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Si no sabes qué ponerte ponte el pijama

Es un domingo por la mañana. Tienes que ir a comprar el pan pero te da tanta pereza el simple hecho de sacar un brazo de la cama aunque sea para coger el móvil que no sabes de dónde vas a sacar fuerzas para la hazaña.

ZARA/& OTHER STORIES/CORTEFIEL

Pero como a fin de cuentas no vas a salir del barrio, te pones una sudadera por encima y sales en pijama.

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Este curioso fenómeno le ha sucedido a la mayoría de personas que conozco. Pero, ¿cómo no iba a pasar en algún momento?

Es ropa cómoda, se adapta a las estaciones y, en muchos casos, a excepción de los pijamas con personajes de películas de dibujos animados, es muy bonita.

Sin embargo, no somos los únicos en poner en práctica la revolucionaria y transgresora idea. La moda también se ha apropiado de ella.

Hace unos años, cuando el slip dress llegó a nuestras vidas y a nuestros armarios, recuerdo que tuve que aguantar el chaparrón de mi madre sobre lo poco elegante que le parecía que saliera «en camisón» a la calle.

¿Y qué culpa tengo yo de que la moda se haya inspirado en los pijamas?

Aquellos diseños en satén, raso o seda con detalles de encaje se han convertido no solo en un básico más del armario, como puede ser el jersey negro o las bragas de regla, sino en una prenda que podemos llevar desde a la clase de Contabilidad de la universidad hasta a una boda si la combinamos con un abrigo de pelo.

Pero no solo de camisones fuera de contexto vive esta tendencia, los clásicos conjuntos de dos piezas son los que se proponen para todos los momentos y situaciones.

Entonces, ¿cómo saber si tu pijama es apto para ponerlo en práctica y sacarlo a la calle con estilo?

Todos los colores lisos están permitidos, así como los estampados de flores o lunares, las chaquetas estilo batín, camisones cortos, largos, de corte midi

Y a la hora de lucirlos, y para evitar que vuelvas a coger otro resfriado (con lo que te ha costado salir del último), puedes combinarlo con jersey de cuello cisne o con escote en ‘V’ por debajo, botas y botines, y, por supuesto, en el caso de que cojas tejidos finos, no te olvides de llevar medias por debajo.

Un año de moda, lo más buscado en Google este 2018

En este momento del año, toca hacer balance sobre cómo ha ido 2018. De hecho hasta Kim Kardashian ha confesado que se ha acostado varias veces sin desmaquillarse, algo que sin duda, entraría en mi lista de nuevos propósitos beauty.

PRETTY LITTLE THINGS

Google también ha participado en la valoración anual y ha lanzado las búsquedas más populares en películas, entretenimiento, deportes, comida y, por supuesto, moda.

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¿Qué es lo que más nos ha llamado la atención este año y por qué? ¿Será algo que arrastremos en 2019? Como año oficial del retorno de algunas de las tendencias de décadas pasadas, la moda de 1980, 1990 y 2000 son tres de los resultados más ‘googleados’.

Lógicamente esto ha devuelto un sinfín de resultados de hombreras, chokers, horquillas gigantes y conjuntos de chándal de colores chillones, así como las zapatillas Monster truck que hemos visto a lo largo del año.

El grunge ha vivido su segunda edad dorada al estar en el puesto número 2 del ranking. Y si no, que se lo digan a Marc Jacobs que ha vuelto a sacar esta temporada, pieza por pieza, la colección que le costó un despido de Perry Ellis en 1992, en la que subió la tendencia a la pasarela.

La influencia de la realeza británica, las dos bodas de los Windsor y el nacimiento de Luis de Cambridge han colado a Meghan Markle y Kate Middleton entre las más buscadas.

Con dos estilos totalmente diferentes, el rollo ‘hollywoodiense’ de la duquesa de Sussex y el estilo clásico de la duquesa de Cambridge convierten en fenómeno de ventas desde el traje negro hasta el abrigo de cuadros.

El estilo Harajuku, algo que no es tan popular en España, también aparece en el top 10. Una mezcla que se refiere a la moda alternativa combinando diferentes estilos basándose en los colores, un poco ligado a cómo vestíamos de pequeños para que me entiendas.

Y sorprendentemente, el furor por la moda low cost ha conseguido que sea Fashion Nova, firma que ha basado su éxito en el apoyo de las mujeres con curvas gracias a Kylie Jenner o Cardi B.

