Archivo de la categoría ‘Salud’

VIHsibilidad y Orgullo como armas contra la discriminación

Por Nayra Marrero (@nayramar)


A veces el cabreo es tal, la indignación tan fuerte, que lo único que te apetece hacer es correr hacia delante, luchar porque nada de lo que te ha pasado a ti tenga sentido en el futuro, porque se acabe de una vez cualquier rastro de riesgo en tu vida o en la de quienes vienen detrás.

Dani está así de enfadado, así de asustado en realidad. Dani es joven y tiene toda la vida por delante, una vida de convivencia con el VIH que llegó a él a través del sexo, como en la mayoría de los casos. Convivirá con su infección y con la medicación que la mantiene controlada, esa a la que su cuerpo aún tiene que acostumbrarse y que le genera sudores delatores.

Porque todo empezó con el sudor, como en una ola de calor veraniego. Su jefa le preguntó si le pasaba algo, le afirmó que podía confiar en ella, que estaba preocupada por ver el agobio en su cara.

No he contado que Dani es camarero o, mejor dicho, lo era. Porque la confesión de su estado serológico a la encargada del bar de copas donde trabajaba en Chueca le reportó primero unas frases de lástima y luego, un par de horas después, un e-mail de despido y una conversación de WhatsApp desagradable sobre el riesgo para la salud de sus compañeros, clientes y la madre del cordero. Lee el resto de la entrada »

Comiéndote a besos

  Nos encanta recibir entradas escritas por las personas que leéis nuestro blog y de ese modo aprovechar esta plataforma para visibilizar, precisamente, realidades y propuestas a las que no tenemos acceso si no es a través de vosotros. Hoy tenemos la suerte de poder conocer de la mano de su autor Javier Vázquez, el cuento interactivo ‘Comiéndote a besos’, de Imagina MÁS.

Comiendote a besos

Ilustración del Daniel Estandía

“Érase una vez una ciudad cualquiera con interminables avenidas, paradas de autobús o parques donde sus habitantes se cruzaban apenas sin mirarse, sin conocerse. Empujados por las prisas de la vida moderna y envueltos por el anonimato de la metrópolis una pareja se encuentran rompiendo el hechizo, de repente todo parece cobrar sentido, sus miradas se cruzan provocando un chispazo instantáneo. Sus vidas cambiarán a partir de ese momento, oficialmente se han enamorado. Pero para un miembro de esta pareja llega el momento de revelar un secreto íntimo que puede hacer que todo salte por los aires…”

 

Los avances médicos en el campo del VIH en Europa han logrado que sea una infección crónica, aumentado considerablemente la calidad y esperanza de vida de las personas con VIH. Sin embargo, no se ha conseguido el mismo avance en los aspectos sociales y culturales ligados a esta infección. Como consecuencia del estigma, en la actualidad, un elevado número de personas con VIH adoptan estrategias para evitar el rechazo en detrimento de su salud. Algunos ejemplos pueden ser la invisibilidad sufrida por temor a la discriminación, la dificultad en la adherencia al tratamiento por temor a ser descubierto y rechazado por su infección o el incumplimiento de las recomendaciones sanitarias, como las revisiones médicas, por miedo a tener que revelar información en su entorno familiar y/o laboral. Lee el resto de la entrada »

Visibilidad es sinónimo de vida pese a los estigmas de yonqui, maricón y VIH+

Kike PovedaDecía Kofi Annan que el miedo al estigma conduce al silencio y el silencio es la muerte. Quizá esa sea una de las frases que la vida ha escrito a fuego sobre la piel de Kike Poveda, activista gay y VIH visible que protagoniza este corto documental de Ayoze Cabrera.

Su cuerpo está lleno de marcas entre las que se ha ido haciendo él y las que han sido surcadas por el rechazo. El amor también marca, pero de otra manera. Su vida, sin tapujos, sin paños calientes y sin vergüenza, está retratada desde el cariño de quien le conoce bien, porque conocerle es quererle. Kike va siempre de frente, jamás se esconde, no tiene por qué, sobre todo teniendo en cuenta que su máxima es «Visibilidad = Vida«, también aplicable bajo la forma de «VIHsibilidad».

