Entradas etiquetadas como ‘mayores’

Somos ellas y ellos

Por Candela Caro Saavedra, técnica y activista del Colectivo Gamá LGTB de Canarias.

Utilizamos el tiempo como medida consensuada, para secuenciar lo que nos ocurre, para ordenar en la esfera cronológica nuestras vivencias. Sean individuales, colectivas, compartidas. Pasado, presente, futuro. Ahí más allá, el otro día, hace un par de años, en unas semanas…

Resulta que hay personas que nacieron antes que otras y, por lo tanto, guardan más historias o más Historia en el zurrón de sus andares por las calles de Canarias. Personas ‘mayores’, de la ‘3ª Edad’, ‘en la vejez’, ‘viejxs’, ‘abuelxs’, o personas ‘con experiencias’, como nos cuenta A.M, uno al que le brindamos la mano en Gamá, conocido como Le Prince de La Nuit desde que emigró a París cuando tenía apenas 17 años. Lee el resto de la entrada »

Mayores y sexo ¿un imposible o un invisible?

Mañana la FELGTB, y la Fundación 26 de Diciembre presenta la primera guía centrada en el sexo más seguro de mayores gais y bisexuales. Hoy Nayra Marrero (@nayramar) reflexiona sobre este tema tabú del que apenas hablamos.

Kike Poveda, co-autor de la guía/Jorge París

Kike Poveda, co-autor de la guía/Jorge París

¿A qué edad debemos parar de enamorarnos? ¿Y de tener sexo? Y si es sexo ocasional, esporádico, ¿a partir de cuántos años ya no está bien visto? ¿Es patético querer ligar? ¿Es triste que un hombre quiera sentir placer sexual cuando tiene cierta edad? ¿Y si es una mujer? ¿Por qué no se habla de sexo entre personas mayores?

Cuando ves a una persona con el pelo cano o sin pelo, con movilidad reducida, quizá torpe en sus movimientos, podemos imaginarle de la mano con otra persona, acariciándose tiernamente, preparándole la comida si enferma pero ¿follando? Pues culturalmente estaría mal visto porque los viejos y las viejas han perdido ya su tren y están en nuestra sociedad como meros elementos decorativos, o si acaso cuidadores de las nuevas generaciones y poco más. Lee el resto de la entrada »

Cuando ya no se tiene edad para ser amada

Por Lucía Rodríguez Sampayo (@rs_lucia)

 

ESMULES (Espacio de Mujeres Lesbianas por la Diversidad ) es uno de los pocos espacios de activismo por los derechos LGBTI de y para mujeres lesbianas en El Salvador. Es una ONG que trabaja la formación, la sensibilización, la incidencia, y que en mi opinión destaca por su trabajo en pro de la visibilización específica de las mujeres, y sus esfuerzos por la investigación. Los datos objetivos, el análisis técnico y sistemático de la realidad de la población LGTBI es una herramienta potente para la incidencia, necesaria si queremos que las políticas respondan de verdad a las necesidades e intereses de la población.

Hasta la fecha, ESMULES ha realizado 4 estudios, y el pasado 10 de abril presentó el más reciente, que para mí resulta tan interesante como revolucionario -por lo innovador-: Situación de la población Adulta Mayor LGBT en El Salvador .

La raíz de la exclusión y la vulnerabilidad especial de la población adulta mayor LGBTI está, como bien explican en el documental “Tí@s”, en la propia naturaleza de una “civilización pensada para enaltecer la juventud”, una “sociedad falocéntrica y machista” que aparta a quienes ya no sirven para producir. Es ahí donde nace la doble discriminación, doblemente preocupante, a la que como sociedad condenamos a nuestras abuelas y abuelos. Lee el resto de la entrada »

Mujeres de 70 que se sienten muy vivas

Es la propia Michèle Massé, directora de ‘Las ventanas abiertas’, quien hoy nos habla en primera persona de su experiencia a la hora de crear su excepcional documental. Os animamos a que no perdáis la oportunidad de verlo y disfrutarlo. No siempre se tiene ocasión de sentirse tan cerca de las mujeres de las que habla el documental, y que narran y cuentan su historia con humor y sin rencor (el hashtag de hoy: #VentanasAbiertas8M)

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Las ventanas abiertas es mi primera película de temática LGTB, en este caso lésbica. Pero no porque nunca hubiera escrito acerca de este tema, sino porque nunca había logrado llevar a cabo un proyecto de estas características. Esta vez, decidí no rendirme y hacerlo, costara lo que costara.

Al no encontrar ni productora ni financiación para este documental, decidí rodar sola y autoproducirme, con un presupuesto muy ajustado. Fue una experiencia, a veces, difícil y complicada, pero siempre enriquecedora y con resultados francamente positivos. A día de hoy la película ha sido seleccionada en 8 festivales*, en España, Francia y Ecuador y ha obtenido el premio del jurado al mejor documental español en el festival Lesgaicinemad de Madrid el pasado mes de noviembre. Ademas, las proyecciones son un verdadero éxito.