Quien superara en la clasificación a Louis Vuitton, Versace, Givenchy o Gucci, que han quedado por detrás de la firma de fast fashion demostrando cómo el mercado ha cambiado, una transformación que, seguramente, nos acompañará también a lo largo de 2019.

Los 5 trucos que siguen las estilistas para vestir (bien) en invierno

Ya estamos en esa época del año en la que las conversaciones empiezan por «Pero qué frío hace, ¿no?».

H&M FACEBOOK

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Lo que toca ahora es lo de siempre: abrigarse hasta el infinito y más allá, hasta el punto de que ni tu madre sea capaz de recordarte que te lleves la bufanda.

Y claro, abrigarte como el frío requiere, es decir vestir capa sobre capa como una lasaña, no siempre tiene un resultado muy favorecedor teniendo en cuenta que muchas compramos los abrigos un par de tallas más grandes solo para que nos entren los jerséis por debajo.

La otra alternativa que nos queda es llevar un look monísimo y pasar frío el resto del día. Sin embargo, vestir en invierno no debería significar o morir de frío o parecerse a una inuit.

Las estilistas son capaces de vestir bien en la época del año preferida de los caminantes blancos y es tan sencillo como, en primer lugar, tener los básicos de invierno a mano. El abrigo largo, la chaqueta de punto XL que te tejió tu abuela, el vestido midi, unos pantalones anchos (de los que van genial con medias por debajo) o una americana son prendas que puedes combinar entre sí los próximos meses.

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Dentro de esa selección, opta por una pieza salvavidas básica que no querrás quitarte hasta el 31 de mayo: el jersey de cuello cisne. Es calentito, pega con todo y es la nueva camiseta interior durante el invierno. No falla.

Otro truco es buscar botas todoterreno. No me refiero a un modelo con el que puedas ir a hacer senderismo por Picos de Europa y luego acudir a un desfile, pero sí un diseño que te pueda servir para ir a clase, a la oficina y por supuesto, a pasar la tarde con las amigas.

La fórmula más sencilla es pasar de todo, vestirte a modo de cebolla y rematar tu conjunto con un abrigo cantoso, pero cantoso de verdad, de esos en colores flúor, estampado de leopardo, de cuadros escoceses o de pelo sintético en tonos pastel de los que te hacen parecer parte del elenco de Monstruos S. A., que son los que se llevan esta temporada.

Y ante la duda, si ves que el resultado continúa siendo muy excesivo porque empezaste combinando un par de capitas y ahora pareces un abrigo de Balenciaga, siempre te quedará la opción de añadir un bolso con personalidad y dejar que se lleve el protagonismo.

Menos Chanel y más Palomo Spain

En la Fórmula 1 todos nos emocionamos con las victorias de Fernando Alonso así como celebramos los triunfos de Rafa Nadal en el tenis.

DESFILE ZE GARCÍA. YOUTUBE

Sentimos orgullo por Lydia Valentín cada vez que se erige como campeona y apoyamos hasta el final a Alfred y a Amaia aunque no nos interesara lo más mínimo Eurovisión (e incluso a sabiendas de que pesa mucho el ‘politiqueo’).

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Cada vez que salimos de España, tanto como Erasmus como por trabajo, o incluso por razones de ocio, ponemos al país por las nubes. No nos cansamos de enumerar sus virtudes como una abuela orgullosa.

Penélope Cruz siempre nos hace sentir un poco en los Óscar y hemos repetido hasta la saciedad que Fabiola, la reina de Bélgica, también era una española.

Que Rosalía se haya convertido en una de las artistas más reconocidas a nivel internacional nos ha hecho darle otra oportunidad al flamenco, e incluso los más renqueantes se han encontrado tarareando «tra tra».

De una manera o de otra, España es cosa nuestra y también su deporte, su cultura y el reconocimiento que reciba en los diferentes ámbitos, unas satisfacciones que vivimos, en parte, como propias.

Y ya que enseguida simpatizamos con el equipo ‘de casa’, esta Navidad hagamos también por aliarnos y no dejar de lado la moda española. Que, ante la duda, por mucho que guste la francesa, la mejor tortilla sigue siendo la de patata.

Tenemos mercado para todos los gustos. De la pasarela pide, en vez de Dior o Armani, diseños de Teresa Helbig, de Moisés Nieto, de Palomo Spain, y todos los que pisan la Madrid Fashion Week. Lorenzo Caprile o Ze García para futuras novias que se hayan pedido como regalo navideño parte del vestido.

