La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘leyendas’

Viaja al centro de la Tierra sin salir del norte de Burgos

Ermita rupestre de San Bernabé, símbolo del monumento natural de Ojo Guareña. Foto: Wikipedia

Os propongo hacer este verano un viaje al centro de la Tierra. Pero en lugar de ir a buscarlo a Islandia, como sucede en la famosa novela de Julio Verne, nos vamos a ir al norte de la provincia de Burgos, donde también hace un frío que pela en invierno pero ahora se está maravillosamente bien.

Os propongo conocer con los cinco sentidos el Monumento Natural de Ojo Guareña, muy cerca de Puentedey y Espinosa de los Monteros. Es un lugar fantástico que aúna naturaleza e historia a partes iguales. Aunque en este viaje nos vamos a adentrar sobre todo en las profundidades de sus cuevas para disfrutar en ellas de sus misterios.

¿Te vienes de cata de paisaje? Lee el resto de la entrada »

San Frutos del Duratón, un lugar de leyenda y muchos pájaros

Uno de los espacios naturales más asombrosos de Europa por la espectacularidad de su paisaje, pero también más mágicos por la cantidad de leyendas que se concentran en él, es el de las Hoces del río Duratón, en Segovia. Patearlo por alguna de sus seis rutas oficiales merece la pena. Recorrerlo en piragua es ya increíble, como he tenido la suerte de poder disfrutar gracias a una invitación de la Fundación Patrimonio Natural. Viaje que incluyó la visita obligada a un lugar cinco estrellas, el soberbio entorno donde se alza, cual castillo de la serie Juego de Tronos, el antiguo priorato de San Frutos.

Toma buena nota de la imbatible oferta: la colonia de buitre leonado más numerosa del mundo, uno de los últimos refugios de la amenazadísima alondra de Dupont, cuevas eremíticas visigodas, arte románico y un valioso patrimonio inmaterial de tradición oral que incluye luces espectrales, mujeres oveja, cayados mágicos, asesinatos y milagros mil. Por no hablar de la excelente gastronomía de estos lares. Para hacerlo aún más interesante a los amigos de las aves, San Frutos es conocido como «el santo pajarero«.

Voy a intentar resumirte tanta maravilla para que, si no conoces este parque, vayas pronto a visitarlo, y si ya has estado, repitas. Lee el resto de la entrada »

Los dragos de Fuerteventura ‘aberruntan’ un invierno lluvioso

Dragos Fuerteventura

Si te pasas este verano por la isla de Fuerteventura, donde yo vivo, descubrirás algo más insólito que sus famosas playas de arena dorada con aguas de color turquesa. La mayoría de los dragos (Dracaena draco), ese típico y sorprendente árbol canario, están florecidos.

No es habitual. Lo normal es que sólo florezcan cada 15 años a partir de un esfuerzo biológico tal que, a modo de parto natural, acaban ramificando a través de las cicatrices producidas. Por eso, contando cada una de esas heridas hechas cada tres lustros es posible calcular su edad. Lee el resto de la entrada »

Enseñanzas de las aves para luchar contra la crisis

Pavo real

Lo reconozco. Soy un ateo muy espiritual. Recolector de tradiciones populares, estos días no he podido evitar el recordar muchas de ellas, buscando solución a la actual crisis económica, al pasear por las frondas misteriosas de la Selva de Irati, en el Pirineo navarro, el hayedo más extenso y primario de Europa.

Fue allí donde, embarrado en mitad del bosque, escuché con asombro el poderoso machaqueo sobre un árbol del picamaderos negro (Dryocopus martius), un ave de leyenda. No estaba haciendo su nido. Tan sólo tamborileaba un viejo tronco para advertir a sus semejantes machos que el territorio estaba ocupado, y en la esperanza de ver aparecer alguna hembra dispuesta. Dice la gente mayor que, cuando se oye el golpeteo de un pájaro carpintero, las oportunidades llaman a tu puerta. Aún estoy esperando su llegada, pero no desisto.

