Derechos LGBTI en los programas electorales: del negro de Vox al arcoiris de IU

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Amanda Hinault

Debería ser obligatorio leer los diferentes programas electorales antes de depositar el voto en la urna, no por una imposición no legal, si no como un compromiso  de responsabilidad ciudadana y no elegir por simpatía, herencia familiar o aversión química al candidato.

Más allá de que los 6 partidos que se supone van a obtener más escaños en la próximas elecciones generales hayan colocado como candidato a la presidencia del gobierno a 5 señores heterosexuales (no hay ni mujeres heterosexuales ni personas LGTB formadas o firmadas para dirigir los designios de este país), están las líneas maestras que aventuran cumplir en los 4 próximos años. Es preciso conocer la percepción que tienen los grandes partidos del colectivo LGTBI  y de sus familias y con ello el compromiso con la defensa de los derechos humanos de un colectivo que sigue siendo vulnerable y que está aún lejos de alcanzar tanto la igualdad legal como la real.

El Partido Popular de Pablo Casado:

Para el tradicional partido de la derecha nacional las personas LGTB no son una prioridad de gobierno. Una sola vez aparecen mencionadas en el apartado denominado Familia. Política sociales para la igualdad de oportunidades. Bajo el epígrafe de Igualdad afirman que trabajarán en todos los ámbitos para erradicar cualquier tipo de discriminación por orientación sexual o identidad de género, pero sin ninguna medida concreta. Es necesario ahora recordar a la portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía, Esperanza Oña, el día de la aprobación de la Ley LGTBI Andaluza, recriminando a los partidos de izquierda el no haber querido que su partido figurase como uno de los grupos impulsores de la norma. Además, de la contundente réplica que le dio Soledad Pérez desde el grupo socialista, la respuesta a su queja la tiene en el programa de las elecciones generales redactado en la calle Génova.

Ciudadanos de Albert Rivera

En solo tres ocasiones el partido liderado por Albert Rivera hace referencia al colectivo LGTB. Bien es cierto que una de ellas, el Punto 104 del programa electoral, defiende la aprobación de una Ley de Igualdad Real con la que acabar con cualquier discriminación por razón de  identidad, orientación o condición sexual (lo de condición sexual sería importante que lo desarrollasen, pues tal nomenclatura es nueva y es imposible saber a qué se refieren) y haciendo especial referencia a la situación de jóvenes y mayores LGTBI. Además, entre las medidas lanzadas para actualizar la Constitución abogan por blindar el matrimonio entre personas LGTBI e incluir el derecho a la no discriminación por razón de orientación o condición sexual. Salvo error u omisión, parece ser que el Tribunal Constitucional ya avaló el matrimonio igualitario. Por cierto, señoras y señores de Ciudadanos, se denomina matrimonio igualitario pues hace referencia a que dos personas del mismo sexo puedan casarse que no es lo mismo que las personas LGTBI puedan acceder a este derecho. Esta parte de la ciudadanía ya podía casarse antes de la reforma del Código Civil en materia de matrimonio, lo que no podían es hacerlo con personas de su mismo sexo. La tercera mención hace referencia a la gestación subrogada, que se analizará al final de este artículo.

Vox de Santiago Abascal

Para el partido de extrema derecha no existen las personas LGTBI. Más allá de las declaraciones claramente homófobas de sus dirigentes negando el matrimonio igualitario, el amor entre personas del mismo sexo o de que exista en sí el colectivo con una realidad determinada, el programa de VOX lanza dardos indirectos cargados de odio. En el apartado de Vida y Familia apuesta por crear un Ministerio de Familia (es importante que esté en singular), que tendría como primera medida dictar una Ley Orgánica de Protección de la Familia Natural, la creada por un hombre y mujer heterosexuales con hijos biológicos. Las demás, incluidas las LGTBI, se suponen que pasarían a un segundo o tercer grado de derechos ciudadanos. Además, amenaza con que sea necesaria la autorización parental expresa para que en los centros educativos de desarrollen contenidos de valores éticos, sociales, cívicos, morales o sexuales. Traducción: censura en las aulas para impedir que el profesorado y las entidades LGTBI formen al alumnado en diversidad sexual, familiar y de géneros. Por último, amenaza con suprimir de la sanidad publica las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud, citando entre ellas el cambio de sexo.