Para presupuestos menos distendidos, están los nuevos diseñadores de Ego, las tendencias que molan mazo o las más cañí, y enorgullécete de la moda de aquí como de La casa de papel cuando se convirtió en fenómeno mundial.

Opta por, si tus regalos son más asequibles, las tiendas del barrio, las de toda la vida o incluso por las que no tienen, a lo mejor, ni espacio físico pero puedes comprar por Instagram. Apuesta por el pequeño comerciante, por lo artesanal.

Defendamos lo nuestro, dediquémosle atención, convirtámonos en inversores y embajadores de marca del «hecho en España». Es, al mismo tiempo, regalar calidad, arte, legado, y también regalar a los artistas nacionales nuestro reconocimiento. Seamos más fieles a la Roja de la moda.

¿Broma o casualidad? El jersey que comparten Mango y Pull&Bear

Empezamos a copiar desde pequeños, y si no que se lo digan a aquellos profesores que, horas antes de la clase de inglés, hacían la vista gorda mientras volaban los workbook de un lado a otro de la clase.

Más adelante perfeccionábamos la técnica cuando de la Encarta pasamos a copiar usando Wikipedia, que era cuando, generalmente, solían descubrirnos la táctica. Poco a poco conseguíamos alejarnos del «copia y pega» aprendiendo a utilizar diferentes fuentes que, al final, simplemente servían de ayuda para que consiguiéramos elaborar trabajos por nuestra cuenta. El objetivo estaba conseguido, y el proyecto, aprobado.

Pero luego llegas al mundo laboral y nadie te dice que, al poco de escribir un artículo, puede que lo encuentres en otro medio fusilado palabra por palabra, y sin mencionar el origen, por supuesto. Copiar está a la orden del día y hay pocos sectores que se escapan de las imitaciones.

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Quizás uno de los que más se ve perjudicado por esto sea la industria de la moda. Por todos es sabido que la pasarela tiene imitadores. Y bien que hace en tenerlos, para quienes las tendencias son su manera de expresarse, las marcas de lujo no están al alcance de todos.

Las imitaciones que aparecen a la venta, que han sido diseñadas con el ojo puesto sobre la pasarela, hacen de la moda algo democrático consiguiendo que llegue a más gente con un precio más accesible. Entre la globalización y la libertad de encontrar inspiración donde sea, hemos pasado a que, en la moda, todo es de todos.

Y si bien existen las demandas, hay una norma no escrita que afirma que si un experto percibe siete diferencias, la ley no lo considera plagio según explicó a La Vanguardia la directora del Instituto Español de Derecho en la Moda, Antonella DiCampo, una pauta que se ha establecido a partir de casos precedentes.

El forro, corte, diseño, color o material son algunas de las características que se tienen en cuenta a la hora de comparar dos prendas, una cantidad de diferencias que han sido imposibles de encontrar entre un jersey marrón de punto que han sacado a la venta este otoño las marcas Pull&Bear y Mango.

Mientras que tanto la composición como el precio son el principal factor diferenciador (el jersey de Pull&Bear hecho únicamente de fibras sintéticas cuesta 29,99 euros, mientras que el de Mango, con un pequeño porcentaje de lana, 49,99 euros) en un mundo lógico la calidad se paga más cara y no al contrario, las anchuras o las nimias medidas que varían de las líneas entre uno y otro pasan casi desapercibidas.

Echándole un vistazo a colecciones anteriores, buscando de dónde ha podido surgir la inspiración para este diseño, encontramos en la pasarela de Otoño-invierno 2017-2018 de Chloé un modelo con el diseño similar al de ambas firmas.

Perteneciente a la colección con referencias en la América del Medio Oeste de los 90 y un toque de la estética parisina actual, de inspiración vintage, ha podido servir como punto de partida del jersey de este año con la diferencia de que se escapa de los 357 euros que cuesta el original del año pasado.

Sin embargo, teniendo en cuenta que ambas prendas distan de ella, solo cabe preguntarse cómo es posible que haya sucedido una inspiración tan similar. ¿Casualidad? ¿Comparten diseñadores ambas firmas a pesar de dirigirse a públicos totalmente diferentes? ¿Es una broma teniendo en cuenta que ambas firmas han llamado a las prendas de la misma manera? ¿O es que estamos ante otro caso de intercambio de workbook solo que aplicado a la moda?

¿Por qué nos flipa tanto la ropa con el logo de la NASA?