Kike también tiene Hepatitis C, el 29 de septiembre de 2009 empezó el tratamiento con Interferón, el mismo día que se grabó este vídeo. Como tantos otros enfermos está a la espera de recibir los nuevos fármacos que le permitan seguir marcando su piel de arrugas, de batallas ganadas al estigma y de honestidad.

Mujeres bisexuales: invisibles, armarizadas y con peor salud mental

Por Elena González Rojo

Hace más o menos un año tuve la suerte de cruzarme con Lisa College, una gran investigadora y persona.

Lisa es periodista y dejó la seguridad laboral para cursar el máster en el que nos conocimos. Sigue en Londres, ahora con el doctorado. Me alegra mucho la repercusión que está teniendo su último artículo (se ha publicado en el Journal of Public Health), y trata temas que me interesan, por lo que quiero compartir sus resultados:

El estudio que ha llevado a cabo Lisa, y que ha coordinado nuestro profesor, Ford Hickson, concluye que las personas bisexuales tienen un riesgo muy particular de invisibilización y marginalización desde ambas comunidades, la de gais y la de la lesbianas. Aunque las mujeres bisexuales en el estudio señalaron haber experimentado menos discriminación basada en la orientación sexual, este hecho no las benefició en los indicadores de salud mental”.

Foto de  RenaudPhoto
Foto de RenaudPhoto

 

Lisa y Ford señalan que los servicios de salud mental deben ser conscientes de las diferencias y similitudes en las necesidades de salud mental de las mujeres bisexuales y lesbianas, y que los servicios que se ofrezcan han de ir en consonancia con estas diferencias.

Pero los recursos públicos que existen para abordar la salud mental son escasos y los pocos que hay suelen estar dirigidos a casos severos (o invertirse exclusivamente en medicamentos). Hacer frente a esta situación no es sencillo, pero que existan evidencias como las de este estudio favorece que podamos luchar por ello.

Este estudio también ha encontrado que las mujeres mayores bisexuales tuvieron más pensamientos suicidas que las mujeres bisexuales más jóvenes.  Una de las explicaciones que los autores señalan es la falta de apoyo de una comunidad como la que ha existido o existe entre personas homosexuales.

Las mujeres bisexuales acuden a espacios de socialización de mujeres lesbianas o bisexuales mucho menos que las lesbianas. Y además, en comparación con las mujeres lesbianas, muchas menos bisexuales han salido del armario con amigo/as, familia o en el trabajo.

Estos resultados son bastantes representativos para el Reino Unido. Lisa ha analizado una muestra de 937 mujeres bisexuales y 4769 lesbianas. La encuesta base es de la ONG Stonewall, conocida por su activismo en pro de los derechos LGTB. Son datos de 2007 y constituye el estudio con mayor muestra que se ha realizado hasta el momento, al menos en Europa.

Como grupo en general, las mujeres bisexuales de la muestra fueron más jóvenes , más pobres y en más ocasiones consumidoras de marihuana. También fue mayor el número de mujeres transexuales bisexuales que lesbianas.

Otros datos fundamentales: las mujeres bisexuales fueron más tendentes a tener problemas de alimentación, a sentirse deprimidas y a auto-lesionarse.

En palabras de Lisa: “Aunque las mujeres no-heterosexuales como grupo tienen bastante peor salud mental que las mujeres heterosexuales, el hecho es que las mujeres bisexuales presentan un stress mental aún peor que el de las mujeres lesbianas. Todas las mujeres se merecen las mismas oportunidades de bienestar y felicidad, independientemente de su orientación sexual. Si la homofobia está mayoritariamente condenada, el estigma específico en torno a las mujeres bisexuales debe reprobarse de forma similar”.

Es lógico intuir que los datos en España pueden ser similares. Pero no lo sabemos. Porque no se ha preguntado. Recoger la variable “orientación sexual”, por ejemplo, en la Encuesta Nacional de Salud, debe ser una de nuestras reivindicaciones. A día de hoy,  en nuestro país no se conoce la diferencia en indicadores de salud entre mujeres heterosexuales, lesbianas y bisexuales.

«¿Puedo renunciar a los 15 días de permiso por casarme?» El armario en tiempos de crisis

Foto de madstreetz

Foto de madstreetz

Por Nayra Marrero Jaén

No puedo evitar ponerme roja cada vez que mi jefa nos recuerda, en alto y con tonito, que no admitirá relaciones entre sus empleados. Supongo que es la rabia porque qué coño habrá cambiado en el trabajo porque de ser amigas hayamos pasado a ser novias, y qué cambiará cuando formemos una familia juntas, que es lo que tenemos en mente hacer.