960293_1439802586310298_782454170375808010_nLa película se desarrolla entre España y Francia; en Madrid y en Paris donde Boti, Empar, Micheline y Jocelyne, las protagonistas -cuatro mujeres lesbianas en torno a los 70 años- cuentan sus miedos, sus deseos, sus diferencias… Son activas o activistas, vienen de distintos entornos, han seguido varios caminos, tienen puntos de vista diferentes, pero las cuatro nos hablan de cómo envejecer, lo mejor posible y con dignidad. Tienen por delante los mismos desafíos y los tratan cada una a su manera, según su trayectoria personal y cultura. Ninguna de ellas se resigna frente al paso del tiempo, siguen avanzando en su vida diaria y aprovechan la vida todo lo que pueden, porque no hay tiempo que perder, hay que vivir, sentirse vivas, en todos los planos y a toda costa. Mas allá de los tabúes, estas «adolescentes de la tercera edad» evocan sus amores pasados y presentes, porque sus vidas amorosas y sexuales aún no están terminadas…

«La sociedad ensalza la juventud, particularmente la sociedad LGBT y tengo miedo a que me discriminen, que empiece a sentir mi edad como motivo de discriminación», dice Boti.

Desde que empece a trabajar sobre este proyecto, tenía claro que lo que quería hacer era derrotar prejuicios y proponer otro punto de vista del envejecimiento; una mirada positiva, considerando la tercera edad tan solo como otra etapa, en la cual una sigue siendo útil y se siente viva. Era importante para mí enseñar, en una película llena de vida y de esperanza, cómo estas mujeres, comprometidas y solidarias, desbrozan caminos difíciles y son ejemplos que mostrar y seguir.

Ver reaccionar a los espectadores tal como lo esperaba me llena de mucha satisfacción; notar que después de una película de 62 minutos sienten cariño hacia las cuatro mujeres que retrato, que quieren conocerlas, darles las gracias y abrazarlas me produce una gran alegría. La película abre el camino a muchas preguntas y cuando los espectadores salen de verla están con ganas de compartir, recargados de energía y súper positivos, y esto me hace muy feliz. Lo que ahora me apetece es que la vea el mayor número de gente posible, que se proyecte en institutos, en universidades, en la tele… Así que si te apetece compartir un momento de las vidas de estas cuatro mujeres, anímate y ven a ver la película con motivo del día de la Mujer, el domingo 8 de marzo a las 19:00, en el espacio de:

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* Seleccionada en el festival VUES D’EN FACE, Grenoble (Francia – 2015) , festival DES IMAGES AUX MOTS, Toulouse, (Francia – 2015), festival CAN[BE]GAY, Canarias, (España – 2015), festival ZINEGOAK, Bilbao, (España – 2015), Premio del jurado al mejor Documental Español en el festival LESGAICINEMAD, Madrid (España – 2014), festival FANCINEGAY, Badajoz (España – 2014), festival EL LUGAR SIN LIMITES, Quito (Ecuador – 2014), festival ANDALESGAI, Sevilla (España – 2014)

 

Papá, de mayor quiero que seas libre

Foto de Joan Sorolla
Foto de Joan Sorolla

Por Nayra Marrero

Debe tener sobre los 60. A mí, como a la mayoría -según denuncian las asociaciones-, las personas mayores me resultaban de alguna manera seres asexuados, y más si tenían hijos de mi edad, como en este caso.

No me había planteado su actividad sexual, porque no me pongo a pensar en esas cosas cuando hablo con en el padre de una amiga, llámenme rara, hasta que me dijo un colega que una noche este hombre en cuestión le había tirado los tejos, y no era al único. Y abrí mucho los ojos y recordé cosas a las que antes no le había prestado atención: alguna vez me había presentado a hombres más jóvenes con un poco de pluma a los que llamaba socios; salía mucho y salía solo; en casa tenía una habitación separada de su mujer… En fin, que encajaba con la idea de hombre mayor armarizado de los de todos los tiempos, con su vida familiar montada y su vida sexual ajena a la anterior. No es el primero, pero debería ser el último.

Aún quedan tipos como él, claro que quedan. Hace 40 años no podían ser libres y luego no supieron serlo. Y nadie puede sufrirlo de forma más profunda y triste que él y su esposa, que como tantas otras acepta los tópicos de que el amor se desgasta con los años, que lo importante es que se hacen compañía, que ella no sale porque no le gusta pero a él sí, que todo está bien.

En las ciudades pequeñas, en los pueblos, en los barrios, todo se acaba sabiendo y supongo que su hija alguna vez escuchó murmullos, como lo he escuchado yo después,  cuando ya andaba sobre aviso. No me atrevo a preguntarle pero que yo sepa nadie le ha ido nunca de frente con el cuento, ¿para qué?

Y contrapongo esta imagen con la sonrisa en los ojos de Micheline. Es algo mayor que el padre de mi amiga, se la ve más cascada e infinitamente más feliz. Ella cuenta en el documental Las Ventanas Abiertas que se casó sin amor con un hombre con quien compartió muchos años de vida. Tres hijos y una viudedad después, Micheline se enamoró  por primera vez y fue de una mujer, con la que desde hace bien poco vive un idílico noviazgo. Ella sabía que era lesbiana pero no se había atrevido a vivirlo libremente, de hecho verbalizarlo fue complicado hasta para contárselo a una de sus hijas, que es lesbiana visible y activista.

Nadie debería de salir del armario jamás. Ojalá no construyéramos paredes en torno a las personas en función de la orientación sexual que les presuponemos.

Ojalá el padre de mi amiga fuera capaz de levantar la mirada del suelo y reconocer que aún le queda mucha vida. Ojalá conociera a alguien que le de algo más que un polvo rápido en una cama ajena y enfrente su vejez enamorado. No sé si se lo ha estado antes, quizá sí quiso locamente a su mujer, quien ojalá recibiera y diera el mismo amor, o quizá conoció a algún hombre en este tiempo con quien compartió algo hermoso a escondidas, pero si no es así merece, como merecemos todas, que sus ojos brillen como los de Micheline aunque sea una vez.

Ojalá encuentre la forma.