Hay cosas que son guays por sí mismas: las gafas de aviador, los botines Dr. Martens, las motos o el disco de vinilo de tu padre de Brothers in Arms de los Dire Straits. Y dentro de esa lista, en una de las posiciones más altas me atrevería a decir, está el logo de la NASA.

URBAN OUTFITTERS

Algo tiene la Agencia Espacial que nos atrae a todos sin excepción. Puede ser que, como millennials, nos fascina lo nuevo, el futuro, y es precisamente lo que simboliza: la ciencia, las posibilidades de creación de un mundo mejor, los logros para toda la humanidad… ¿Cómo no íbamos a dejarnos seducir por los sueños si somos la generación idealista por excelencia?

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Desde hace unos años, el escudo tricolor ha salido en todas partes: de tazas ha pasado a sudaderas, zapatillas, gorras, mochilas y, sobre todo, camisetas.

La pasarela tampoco se ha podido resistir y firmas como Vivienne Tam, dedicó una colección entera al logo, o Versace han incluido la «albóndiga», como se refieren en la NASA de manera coloquial al escudo, en sus colecciones.

Vans, Adidas o Nike también han sacado zapatillas inspiradas en el futurista fondo estrellado que, lógicamente, se han convertido en fenómeno de ventas.

Con las características letras en color blanco dentro de una esfera azul, con el símbolo vectorial rojo de fondo, el logo diseñado en 1973 es conocido y apreciado en todo el mundo. En él confluyen dos tendencias que lo han convertido en el fenómeno de la cultura popular que es hoy.

En primer lugar ha resurgido en plena moda de la logomanía, una tendencia que, tras la crisis económica, muestra una opulencia minimalista cargando la ropa de monogramas grandes y visibles desde todos los ángulos que nos permitan identificar (o identificarnos con) la marca a primera vista.

El otro secreto de su éxito es el cocooning, un fenómeno que busca refugiarse en la seguridad que nos proporcionan prendas vintage cargadas de nostalgia y que vuelven renovadas, como las zapatillas de deporte gigantes, las chaquetas de chándal de colores chillones o el forro polar en clave estilosa por poner algunos ejemplos de revivals conocidos.

De hecho, de la unión entre la logomanía y el cocooning, tenemos un ejemplo del verano, la camiseta blanca con el logo rojo firmada por Levi’s.

La Agencia Espacial no hace distinciones, ya que cualquiera puede usar su escudo, lo que explica por qué aparece tanto en la alta moda como en las firmas de fast fashion. El único requisito es que la identidad sea usada correctamente. Además es un logo del gobierno, no una marca de una compañía privada, por lo que no reciben remuneración por las licencias de uso.

Entonces, ¿cuál es el negocio de la NASA? Mi teoría es que de esta manera siguen alimentando una leyenda con la que la mayoría solo podemos soñar. A fin de cuentas, que levante la mano quien, en la infancia, no se planteó en algún momento ser astronauta.

El logo de la NASA, nos recuerda que, a fin de cuentas, da igual que nos hayamos convertidos en personas adultas, seguimos teniendo la cabeza en las nubes como cuando éramos niños. Es un icono aspiracional para el ser humano.

Un arnés de BDSM como accesorio, mi último descubrimiento

Las personas nacemos con habilidades curiosas totalmente infravaloradas. Mi padre, por ejemplo, tiene el extraño talento de saber la hora que es sin necesidad de mirar ningún reloj y el raro arte de uno de mis mejores amigos, y perdonad que me ponga escatológica, es hacer caca sin olor, algo que su mujer agradece enormemente.

Intento posar natural pero no hay manera.

La mía es la de encontrarle a cualquier cosa un uso dentro de la vestimenta. Un saco de paracaidista como bolso, una gorra de marinero de un disfraz a modo de sombrero o ropa de pijama para salir a la calle son algunas cosas que uso diariamente.

De hecho incluso el cinturón de seguridad de los aviones fue una de mis fijaciones más recientes.

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Pero mi última revelación vino de un mundo todavía más extraño que la aeronáutica, el erotismo. Una vez, observando páginas de BDSM por pura casualidad, surgió la loca idea de vestir los accesorios de la disciplina sexual.

Así que, como buena aficionada que soy a sacar las cosas de su contexto, me he decidido a coger las piezas hasta ahora exclusivas del BDSM y darles otro uso que también me atrae, como accesorios de moda para darle un toque cañero a mis estilismos.