Como ha sufrido una operación en el útero, mi chica ha conseguido una cita en la pública con la unidad de infertilidad, que su doctora de familia es muy maja y ha intentado colarla para ver si la inseminan. Sabemos que está la cosa difícil, pero es que hemos estado mirando en clínicas privadas y lo que nos gustaría de verdad, que es el método ROPA, que inseminen mi óvulo y se lo pongan a ella para que biológicamente sea de las dos, es muy caro. Lo vamos a intentar por la Seguridad Social y ya nos han dicho que es lo mismo que ella se presente como futura madre sola que que vayamos las dos como pareja: sin un tipo que aporte el semen (o sea infértil), nos lo van a poner muy difícil.

Tenemos un amigo que se ha ofrecido pero ya le hemos dicho que no. Yo tengo claro que quiero estar en todos los papeles desde el principio, que no quiero líos con el registro y para eso sé que tenemos que casarnos y decir que el embarazo tiene que ser por inseminación artificial con donante anónimo. Además, no me hacía mucha gracia que este fuera el donante, que se lo agradezco un montón, pero me da rollito.

El tema está en que tenemos que casarnos. Que yo lo hago encantada, pasaré el resto de mi vida con ella lo diga un papel o no, pero a ver cómo se lo toma mi jefa.

En el curro sólo tres compañeras saben que estamos juntas, y me pongo roja de rabia hasta cuando lo pienso ¿Qué le molestará a ella que seamos pareja?

Hemos preguntado si nos pueden despedir por casarnos y nos han dicho que no, pero que tengamos cuidado porque se pueden agarrar a otras razones o pueden hacernos la vida imposible en el curro, y que además si nos despiden luego nos toca a nosotras demostrar que lo han hecho por algo ilegal, y no nos viene bien todo este lío y la pérdida de pasta si queremos ser madres.

Y queremos. Claro que queremos.

Al parecer podemos no decir que nos hemos casado y perder los 15 días de vacaciones, que ya me jodería. Puedo renunciar también a la baja cuando nazca el bebé, aunque lleve mi apellido. Puedo estar en el armario como lesbiana, como casada y como madre, ¡ahí es nada!

Crisis de mierda, que si no fuera por ella igual una de las dos habría encontrado curro en otra parte, que no será porque no lo estemos buscando. Crisis de mierda, que  ha sido la excusa perfecta para cargarse los cuatro derechos laborales que teníamos. Crisis de mierda, que el trabajo que estoy haciendo podría hacerlo como funcionaria si es que convocaran otra vez oposiciones.

País de mierda que en vez de estar disfrutando del proyecto que tenemos juntas ando haciendo cuentas con mis dineros, mis derechos y mi maldita rabia contenida.

Lo que os traemos hoy es una historia casi real, pero casi. Desde diciembre la reproducción asistida a las parejas de mujeres y mujeres solas no está cubierta en la mayoría de las comunidades autónomas (excepción de Andalucía, Asturias, Canarias, Cataluña, Euskadi y Extremadura) y aún es necesario casarse para que dos mujeres sean reconocidas como madres. También es cierto que mucha gente pregunta al Servicio de Información de la FELGTB si es obligatorio contar en el trabajo que te casas o que vas a tener hijos. El armario pesa y con la crisis, más.

¿El sida te da miedo?

Por Catherine Serpas, activista y Directora Ejecutiva de la  Asociación Nacional de Personas Positivas Vida Nueva, El Salvador.

Hoy, como todos los días desde hace 10 años, una de mis pasiones es trabajar por la defensa de los derechos humanos de las personas con VIH. Desde 1988,  cada 1 de diciembre se conmemora la respuesta eficaz ante el sida.

San Salvador. 1 de Diciembre de 2013
San Salvador. 1 de Diciembre de 2013

En estas fechas las organizaciones y los organismos nacionales e internacionales se dedican a brindar informes  sobre los avances en la respuesta  del VIH en relación a  la atención en salud, que ha mejorado  desde la aparición de tratamiento antirretroviral (TAR), el acceso a pruebas  para un mejor diagnóstico, la accesibilidad de centros de atención en salud, el abordaje en cuestiones de prevención, la cobertura  de información  en el tema y la difusión del uso correcto y consciente del condón.

