
Francia ha solicitado formalmente al Gobierno español la posibilidad de que los próximos osos con los que se repueble los Pirineos sean hembras procedentes de la cordillera cantábrica. Hasta el momento los reforzamientos poblacionales de osos en el macizo pirenaico se habían realizado con animales procedentes de Eslovenia. La llegada de ejemplares cantábricos supondría una bocanada de fresco aire genético. Sin embargo, allí la población tampoco está muy boyante, por lo que casi con toda seguridad el Gobierno español no autorizará la operación.
Con una población inferior a los 20 ejemplares, la supervivencia del oso pardo en el Pirineo tiene un negro futuro. Especialmente crítica es la situación del núcleo occidental (valle del Roncal, Aspe, Hecho y Ansó), donde sólo subsisten tres ejemplares, todos ellos machos , sin ninguna posibilidad de recuperación si no se realiza un urgente reforzamiento con dos o tres hembras. Astures o eslovenas, a ellos les da lo mismo.
El plan de acción galo puesto en marcha en el 2006 terminó el año pasado y Francia estudia ahora su continuidad, que se prolongará hasta el 2013 y que podría contemplar la suelta de nuevos ejemplares. Repoblaciones que no se materializarán hasta al menos el próximo año, si es que para entonces se vence el profundo rechazo de los ganaderos.
Mientras, en la vertiente española, las diferentes administraciones son meras observadoras de las actuaciones desarrolladas en el lado francés, y ello a pesar de que los animales no conocen fronteras y se mueven más por nuestras montañas que por las suyas. Por todo ello, Ecologistas en Acción ha reclamado la aprobación urgente de un plan de recuperación de esta especie en Aragón y en Cataluña, además de la actualización del navarro, totalmente obsoleto, todos ellos perfectamente coordinados con los planes franceses.
No se han hecho bien las cosas en el Pirineo, donde al plantígrado se le odia tanto como al lobo e incluso más, pues al cánido lo exterminaron hace tiempo y a éste lo ven como un “recién llegado” al que nadie ha invitado. En la Cordillera Cantábrica (Asturias, Cantabria y Castilla y León) el oso no sólo es perfectamente compatible con la ganadería sino que supone un inmenso atractivo turístico. Lo mismo ocurre en Italia (Montes Abruzzo). Evidentemente, mientras no se desarrolle un profundo plan de educación ambiental en la zona, capaz de subvertir el actual rechazo de la población local hacia esta especie, los proyectos de reintroducción estarán abocados al fracaso.
Como señala acertadamente el Manifiesto por el oso pardo pirenaico, el oso nos ofrece la oportunidad de demostrar que la conservación de la biodiversidad y el progreso económico del Pirineo son perfectamente compatibles. Es lo lógico, pero no sé si nuestros políticos lo entienden de la misma manera. Ya sabéis que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
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Foto de Camille, uno de los pocos osos autóctonos que quedan en el Pirineo, tomada en noviembre del año pasado en los montes aragoneses de Ansó junto al cadáver de un jabalí. DGA / El Heraldo de Aragón.
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