Oportunidad la que tuve media hora después, al escuchar en un claro del bosque el inconfundible reclamo del cuco (Cuculus canorus). Recordé que era el primero del año, así que casi maquinalmente hice lo que un viejecito me recomendó hace tiempo. Llevarme la mano al bolsillo. “Si tocas monedas será un año de dinero”, aseguran. Desgraciadamente, sólo llevaba el teléfono móvil y, efectivamente, desde entonces no deja de sonar, pero pidiendo, no dando.

Dentro de mi relación mágico-descreída con el mundo animal la guinda se la lleva el pavo real (Pavo cristatus). En la tradición cristiana es signo de inmortalidad, pero también de vanidad. Siempre ha sorprendido que un animal tan bello emita como único canto un destemplado trompeteo, terrorífico cuando se oye por las noches. Estos días en Gran Canaria, el señor Anselmo me dio una nueva explicación sobre tan estentóreo canto. “¿Lo ves hermoso y ufano?”, me dijo señalando al más elegante. “Pues lo que grita sin parar es ‘A peor, vamos a peor’, así que aplícate el cuento”.

¿Veis por qué es mejor no creer en estas cosas?

Otras entradas relacionadas:

Puedes seguirme (si quieres) en Twitter (@lacronicaverde) y en Facebook (www.facebook.com/lacronicaverde)

Vivamos hoy la noche más mágica

Noche de San Juan. Noche de hogueras purificadoras, corta y breve, la más alegre. ¿A quién quemaremos en ella? La lista es tan larga que no merece la pena hacerla.

Otra opción es buscar la yerba cabrera. Una planta que, como explicó un casi centenario Vicente González al investigador Jesús Suárez en Folgueraxú (Asturias), la llevan escondida bajo la lengua los pájaros carpinteros, pues gracias a su poder pueden agujerear sin esfuerzo incluso el hierro.

Esta planta “canta” el día de san Juan en las montañas, así que mañana los más aventureros tendrán la oportunidad única de poder encontrarla. El premio no es baladí, pues como todo el mundo sabe, dota a su poseedor de una fuerza física sobrehumana.

Para los más pragmáticos nos queda la posibilidad de disfrutar esta noche de la fiesta mágica y de ese amanecer donde, se aseguraba antes, el sol se pone a bailar y las hadas vuelven a esconderse en sus fuentes.

Aunque mucho cuidado con la diversión. Como advierte el viejo cantar burgalés:

«La mañana de San Juan,
cuando la zorra madruga,
el que mucho vino bebe,
con agua se desayuna»

Foto: Elías Rubio / Memorias de Burgos

**Comparte con tus amigos este post:

Bookmark and Share

Hierba mágica para un día mágico

En el Concejo de Cangas de Narcea (Asturias) existe una pequeña vaguada conocida como la «Güerta Caniellas», donde abunda toda suerte de plantas medicinales.

Cuenta la leyenda que tras la batalla de Covadonga, un brujo moro perdió aquí en su huida una bolsa llena de semillas mágicas, entre ellas la yerba cabrera. Una planta que, como explicó un casi centenario Vicente González al investigador Jesús Suárez en Folgueraxú, la llevan escondida bajo la lengua los pájaros carpinteros, pues gracias a su poder pueden agujerear sin esfuerzo incluso el hierro.

Esta planta «canta» el día de san Juan en las montañas, así que el martes 24 de junio tendrán la oportunidad única de poder encontrarla. El premio no es baladí, pues como todo el mundo sabe, dota a su poseedor de una fuerza física sobrehumana.

¿No se lo creen? Pues sepan que ése era el secreto del famoso Pataquín de Zarréu. Una especie de Obélix asturiano, «un hombrín rebajuelo, gordete», según la descripción del señor Vicente, responsable de haber llevado a hombros un inmenso mojón de piedra de dos toneladas de peso hacia el interior de la vecina provincia de León. Gracias a esta hazaña, Asturias ganó una gran extensión de territorio leonés con el nuevo deslinde.