Ya que Madonna inició hace cuarenta años la moda de llevar la lencería por fuera y que continua todavía vigente gracias a Moschino, por ejemplo, que para este otoño presentó en la pasarela masculina una propuesta ligada al látex, los arneses y las máscaras convirtiendo en alta moda de lujo el BDSM.

Y como está muy bien lo de utilizar complementos de cuero en la cama, pero está todavía mejor añadirlos al armario y poder llevarlos diariamente, no necesitas la camisa de 500 dólares de la firma italiana con los tirantes de cuero cosidos, ya que puedes encontrar arneses en tiendas como Bijoux Indiscrets, Artesanía BDSM o en tu sex shop de confianza.

Integrarlo con el resto de tu armario es tan sencillo como ponértelo por encima independientemente de lo que llevas puesto. Aunque a mí, personalmente, me encanta acompañando estilismos más naïf o inocentes, ya que rompen con la estética inocente y ponen el contrapunto rebelde y bizarro de Miley Cyrus después de dejar Disney Channel.

De hecho este fin de semana llevé un arnés superpuesto por encima de un vestido de cuadros para romper con el rollo colegiala. Sobre camisas XL a modo de vestido o por encima de un jersey o sudadera lisa le darás un toque rockero a la prenda, así que es un complemento perfecto para darle una segunda vida (una segunda vida con mucho más estilo, también hay que decirlo) a esos básicos que tienes en el armario.

¿Qué son los botines efecto calcetín y por qué necesitas hacerte con un par?

Cada temporada inicio una nueva relación con, por lo menos, un par de zapatos nuevos. Y este otoño, lo tuve fácil teniendo en cuenta lo que venía como tendencia en la sección de calzado.

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Ni zapatillas extra grandes de padre de 1990 ni stilettos transparentes efecto PVC de los que te cuecen los pies y dejan el plástico lleno de gotitas como si fuera un invernadero de Almería.

Yo quería los botines efecto calcetín, esos que son con tacón alto, terminados en punta y cuya caña, en vez de ser de piel, es de algodón o algún tejido elástico que se adapta a la forma de tu tobillo como si realmente llevaras unos calcetines.

Además de habérselos visto puestos a varias celebridades y entrar en la espiral del culo veo, culo quiero, cuando tuve la oportunidad de probármelos en mi tienda de fast fashion de confianza, me di cuenta de que eran una buena inversión por varios motivos.

En primer lugar puede que no protejan de la lluvia lo más mínimo (de todas formas estando en Madrid no es algo que me preocupe demasiado ya que llueve de Pascuas a Ramos), pero abrigan un rato. Al quedar por encima del tobillo cubren esa zona que todos los vaqueros de ahora parecen resistirse a cubrir.

BERSHKA/ZARA

Al ser tan ajustados, se amoldan perfectamente a la forma de tu pie, siempre y cuando los cojas de tu talla, claro, y puedes experimentar una sujeción perfecta que te permite subir y bajar escaleras con seguridad, sin el miedo de partirte el cráneo que suele acompañar a subirse a unos tacones.

Pero es que además de ser favorecedores y sentarnos bien a todas, independientemente de tu figura solo necesitas tener pies para lucirlos, son un zapato todoterreno que combina con lo que te apetezca del armario.

Lo mismo te sirven para la Confirmación de tu prima pequeña como para un estilismo informal de excursión con tus amigos a Toledo (otra cosa es que vayáis a andar mucho, en cuyo caso mejor déjalos en casa), pero en resumen, los puedes mezclar con lo que quieras.

Lo que podemos esperar (y lo que no) de la colaboración entre H&M y Moschino

Parece que la firma sueca H&M ha encontrado la manera de subir sus ventas sin esperar al Black Friday, la colaboración anual que realiza desde 2004 con diseñadores de moda de lujo haciendo que, por un precio no tan abusivo, los amantes de la moda con salarios estándar podamos permitirnos el capricho de tener en el armario una prenda de alta moda.

TWITTER H&M

Karl Lagerfeld, Roberto Cavalli, Versace o Balmain son algunos de mis marcas favoritas que han pasado por el ojo de la aguja del fast fashion haciendo prendas, algunas por primera vez, con un precio por debajo de las tres cifras.

Este año, la colaboración ha causado mucha expectación ya que ha tocado uno de los grandes de la moda, Moschino. Pero no es solo Moschino, sino, más bien, Jeremy Scott, que ha convertido a la firma en lo que es ahora, irreverencia hecha dinero.