PSOE de Pedro Sánchez

El partido que lideró hace más de una década la defensa de las personas LGTBI y que culminó con la aprobación del matrimonio igualitario, hace 8 menciones específicas a las personas LGTB en su programa electoral y dedica un apartado concreto dentro del capítulo Feminismo Igualdad de Trato y Diversidad: Más y Mejor democracia, en el que anuncia 14 medidas concretas.

Cuando aborda  temas educativos afirma que el sistema educativo fomentará el respeto a la diversidad afectivo sexual y que se trabajará para prevenir y abordar la homofobia y la transfobia (Se sugiere que para no dejar fuera a otras identidades se utilice el término LGTBIfobia).

Igualdad de Trato para el colectivo LGTBI es el nombre del apartado en el que se enumeran las distintas acciones legislativas y ejecutivas que quieren desarrollar en el próximo cuatrienio, comenzando por:

  • una Ley contra discriminación por orientación sexual e identidad de género;
  • garantizar el acceso a las técnicas de reproducción asistida de las mujeres lesbianas o bisexuales,
  • garantizar la inscripción de sus hijas e hijos en el registro civil;
  • atención especializada a las personas demandantes de asilo;
  • protocolos para la evitar el acoso transfóbico y homofóbico (el bifóbico de nuevo lo olvidan);
  • protocolos específicos para las personas mayores y con discapacidad, estudiar la violencia intragénero (con ninguna medida concreta de acción);
  • mejorar la formación de los empleados públicos ante este colectivo, colaborar con las entidades sociales;
  • crear el Consejo de Participación de las Personas LGTBI;
  • reforma de la Ley de Identidad de Género,
  • medidas para la inserción laboral de las personas trans;
  • financiación pública para las operaciones de reasignación de género y
  • aprobación del Plan Estratégico para no Discriminación de las Personas LGTBI.

Además, se supone que el colectivo se beneficiará de la aprobación de la Ley Integral de Igualdad de Trato y no Discriminación y del Plan de Acción contra los delitos de Odio.

Resulta frustrante que tantas propuestas a favor de un colectivo determinado formen parte de un amplio capítulo dirigido al desarrollo del feminismo y que se vayan mezclando con medidas dirigidas a la población gitana o a luchar contra el racismo. Como colectivo que representa a más del 10% de la población, señalar los compromisos socialistas en un apartado propio podría empoderar más las personas LGTBI y sus familias, aunque es evidente que son necesarias medidas interseccionales para alcanzar una sociedad más plural para todas, todos y todes, y que es imprescindible hacerlo desde una perspectiva feminista.

Podemos de Pablo Iglesias

Podemos despliega su programa electoral 7 acciones hacia la población LGTBI bajo el singular nombre de Horizonte Morado y política de cuidados. Como principal medida anuncia la aprobación de una Ley Estatal contra la discriminación por motivos de identidad de género y orientación sexual y una específica Ley Integral sobre la protección jurídica de las personas trans (Se supone que una ey de protección LGTBI debería proteger a todo el colectivo y además ahorraría trámites parlamentarios).

Además, prometen en su programa:

  • Protocolos contra la violencia en las administraciones públicas y los centros de trabajo;
  • llevar la educación afectivo-sexual a las aulas,
  • garantizar el derecho de asilo al colectivo LGTBI,
  • anular las sentencias o condenas por orientación sexual, identidad o expresión de género promulgadas durante la Guerra Civil y el franquismo,
  • un plan contra el bullying en los centros escolares con medidas específicas para las personas LGTBI y
  • alcanzar una protección real ante las distintas realidades familiares, incluyendo a las que protagonizan las personas LGTBI.

