28 de abril: ¡a la calle y a votar!

Por Boti García Rodrigo (@btcpd ), activista LGTBI

 

 

Nací yo en un tiempo y en un lugar en el que votar era un ejercicio  no ejercitado, un algo totalmente desconocido para muchas personas, un algo  que, contaban muy de pasada, había ocurrido en España en otros y muy diferentes momentos y circunstancias; un algo que, nos explicaban con retintín de desprecio, era cosa de países extranjeros de costumbres disolutas.  En el franquismo no existían los partidos políticos ni la posibilidad de elecciones democráticas y durante la larga y muy oscura dictadura las leyes caían de arriba, como piedras, emanadas de la implacable voluntad del dictador y sin intervención alguna de la ciudadanía que, por cierto, ni lo era ni se tenía por tal.  

Cumplidos más de cuarenta años de aquel quince de junio de 1977  en que este país pudo volver a votar desde 1936, llevo acudiendo a cada convocatoria electoral sin faltar una y cada cita con las urnas me sigue suponiendo la misma alegría y me sigue pareciendo una fiesta, la fiesta de la democracia.  

Ese día me levanto temprano y me visto cuidadosamente de domingo -no sólo por serlo, sino por lo que significa-  y con mi voto en la mano y sonriente salgo orgullosa a la calle en la que por cierto siempre luce el sol aunque esté nublado y llueva. Y me emociono hasta las lágrimas al  depositarlo en la urna y nunca deja de asombrarme escuchar mi nombre en boca de quien preside la mesa electoral, y oír cómo se remata el acto con el “¡votó!” que certifica mi acción democrática y mi condición de ciudadana.

Sí, todavía me sigue emocionando poder ejercer el derecho del que tanto tiempo  estuve privada y todavía me emociona pensar que con mi voto puedo cambiar las cosas.

Además, si para toda la ciudadanía concurrir a las elecciones es   un sanísimo y obligado ejercicio democrático, cuando se trata de colectivos discriminados o vulnerables como es el colectivo de la diversidad sexual, de género y familiar, acudir a votar para decidir con nuestro voto el modelo social y político determinante para la vida y los afanes, se hace del todo imprescindible.

En palabras de Pedro Zerolo 

los derechos se conquistan, se disfrutan y se defienden  

Así es, con nuestra lucha y sólo gracias a nuestra lucha hemos conquistado derechos, hemos  avanzado en dignidad y libertad; con nuestro activismo y sólo gracias a nuestro activismo hemos superado la cruel represión que nos quería en la cárcel, en el psiquiátrico, en el armario.  Mas, no sólo nuestro colectivo, sino también la sociedad entera se ha enriquecido y disfrutado de las ventanas de libertad y horizontes de diversidad que hemos conseguido. Ahora toca defender lo conquistado enfrentándonos  a nuestro enemigo que es por cierto el mismo que el de las mujeres, con las que compartimos también la misma necesidad de igualdad real, pendiente de alcanzar.

Y…¡ni un paso atrás! tenemos que mantener y tenemos que ampliar nuestros derechos y defendernos también de quienes, resucitados de una noche que creíamos superada, rebosando intransigencia y odio, nos quieren de nuevo en blanco y negro, te quieren sin derechos. Tómatelos muy en serio y distingue a sus amigos, a sus socios: son sus cómplices… no te fíes ni un pelo de ellos; de los unos recuerda sus reiteradas zancadillas a nuestro colectivo, sus mentiras, su clasismo y sus burradas; evoca a los otros blanqueando sus  peligrosas relaciones a la hipócrita sombra de la bandera arcoíris en aquel acto como salido del NO-DO.

¡Ni un paso atrás! Para que tus derechos sigan siendo y para hacerlos  avanzar en la consecución de la igualdad real y llegar así a alcanzar una vida más vivible, vota a quien te defiende sin hipocresías, vota quien te reconoce sin exclusiones, vota a quien respete nuestra diversidad sin cortapisas: busca, búscate en sus hechos y en sus dichos -haz memoria-, busca en sus acciones y en sus omisiones, busca en tu memoria, en su actitud, en sus intenciones y busca en sus propuestas; valora cómo y cuánto importas, cuánto y cómo pesas en ellas, mira si te ven como necesitas que te vean… y vota en consecuencia.

Tu voto con otros muchos votos tiene que formar una inmensa ola capaz de llevarse el odio, la intransigencia, capaz de alejar el peligro que representan quienes están empeñados en privarnos     de derechos y de libertad; tu voto con otros muchos votos puede alumbrar leyes y medidas efectivas para construir una sociedad más justa, más humana, una sociedad plural bañada en feminismo, diversa, ecologista e inclusiva.          

El 28 de abril tenemos que llenar las urnas, tómatelo muy en serio, no te quedes en casa, vístete de domingo y  ¡a la calle! … y en la mano el pasaporte para viajar a un mundo que te guste: tu voto combativo.

Porque tenemos que defender con firmeza lo alcanzado, porque tenemos que avanzar y que luchar de nuevo y con más fuerza contra quienes desde púlpitos y tribunas nos quieren callar, contra quienes desde el odio, la estulticia y la ignorancia nos quieren cambiar, contra quienes quieren acabar con la riqueza de nuestra diversidad.  

Porque #NuestroAmorNoSeCura, ¡defiéndelo con tu voto!

Porque #NuestraIdentidadNoSeBorra, ¡defiéndela con tu voto!

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