Pero la transformación de la epidemia ha traído consigo nuevas luchas sociales. El tema de VIH deja de ser un tema propiamente del ámbito clínico y se convierte en una lucha social, cultural, política y económica. En un tema de Derechos Humanos al estar combinada a temas socialmente destinados al silencio.

Es muy frecuente cuando se habla de VIH tener un análisis de revictimizacion, de señalamiento y de exclusión. No se ha trabajado lo suficiente en los procesos de reducción de estigma y discriminación, en la lucha por la deconstrucción de ideas y prejuicios ante la infección. Una persona con VIH no solo se enfrenta al estigma y discriminación por la infección: las actitudes estigmatizantes y discriminatorias van en aumento y si esta persona tiene VIH y es mujer es doble discriminada, si este hombre tiene VIH y es homosexual es doble discriminación, y si es transexual, si es joven, si está privado de libertad, es trabajadora/o del sexo, etc. Las vulnerabilidades se van sumando hasta poner a la persona en una situación donde sus derechos humanos son vulnerados y no reconocidos ni por la sociedad ni por el Estado.

El estigma y la discriminación en materia de VIH son los principales obstáculos. El estigma es el atributo que desprestigia profundamente y que lo aplica la sociedad a grupos o personas  que se relacionan con acciones especificas como la identidad sexual, el trabajo sexual, múltiples parejas, el adulterio, el pecado, el sexo. El estigma es una forma de control social que plantea normas a cumplir y castiga a quienes se apartan de ellas, y además los estigmas pueden sumarse. Estos comportamientos y estas sumas de estigmas en materia de VIH toman como fundamento las relaciones de poder y consolidan y refuerzan las desigualdades y los prejuicios sociales.

La discriminación -que son las acciones activas o pasivas que tienen por finalidad perjudicar a un  grupo determinado- en lo referente al VIH se da en dos entornos: en el legislativo, cuando las leyes de nuestro país no protegen los derechos fundamentales y constitucionales; y cuando la sociedad,en sus diferentes entornos, provoca actitudes y prácticas estigmatizantes y discriminatorias como sinónimo de inferioridad, desigualdad, impotencia, exclusión según sea su sexo, edad, orientación sexual. Lo que da como resultado pocos o nulos poderes para  vivir con bienestar y dignidad, poca o nula posibilidad de reconocernos personas sujetas de derechos, y una existencia donde no se es nombrada/o, visible, no se tienen derechos, no se tiene existencia propia.

Se puede pensar el VIH en El Salvador y España es diferente pero investigaciones nos revelan que la similitud en el comportamiento de la epidemia tiene las mismas necesidades. El VIH  afecta tanto porque el miedo no deja ver el tema como algo propio, las conductas de riesgo, la autonomía, la negociación de relaciones sexo coitales protegidas, la falta de información sobre la prevención. Hablar de VIH es complicado, es complejo. Para generar una respuesta eficaz es necesario que todas y todos sumemos esfuerzos para romper cadenas y estereotipos sociales, quitar la idea de que el VIH solo es de algunos y aceptar la vulnerabilidad que  todas y todos tenemos. Es difícil, tan difícil que no nos damos cuenta hasta que ya nos afecta directamente. Yo eso lo comprendí hace 13 años cuando a una persona muy cercana a mí le diagnosticaron sida y con ella aprendí a enamorarme del tema, aprendí que el VIH también es mío, aprendí a hablar sin mitos y sin prejuicios en la sexualidad, aprendí lo importante que es la autonomía, y aprendí que se inicia en una lucha personal y termina en una lucha colectiva.

La epidemia sigue creciendo, sigue cambiando y hasta ahora no se ha podido controlar en El Salvador. De 1984  a 15 de Mayo 2014 se han reportado  31.115 casos, diariamente se diagnostican de 4 a 5 nuevas infecciones, el 93% por transmisión sexual, de los cuales  el 32 % estaban en fase de VIH avanzado o sida.  Estos datos ayudan a visibilizar la importancia de que el VIH tiene un impacto no solo en la vida de las personas que tienen el virus, si no en la sociedad en general.