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El director creativo ha elevado los objetos cotidianos poniéndolos a la altura del lujo más exquisito, lo que se traduce en que Scott es a la moda lo que Claes Oldenburg a la escultura, utilizando cerillas, cucharas o incluso manzanas mordidas como inspiración para sus obras.

Podríamos resumirlo como el triunfo de la elegancia de lo mundano que convierte en deseable un frasco de spray limpiacristales que se vuelve recipiente para colonia bajo la visión de la firma italiana.

Para quienes esperen una colección atemporal de la que basta una prenda para hacerse con un básico, así como una pieza con print animal de Roberto Cavalli siempre va a poder llevarse, decirles que no es eso lo que vamos a encontrar.

TWITTER H&M

Jeremy Scott ha vuelto sobre sus pasos plantándose en la década de 1990, el turno de la televisión, de la era de MTV y la colección es la prueba. Habrá cadenas, leopardo y dibujos de Mickey Mouse, a falta del Bob Esponja o el My Little Pony de otras ocasiones, acompañando prendas en cuero negro o dorado.

Si la web de H&M entra en colapso cada vez que sale una colaboración, así como las colas en las tiendas se vuelven imposibles, es mejor que nos preparemos para Moschino, que más que seguramente, agotará velozmente.

Quizás no estamos delante de la colección más original del diseñador (es difícil competir cuando hablamos de un director creativo que ha presentado propuestas enteras inspirándose en Barbie o McDonalds, aunque tampoco puedo obviar los pendientes o bolsos con forma de envoltorios de condón de la selección de este año), pero si hay algo que juega a favor de la firma es ese diseño italiano un poco estridente rayando lo hortera que caracteriza a la marca, pero que, sobre todo, convence al street style.

Y es que no en vano Jeremy Scott se ha ganado el título de «El diseñador de la gente».

Los gorros y sombreros para vestir con estilo (y sin pasar frío) los próximos meses

Los sombreros y gorras son al armario lo que la mermelada de fresa a una tarta Sacher. De hecho, si eres especialmente aficionada a este tipo de complementos, como yo, tendrás en tu habitación varios sombreros de ala ancha, que son los que se llevaban estos años.

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Yo misma de paseo por Barcelona.

Pero la pasarela, más caprichosa que tu yo de ocho años en el Toys «R» Us, tienes otros planes y ya te adelanto que sus propuestas no coinciden con las que ya tienes en casa.

Para esta temporada, despídete de los fedora, esos sombreros maravillosos que conseguían que salieras a la calle en días de lluvia sin que se te borrara el eyeliner por el agua gracias a su ala.

Si no te ves preparada para hacer borrón y cuenta nueva y romper con tus accesorios del año pasado, que no cunda el pánico, puedes darle una segunda vida al clásico beanie, ese gorro de lana que se lleva ligeramente arrugados y que no ha faltado en las colecciones de Dolce & Gabbana o Michael Kors.

Aunque los diseños de sombreros han cambiado. Hemos pasado a modelos de corte masculino. De hecho, es probable que en algún momento de tus sesiones de scroll por Instagram, también te encuentres con gorros de estilo militar, que no se resisten algunas influencers del street style.

Mis estilismos de hacer turismo siempre incluyen zapatillas pero están libres de aceite de palma.

¿El mejor lugar para encontrarlos? Cualquier tienda de segunda mano en Inglaterra. Aunque si te pilla muy a desmano (por aquello de que todavía no llega la línea de metro), siempre puedes ir a Malasaña o a la Riera Baixa.

En la categoría de gorras con visera, hay un modelo que se ha impuesto por encima de los demás, las gorras baker boy que son el nuevo it hat. A la gorra marinera en color negro no se han resistido Chiara Ferragni, Dulceida, Aimee Song o yo misma, que aproveché el puente de Todos los Santos para hacer una escapada a Barcelona y estrenar mi gorra de Headict (la que llevo es la marinera).

Todas las amantes de la moda y las tendecias aprobamos el uso de este sombrero en todos tus estilismos independientemente de si llevas falda, pantalón, zapatillas de cordones o tacón, así que si buscas un modelo seguro, opta por el baker boy.

Prada, por otro lado, ha sido la responsable de hacer un sombrero que nadie imaginaba en otro de los diseños más buscados: el gorro de pescador. ¿Lo mejor? Tu madre, o por lo menos la mía, tiene uno para la lluvia exactamente igual al de la Linea Rossa de la firma italiana, con la diferencia de que no te cuesta cien euros y te protege igual de la lluvia.