De esa planta que disuelve el hierro y la piedra han hablado muchos, desde Plinio, Demócrito o Teofastro hasta Cervantes, los indios mapuches y los incas. El mismísimo Che Guevara, en un viaje a Perú, recogió la leyenda indígena que explicaba el uso de esta hierba de los pájaros carpinteros en la construcción de fortalezas ciclópeas como Machu Pichu «pues ablandaba las piedras como arcilla». En el otro extremo del mundo también se habló de una sustancia mágica muy parecida, el shamir, fundamental para levantar el grandioso templo de Salomón.

Así es la tradición oral. Un riquísimo fondo de historias cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Nuestra cultura más auténtica. La razón rechaza este mundo fantástico, pero qué quieren que les diga, a veces también es bello soñar.

—–

Si quieren saber algo más sobre el tema, les recomiendo la lectura del espléndido artículo escrito por Jesús Suárez, investigador del Muséu del Pueblu d’Asturies (Gijón), titulado La yerba cabrera de Asturias, las piedras «reblandecidas» de los incas y el templo de Salomón. Desgraciadamente no puede consultarse en Internet.

Está publicado por el Real Instituto de Estudios Asturianos, en un volumen editado en 2006 (páginas 209-242) y dedicado a las conferencias sobre etnografía y folklore asturiano pronunciadas en esa institución entre 2003 y 2005.

Aparece la primera serpiente de verano

Adelantándose al calor estival ya ha llegado la primera serpiente del verano, informativamente hablando.

Ha aparecido en el tejado de un edificio de viviendas de Motril (Granada) y mide dos metros, o dos metros y medio. Algunos medios de comunicación dicen que incluso ha criado. Otros que en realidad son «cientos de ejemplares de todos los tamaños». Que se alimenta de las palomas, a las que caza con agilidad. Que se instaló entre las tejas hace tres semanas, bueno, hace dos meses, y que desde entonces «tiene aterrorizado a todo el barrio». Que al menos en cuatro ocasiones los bomberos han intentado capturarla, pero sin éxito. Que finalmente se ha decidido gasear al animal o animales, en cuanto Medio Ambiente dé la autorización, pero que no se preocupen, que 12 horas antes del comienzo de este peligroso trabajo de eliminación las viviendas serán desalojadas por seguridad.

El alcalde de la localidad se trasladó ayer al barrio para pedir «calma» a los vecinos de la calle Lope de Vega, donde habita la serpiente, sobre la que, recordó, no es venenosa. Por supuesto, les garantizó la eliminación del reptil en las próximas horas, devolviendo así la tranquilidad a un barrio que, según parece, se ha quedado paralizado ante la aparición del ofidio. Una bicha ya casi mítica a la que los vecinos, recordando una famosa telenovela, han bautizado como La Señora.

Os dejo aquí algunas perlas sensacionalistas de nuestra prensa más querida sobre el tema.

Antena 3: «El miedo se ha apoderado de los vecinos del bloque, que temen por sus vidas, pero sobre todo por las de los más pequeños».

Tele5: Desde que el reptil se ha instalado en el tejado del inmueble, hace unas tres semanas, los vecinos no viven, ni duermen «y sufrimos de los nervios».

20Minutos: Mientras, los inquilinos del edificio «estamos desesperados» y prefieren asfixiarse «en la casa a abrir la ventana» por temor a que la culebra decida visitarlos.

Por si fueran pocos los medios de comunicación ávidos de noticias estrafalarias, también se metieron por medio los políticos, quienes emulando a Cocodrilo Dundee, diseñaron un sistema infalible de captura: Poner en el tejado una jaula con un conejo, para que el monstruo se metiera dentro y se tragara de un bocado a su víctima, engordando de tal manera que le resultara imposible salir del engaño.

¡Qué inteligencia, Dios mío!

