al aire, lo que me horroriza ya que es una piel extremadamente delicada y no debería estar al sol.

Por otro lado, los casos de las mujeres con pecho grande y natural, al perder la sujeción del tirante anudado al cuello, terminan con las tetas desparramándose por fuera. Igual aguanta bien puesto los dos minutos que posas para la foto, pero nada más levantarte aquello va a caer por su propio peso.

En definitiva, que las tendencias, ideas, propuestas y maneras alternativas de llevar una prenda están muy bien, pero me gustarían más si fueran algo que pudiéramos disfrutar todas en vez de una cosa que solo resulta favorecedora si has pasado por el quirófano.

Es el momento de romper con el sujetador de aros

(Y da igual cuando leas esto.)

Desde tiempos inmemoriales las mujeres hemos sometido a nuestro cuerpo a torturas absurdas fruto de la estética de la época: miriñaques, polisones (los culos postizos estilo hermanastras de la Cenicienta), el corsé… Y todavía seguimos usando los nietos del último.

VICTORIA´S SECRET

Los sujetadores con aros son el mal y lo sabes, ya que nada más llegar a casa es lo primero que te desabrochas, peores incluso que el hilo de suciedad que se queda sin barrer entre el recogedor y la escoba. 

Mi madre me lo decía cuando vivía mi hormónica adolescencia: “No te pongas ‘sujes’ con aros”. Pero yo, cabezona, insistía en sumergirme en el mundo de los aros y las almohadas de relleno de los push ups. Hasta que llegué un día a casa y, sin decirme nada, se los había quitado a todos ellos. Menudo trauma.

Quizás no fue, no, quizás no, mamá, quitárselos sin mi consentimiento no fue la mejor manera de hacerlo, pero ahora sé que solo te preocupabas.

Y con razón, porque los aros metálicos del sujetador hacen un daño impresionante. Y vamos a ser realistas, a diferencia de cuando tu monitor de spinning quiere que le des más caña a la bici, si hace daño NO está funcionando.

Pero además de resultar molestos, provocan que los músculos de la zona se atrofien y, por tanto, no se desarrollan, lo que logra que el pecho quede sujeto de manera natural.

Pero eh, ¡eh! No te me lances al cuello ni corras a esconder tus sujetadores a un lugar más seguro (por si tu madre lee esto y tiene la ocurrencia de la mía). 

Existe todo un mundo de posibilidades más allá de los aros y, gracias a la tendencia de buscar un pecho más natural, las firmas lenceras cada vez ofrecen más variedad, lo que se traduce en que hay sujetadores sin aros más allá del típico color carne.

Así que si eres de esas que no pueden salir de casa sin sujetador o que simplemente te encanta la prenda, atrévete a buscar las más cómodas y, por tu bien, pasa de la tortura (innecesaria) de los aros.

Guerra al sujetador: ¿la tendencia ‘braless’ viene para quedarse?

Mientras se nos ha vendido por activa y pasiva el push up como si fuera una prenda más definitiva que el Lékué para los que nos independizamos (pechos turgentes y redondeados a la altura del gaznate…) cada vez más mujeres nos quedamos con el pecho «suelto».

YOUTUBE

Para muchas ir sin sujetador es una protesta, no tan llamativa como la de prenderle fuego a la prenda pero con el mismo mensaje, para otras una mera cuestión de comodidad (no os hacéis una idea del calor que da eso en verano) y para otras, simplemente, algo estético porque les parece que les sienta mejor la ropa.

El cambio se lo tenemos que agradecer, en parte, a Kendall Jenner, Demi Lovato, Jennifer Lawrence o Rihanna que han salido a la calle marcando orgullosas los pezones con sus slip dress o crop tops y no ha pasada nada. No ha aparecido una grieta en el suelo ni se han liberado los Jinetes del Apocalipsis.

Independientemente de lo que nos motive a las que sigamos esto, es importante que rompamos la imagen sexualizada que se nos vende de los pezones y empecemos a verlos como una cosa cotidiana.

Además, como os comenté anteriormente en este post, ir sin sujetador ayuda a trabajar la musculatura del pecho (y por tanto evita hasta cierto punto la caída)

Pero si tienes pensado apuntarte al club y quieres familiarizar progresivamente a tus pezones a la nueva sensación de libertad, empieza con prendas con un tejido algo más grueso, tops de volantes o estampados que disimulan los volúmenes.

Recuerda que lo más importante es que te sientas a gusto contigo misma lleves lo que lleves.