Izquierda Unida de Alberto Garzón

La mayor oferta de políticas a favor de las personas LGTBI lo realiza la coalición de Izquierda Unida. Además de 8 menciones y 6 medidas específicas en materias educativas y de Memoria Histórica que aparecen a lo largo del documento, es la única formación política que ofrece un capítulo exclusivo para las personas LGTB. Bajo el nombre Los derechos LGTBI: por la conquista de la igualdad real, que incluye más de un centenar de medidas y acciones legislativas.

Partiendo de la necesidad de una Ley LGTBI estatal y otra especifica trans, se desarrolla todo un articulado de acciones que incluyen, entre otras medidas:

  • la creación de un Instituto para el colectivo LGTBI y de un Observatorio de la Discriminación,
  • acciones con los medios de comunicación,
  • campañas de información social,
  • políticas específicas para mayores,
  • convocatorias específicas de subvenciones,
  • actuaciones especializadas de los servicios sociales,
  • estimular el asociacionismo,
  • informes anuales sobre incidentes discriminatorios y delitos de odio,
  • Memoria histórica,
  • etc…

Especial atención se dedica a alcanzar una educación en diversidad, a conseguir un mundo laboral sin armarios, a la salud y a promover políticas de acogimiento y de promoción de los derechos de las personas LGTB en el mundo. Todo ello imbricando especialmente y en cada uno de los apartados la realidad y los derechos de las personas trans.

Junto con Podemos es la única formación política que menciona la diversidad familiar, y, en su caso, con acciones educativas concretas en los centros escolares. Cuando parece que el resto de partidos obvian que las personas LGTBI también tienen hijas, hijos e hijes, esta formación tiene en cuenta a las familias homoparentales y arbitra alguna medida para que también alcancen la necesaria igualdad real.

…Y la Gestación Subrogada

Aunque no sea una cuestión que ataña exclusivamente al colectivo LGTBI, Ciudadanos vincula su propuesta de Gestación Subrogada con este colectivo al afirmar en su programa electoral que aprobarán esta ley para que las mujeres que no puedan concebir y las familias LGTBI puedan cumplir su sueño de formar una familia. Ante ella, el PP mantiene silencio sepulcral, Podemos calla, Izquierda Unida afirma que desde el feminismo lucharán (entre otras cuestiones) contra la trata, la prostitución y los vientres de alquiler y VOX se posiciona a favor de la prohibición de los vientres de alquiler y toda actividad que cosifique y utilice como producto de compra y venta a los seres humanos.

El PSOE, por su parte, bajo el epígrafe específico Decimos no a los vientres de alquiler”rechaza la gestación por sustitución o gestación subrogada, eufemismo de vientres de alquiler, porque socava los derechos de las mujeres, en especial de las más vulnerables, mercantilizando sus cuerpos y sus funciones reproductivas. Además, anuncia que actuará frente a las agencias que ofrecen cada año a cientos de familias españolas esta práctica a sabiendas de que está prohibida en nuestro país.

Balance

Desde VOX a Izquierda Unida y pasando por el PP, Ciudadanos, el PSOE y Podemos, el tratamiento y las promesas que hacen los 6 grandes partidos políticos a las personas LGTBI van aumentando progresivamente. Es evidente quienes son los que mantienen un diálogo más o menos constante con las entidades LGTBI y conocen la realidad de estas personas, quienes se mantiene al margen de este movimiento ciudadano y quienes le pagarían un viaje con los gastos pagados más allá de los Pirineos.

Ahora queda que cada cual acomode su decisión a su ideología y a las necesidades que tenga como persona en particular y como parte solidaria de un colectivo y pensar que no sólo se pueden estar cerrando las puertas para conseguir los mismos derechos que el resto de la población, sino que existe el peligro de involucionar y situarnos en el ambiente hostil que vivieron nuestros mayores en el inicio de la democracia, en una transición que aún tardaría un par de décadas en dejarse ver para lesbianas, gais, bisexuales, personas trans y, como siempre y poco más tarde, a sus familias.

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