Pero la diabólica serpiente no debe ser de las que se echan la siesta viendo los documentales de Naturaleza de TVE-2 y, contra toda lógica, despreció tan genial ardid. [La ironía es mía]

—–

Hasta aquí la serpiente de verano, pero ¿qué hay de cierto en todo ello?

Para empezar, la terrible serpiente de proporciones colosales ha sido identificada como un ejemplar de culebra lisa meridional (Coronella girondica). Una inofensiva culebra pequeña que no supera los 95 centímetros de longitud, carente de veneno, común en prácticamente toda la Península Ibérica y, por descontado, especie protegida cuya captura o sacrificio están prohibidos.

De hábitos discretos, se alimenta principalmente de lagartijas y salamanquesas y, más esporádicamente, de ratones. Así que lo de tragarse un conejo de un bocado es como querer sacarlo de una chistera, puro espectáculo circense.

Hace unos meses ya os hablé de la ofidofobia y de todas esas leyendas increíbles sobre culebras mamadoras de mujeres, metidas en el estómago o contra las que lucharon numerosos santos e incluso el Cid Campeador. ¿Creíais que eran historias de viejas ya olvidadas? Ni mucho menos. Mientras tengamos algunos periodistas y políticos como tenemos, las culebras de verano seguirán alimentando nuestra rica tradición oral.

En esta imagen de Alfredo Aguilar (Diario Ideal) puede verse una de las pequeñas culebras observadas en Motril y que han provocado la injustificada alarma de todo el vecindario.

Las culebras maman a las mujeres

Las primeras víboras y culebras están despertando de su letargo invernal. Con ellas vuelven los miedos atávicos del hombre hacia el animal más odiado de la creación, el símbolo del Maligno, la ofidiofobia.

Nunca pensé que pudieran existir tantas historias fabulosas sobre culebras hasta que, junto con los investigadores José Manuel Pedrosa y Elías Rubio, no me puse a rastrear sobre el tema en la rica tradición oral burgalesa. En nuestro último volumen de Tentenublo presentamos decenas de ellas, pero sin duda la más popular es la supuesta pericia de los ofidios para mamar a las mujeres.

Irene Chicote era una menuda señora felizmente centenaria de Palacios de la Sierra cuando me lo contó casi como en un susurro, aún temerosa por el siniestro poder de estos animales a los que aborrecía. Me habló de la mujer del molinero,

“que tenía una criatura, y la madre pues se quedaba dormida [con ella en la cama]. Y que iba la culebra y le mamaba la teta. Y dice que el rabo le ponía al niño, pa que lo chupara y no llorara”.

Tienen un mamar muy suave, tanto que «algunas vacas lo prefieren al de sus terneros y las buscan por los prados», afirman los pasiegos de Las Machorras.

La historia no es nueva. En un capitel de la iglesia románica de Teza dos serpientes maman los pechos de una mujer. Tiene 900 años, pero con seguridad su escultor también sabía de esta diabólica afición láctea. Como Camilio José Cela, quien en su novela Mazurca para dos muertos (1984) señala:

«Dicen que Roquiño es así porque a su madre, por las noches, cuando lo estaba criando, le mamaba las tetas una culebra y el pobre pasó mucha necesidad; no digo que no pero a mí me parece que ya vino parvo al mundo, eso se les suele notar en la mirada».

En Silos recuerdan todavía a la infortunada Godina, quien sólo tras peregrinar allí logró expulsar a una gigantesca culebra, alojada en su estómago durante nueve meses tras quedarse un día dormida en el campo con la boca abierta. En Vizcaínos dicen que cuando va a llover las culebras se ponen a cantar. Y en Vivar aseguran que no existen, o que están como dormidas, pues el Cid Campeador las maldijo.

Menos mal que han llegado ya las águilas culebreras de África. Nos ayudarán a controlarlas. Y esto sí que no es una fábula.

¿Conoces más historias sobre culebras? Cuéntanoslas, son todas fascinantes.