Los trucos caseros para lucir escote este verano

Que nos gusta a nosotras un remedio casero, vaya. Y como ya ha llegado el momento de sacar «a las gemelas» del letargo invernal de jerséis de cuello cisne y bufandas/pañuelos, nos ponemos en modo primaveral.

BELLA HADID. GTRES

Prepara las prendas con escotazo del armario y para adelante luciendo el pecho con más orgullo que las que hacen topless en American pie (si es que admítelo, en esos días del frío invierno pensabas con melancolía en el «sudorcillo tetil» que se te acumulaba bajo las amigas).

Así que para prepararnos para la temporada, os traigo brico-consejos para que las trates como se merecen. Me consta que a la cara ya le dedicas cuidados específicos, pero ¿qué hay del escote?

Ármate de valor y finaliza la ducha con un buen chorro de agua fría en la parte del pecho, le vendrá genial a la piel de la zona. Al salir y tras secarte, ponte a hidratarla correctamente. Haz especial hincapié después de la ducha, más que nada porque es cuando tienes la crema más a mano.

Masajea la zona del canalillo (que es donde se forman las arrugas) con movimientos circulares ascendentes, para que el cosmético penetre bien.

Y lo mismo debes hacer con la crema solar: si pensabas que la cara terminaba en la barbilla, estabas engañada todo este tiempo. La cara termina en el mismo punto que te he mencionado antes, donde se te acumula el sudorcillo.

Toda la piel que parte de las raíces de la frente hasta ahí la tienes que proteger del sol. Y sí, eso significa que si pasas el dia de fuera tienes que llevarte el botecito para ir reponiendo. No digo que te pongas a untarte el «entreteto» (si de ceja es «entrecejo», de teta puedo decir «entreteto», ¿no?) mientras vas en el metro, pero aprovecha el baño de la universidad/oficina/biblioteca.

Bueno, que sé que te las estabas prometiendo muy felices pensando que podías solucionarlo todo en dos minutos con unas cremas y en realidad ¡No! El ejercicio será nuestra varita de sauco en esta entrega de Harry Potter y las reliquias del entreteto (me ha gustado el palabrejo).

Con la ayuda de Ángel Carmona, entrenador personal y creador de la comunidad fitness Muscle Winner, podemos mantener la zona firme desde casa mientras vemos Masterchef tomando nota de estos ejercicios:

Lo dicho, esta vez no tienes excusa para no lucir un escote de diez este verano.

Trucos para cuidarse el pecho a cualquier edad

Tenemos jabones, mascarillas, cremas y tratamientos especialmente creados para el cuidado de la cara en la repisa de nuestro baño, pero en lo que a pecho se refiere andamos un poco perdidas.

GTRES

Y es que claro, como cuando vas por el pasillo del supermercado no hay ningún letrero que ponga «Crema para pechos», no te planteas que necesiten un cuidado especial. Tiempo al tiempo, que igual los de marketing lo ven una buena idea y lo acabamos teniendo.
Además de que la zona del escote cuente con una piel delicada, tiene que sujetar más peso que otras partes del cuerpo, lo que hace que a la larga puedan aparecer estrías.
Pero que no cunda el pánico, podemos cuidar el pecho desde ya con lo que tenemos por casa y cambiando algunos hábitos que hacen que nos juguemos la salud de la zona.
Para empezar despídete del topless, está genial que quieras evitar las marcas del bikini, pero si ya de por sí el sol es malo, en el pecho ni te cuento. Sin embargo, si tu bronceado es algo que te tomas tan en serio como el currículum de LinkedIn, al menos toma el sol con protección total.
El sol hace que la piel pierda agua y precisamente tenemos que procurar tener la zona bien hidratada, lo que incluye aplicar cremas específicas y exfoliarla al menos una vez a la semana para eliminar las impurezas de la piel. Además, darse duchas con agua fría en el pecho produce también efecto reafirmante.
Aunque lo recomendable sería ir sin sujetador para mantener la musculatura de la zona activa, si te resulta incómodo ir con las gemelas sueltas (no todas lo llevamos bien) elige el sujetador correctamente, lo que significa no solo comprarlo de tu talla sino elegirlo sin aros. Puedes empezar también a hacer ejercicios de pecho para desarrollar los músculos de la zona.
El pecho es como todo, con unos buenos hábitos de ejercicio y alimentación equilibrada, también podemos cuidarlo. Por último, no nos olvidemos que igualmente forma parte del cuidado explorarnos el pecho con regularidad (puedes aprender a hacerte la autoexploración en este vídeo) y estar pendiente de las pruebas correspondientes que te pida el médico.
La estética es importante, sí, pero la salud es lo primero.